Departamento de América Latina y el Caribe
Artículos
La condescendencia hecha política. Breve resumen de la política sobre la Cuestión Malvinas del gobierno de Macri
Aguirre Guevara Emiliano Gabriel
Desde la ocupación británica de las Islas Malvinas en 1833 que la República Argentina reclama por la restitución del archipiélago austral. Sin embargo, desde la recuperación democrática de 1983 y tras el conflicto bélico entre argentinos y británicos por el control del archipiélago austral del año anterior, los sucesivos gobiernos argentinos han construido sucesivamente distintas estrategias para el abordaje de la Cuestión Malvinas, generando rupturas con las de sus inmediatos predecesores y sin darle continuidad a directrices generales que delimiten una política de Estado.
En el presente trabajo se abordará la política del gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) con respecto a la Cuestión Malvinas, justamente delineada por la ruptura con las políticas de los gobiernos kirchneristas que le antecedieron y por la subordinación a la estrategia general de inserción internacional que la administración macrista declamaba. En este sentido, el giro al reencauzamiento que la administración macrista va a darle a la relación bilateral con el Reino Unido va a estar signado por la noción de la “lógica de la aquiescencia”, por la que se van a consentir y aceptar los intereses británicos de la agenda bilateral en desmedro de los intereses argentinos en el litigio de soberanía, en función de generar mecanismos de confianza con la contraparte británica (y con los británicos asentados en las Islas Malvinas) y de incrementar el saldo comercial total entre ambos países.
I
Las Islas Malvinas se encuentran ubicadas a 550 kilómetros al este de la Patagonia (y a 12.300 kilómetros de Londres en línea recta), dentro de la plataforma epicontinental argentina, y son un punto clave para el control del Atlántico sur.[1] Son al día de hoy uno de los últimos enclaves coloniales en el mundo, encuadrado como tal en Naciones Unidas a partir de la Resolución 1514 de la Asamblea General. A su vez, dicho organismo internacional invita al diálogo por la Controversia de soberanía entre Gran Bretaña y la Argentina a partir de la Resolución 2065 (Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, 1965).
Desde comienzos del presente siglo los gobiernos kirchneristas han tenido una activa política de instar al diálogo con Gran Bretaña a partir de la presión diplomática, basados en el apoyo de los países de la región y del G77+China, entre otros bloques, y de una incesante instalación del tema en todo foro internacional existente. Junto con eso, implementó una serie de medidas económicas para dificultar la presencia colonial en el archipiélago austral, tales como la prohibición de los vuelos chárter de LAN-Chile sobre el espacio aéreo argentino, la denuncia de la Declaración Conjunta sobre la exploración y explotación de hidrocarburos y el congelamiento de la Comisión de Pesca del Atlántico Sur (Biangardi, 2012: 156). Además de la denuncia por la militarización de las islas por parte de Gran Bretaña, situación varias veces advertida (Clarín, 2013).
La asunción de Macri bajo la Alianza Cambiemos a la presidencia marcó un reordenamiento de la diplomacia argentina, con vistas fundamentalmente a un mayor alineamiento con Occidente. La idea fuerza de “volver al mundo”, bajo la perspectiva de lo que Russell y Tokatlian denominan la “lógica de la aquiescencia” (Russell y Tokatlian, 2013:162), en el sentido de que se consiente y asimila la condición de país subordinado en el sistema internacional, lo que se traduce en una estrategia de acoplamiento a las agendas exteriores fundamentalmente de Estados Unidos, aunque también de los países de Europa Occidental. Así, dicha inserción occidental pondría a la Argentina en condiciones privilegiadas para obtener resultados favorables, como por ejemplo la recepción de inversiones o algún otro beneficio material o simbólico. En este sentido, el nuevo gobierno creía en “la necesidad de promover el multilateralismo económico y político y las reglas de gobernabilidad económica y política global en los distintos foros internacionales (G-20, OMC, Naciones Unidas), como escudos protectores” (Mántaras, 2019: 225-226) en contraposición al supuesto aislamiento en el que, bajo la perspectiva macrista, la República Argentina había caído durante los años kirchneristas.
Susana Malcorra ha sido la titular del Ministerio de Relaciones Exteriores desde el inicio del mandato de Macri hasta julio de 2017. Fue ella quien planteó desde un primer momento que los pilares de la estrategia exterior del gobierno de la Alianza Cambiemos eran los de la eliminación de la pobreza, la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo y el establecimiento de mecanismos institucionales (Simonoff, 2016: 2), lo que marca un acercamiento con las agendas de seguridad, narcotráfico y terrorismo de Estados Unidos, como así también con la institucionalidad del mundo liberal como la OMC, el FMI y BM, el Foro de Davos, el G-20 y la intención de ingresar a la OCDE. Desde esta perspectiva, la declamada “inserción inteligente al mundo” resulta una inserción pro-occidental, “que debe atender las demandas de los estados centrales, el sector financiero transnacional y los organismos multilaterales de crédito· (Busso, 2017:4).
II
En cuanto al vínculo con el Reino Unido, el gobierno de Cambiemos procuró una reconstrucción de las relaciones, buscando a partir de la fórmula del Paraguas de soberanía[2] un mayor nivel de acuerdos en materia comercial y otras áreas, dejando de ser prioridad la disputa por la soberanía del archipiélago austral[3]. Sobre este tema Malcorra especificó que en la relación bilateral hay un 80% de entendimiento y un 20% en el que no (que es Malvinas), entonces la prioridad estaba en trabajar en producir resultados en el 80% (Del Pópolo, 2020: 254). Y dentro de ese 20%, una de las búsquedas era la de recomponer el vínculo con los ciudadanos británicos que ocupan las Islas, hostigados por la Argentina durante el kirchnerismo (Del Pópolo, 2020: 255).
La recomposición de la relación bilateral mostró una importante fluidez en los contactos al más alto nivel entre ambos gobiernos. Durante el año 2016 se sucedieron varios intercambios bilaterales entre los que se destacan la reunión que Macri tuvo con el Primer Ministro británico David Cameron el 21 de enero en el Foro de Davos, en el que se estableció la intención británica de expandir el comercio bilateral (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2016: 6) y la carta enviada en julio por su sucesora Theresa May al Presidente argentino para solicitarle que levante las restricciones vigentes (según la Ley 26659[4]) a la exploración de petróleo y gas en las aguas circundantes a las Malvinas, como así también la reanudación de los vuelos entre continente e islas (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2016: 18). También se suscitó un breve encuentro informal entre ambos mandatarios en septiembre en Nueva York, en ocasión de las sesiones de la Asamblea General de la ONU en la que el Presidente argentino afirmó que la Primera Ministra estaba dispuesta a sentarse a negociar por la soberanía de las Islas, cuestión que fue rápidamente desmentida por el Foreing Office (La Nación, 2016).
De entre todos los contactos entre Argentina y el Reino Unido el que más resalta es el viaje del Ministro de Estado para Europa y las Américas del Foreing Office y virtual Vicecanciller Sir Alan Duncan, quien en septiembre del 2016 viajó a Buenos Aires en ocasión de la realización de un Foro de inversiones organizado por Presidencia de la Nación junto con cuarenta empresarios británicos (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2017: 2). Asimismo, participó junto al Vicecanciller argentino Carlos Foradori de una reunión de trabajo de la que salió un Comunicado Conjunto de sendas cancillerías en el que se mencionaron varios temas que afectan a la relación bilateral al que se denominó Acuerdo Foradori-Duncan, en el que se comprometían a llevar adelante una agenda común de cooperación en distintos temas, como la Cumbre del G-20, Comercio e inversiones, el apoyo británico al ingreso argentino a la OCDE, cuestiones sobre Educación, Cultura, Derechos Humanos, Género, Ciencia y Tecnología, Seguridad y Defensa, entre otros (Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, 2016b). El aspecto más controversial de dicho comunicado es el referente al Atlántico Sur. En ese apartado ambos gobiernos se comprometieron a trabajar en “…un diálogo para mejorar la cooperación en todos los asuntos del Atlántico Sur de interés recíproco. […]. En este contexto se acordó adoptar las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos.” (Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, 2016b).
Las repercusiones fueron automáticas. Mientras que las autoridades del gobierno británico de ocupación en Malvinas celebraron los términos del comunicado entre las cancillerías de la Argentina y el Reino Unido (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2017: 2), el gobierno argentino tuvo que salir a contestar las críticas de la oposición política y hasta a miembros de la propia coalición gobernante por el peligro a la violación de la soberanía argentina que dicho acuerdo podría conllevar. En ese sentido, el Vicecanciller compareció ante la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados expresando que el comunicado conjunto no era un acuerdo o tratado sino que “establece una hoja de ruta y algunas premisas, pero de ninguna manera tiene carácter vinculante porque para eso debería tener un nivel de detalle que no tiene este comunicado conjunto. Y además debería tener firmas” (Tiempo Argentino, 2016). Las inconsistentes respuestas a los cuestionamientos de los Diputados integrantes de dicha Comisión, tanto de las dudas sobre los alcances de la denominada Hoja de ruta como así también de las competencias compartidas entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo en materia de política exterior precipitaron la salida de Foradori de su cargo de Vicecanciller (HCDN, 2018), como así también la Resolución de la Cámara Baja afirmando que
“La Cámara de Diputados de la Nación declara el rol insoslayable del Honorable Congreso de la Nación en la adopción de medidas de política exterior, puntualmente en materia de pesca, hidrocarburos, navegación y aquellas que afecten lo establecido en la primera disposición transitoria de la Constitución Nacional, que dispone la reafirmación permanente de la legítima e imprescriptible soberanía de la República Argentina sobre Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional” (HCDN, 2018).
Dentro de la sociedad civil argentina también se suscitaron críticas por la hoja de ruta suscripta. En ese sentido, el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas de La Plata (CECIM La Plata) planteó que la parte referida al desarrollo de la pesca y la explotación hidrocarburífera implicaban únicamente un beneficio para el gobierno británico y para la administración británica de las Islas (Del Pópolo, 2020: 257). Es que el concepto de “remover obstáculos” va en el sentido de la carta enviada por Theresa May a Mauricio Macri antes mencionada, en función de la Ley 26659, que restringe las posibilidades de cualquier persona física o jurídica de realizar actividades de exploración y explotación de hidrocarburos en la plataforma continental argentina sin el consentimiento del Estado nacional, estableciendo multas altísimas, inhabilitación para operar en todo el país y penas de prisión, lo que es un marco regulatorio específicamente para evitar la exploración y explotación bajo aprobación del gobierno colonial británico de las zonas cuya jurisdicción declama.
El 2016 finalizará con el acuerdo suscripto en Londres por ambas partes con el Comité Internacional de la Cruz Roja para la identificación de los restos de soldados argentinos enterrados en el Cementerio de Darwin (Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, 2016a) aunque ya para junio se publicaban en la prensa argentina versiones sobre dicho acuerdo humanitario (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2016: 16). Durante ese mismo viaje a la capital británica, el Vicecanciller Villagra Delgado acordó con su contraparte la reanudación de los vuelos entre las Islas y el continente, más precisamente de la ruta semanal entre Punta Arenas y Mount Pleasant operada por LAN Chile con una escala mensual en Río Gallegos, y la ampliación de una nueva ruta que no sea operada por Aerolíneas Argentinas (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2017: 6).
El 2017 transcurrió con menos novedades en cuanto a la relación bilateral con respecto al Atlántico Sur que el primer año de gestión macrista. Aunque si bien hubo intenciones de parte del gobierno argentino de propender a la firma de un acuerdo para el incremento tanto de las inversiones como del comercio bilateral en el contexto de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (conocido como Brexit) (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2017: 7), la relación entró en un impass con respecto al ritmo que había tomado el año anterior. Tal es así que May canceló a último momento un encuentro con Macri en el contexto del G-20 que se desarrollaba en Hamburgo en julio (Del Pópolo, 2020: 259) e instó al Primer mandatario argentino a que cumpla con los compromisos públicos contraídos entre ambos gobiernos (Página/12, 2017), plegándose a las denuncias de los representantes del gobierno de ocupación británico ante el Comité Especial de Descolonización de la ONU por el incumplimiento del gobierno argentino del acuerdo suscripto en septiembre del 2016 (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2017: 15).
Se evidencia así la diferencia de la percepción de los consensos alcanzados entre ambos países con el Acuerdo Foradori-Duncan. El gobierno argentino presentó el comunicado como una mera Hoja de ruta, con una fórmula un tanto vaga e imprecisa para no llamarlo Acuerdo o Tratado, ya que no contaba siquiera con el beneplácito del conjunto de la propia coalición gobernante y menos aún de la oposición, por lo que un acuerdo o tratado en ese sentido jamás hubiera pasado el filtro del Congreso, ya que además la “remoción de obstáculos” implicaba necesariamente un cambio en la jurisprudencia argentina. De todas formas, para el gobierno británico el acuerdo firmado sí era vinculante y por ello mismo exigible. También quedaba sobre el relieve las diferencias de tono para llevar adelante las negociaciones. Mientras que el gobierno argentino solicitaba casi con amabilidad y condescendencia lo que podían ser vistos como sus propios intereses dentro de la relación bilateral (el incremento del comercio bilateral y de las inversiones británicas en la Argentina), la parte británica exigía con vehemencia el avance en sus intereses de la agenda bilateral, relacionados con la reanudación de los vuelos, hidrocarburos y pesca. Esto sin perjuicio de incrementar unilateralmente la presencia militar en el archipiélago austral, que fue denunciado intermitentemente por la Cancillería y ya no de forma sistemática (Del Pópolo, 2020: 260). No obstante, el año termina con el anuncio de la Cruz Roja Internacional en el que destaca la identificación de 88 de los 123 restos de soldados argentinos exhumados en el Cementerio de Darwin (Del Pópolo, 2020: 263).
III
El año 2018 fue bastante singular para la diplomacia argentina a causa de tener la Presidencia pro-témpore del G-20 y por lo tanto ser la sede de la Cumbre de mandatarios del Foro que reúne a las principales economías del planeta, a lo que el gobierno le dedicó ingentes esfuerzos para proyectar la imagen de país inserto en el mundo que la administración macrista declamaba. En este sentido, propendió a avanzar en la agenda bilateral con el Reino Unido en función del Foradori-Duncan. Tal es así que en el contexto de la realización de la Cumbre de Buenos Aires y de una reunión bilateral de Macri con May, pretendió anunciar la aprobación de un segundo vuelo semanal entre Islas y continente, operado por LATAM, que une la ruta Sao Paulo – Mount Pleasant con una escala mensual en Córdoba, aunque la primicia la dio la autoridad colonial en las Islas tres días antes. En la mencionada reunión bilateral, Macri aprovechó para agradecer el apoyo británico para el ingreso de la Argentina a la OCDE e instó a la participación de inversiones británicas en energía y minería. Por su parte, la Primera Ministra agradeció la invitación y por el nuevo vuelo semanal desde Brasil (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2019: 5).
En materia de Defensa se llevaron a cabo ciertas medidas por parte del gobierno argentino para generar confianza en la contraparte británica. En línea con un primer acercamiento en el que se invitó a un cadete de la Royal Navy a que participara del tradicional viaje del Buque Escuela ARA Fragata Libertad en 2017 (Clarín, 2017), en julio del 2018 el Poder Ejecutivo oficializó una nueva Directiva de Política de Defensa Nacional en la que se niega una hipótesis de conflicto entre la Argentina y el Reino Unido por el archipiélago austral. De esta manera, se caracterizó que “la reciente mejora en la relación con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte favorece un espacio de oportunidad para incrementar la operación bilateral” y que “promueve el interés nacional de preservar y explotar los recursos naturales allí existentes” (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2018: 11). Pocos meses después se publica la noticia de que Argentina volvería a adquirir equipamiento y repuestos militares de Gran Bretaña para sus Fuerzas Armadas[5] (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2019: 2).
En cuanto a la actividad ictícola se celebró en mayo en Buenos Aires una reunión del Subcomité científico de la Comisión de Pesca del Atlántico Sur, de la que participó John Barton, el Director de Recursos Naturales del gobierno colonial británico en Malvinas, quien calificó la reunión de “Positivo desenlace para las Falklands de las conversaciones sobre pesca” (Tiempo Argentino, 2018). Allí se acordaron mecanismos para la conservación de recursos pesqueros y de intercambio de información científica, como así también la posibilidad de realizar cruceros científicos conjuntos (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2018: 8). En el mismo sentido se avanzó en la subsiguiente reunión realizada en noviembre en Londres (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2019: 5). Bajo estos acuerdos zarpó en febrero del 2019 la misión científica conjunta argentino-británica para el estudio del calamar Illex argentinus, con el objetivo de “…confirmar las áreas de concentración estivales de los cefalópodos, calcular la biomasa y número de ejemplares de la especie y obtener muestras biológicas para saber más de la estructura poblacional de las especies.” (Sputnik News, 2019). Una necesidad crucial para los isleños, cuya principal actividad de exportación es la pesca, rama que representa casi el 50% del PBI del archipiélago[6] y el 30% de los ingresos fiscales en términos de inversiones y venta de permisos (Clarín, 2019). En consecuencia, en abril del 2019 el titular de la Asamblea Legislativa de las Islas planteó el objetivo de alcanzar un acuerdo regional de pesca con la Argentina, sin desmentida oficial por parte del gobierno de Buenos Aires (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2019: 10). Incluso por parte del gobierno argentino se evaluó la posibilidad de crear una Organización Regional de Ordenamiento Pesquero (OROP) en el Atlántico Sur, denunciado por el gobierno de Tierra del Fuego por la lesión a la soberanía que dicho acuerdo significaría. El entonces subsecretario de la Cuestión Malvinas del gobierno fueguino planteó que
“lo más peligroso de la ratificación de este acuerdo es que automáticamente se estaría aceptando al Reino Unido como estado ribereño. El día de mañana, si se ratifica este acuerdo, la Argentina se vería sentada en una mesa los representantes del ilegítimo gobierno británico, que estarían tomando decisiones jurisdiccionales sobre recursos que le corresponden a la Argentina. Es una legitimación de la presencia británica en el Atlántico Sur bajo un pretendido control jurisdiccional de los recursos marítimos” (Sur54, 2019).
Ante dichas presiones, el canciller argentino Jorge Faurie (quien asumió tras la renuncia de Malcorra en junio de 2017) expresó que el gobierno no avanzaría en la creación de una OROP en al Atlántico Sur, ante la Comisión de Relaciones Internacionales del Senado de la Nación (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2019: 12).
En lo que respecta a hidrocarburos, y avanzando en los intereses de la agenda británica en la relación bilateral, en octubre del 2018 el gobierno argentino llamó a un Concurso Público Internacional para la exploración hidrocarburífera en la plataforma continental argentina, incluyendo la Cuenca Malvinas Oeste, de la que el concurso comprende 18 áreas por 86.381 km2 (Departamento Atlántico Sur-IRI, 2019: 2). Para incremento de suspicacias, el texto del Decreto 872/18 por el cual se llamó a dicho concurso establecía la prórroga de jurisdicción a favor de tribunales arbitrales internacionales (Infoleg, 2018) sin ningún tipo de reserva sobre empresas británicas que operasen bajo licencias del gobierno colonial británico o que, en virtud del diferendo de soberanía entre la Argentina y Gran Bretaña, que dichos tribunales sean precisamente en alguna sede del Reino Unido. Siete meses después el Ejecutivo nacional dio a conocer a los ganadores del concurso, resultando adjudicatarias de licencias, entre otras empresas, las británicas Tullow Oil, Shell, British Petrolleum, como así también la norguega Equinor. De las mencionadas, tanto Tullow como Equinor ya habían violado la Ley 26659. La empresa británica ya había operado en siete áreas ubicadas al sur de las Islas Malvinas sin el permiso del gobierno argentino, mientras que la empresa noruega contenía dentro de su directorio a Anne Drinkwater, una ex asesora en materia de petróleo del gobierno colonial británico en Malvinas (Ámbito, 2019). En defensa de la medida, el Canciller argentino Faurie declaró que “hemos trabajado para superar una desconfianza histórica que quedó instalada por el conflicto de 1982 y que fue acentuada por una cantidad de medidas que se adoptaron en los años precedentes que no crearon ningún tipo de vínculo positivo con el Reino Unido” (Departamento Atlántico Sur-IRI. 2019: 12).
Conclusión
El desarrollo de la política exterior argentina durante el gobierno de Mauricio Macri estuvo signado por lo que Russell y Tokatlian denominan la lógica de la aquiescencia. En la búsqueda de una “inserción inteligente” (Occidental) al mundo, se insertó la relación bilateral con el Reino Unido, subordinando la Cuestión Malvinas y hasta permitiendo el avance de los intereses británicos en lo que respecta al diferendo de soberanía existente entre ambos países desde 1833 con el planteo de la necesidad de establecer mecanismos de confianza, y marcar una diferencia en el trato y en el tono con respecto a la rigidez que había sido la relación previa durante los gobiernos kirchneristas. Asimismo, la administración macrista ponderó más importante al incremento del saldo comercial bilateral, a la posibilidad eventual de firmar algún tratado de libre comercio y al apoyo británico para el ingreso de Argentina a la OCDE que al detrimento relativo de la posición del país frente a la reclamación soberana.
El propio Canciller caracterizó la relación bilateral que en parte le tocó llevar a cabo:
“En esta etapa, […] hemos ido tratando de poner en valor –sin disminuir un ápice el reclamos de soberanía en los foros multilaterales o en el diálogo que llevamos adelante bajo el paragua de soberanía en todas la oportunidades- las posibilidades que ofrece la relación bilateral en una cantidad de otros campos, que abarcan la cooperación económico-comercial, el proceso de inversión y la posibilidad de cooperación científico-tecnológica.” (HCDN, 2018).
De esta manera, la recomposición de la relación bilateral tras la salida de la administración kirchnerista devino en una gran fluidez y de una multiplicidad de contactos bilaterales a varios niveles, destacándose el gubernamental, científico y empresario. De todos ellos, el virtual acuerdo marco conocido como Foradori-Duncan y presentado en la Argentina como una mera Hoja de ruta es el que estructura la relación bilateral durante el cuatrienio macrista. Una relación signada en lo fundamental por los intereses británicos con respecto a Malvinas en materia de pesca (la principal actividad económica de las Islas), hidrocarburos y vuelos entre Continente e Islas. Esto es, un incremento de las capacidades de desarrollo económico de las Islas y por lo tanto de una mayor autonomía con respecto a la Argentina, en tanto que para ésta significa una posición de mayor debilidad a la hora de la siempre postergada negociación por el diferendo de soberanía, invitado por Naciones Unidas desde 1965.
Sin embargo es de destacar que dicha agenda llevada adelante por el gobierno argentino muchas veces encontró la oposición de buena parte del arco político y social interesado en el tema, incluso hasta de parte de la propia alianza gobernante, ya por mecanismos violatorios de las facultades compartidas de los Poderes Ejecutivo y Legislativo, o por contradecir las leyes vigentes y hasta la Constitución Nacional. En algunos casos el propio gobierno tuvo que eventualmente desdecirse, justificarse y retroceder con las medidas esbozadas una vez que se hicieran públicas.
Referencias bibliográficas
Biangardi Carlos Alberto (2012), “Cuestión Malvinas, Atlántico Sur, Plataforma Continental y Antártida. Propuesta para la construcción de una Política de Estado”, en Revista Relaciones Internacionales Nº 42 (Segmento digital), La Plata, Segundo Semestre 2012, Instituto de Relaciones Internacionales.
Busso Anabella (2017), “El rol de los Estados Unidos en el diseño de política exterior del gobierno de Mauricio Macri. Conceptos básicos para su análisis”, en Anuario en Relaciones Internacionales, La Plata, UNLAP.
Del Pópolo, Mariano (2020), “El retorno de viejos paradigmas: la Cuestión Malvinas en la política exterior del gobierno de Macri”, en Wainer Luis (coord.), Malvinas en la geopolítica de América Latina. De causa regional a recomposición neocolonial, Buenos Aires, Ediciones del CCC.
Mántaras (2019), “La fórmula del paraguas de soberanía hacia la cuestión Malvinas: ¿aplicable a la Política Exterior de Macri?, en Relaciones Internacionales nº 56, pp. 217-231.
Russell Roberto y Tokatlian Juan Gabriel (2013), “América Latina y su gran estrategia: entre la aquiescencia y la autonomía”, en Revista CIDOB d’Afers Internacionals, nº 104, pp. 157-180.
Simonoff Alejandro (2016), “Presentación del Vigésimoquinto Informe Semestral sobre Política Exterior del gobierno argentino (Marzo 2016-Septiembre 2016): sus pilares, estructura y dinámica”, en Revista Relaciones Internacionales, nº 51.
Fuentes
-Comisión de Análisis y Evaliación de las Responsabilidades del Conflicto del Atlántico Sur-CAERCAS (1983), Informe final.
-Departamento de Atlántico Sur-IRI (2016), “Anuario de Relaciones Internacionales 2016”.
-Departamento de Atlántico Sur-IRI (2017), “Anuario de Relaciones Internacionales 2017”.
-Departamento de Atlántico Sur-IRI (2018), “Anuario de Relaciones Internacionales 2018”.
-Departamento de Atlántico Sur-IRI (2019), “Anuario de Relaciones Internacionales 2019”.
-HCDN (2018), “Exposición del Señor Canciller Doctor Jorge Faurie”, 29-10-2018, Relaciones Exteriores y Culto, versión taquigráfica, https://www.hcdn.gob.ar/comisiones/permanentes/creyculto/reuniones/vt/vtcom.html?id=1779.
-Infoleg (2013), “Ley 26659, Honorable Congreso de la Nación”, http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=181076.
-Infoleg (2018), “Decreto 703/2018, Ministerio de Defensa”, http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/310000-314999/312871/norma.htm.
-Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, (1965), “Resolución 2065, XX Asamblea General (ONU)”, https://www.cancilleria.gob.ar/es/politica-exterior/cuestion-malvinas/organizacion-de-las-naciones-unidas-onu
-Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto (2016a), “Mandato de los gobiernos de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte al Comité Internacional de la Cruz Roja”, https://www.cancilleria.gob.ar/es/politica-exterior/cuestion-malvinas/conversaciones-y-entendimientos-bilaterales-con-el-reino-unido.
-Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto (2016b), “Comunicado conjunto”, 13-09-2016, https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/comunicados/comunicado-conjunto-9
Notas periodísticas
-Ámbito (2019), “Gobierno adjudicó 18 áreas de exploración offshore de hidrocarburos por u$s 724”, 17-05-2019, https://www.ambito.com/politica/petroleo/gobierno-adjudico-18-areas-exploracion-offshore-hidrocarburos-us-724-millones-n5032213/amp.
-Clarín (2013), “Argentina acusó al Reino Unido por enviar submarinos nucleares a Malvinas”, 25-02-2013, https://www.clarin.com/politica/argentina-reino-unido-submarinos-malvinas_0_HkhHRoqivme.html,.
-Clarín (2017), “Por primera vez en años, un cadete británico navegó con la Fragata Libertad”, 30-06-2017, https://www.clarin.com/politica/primera-vez-anos-cadete-britanico-navego-fragata-libertad_0_SkBAiR7VZ.html.
-Clarín (2019), “Un inquietante cambio en las leyes pesqueras de las Islas Malvinas”, 18-11-2019, https://www.clarin.com/politica/inquietante-cambio-leyes-pesqueras-islas-malvinas_0_VZ8jBbP1.amp.html.
-La Nación (2016), “Malvinas: Londres desmiente a Macri y asegura que May no habló con él de soberanía”, 21-09-2016, https://www.lanacion.com.ar/politica/malvinas-londres-desmiente-a-macri-y-asegura-que-may-no-hablo-con-el-de-soberania-nid1939933/.
-MercoPress (2021), PBI de Falklands en 2018 alcanzó US$ 330 millones y un crecimiento de 3,5%”, 06-02-2021, https://es.mercopress.com/2021/02/06/pbi-de-falklands-en-2018-alcanzo-us-330-millones-y-un-crecimiento-de-3-5.
-Página/12 (2017), “May presiona a Macri”, 16-08-2017, https://www.pagina12.com.ar/56711-may-presiona-a-macri.
-Sur54 (2019), “Creación de la OROP: ‘Automáticamente se estaría aceptando al Reino Unido como estado ribereño’, advirtió Rodríguez”, 14-05-2019, http://www.sur54.com/creacion_de_la_orop_automaticamente_se_estaria_aceptando_al_reino_unido_como_estado_ribereno_advirtio_rodriguez.
-Sputnik News (2019), Argentina y Reino Unido emprenden investigación conjunta por primera vez en 14 años”, 01-02-2019, https://mundo.sputniknews.com/20190201/estudio-calamar-illex-argentinus-1085193454.html.
-Tiempo Argentino (2016), “Malvinas: el vicecanciller pasó un mal momento en Diputados, 28-09-2016, https://www.tiempoar.com.ar/ta_article/malvinas-el-vicecanciller-paso-un-mal-momento-en-diputados.
-Tiempo Argentino (2018), “Advierten que el acuerdo con Inglaterra viola la soberanía”, 20-05-2018, https://www.tiempoar.com.ar/ta_article/advierten-que-el-acuerdo-con-inglaterra-viola-la-soberania.
-TN (2022), La Argentina compró cinco aviones de guerra por US$14 millones que nunca volaron: cruces entre el macrismo y el kirchnerismo”, 03-01-2022, https://tn.com.ar/politica/2022/01/03/el-estado-argentino-compro-por-400-millones-cinco-aviones-de-guerra-que-nunca-volaron/.
[1] Su posición cercana al Pasaje de Drake (que conecta el continente americano con la Antártida y a su vez al Océano Atlántico con el Pacífico) lo convierte en un lugar estratégico: todo buque petrolero, Porta-avión u otra embarcación de gran calado que no pueda pasar por el Canal de Panamá debe hacer esta ruta si quiere navegar del Pacífico al Atlántico o viceversa. Además, “…son un adecuado punto de apoyo para las operaciones antárticas por parte de los países que no pertenecen al Cono Sur Americano. De allí su importancia para el Reino Unido o cualquier otra potencia que pretenda ejercer una presencia política o militar en el área.” (CAERCAS, 1983: 1).
[2] La fórmula del “Paraguas de soberanía” ha sido un instrumento utilizado por la Argentina y el Reino Unido en las negociaciones de los Acuerdos de Madrid de 1989 y 1990 de restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países, aunque ya aparecía en el Acuerdo de Comunicaciones de 1971, por el cual se estableció que “nada en el desarrollo de la presente reunión (…) será interpretado como: a) un cambio de la posición de la República Argentina acerca de la soberanía o jurisdicción territorial y marítima sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes; b) un cambio en la posición del Reino Unido acerca de la soberanía o jurisdicción sobre las Islas (…) y espacios circundantes; c) un reconocimiento o apoyo de la República Argentina o del Reino Unido acerca de la soberanía o jurisdicción territorial marítima sobre las Islas Malvinas (,..) y espacios marítimos circundantes” (Mántaras, 2019: 222).
[3] El reclamo argentino por la soberanía de las Islas Malvinas quedó incluso fuera de mención en el discurso inaugural de la Presidencia de Macri, siendo el primer Presidente desde la vuelta de la Democracia que no menciona este hito en sus primeras palabras al mando de la primera magistratura. (Departamento de Atlántico Sur, 2016: 4).
[4] La Ley 26659 del 2011 y modificatorias, según su Artículo 2º, “prohíbe a toda persona física o jurídica, nacional o extranjera, que realice o se encuentr autorizada a realizar actividades en la República Argentina y sus accionistas a: 1. Desarrollar actividades hidrocarburíferas en la Plataforma Continental Argentina sin haber obtenido la habilitación pertinente emitida por autoridad competente argentina; 2. Tener participación directa o indirecta en personas jurídicas, nacionales o extranjeras, que desarrollen actividades hidrocarburíferas en la Plataforma Continental Argentina sin haber obtenido la habilitación pertinente emitida por autoridad competente argentina, o que presten servicios para dichos desarrollos…” (Infoleg, 2013), como así también establece sanciones que van de las multas, inhabilitación de operación y hasta prisión para quienes operen en la exploración y explotación hidrocarburífera en la Plataforma Continental Argentina sin el debido consentimiento de la autoridad nacional.
[5] En consonancia con esto es plausible pensar que el Ministerio de Defensa argentino esperaba poder adquirir los repuestos ingleses necesarios para poner en operación los cinco aviones Super Etendard para la Aviación de la Marina, que fueron comprados a Francia por US$ 14 millones, anunciados en 2017, pagados en 2018, recibidos en 2019 y que por la falta de repuestos y la negativa británica a venderlos no tienen minutos de vuelo (TN, 2022).
[6] El PBI de las Islas alcanzó en 2018 alrededor de US$ 330 millones, con una Renta Nacional Bruta de aproximadamente US$ 71800 (MercoPress, 2021).