A finales de este mes de mayo se cumplen 10 años de las primeras elecciones luego de la caída de Hosni Mubarak, ¿a qué se debe este acontecimiento? Hagamos un breve recorrido.
La Primavera árabe tuvo sus inicios en 2010 en Túnez y luego fue replicándose con distintos resultados en otros países de la región. En algunos casos trajo guerra civil, como fue el caso de Siria, pero en Egipto se logró el derrocamiento de quien era hasta ese entonces su gobernante, Hosni Mubarak. Esta revolución, que tuvo lugar en determinados países árabes, se debió al hartazgo de la sociedad por años de violaciones a los derechos humanos, corrupción y golpes de estado.
Hosni Mubarak, se convirtió en el presidente de Egipto luego del magnicidio de Anwar el Sadat, quien gobernó dicho país entre 1970 y 1981. Desde aquel entonces, Mubarak se desempeñó como presidente hasta febrero de 2011, cuando debió dejar el poder. Los años de su gobierno se caracterizaron por violentas represiones contra opositores suprimiendo sus actividades y aumentando, como consecuencia, su poder como estadista. También reprimió duramente a aquellos que opinaban distinto, a los intelectuales y hasta empleados públicos. A pesar de haber quitado, por algunos meses en la década del ‘80, el estado de emergencia que poseía Egipto desde 1967 luego volvió a imponerlo hasta 2011. Su poder fue reafirmado en varios plebiscitos, que tuvieron a Mubarak como candidato único, en 1987, 1993 y 1999[1].
A comienzos del 2011, en Egipto tuvieron lugar manifestaciones como consecuencia del cansancio de la sociedad por los años de dictadura de Mubarak. Como mencioné previamente, estas protestas sociales en las calles egipcias, se inspiraron en las manifestaciones que tuvieron lugar en Túnez el año anterior. La respuesta del dictador ante estos revuelos fue reprimir violentamente y prohibir las manifestaciones. Como consecuencia, hubo gran cantidad de personas heridas y hasta fallecidos.
Sin embargo, las manifestaciones continuaron. En aquel entonces, las redes sociales protagonizaron un papel fundamental en la difusión de las manifestaciones y de sus consecuencias. El régimen optó por interrumpir las conexiones a internet y a los servicios móviles.
Por otra parte, y como claro ejemplo de la pérdida del poder del régimen, fue que una parte del ejército[2] egipcio se mostró a favor del derecho a la protesta y las consideró legítimas. El 11 de febrero de 2011, Mubarak dimitió y abandonó el régimen que ostentó desde 1981.
Como consecuencia de la transición y luego de una gran inestabilidad de carácter político y económico[3], en mayo de 2012 se celebraron las primeras elecciones libres tras la caída de Mubarak. Tras una segunda vuelta, se consagró como ganador Mohamed Morsi,candidato de los Hermanos Musulmanes.
Al contrario de lo que podríamos suponer, estas primeras elecciones libres en Egipto tras los años de gobierno de Mubarak, no trajeron la tan ansiada estabilidad política y económica que el pueblo reclamaba. El pueblo deseaba por primera vez elegir a representantes con los que se sintieran identificados. Sin embargo, fue solo el comienzo de una nueva etapa de escalada de violencia.
Referencias:
[1] Colomer, P. (2020). Hosni Mubarak. Retrato de un dictador. Política Exterior. https://www.politicaexterior.com/hosni-mubarak-retrato-dictador/
[2] ámbito.com. (2011). Crisis en Egipto: el ejército considera «legítimas» las protestas. Ámbito. https://www.ambito.com/mundo/crisis-egipto-el-ejercito-considera-legitimas-las-protestas-n3666193
[3] Barcelona Centre for International Affairs. (2012). CIDOB – Egipto, elecciones presidenciales 2012. CIDOB. https://www.cidob.org/es/publicaciones/documentacion/dossiers/egipto_elecciones_presidenciales_2012/egipto_elecciones_presidenciales_2012
Tamara Anahí Fernández
Integrante
Departamento de Medio Oriente
IRI – UNLP