Tal como fue anunciado en el mes de octubre de este año por Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité noruego del Nobel, la ingeniera, periodista y mundialmente reconocida defensora de los derechos de las mujeres iraníes, Narges Mohammadi, ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2023. Del talante de Mandela, esta activista a la cabeza del movimiento de protesta iraní denominado “Mujer, Vida, Libertad”, ha sido destacada por su incansable compromiso con los derechos humanos y su sostenida lucha contra la opresión de las mujeres en su país; rol que la ha convertido en una legítima merecedora de esta distinción, siendo la décimo novena mujer en ganar este Nobel, la segunda mujer iraní, y la quinta persona en ser galardonada en la historia de estos premios, bajo condiciones de privación de libertad.
Tal como fue mencionado desde el Centro de Estudios en Género(s) y Relaciones Internacionales (CeGRI,2023[1]), Narges Mohammadi, de 51 años, se encuentra en la prisión de Evin, en Teherán, privada de su libertad desde 2021 y, a lo largo de su vida, ha enfrentado arrestos en 13 ocasiones; habiendo sido condenada en cinco oportunidades, con lo que acumula una pena de 31 años de prisión y 154 latigazos. Además, la justicia iraní se encuentra actualmente evaluando tres casos nuevos en su contra, lo que podría eventualmente derivar en un aumento de su sentencia. Su situación es crítica y organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas -a través del Alto Comisionado de Derechos Humanos-, y el propio Comité de Noruega han requerido su liberación.
En la mencionada ceremonia en Oslo, sus hijos gemelos de 17 años, Kiana y Ali Rahmani, quienes hace más de ocho años no pueden ver a su madre, recibieron el premio en su nombre y leyeron una carta escrita por la misma Narges, frente a una silla vacía por su ausencia, pero cargada con el simbolismo de sus palabras. En esta alocución, redactada desde la reclusión, la destacada activista iraní reiteraba sus críticas hacia el régimen de la República Islámica por considerarlo inflexible, injusto y antidemocrático, haciendo énfasis en que el accionar del mismo pone en peligro los derechos recogidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos a 75 años de su redacción.
La dimensión de su lucha es expresada en su carta con toda magnitud en las siguientes palabras:
“En medio de las llamas de la violencia y la perpetuación de la tiranía, nuestra causa ha sido durante años más sobre la supervivencia que sobre la mejora de nuestra calidad de vida. Esencialmente, se ha convertido en la posibilidad de seguir con vida, sobrevivir y vivir en un mundo donde la vida humana está expuesta, sin protección ni escudo, al poder de gobiernos autoritarios arrogantes y permanece indefensa contra todo” .
Asimismo, la activista hizo un llamamiento a Occidente, solicitando un apoyo más tangible a los esfuerzos realizados por el pueblo iraní, en pos de la transición democrática y la lucha no violenta; e incluyó en el mismo un pedido a la sociedad civil toda por la globalización de la paz y los derechos humanos sin dilaciones.
Entre las líneas esbozadas por Narges desde la prisión como una plataforma para el activismo, recordó la gesta histórica del movimiento “Mujeres, Vida, Libertad” y reivindicó el accionar de los movimientos de resistencia que le precedieron. A su vez, reconoció a la juventud iraní como un catalizador estratégico para la voluntad colectiva en la búsqueda de la libertad, la democracia, la promoción y el respeto irrestricto de los derechos humanos, tanto individuales como colectivos, y la igualdad.
Asimismo, añade “La compleja ecuación de cambios y desarrollos fundamentales destinados a lograr la democracia, la libertad y la igualdad en Irán dependen del factor determinante de la gente”. Y continúa:
“La gente de Irán ha luchado por la realización de la democracia, la libertad y la igualdad. Han enfatizado consistentemente las protestas no violentas y la resistencia civil en su búsqueda de estas demandas, aprovechando cada oportunidad para construir una sociedad basada en la paz, la prosperidad y el desarrollo. Sin embargo, el (…) gobierno se opone a las demandas civiles de su gente por la libertad e igualdad, mediante la opresión, masacres, ejecuciones, y la prisión. La democracia ha sido una demanda fundamental de la sociedad iraní, y casi de manera unánime, la sociedad civil pide cambios fundamentales y una transición a la democracia como componente del futuro sistema político de Irán”.
Considerando lo anterior, el otorgamiento de un prestigioso galardón como el Nobel, con más de un siglo de historia, honra no sólo a Narges sino junto a ella, a todas las personas que se manifestaron contra la discriminación y la opresión en Irán; especialmente, contra aquella perpetrada sobre las feminidades. Desde el CeGRI buscamos la activa difusión de hitos como éstos, que atraviesan nuestra coyuntura; además, abogamos por la pronta liberación de Narges Mohammadi, y al unísono, reivindicamos y apoyamos la lucha de las mujeres y otras identidades feminizadas en Irán.
Diana Graciela Manzur Miguel
Secretaria
Centro de Estudios en Género(s) y Relaciones Internacionales
IRI-UNLP
Referencias
[1] https://www.iri.edu.ar/index.php/2023/10/09/premio-nobel-de-la-paz-2023-a-la-activista-narges-mahammadi/