Aquel 28 de junio de 1919, en las afueras de Paris, dignatarios europeos se congregaron en el Palacio de Versalles para firmar uno de los tratados más conocidos del siglo XX, el Tratado de Versalles, el cual ponía fin a uno de los conflictos mas cruentos de la historia, la Primera Guerra Mundial.
La Primera Guerra Mundial, que estalló en 1914, alcanzó a todos los rincones del mundo, pero tuvo en el Frente Occidental su escenario más violento y destructivo. Acabó el 11 de noviembre de 1918 con un armisticio solicitado por Alemania, casi al borde del colapso, que puso fin a los combates, pero no fue el fin de los problemas.
El 18 de enero de 1919 se inauguró en Paris la Conferencia de la Paz, los aliados se reunieron en esta para acordar los términos de la paz con Alemania. Tenía entre sus principales objetivos privilegiar la seguridad colectiva y respetar el derecho a la libre determinación de los pueblos (dos de los catorce puntos establecidos por el presidente estadounidense Wilson en 1918).
Uno de los resultados de esta conferencia fue el Tratado de Versalles y fue presentado ante Alemania como única alternativa de paz.
El tratado obligó a los alemanes y a sus aliados a asumir toda la responsabilidad como iniciadores de las hostilidades. Esto significó para Alemania no solo su desmembramiento territorial y la aceptación de una deuda de guerra de 33mil millones de euros, sino un desarme casi total de su ejército y flota. Por su parte, Austria se vio obligada a reconocer la independencia de Polonia, Checoslovaquia, Yugoslavia y Hungría.
El acuerdo, rubricado por los dignatarios internacionales, entró en vigor el 10 de enero de 1920 pero no contentó a ninguno. De hecho, sería fuente de futuras disputas, sentando las bases de la Segunda Guerra mundial.
Nahir Borges Licciardi
Colaboradora de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales (CoFEI)
Departamento de Historia
IRI – UNLP