Su reconocimiento oficial es limitado y genera controversias. De hecho, la recopilación bibliográfica sobre el tema es escasa y produce algunas contradicciones. Se trata del denominado “Genocidio de los griegos pónticos”, una serie de eventos que tuvo lugar en Asia Menor durante los tiempos previos y posteriores a la Primera Guerra Mundial (1914-1918) por parte de autoridades otomanas. Más específicamente, habrían ocurrido en la región turca de Pontos, un área histórica al sur del Mar Negro que fue helenizada durante los tiempos de Alejandro Magno.
Las estimaciones sobre los asesinatos que habrían sido cometidos varían enormemente: algunas fuentes indican cifras que rondan las 300.000 mil víctimas, y otras arrojan números que superan el millón de fallecidos. Por ese motivo, los griegos se refieren a los acontecimientos como una limpieza étnica perpetrada por parte del entonces Imperio Otomano contra la población helena y cristiana en la península de Anatolia a principios del siglo pasado. Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Gobierno Federal de los Estados Unidos -salvo algunos estados- no reconocen al hecho como un genocidio. Por su parte, Turquía ha acusado al Gobierno griego de “distorsionar la historia”.
Lo cierto es que, entrada la Primera Guerra Mundial, la región que pertenece en la actualidad al Estado turco mantenía una enorme diversidad étnica que generaba constantes enfrentamientos. De ese modo, se ha acusado a las autoridades otomanas de perpetrar un proceso de purga con el fin de garantizar la integridad nacional de Turquía. Uno de los hechos más destacables dentro de esa política es el Genocidio armenio, un acontecimiento que también ha generado polémica y versiones cruzadas.
Una vez derrotado el Imperio Otomano tras el fin de la Gran Guerra, estalló en la región un conflicto armado entre el Reino de Grecia y los revolucionarios del Movimiento Nacional Turco. Durante esta guerra (1918-1922) se produjeron numerosas denuncias de crímenes, atrocidades y persecuciones étnicas entre un bando y otro. Los hechos, que culminaron con la victoria turca, produjeron un enorme intercambio de poblaciones entre ambos países: más de dos millones de personas -griegos cristianos y turcos musulmanes- fueron tratados como refugiados y expatriados de sus lugares de nacimiento.
Las tensas relaciones entre Grecia y Turquía han estado marcadas por estos acontecimientos y han sido conflictivas hasta la actualidad. De hecho, las aspiraciones del Estado euro-asiático de ingresar a la Unión Europea han sido constantemente bloqueadas por los Gobiernos helenos.
Juan Martín de Chazal
Colaborador de la Red Historia de las Relaciones Internacionales
Departamento de Historia
IRI – UNLP