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A2022 Medio Oriente Artículo Ramos

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Los que no pueden salir a la cancha: las malas condiciones laborales de los migrantes de la construcción en Qatar

Rocío A.M. Ramos Vardé[1]

La instrumentalización política del deporte

Históricamente, el deporte es utilizado como una herramienta de soft power que busca promover cierta imagen de una entidad e impulsar determinada propaganda política. Claro está que no es el único ámbito donde ocurre, o ¿acaso tantas películas pro estadounidenses acerca de la Segunda Guerra Mundial no nos hacen dudar 2 veces los hechos históricos? Según el filósofo esloveno Slavoj Žižek, el poder recae precisamente en esa capacidad discursiva de materializar lo intangible -el conjunto de ideas-, es decir de generar una imagen y proyectarla -a través de los aparatos ideológicos del Estado- generando así un efecto en las prácticas sociales, siendo la principal función  la  producción  y  legitimación  de las  relaciones  de  poder (García y Aguilar, 2017). Esta instrumentalización dependerá según el contexto y los objetivos específicos de ese entonces. Pueden variar desde buscar un acercamiento a algún país, como fue el caso de la Diplomacia del Ping-Pong entre China y Estados Unidos, a promover una integración interna, como el caso de Mandela en el 95 con la Copa del Mundo de Rugby; mera rivalidad como los picos de tensión entre EE.UU y la URSS durante los Juegos Olímpicos que tuvieron lugar durante la Guerra Fría, o completos lavados de imagen para mostrar una realidad ficticia, como el caso de la Copa Mundial de Fútbol masculina del 86 en Argentina. Ya sea por una cuestión de cooperación, competencia o búsqueda de prestigio, la conclusión es simple: los eventos deportivos y todo lo que sucede a su alrededor son el escenario ideal para hacer política.

Este año se juega la Copa del Mundo en Qatar y la monarquía árabe no escapa a esta instrumentalización del deporte. Por el contrario, se encuentra realizándolo en su máximo esplendor. A diferencia de ediciones anteriores, el Mundial tendrá lugar entre noviembre y diciembre, debido a que las altas temperaturas imposibilitan realizarlo a mitad de año, como suele ser costumbre. En lo que va del año, se realizó el sorteo de grupos, se presentó la canción oficial e inició la venta de entradas. La realidad es que no falta tanto como parece, sin embargo, los preparativos para este evento masivo deportivo comenzaron hace tiempo, con todo lo que ello conlleva.

Un inicio polémico

En Zurich, en 2010, tuvo lugar la votación para las ediciones de la Copa Mundial de Fútbol 2018 y 2022. Siguiendo la rotación por continentes, para este último se presentaron como candidatos de sede Australia, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y Qatar. Para que un país quede oficialmente electo, debe contar con la mayoría absoluta de los votos del Comité Ejecutivo de la FIFA. Qatar así se convertiría en el primer país árabe en hospedar una Copa de estas características, lo cual es muy positivo, pero la gran sorpresa se debió más bien a que nunca había participado del evento con anterioridad. Por ende el interés, estaba basado más bien en una cuestión de prestigio internacional, crecimiento interno y turismo. La elección inmediatamente fue percibida como el resultado del pago de sobornos del gobierno qatarí a los miembros de la FIFA. A pesar de que una supuesta investigación independiente llevada a cabo por la Federación de Fútbol no encontró evidencia condenable, una línea de indagación francesa continúa abierta. Acá surgen 2 grandes interrogantes: ¿qué cambió internamente en el emirato que generó ese interés repentino en ser sede por allá en 2010? Y, ¿qué pasaría, estando tan cerca del evento, si la línea de investigación francesa corroborara la veracidad de los pagos ilegítimos de Qatar hacia la FIFA? Con tanta plata en juego y estando tan cerca del gran evento, difícilmente suceda algo. Los antecedentes de suspensiones tanto de juegos Olímpicos como de Mundiales de Fútbol suelen estar ligados a causas extremas, como la Primera y Segunda Guerra Mundial. Aunque ciertamente se han llevado a cabo boicots liderados principalmente por Rusia y EE.UU. como es el caso de Moscú 1980 o Los Ángeles 1984. Actualmente, por la invasión a Ucrania también tiene lugar algo similar para ejercer presión sobre Rusia.

Migrantes, trabajadores y derechos sociales

Todo país que vaya a albergar un evento de semejante magnitud debe prepararse ediliciamente para recibir al aluvión de turistas. Principalmente, se considera la construcción de estadios, hoteles y todo tipo de carreteras como ejes fundamentales. Qatar no es la excepción, aunque ciertamente tiene a favor su economía, basada en yacimientos petrolíferos y gas natural, que lo convierte en uno de los países con mayor PBI per cápita del mundo. La construcción genera empleo, y el emirato llena las vacantes con “mano de obra barata”, por lo general, migrantes de Asia del Sur, de países como Sri Lanka, India, Bangladesh o Nepal. Los trabajadores migrantes representan el 90% de la mano de obra, unos 1.7 millones de personas (Amnistía Internacional [AI], 2016). Llegaron con sueños de alcanzar cierta prosperidad y terminaron víctimas de abusos y explotación laboral. En este breve informe exponemos su historia, el estado de situación actual y lo que significa estar tan prontos al Mundial.

Hasta hace unos años regía el sistema kafala en su plenitud, basado en sponsoreo, un sistema de esclavitud moderno en el que los empleados le ceden casi en su totalidad sus derechos a los empleadores; sus libertades se ven limitadas viéndose obligados a contar con el consentimiento de sus jefes para realizar determinadas acciones. Las críticas produjeron la abolición de algunos puntos de este sistema (Organización Internacional del Trabajo [OIT], 2020), aunque dado que muchos siguen vigentes, no significó un gran cambio en materia laboral. En este sentido, organizaciones como Human Rights Watch [HRW] declararon el año pasado que estas “prácticas perpetúan el abuso, la explotación y las prácticas de trabajo forzado” (HRW, 2021). Por ejemplo, una de las cuestiones más polémicas es que al tratarse de un sistema de patrocinio, el empleador es de quien depende el estatus legal respecto al permiso de residencia del trabajador, ya sea renovar o cancelar el mismo. Huír sin contar con el consentimiento del patrón es considerado un delito hasta el día de hoy.

Esto se suma a la problemática de retención de documentos. El organismo de DD.HH denuncia que la confiscación de pasaportes, las elevadas tarifas de contratación y las prácticas engañosas de contratación permanecen en gran parte impunes. Los trabajadores tienen prohibido afiliarse a sindicatos o hacer huelga” (HRW, 2021).  A esto hay que agregarle, salarios escasos, pago tardío, amenazas, centros habitacionales en malas condiciones, hacinamiento, y condiciones extremas de trabajo, como soportar los altos calores, trabajar sin descanso ni pausas y con jornadas laborales de más horas que las permitidas. Fue debido a la presión de los organismos de derechos humanos y a la prensa internacional, que se llevaron a cabo ciertas reformas para modificar el trato hacia los trabajadores migrantes. Aunque claro está, los cambios en la legislación fueron mínimos en relación a la magnitud del problema, y aún así, ni siquiera son respetados. Actualmente, por el silencio cómplice de la comunidad internacional, Amnistía Internacional denomina como “Mundial de la vergüenza” al próximo evento deportivo y sin dudarlo mucho declaran: “los migrantes que construyen un moderno estadio para la Copa Mundial (…) en Qatar sufren abusos y explotación… mientras la FIFA obtiene enormes beneficios” (AI, 2016). Por ende, nuevamente establecen un nexo entre el rédito económico de los grupos de interés vinculados al evento y la libertad que posee el gobierno qatarí como resultado de ese mismo poder financiero con el que cuentan.

En lo que respecta a fatalidades, según la BBC (2022), medios británicos sostuvieron que desde el 2010, 6500 trabajadores extranjeros perdieron la vida en Qatar. Sin embargo, el gobierno respondió que la cifra era engañosa debido a que se contabilizó erróneamente a todos los migrantes, inclusive a los radicados hace tiempo, no se limitó al rubro de la construcción y se ignoran las causas de deceso. De acuerdo al conteo oficial, entre el 2014 y el 2020 solo fallecieron 37 trabajadores en la construcción de estadios, como el de Jalifa. Por su parte, la OIT indirectamente desmiente ambas cifras con su reporte “Uno es demasiado: la recopilación y el análisis de datos sobre lesiones laborales en Qatar” (OIT, 2021) en el que concluyeron que solo durante el 2020 en contextos de construcción tuvieron lugar 50 fallecimientos. Sin embargo, aclaran que el total está basado en “los datos recogidos en todas las instituciones médicas que atienden a los trabajadores lesionados en el país” (OIT, 2021). Por ende, al no tratarse de una recolección completa, directa e independiente por parte del organismo, Amnistía Internacional considera que los valores no son los exactos. Precisamente, en su documento titulado “Reality check 2021: a year to the 2022 World Cup” (AI, 2021) informan que el Estado árabe, en relación a estos decesos de trabajadores migrantes, está fallando en 3 sentidos: no previenen las muertes, no investigan ni certifican bien las mismas (lo que generaría siempre un recuento erróneo) y no otorgan remedio o subsanación a las familias. En cuanto a ganancias de los principales actores, Amnistía presenta lo siguiente:

Es debido a ello que la entidad actualmente está proponiendo que se indemnice a todos los trabajadores víctimas de explotación laboral. No solo Qatar falló en sus responsabilidades de protección, sino que la FIFA al no haber ejercido presión, en parte fue cómplice del asunto (AI, 2022).

Si nos preguntásemos qué esperar hasta el comienzo de la Copa Mundial, es sumamente improbable que haya un retroceso a esta altura. Como lamentablemente suele pasar, los derechos sociales quedaron por detrás de los intereses económicos. Sin embargo, lo que sí se puede esperar son protestas, movilizaciones y medidas de los propios planteles deportivos y de los turistas que arriben. Aunque este pequeño racconto está basado en la cuestión de sobornos y derechos laborales, otro punto álgido basado en aspectos culturales y de orden legal interno, es la ilegalidad de la homosexualidad y la prohibición de demostraciones físicas o de afecto en la vía pública, lo que también podría generar futuros conflictos durante el evento deportivo.

La realidad es que como resultado de la presión que existió durante estos últimos 10 años, Qatar amoldó mínimamente su régimen legal. Aunque la práctica no demuestra grandes cambios, todavía quedan meses por delante donde pueden tomar pasos en la dirección correcta garantizando el respeto de derechos laborales hacia los migrantes. Quiérase o no, la Copa Mundial no deja de ser una performance donde no solo los jugadores son observados, sino toda la élite política. Hagan lo que hagan, estarán bajo el escrutinio internacional.

Notas

[1] Estudiante de Relaciones Internacionales y Ciencia Política Gobierno y Administración (Universidad de Belgrano). Integrante del Departamento de Medio Oriente (IRI-UNLP). E-mail de contacto: rocioramosvarde@gmail.com

Referencias bibliográficas

García, G. y Aguilar C. (2017) La teoría de la ideología de Slavoj Zizek. Poliéticas. Disponible en t.ly/FlMV

Amnistía internacional (14/04/2016). Qatar, la copa mundial de la vergüenza. Disponible en t.ly/8uGW

Organización Internacional del Trabajo (30/08/20). La desarticulación del sistema kafala y la implantación de un salario mínimo marcan una nueva era para el mercado laboral de Qatar. Disponible en t.ly/EdkCz

Human Rights Watch (2021) World Report 2021: Qatar. Disponible en t.ly/pFBZ, consultado el 06/04/2022.

BBC (01/04/2022) Qatar 2022: ¿por qué es tan polémico el Mundial de fútbol? Disponible en t.ly/T0Lo, consultado el 06/07/2022

Organización Internacional del Trabajo (2021) One is too many: the collection and analysis of data on occupational injuries in Qatar. Disponible en t.ly/sgJB

Organización Internacional del Trabajo (18/11/2021) La OIT publica un informe sobre las muertes y lesiones relacionadas con el trabajo en Qatar. Disponible en t.ly/Teas

Amnistía Internacional (2021) Reality check 2021: a year to the 2022 World Cup: the state of migrant workers’ rights in Qatar. Disponible en t.ly/VFCm

Amnistía Internacional (2022) FIFA: es hora de indemnizar a la población trabajadora migrante de Qatar. Disponible en t.ly/W5yz