Pensemos un día de nuestras vidas sin Internet. Comunicarnos con un amigo, encontrar una receta de cocina, buscar la ruta más corta al trabajo o ver los goles del fin de semana dependen en buena medida de la capacidad que tenemos para conectarnos a la Web.
Y aunque hoy parece algo cotidiano, hace poco menos de 50 años esta tecnología no estaba completamente desarrollada.
Internet se define como una «red de redes», es decir, una red que no sólo interconecta computadoras sino que vincula redes de computadoras entre sí. A partir de estos enlaces se va conformando una “red global”, que tiene la característica de compartir un lenguaje en común (Protocolo TCP/IP). En otras palabras, Internet es la “red de redes” que utiliza TCP/IP como su protocolo de comunicación.
Internet es “hija” de la Guerra Fría. Con el lanzamiento del satélite ruso Sputnik – el primer objeto hecho por el ser humano puesto en la órbita de la Tierra – en 1957, Estados Unidos dedicó grandes esfuerzos y recursos para desarrollar nuevas tecnologías de comunicación. El objetivo era crear una red exclusivamente militar para que, en el hipotético caso de un ataque soviético, se pudiera tener acceso a la información enemiga desde cualquier punto del país.
La primera red creada con esta finalidad se llamó ARPANET (por Advanced Research Projects Agency Network) y comenzó a operar en 1969 conectando cuatro instituciones: Universidad de California en Los Ángeles, el Stanford Research Institute, la Universidad de California en Santa Bárbara y la Universidad de Utah. Los ordenadores se conectaban a través del protocolo «Network Control Protocol» (NCP), el cual más adelante evolucionaría y se volvería más complejo.
ARPANET creció con rapidez. En tan solo un año ya conectaba toda la costa este de Estados Unidos. En 1971 se envió el primer correo electrónico gracias a los aportes de Ray Tomlinson del BBN (Bolt Beranek and Newman, Inc), quién inventó el primer programa para enviar mensajes por la Red, combinando un programa interno de correo electrónico y otro programa de transferencia de ficheros. En él, Tomlinson utilizó la arroba (@), un signo que acabó convirtiéndose en el símbolo del correo electrónico. Curiosamente, el investigador necesitaba un signo que separara el nombre del usuario del de la máquina; bajó los ojos a su teclado y eligió la arroba porque necesitaba un carácter que no estuviese en ningún apellido.
La naturaleza descentralizada de ARPANET permitió en 1977 otro tipo de redes que no estaban vinculadas al proyecto original. En 1982 fue creada la European Unix Network (EUNET) con el fin de proporcionar servicios de trabajo en red a organizaciones de los Países Bajos, Dinamarca, Suecia e Inglaterra. A finales de la década del ’80 surgieron los primeros Provedores de Servicios de Internet (o ISP) comerciales, que ofrecían el acceso a Internet a empresas y clientes privados.
A principios de la década del ’90, amplias partes del mundo –generalmente encabezadas por universidades e instituciones de investigación- comenzaron a usar las redes informáticas basadas en los protocolos TCP/IP de forma independiente. Sin embargo, el impacto más importante de Internet al ciudadano promedio llegaría de la mano de la invención de la World Wide Web, en 1989, por sir Tim Berners-Lee.
El ingeniero británico combinó dos tecnologías ya existentes (el hipertexto y el protocolo de comunicaciones de Internet). Su sistema hizo mucho más fácil compartir y encontrar datos en la Web, creando así el modelo de acceso a la información intuitivo e igualitario que hoy utilizamos.
En 1998, el uso de la World Wide Web superó al de otros servicios. La Red dio cabida a múltiples empresas que comenzaron a desarrollar en ella sus actividades comerciales. Posteriormente, los gobiernos de todo el mundo empezaron a presentar sus Webs oficiales y con ello Internet se convirtió en una poderosa herramienta.
En consecuencia, durante toda la década del 2000, el número de personas conectadas a Internet se dobló en promedio cada año. Esto se vio aumentado con la conexión WiFi y la Red Móvil que permitió ampliar los servicios. En Argentina, el 61% de los hogares tiene acceso a la Web, uno de los índices más altos de la región.
Hoy Internet, la red heredera de ARPANET, está presente en nuestra vida de una forma u otra, demostrando eficiencia, rapidez y proximidad entre personas alrededor del mundo.
Jessica E. Petrino
Colaboradora de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
Departamento de Historia
IRI – UNLP.