Entre los días 20 y 22 de marzo se reunió en la ciudad de Buenos Aires la Segunda Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Cooperación Sur-Sur, también denominada “PABA+40” por conmemorar los cuarenta años de la adopción del Plan de Acción de Buenos Aires aprobado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cooperación Técnica entre los Países en Desarrollo reunida en esa misma ciudad en diciembre de 1978.
Los representantes de 193 países trabajaron junto a funcionarios de las Naciones Unidas, entre ellos su Secretario General y las presidentas de la Asamblea General y el ECOSOC, expertos y representantes de organizaciones internacionales, la sociedad civil, la academia y el sector privado, analizando la actualidad de la Cooperación Sur-Sur (CSS), Triangular y sus proyecciones, tomando como marco específico de referencia la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La agenda oficial estuvo rodeada de eventos paralelos organizados por diferentes actores gubernamentales y no gubernamentales donde se debatieron temas específicos, tales como la “medición” de la CSS y la consideración de experiencias exitosas, se presentaron publicaciones y tuvieron lugar intercambios de visiones entre Estados y otros actores interesados.
Una delegación del IRI, encabezada por su director e integrada por Laura Ganganelli y Celina Manso, del departamento de Cooperación Internacional, participó de las diferentes actividades, a pesar de un intento de un país miembro de las Naciones Unidas por vetar nuestra participación, que pudo ser solucionado gracias ala intervención de la Cancillería Argentina.
Los trabajos oficiales de la Conferencia se iniciaron con su sesión plenaria inaugural, que tuvo como oradores al presidente de Argentina Mauricio Macri, el Secretario General de la Naciones Unidas António Guterres, la presidenta de la Asamblea General María Fernanda Espinosa Garcés, la presidenta del Consejo Económico y Social Rhonda King, el administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Achim Steiner, el presidente designado del Comité de Alto Nivel sobrela Cooperación Sur-Sur Adonia Ayebare, la representante del sector privado Attiya Nawazish Ali Khan y el representante de la sociedad civil Vitalice Meja.
El presidente Mauricio Macri en su discurso expreso que ¨La cooperación es una gran herramienta para promover el vínculo horizontal entre países con diferentes niveles de desarrollo¨, sostuvo que “Vivimos en un mundo cada vez más interdependiente, con desafíos complejos que requieren que redoblemos nuestros esfuerzos para impulsar un diálogo sincero y constructivo en el que nos proyectemos como socios para el desarrollo”[1].
En tanto, el Secretario General en su discurso aseguró que “La cooperación Sur-Sur puede ofrecer soluciones a todas las cuestiones que serán fundamentales para implementar el Acuerdo de París sobre el cambio climático y lograr la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”. Sostuvo que “El PABA transformó la dinámica de la cooperación internacional”. “Asimismo, puso de manifiesto el valor de una forma diferente de cooperación, basada en el intercambio de conocimientos y tecnologías apropiadas entre naciones que hacen frente a retos de desarrollo similares”, dijo, y agregó que la cooperación puede permitir a los países en desarrolloaprender juntos crecer más rápido: “Juntos, podemos lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, superar el cambio climático y transformar las vidas de las personas en todo el mundo”, concluyó[2].
Luego de realizada la apertura de la conferencia los trabajos oficiales continuaron durante todo el 20 con el debate general sobre la función de la cooperación Sur-Sur y la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: retos y oportunidades.
La actividad oficial se retomó el 21 de marzo con tres mesas interactivas que produjeron como resultado documentos de resumen de sus presidencias, que fueron presentados al día siguiente en el plenario de clausura de trabajos. Sus resultados se presentaron durante la última jornada de trabajo:
La primera mesa, sobre “Ventajas comparativas y oportunidades de la cooperación Sur-Sur e intercambio de experiencias, mejores prácticas y casos exitosos “señalo que: 1) la CSS tiene la posibilidad de beneficiar a todos los involucrados en sus actuaciones; 2) Se necesita una plataforma de intercambio de buenas prácticas; 3) Existe la necesidad de crear una metodología para medir el impacto del a CSS, Cooperación Triangular y la AOD y 4) Es esencial tener un mayor aporte de los privados en los procesos, así como también de la sociedad civil.
La segunda mesa redonda interactiva, dedicada a examinar los “Desafíos y fortalecimiento del marco institucional de la cooperación Sur-Sur y la cooperación triangular” señalo en su resumen que: 1) Es necesario validar los procesos de medición para ver si son útiles; 2) Se deben incluir indicadores del sector privado para conocer el impacto de la CSS;·3) Si bien la filosofía de la CSS es la de la inclusión, deben revisarse sus marcos institucionales; 4) Se debe reforzar el rol de la CSS en los planes nacionales de desarrollo; 5) Las entidades de las Naciones Unidas deben integrar plenamente la CSS; 6)Es necesario Crear un Foro del Sur y 7) La CSS y la Cooperación Técnica tienen el reto de integrar los recientes desafíos a nivel mundial asumidos con los compromisos de la Agenda 2030.
La mesa redonda interactiva 3, titulada “Ampliación de los medios de implantación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en el apoyo de la cooperación Sur-Sur y la cooperación triangular”, señalo en su resumen que: 1) Es necesario explotar el potencial de la CSS y Cooperación Técnica, para garantizar que nadie se quede atrás; 2) La CSS es instrumento importante para que los países en desarrollo puedan hacer valer su autonomía; 3) Se deben crear metodologías de trabajo comunes; 4) Es necesario generar medios para alentar al sistema financiero que invierta a futuro; 5) Se debe lograr un compromiso coherente con el sector privado para aprovechar sus ventajas comparativas; 6) Existe la necesidad de explorar otras modalidades de cooperación; 7) Se debe fortalecer la CSS en materia económica y ambiental y 8) El Sistema de Naciones Unidades debe aplicar medidas basadas en las experiencias de los países socios.
Cerrando la Conferencia, el panel de clausura estuvo integrado por el canciller de Argentina Jorge Faurie, el administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Achim Steiner, y la presidenta de la Asamblea General María Fernanda Espinosa Garcés, quien señaló que “la CSS y la Cooperación Triangular son aceleradores de la agenda 2030 porque fortalecen sus medios de implementación con la creación de capacidades especificas en los países en desarrollo para erradicar la pobreza y el hambre, asegurar más salud y educación de caridad, terminar con la discriminación y violencia contra las mujeres y las niñas, salvaguardar la biodiversidad de nuestro planeta y potenciar nuestras capacidades de adaptación mitigación y resiliencia frente al cambio climático”.
La actual presidenta de la Asamblea General también destacó que las modalidades de la CSS deben adaptarse a los nuevos desafíos surgidos de los rápidos cambios tecnológicos, “los países del sur deben insertarse adecuadamente en la cuarta revolución industrial, las tecnologías son esenciales para transformar la producción, el comercio, la agricultura, la medicina, la infraestructura y los servicios. Pero también las nuevas tecnologías sino son bien utilizadas y se enmarcan en una gobernanza adecuada, pueden profundizar las desigualdades, alterar las relaciones sociales y afectar el futuro del trabajo, por eso la inserción inteligente de los países del sur en ese nuevo mundo tecnológico es de vital importancia”[3].
En paralelo a los trabajos oficiales, entre el 19 y el 22 de marzo se realizaron eventos paralelos que dieron lugar a debates e intercambios de experiencias entre los diferentes países, regiones y actores del sur. Los side-events tuvieron lugar en más de 20 ubicaciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lo que dificultó poder hacer un seguimiento exhaustivo de los mismos.
Durante estas jornadas de trabajo un punto a destacar ha sido la presencia de las diversas agencias de cooperación gubernamentales, representadas cada una de ellas por susstands en una sala contigua al plenario dentro del Centro de Convenciones convertido en unaplataforma para el intercambio de conocimiento, prácticas y diálogo entre Estados y otros actores interesados.
En las mesas que conformaron los debates paralelos al plenario, se subrayó la importancia del incremento de distintos actores involucrados en la promoción del desarrollo sostenible, como ser el sector privado, parlamentarios, entidades subnacionales, fundaciones, comunidad científica e instituciones financieras; y se resaltó la creciente promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas, necesarios para mejorar la eficacia de la cooperación Sur-Sur y la Cooperación Triangular.
Si bien la mayor parte de las exposiciones han sido de carácter descriptivo, recuperando experiencias exitosas otras, como por ejemplo las que versaban sobre la agenda 2030, tenían fundamentalmente tintes propositivos.
El resultado final de la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre la CSS tomó la forma de Declaración Final (A/CONF.235/3), distribuida el 11 de marzo. A lo largo de sus 37 párrafos se suceden temas como la interrelación entre la CSS y las agendas globales, tales como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, Agenda de Acción de Addis Abeba adoptada por la Tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, el Acuerdo de París, el Marco de Sendái para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 y la Nueva Agenda Urbana.
El párrafo 5 del documento señala que “se están produciendo cambios significativos en las relaciones políticas y económicas internacionales, que crean condiciones propicias para promover la cooperación Sur-Sur y perseguir el desarrollo económico sostenido y la autosuficiencia nacional y colectiva”. No hay explicaciones claras sobre cuáles son esos cambios, que no nos resultan fácilmente perceptibles en un orden global donde el multilateralismo se ve amenazado, las capacidades de las Naciones Unidas atacadas a través de su lado financiero, el comercio internacional intentando evitar una crisis y diferentes procesos de integración, tanto en el Norte como en el Sur, perdiendo impulso o atravesando momentos difíciles.
No obstante, si algo muestra el documento final es que para lograr un consenso en torno a temas de CSS se debe seguir recurriendo a viejas frases hechas, que a fuerza de repetirse se ven hoy vacías de sentido. Una reiteración acrítica de los principios aprobados hace cuatro décadas, de la solidaridad como base de su acción, su diferenciación de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), su carácter complementario frente a la cooperación Norte-Sur.
Es en el párrafo 17 donde hallamos quizás el único elemento que tiene tintes definitivamente innovadores respecto de 1978. Allí los Estados reconocen “la necesidad de que la cooperación internacional para el desarrollo comprenda mejor la perspectiva multidimensional”. No se trata de una referencia específica la CSS sino a la cooperación en su conjunto, que no solo va en línea con la creciente complejidad de los problemas a enfrentar, sino que permite que la CSS “hable” a todo el universo de la cooperación y le recomiende tomar una dirección hacia la adopción de la complejidad como pauta de trabajo frente a un mundo donde esta es una constante. En otras palabras, la CSS pide que toda forma de cooperación internacional incluya en su gestión elementos como la interdependencia de cuestiones, la incertidumbre, o la indisoluble relación entre las múltiples aristas del Desarrollo Sostenible.
Importante, claro está, pero una muestra más de las posibilidades que estaban abiertas y que han sido, para decirlo con simpleza, desaprovechadas.
Faltaron elementos centrales para repensar una CSS que, a partir de su recorrido, pueda imaginar su futuro: ¿De qué forma la CSS va a aumentar su trabajo asociado con actores no gubernamentales? ¿Cómo enfrenta sus restricciones financieras? ¿Cómo puede fortalecer el multilateralismo más allá del “Sur global”? ¿Cómo volverse más transparente para terceros? ¿Es coherente con su progreso mantener su absoluta falta de condicionalidades, aún sobre elementos de derechos humanos, democracia o protección ambiental? ¿Qué significa la “solidaridad” en términos operativos de CSS? ¿No es hora de que esta cooperación deje de verse a sí misma como un “complemento” de la Norte-Sur y comience a afirmarse desde su propia experiencia y prácticas?
Las preguntas no realizadas conforman un largo listado que cada persona podrá construir desde sus visiones y su convicción sobre el sentido del Sur en el actual orden internacional, pero en ningún caso los cuestionamientos pueden responderse hoy con fórmulas de 1978 sin aproximarse a la intrascendencia en los hechos, aún cuando se la pretenda rodear de frases que detrás de una forma bella implican una esencia envejecida. La CSS convertida en relato ficcional.
Cuarenta años, mismas respuestas, mismos mínimos consensos. Nada ni nadie que se considere vivo puede permanecer igual a sí mismo por tanto tiempo. La CSS ha cambiado, y mucho, pero es preciso reflejarlo en su narrativa para poder, entonces sí, afianzar su posición en el escenario internacional y promover el cambio político que requiere un Sur fortalecido y protagonista.
[1]Fuente: https://www.casarosada.gob.ar/informacion/discursos/45024-el-presidente-mauricio-macri-en-la-apertura-de-la-ii-conferencia-de-alto-nivel-de-las-naciones-unidas-sobre-la-cooperacion-sur-sur
[2]Fuente: https://www.un.org/development/desa/es/news/intergovernmental-coordination/south-south-cooperation-2019.html
[3]Fuente: https://www.un.org/pga/73/es/2019/03/22/second-high-level-united-nations-conference-on-south-south-cooperation-closing/
Javier Surasky
Coordinador
María Laura Ganganelli
Secretaria
Celina Manso
Integrante
Departamento de Cooperación Internacional
IRI – UNLP