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Golpe de Estado en Níger: efectos regionales e internacionales 

El miércoles 26 de julio de 2023 oficiales militares de África Occidental de Níger derrocaron al presidente elegido democráticamente, Mohamed Bazoum. De esta manera, se consuma en el Sahel otro golpe de Estado que pone en jaque la construcción democrática en la región. Las fuerzas armadas golpistas, mediante un comunicado televisivo, anunciaron que el golpe se “debió al deterioro de la situación de seguridad y la mala gobernanza” e indicaron también que las fronteras del país se mantendrían cerradas.

Esta situación pone en relieve al menos las dos siguientes cuestiones centrales: antes que nada, el deterioro de la ya vulnerable situación de garantía de derechos humanos en la sociedad civil nigerina; y en segundo lugar, el posible fortalecimiento de los regímenes autoritarios en la región que se expanden con gobiernos militares en Mali, Guinea y Burkina Faso. En este sentido, cabe señalar que lo acontecido en Níger despertó temor en algunas de las potencias de arraigo histórico en la región, como es el caso de Francia, cuya influencia en África Occidental y en el Sahel se viene difuminando a medida que los gobiernos oficialistas son derrotados con consignas “anticoloniales”, y también despertó el interés de Rusia, que ya tiene puesto un ojo sobre la situación.

¿Qué aconteció en Níger?

Niger ha sido foco de cuatro golpes de Estado desde su independencia en 1960. Bauzum, presidente desde 2021, había comenzado su mandato hacia una transición pacífica y democrática de Níger, aunque ciertos grupos militares también intentaron asumir el poder sin éxito justo dos días antes de su asunción. Además de esta condición histórica de fuerte participación de los militares en la esfera política nacional, se suma el malestar de la situación económica y financiera del Estado africano, de lo que derivan fuertes consecuencias en materia social.

Sumado a ello, se agregan condicionantes de inseguridad en prácticamente la totalidad del territorio, con el surgimiento de grupos yihadistas extremistas que se articulan en células terroristas como Boko Haram y distintas redes de ISIS. Inclusive, Francia, que era uno de los estados con los cuales Níger contaba con amplios acuerdos en cooperación militar y seguridad, había llegado a tener presencia de militares desplegados para garantizar el control en algunos puntos territoriales. Por ello, uno de los ejes discursivos de los militares invoca a recuperar la soberanía en defensa y a expulsar a los franceses que intervienen tanto en el país como en la región.

¿Qué significa para la región y la comunidad internacional?

Los hechos ocurridos en Níger podrían afectar la dinámica de la región, en un contexto de insurgencias y golpes militares inminentes, ya que otros tres países de la región del Sahel -Burkina Faso, Guinea y Mali- han sido afectados por golpes militares desde el año 2020. Por su preocupación, tras una reunión de emergencia, la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO/ECOWAS por sus siglas en francés e inglés), conformada por 15 países de la región, realizó un comunicado denunciando el golpe. El presidente del organismo y presidente de Nigeria, Bola Ahmed Tinubu, dijo que sus miembros no retrocederán en la “resolución de defender y preservar el orden constitucional”. A su vez, la CEDEAO anunció que si a una semana del comunicado no había una restitución del orden constitucional, se avanzaría en medidas de fuerza para restaurar el orden, aunque no se detalló con gran precisión su contenido. Además, el organismo impuso sanciones financieras y de viaje a los líderes militares involucrados en el golpe de Estado.

Por su parte, en la comunidad internacional las tensiones se centran en Francia, por sus vínculos históricos con la región y el desplazamiento de su influencia que el golpe supone, teniendo en cuenta además que el gobierno golpista anunció que se suspendían los acuerdos respecto a la extracción de oro y uranio con las empresas francesas en territorio nacional. Es importante subrayar además que este impulso del sentimiento “antifrancés” vino acompañado de videos de manifestaciones en la embajada de Francia en Níger bajo el canto de “abajo Francia, viva Putin”.

En este plano, entra esta potencia oriental que hace tiempo viene tejiendo vinculaciones importantes con los regímenes autoritarios de la región. Principalmente, mediante asistencia en materia de seguridad de manera informal vía Grupo Wagner, empresa militar privada que es instrumentalizada por el Kremlin. Sin embargo, estos grupos no solo ejercen anclajes militares, sino también articulan contratos extractivistas, se configuran como agentes políticos y hacen base en estrategias de difusión de desinformación.

Por ello, no se descarta la idea de que una junta militar en Níger pueda imitar los acontecimientos de los países cercanos, como Mali, cuyos golpistas expulsaron a una fuerza de mantenimiento de paz de Naciones Unidas mientras estrecharon vínculos con el grupo Wagner.

En definitiva, Níger afronta desafíos por demás complejos, con una agenda que va desde la restitución del orden constitucional a la garantía de derechos civiles, hasta la discusión de soberanía de sus recursos e influencias internacionales.
Martín Jorge
Eugenia Suviré
Integrantes
Departamento África
IRI – UNLP