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6 de octubre de 1976: atentado en Barbados

Un 6 de octubre de 1976, un avión Douglas DC-8 partió desde Georgetown, Guyana, con destino a Jamaica, cumpliendo con la misión del vuelo comercial número CU-455 de la aerolínea oficial de Cuba: Cubana. El avión tenía estipulado realizar escalas en Trinidad y Barbados antes de terminar su viaje en Kingston, Jamaica.

A 9 minutos de haber despegado luego de realizar su escala en el aeropuerto de Seawell (Barbados), se registró una primera explosión proveniente de la parte trasera del avión. Tres minutos después se detonó un segundo dispositivo explosivo, terminando de definir el aterrizaje forzoso de la aeronave, cuyo piloto desvió hacia el Océano Atlántico evitando la muerte de las personas presentes en las playas cercanas. El destino final del avión fue a aproximadamente 8 kilómetros del aeropuerto.

Desgraciadamente, el accidente causó que todos los pasajeros del avión perdieran la vida. 73 personas, entre ellos se encontraban distintas autoridades del gobierno comunista cubano, 24 miembros del equipo nacional juvenil de esgrima cubano, estudiantes de medicina guyaneses, y 5 funcionarios del gobierno de Kim Il-Sung, el dictador norcoreano.

A pocas horas del atentado, las autoridades arrestaron a Freddy Lugo y Hernán Ricardo Lozano, dos venezolanos que habían abordado en la escala de Trinidad y desembarcaron en Barbados. Fueron encontrados culpables del hecho, y confesaron actuar bajo las órdenes de Luis Posada Carriles, un ex agente de la CIA de origen cubano, y considerado por las autoridades definitivamente como el autor intelectual del atentado.

Por otro lado, también se arrestó a Orlando Bosch Ávila como un segundo autor intelectual. Bosch era un exiliado cubano que tuvo fuertes vínculos con la CIA y llegaría a estar en la dirección de la Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas.

Luego de la aprehensión de los autores del hecho, la justicia venezolana pidió la adjudicación del proceso judicial relacionado al atentado y la extradición de los autores materiales. Luego de un largo juicio, el 8 de agosto de 1985, la corte venezolana sentenció a Lugo y Ricardo a 20 años de prisión. Por otra parte, Luis Posada Carriles estuvo 8 años detenido en espera a una sentencia definitiva, pero se dio a la fuga, viviendo en Estados Unidos hasta su arresto por ingresar ilegalmente a dicho país. El mismo estuvo encarcelado hasta abril de 2007, y permaneció en los Estados Unidos hasta su muerte en 2018. El caso de Bosch fue el más polémico, pues por cuestiones relacionadas a defectos técnicos jurídicos, fue absuelto de los crímenes que le eran adjudicados. El mismo falleció en 2011 en Miami.

Finalmente, es importante destacar la poca claridad en torno al papel de los Estados Unidos en este atentado. A través de la FOIA (Freedom of Information Act) se desclasificaron documentos que constaban la relación de los autores intelectuales (Posada Carriles y Bosch) con la CIA, que, en un contexto de recrudecimiento de la Guerra Fría, se encontraba en esa época realizando numerosas actividades encubiertas en el Caribe. En conclusión, aunque nunca se pudo confirmar una participación directa de la agencia de inteligencia americana, los autores intelectuales habían desempeñado cargos importantes para dicha institución y pueden haber estado actuando bajo la venia del gobierno norteamericano.

Santiago Robles
Colaborador de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales (CoFEI)
Departamento de Historia
IRI – UNLP