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Ramadán y los enfrentamientos en Jerusalén

El Ramadán es una época de gran significancia para los musulmanes, siendo un mes de ayuno (uno de los pilares del islam) y oración. Es el más sagrado de los meses, en donde se conmemora la entrega del Corán al profeta Mahoma, y suele tener históricamente una gran relevancia en toda la región, no solo en el aspecto religioso y social, sino también desde lo político. Este año no es la excepción.

Entre los hechos ocurridos a lo largo de la región durante este mes sagrado que finaliza, nos detenemos en un escenario que tiene lugar en un punto neurálgico del imaginario del medio oriente: la escalada de tensiones entre palestinos, jordanos e israelíes en Jerusalén.

Tensiones en la ciudad vieja de Jerusalén

Jerusalén suele ser un punto de gran tensión debido a la centralidad que ocupa en las tres grandes religiones monoteístasy ha sido, a lo largo de la historia, una ciudad donde la pluralidad y coexistencia pacífica se intercalan con el conflicto y la tensión política y religiosa. La Explanada de las Mezquitas es considerada, por gran parte del mundo musulmán, como el tercer o cuarto (según quien lo considere) sitio más sagrado del islam. Fue allí donde, según la tradición islámica, ascendió a los cielos el profeta Mahoma. Sin embargo, el prediotiene una importancia religiosa fundamental para los judíos, ya que el “Monte del Templo” es el sitio terrenal más sagrado para el judaísmo.

Este año las festividades del Ramadán, Pesaj y las Pascuas han coincidido en el calendario gregoriano, lo cual agravó las tensiones en un período que suele ser conflictivo, especialmente a causa de que las tres celebraciones atraen peregrinajes masivos hacia la “Ciudad Santa”.

Durante este mes han ocurrido numerosos enfrentamientos en la Ciudad Vieja de Jerusalén, entre las fuerzas de seguridad israelíes y varios grupos de civiles palestinos entre los cuales se hallaban militantes del grupo radical islámico Hamas (identificados con banderas, cánticos y slogans del grupo). Los participantes del enfrentamiento eran una fracción de los miles de peregrinos musulmanes que se movilizaron hacia la Explanada de las Mezquitas para la festividad. Una gran mayoría se mantuvoal margen de los enfrentamientos.

Esta situación ha traído grandes dificultades para el gobierno israelí. La coalición actual de gobierno está compuesta por un grupo de partidos heterogéneos, entre los cuales se encuentran moderados y centristas, así como también partidos árabes islamistas y judíos nacionalistas. La naturaleza propia del bloque ha demostrado fragilidad desde sus inicios. No obstante, en las últimas semanas su vulnerabilidad se ha ido acrecentando y las tensiones en la explanada de las mezquitas agudizan el problema para el gobierno del primer ministro NaftalÍ Bennet, ya que traen al centro del debate público el asunto jerosolimitano.

En el espectro políticoisraelí y particularmente en el de la actual coalición de gobierno, la temática del conflicto palestino-israelí y las tensiones entre musulmanes y judíos son un punto de polarización importante, siendo Jerusalén un catalizador central, no solo por su status religioso, sino también por sus implicancias políticas, por ser la capital de Israel y sede de su gobierno. Igualmente, se encuentra en disputa con la autoridad palestina que la ve como capital de un eventual estado palestino (reconocido por Israel). De esta manera, los hechos que transcurren en la ciudad suelen involucrar y generar debates que abarcan la seguridad, las identidades religiosas y nacionales, y la soberanía política de distintos actores.

Es por esto que el gobierno israelí ha recibido importantescríticas a nivel interno, por parte de la izquierda y los partidos árabes que acusan al gobierno de un uso desmedido de la violencia (de hecho el partido árabe islamista Raam ha suspendido su participación en la coalición con muchos de sus simpatizantes reclamando el abandono de la misma), como también de sectores de la derecha religiosa que acusan al gobierno de no hacer lo suficiente para garantizar la seguridad de la población judía, así como su derecho a acceder al monte del templo para realizar sus oraciones y rituales correspondientes.

No obstante, las tensiones en los sitios sagrados no solo generan complicaciones para las autoridades israelíes. El actual status quo en la ciudad tiene como autoridades al gobierno israelí, pero también a la monarquía jordana (que tiene un rol especial como “protectora” de los lugares sagrados del cristianismo y el islam) y al Waqf islámico de Jerusalén (un fideicomiso religioso que administra los edificios y lugares sagrados musulmanes).

Los eventos que tuvieron lugar durante el Ramadán generaron diversas repercusiones muy relevantes para la parte jordana. Por un lado, a nivel institucional, tanto el Ministro de Relaciones Exteriores.  Ayman Safadi, como el Primer Ministro jordano, Bisher Al-Khasawneh, dieron fuertes declaraciones en contra del accionar israelí. Durante un discurso en el parlamento del Reino hashemita, el Primer Ministro saludó a todos los palestinos y palestinas que según él: “se plantaron de manera valiente y arrojaron sus piedras contra todos los sionistas que profanaron la mezquita de Al-Aqsa con la protección del gobierno de ocupación israelí”. En un comunicado oficial el gobierno jordano expresó que: “el accionar de la policía y las fuerzas especiales israelíes, desde las violaciones contra la mezquita hasta los ataques sobre los feligreses, es barbárico y debe ser rechazado y condenado” además de que estas acciones “socavan todos los esfuerzos realizados para mantener la calma comprensiva y prevenir la escalada en la violencia que amenaza la paz y la seguridad”. Estas declaraciones fueron acompañadas por protestas en Ammán, en donde miles de manifestantes se reunieron a las afueras de la embajada israelí reclamando la expulsión del embajador del país. Las movilizaciones juegan un elemento relevante ya que un porcentaje significativo de la población jordana es de origen o se identifica como palestina.

A su vez, la respuesta internacional fue muy crítica e intensa con el gobierno jordano. Numerosos líderes de Estado y organizaciones multinacionales de todo el mundo árabe y musulmán se contactaron con las autoridades jordanas para transmitir su preocupación respecto a los hechos ocurridos, responsabilizando al gobierno de Jordania por su “rol especial” de garantizar la seguridad de los sitios sagrados del islam.

Todas estas cuestiones comprometen la legitimidad de la familia real hashemita, que recientemente tuvo una crisis palaciega con un supuesto complot por parte del príncipe Hamzah, y obligan al rey Abddalah a posicionarse con cautela en medio de las tensiones.

Los trágicos enfrentamientos, parecen además ser una demostración de fuerza de Hamas, que ha buscado dar la imagen de ser la única fuerza que protege los sitios sagrados del islam en Jerusalén, desgastando al gobierno de Mahmoud Abbas.

Durante los días de Ramadán fueron varias las versiones difundidas por el aparato propagandístico de Hamas, que aseguraban que las fuerzas israelíes buscaban tomar el control del sitio sagrado, y no sólo llamaban a la defensa, la protección del mismoy la resistencia contra las fuerzas de seguridad israelíes, sino que también criticaban la capacidad de las autoridades previamente mencionadas para cumplir su función como garantes y protectoras de la explanada.

La autoridad palestina que bajo el liderazgo del partido Fatah gobierna Cisjordania, teme que los enfrentamientos dañen su imagen de cara a la opinión pública palestina, y comprometan aún más su control político del gobierno autónomo palestino. Las últimas semanas han tenido lugar numerosas intervenciones de las fuerzas de seguridad israelíes en varias ciudades de Cisjordania, a causa de una serie de ataques terroristas. Dicho escenario, ha aumentado enormemente la presión interna por cortar vínculos con el gobierno israelí, especialmente en el área de la cooperación en asuntos de seguridad.

Eid al- fitr

El cierre de este Ramadán con el festejo de Eid al-fitr,cuandose termina el ayuno y suele acompañar una celebración, nos deja con una última reflexión acerca de los hechos transcurridos, cuyo desarrollo seguiremos observando. En numerosas oportunidades, procesos políticos de largo desarrollo se valen de momentos particulares para dar un giro, acelerarse o terminar. Un mes tan importante para millones de personas como es el Ramadán, ha funcionado en esta oportunidad como un catalizador de tensiones que llevan ya varias semanas escalando y probablemente continúen en esa dirección en un contexto global post pandemia que parece transformarse cada vez con mayor rapidez.

El conflicto brevemente descrito, que no solo afecta a los actores locales, sino que involucra otros actores de toda la región y cala profundo en su historia, no tiene de momento una resolución en el horizonte. Sin embargo, son justamente los momentos de tensión y conflicto, en los cuales los distintos liderazgos tienen la oportunidad y el desafío de controlar la escalada de la violencia y buscar alternativas que lleven al diálogo y la conciliación.

Jerusalén es un espacio que no es ajeno a la violencia y los enfrentamientos, pero también es un ejemplo de la coexistencia y el pluralismo, que puede funcionar como un ejemplo de que la paz y la resolución de conflictos en el Medio Oriente son posibles.

Alejandro Ostrovsky
Integrante
Departamento de Medio Oriente
IRI – UNLP