* El Ataque de Hamas a Israel
Gonzalo Salimena[1]
Hace poco más de un mes atrás la comunidad internacional contenía la respiración. El grupo terrorista Hamás realizó un ataque sorpresivo y planificado sobre Israel, que consistió en el lanzamiento de varios cohetes, alcanzando objetivos en Tel Aviv y Jerusalem, en la infiltración en bases del ejército y áreas fronterizas. También lograron penetrar en un festival de música y casas particulares, realizando una masacre de inocentes, entre ellos mujeres y niños, tomando rehenes, muchos de los cuales fueron asesinados.
Una vez que Israel logró volver a ejercer un control sobre su territorio, se iniciaron ataques aéreos y el despliegue del ejército sobre la zona de Gaza. Numerosos líderes se pronunciaron en apoyo. Tal fue el caso de Estados Unidos, quién su presidente Biden no sólo visitó a Netanyahu para mostrar su apoyo y solidaridad, sino que proporcionó equipamiento militar, envió dos portaaviones avanzados a la región y aviones cazas F-15 y F-16. Otro de los líderes que visitó a las autoridades israelíes, fue el primer ministro británico Rishi Sunak quién puso en perspectiva la necesidad de ayudar a Israel y garantizar su seguridad en el largo plazo. Otros líderes de la Unión Europea acompañaron estas visitas. Tal fue el caso de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola quienes estuvieron en la zona kibutz de Kfar Aza, donde los milicianos Hamás incursionaron y masacraron a la población. Sin embargo, no todos los apoyos fueron contundentes y homogéneos. Hubo países que llamaron a la distensión como Arabia Saudita, pero que evitó culpar a Hamás. En una línea similar, el presidente turco Erdogan condenó la brutalidad de Israel contra los palestinos, pero sostuvo que Hamás defendía la liberación y no el terror. Otra declaración que generó rispideces e incrementó tensiones con Naciones Unidas, fueron las palabras pronunciadas por su secretario Antonio Guterres, quién dijo “que los agravios del pueblo palestino no pueden justificar los ataques de Hamás y esos ataques “no pueden justificar el castigo colectivo del pueblo palestino” y agregó en su alocución frente al Consejo de Seguridad “que las acciones del grupo militante palestino no ocurrieron “de la nada”. Estas tensiones llevaron a que Israel negara visas a funcionarios de la organización para visitarlos. Tal fue el caso de Martín Griffiths, secretario adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, a quién oportunamente se le negó el acceso.
Algunos de los elementos distintivos que deben analizarse cuidadosamente y que se destacaron en este caso, fueron la premeditación y planificación. Como bien sostiene Paul Pillar, “la premeditación significa que deben existir una intención y decisión previas para cometer el acto” (Pillar, 2008: p. 20), de esta manera no sólo hay que descartar que el terrorismo no es una cuestión de impulso momentáneo o un accidente, es producto de una decisión de un grupo de individuos o de un individuo. En este caso, claramente hubo una premeditación y una planificación. Este punto es considerado por algunas autoridades, como clave para la construcción de una definición sobre el terrorismo. Otro elemento que debería incluirse para un análisis de los hechos es la motivación política de los hechos, los cuales deberían llevarnos a distinguirlos de la violencia criminal llevada a cabo con una finalidad económica o monetaria. Los terroristas abogan por un cambio en el orden establecido, por lo tanto, sus preocupaciones son más de orden macro a distinción de lo que sucede con el crimen organizado que se concentran más en un nivel micro (Pillar,2008). Otro punto en el cual debemos seguir al autor, en cierto punto, se asocia con el hecho de que el terrorismo se lleva a cabo contra blancos no combatientes. Si bien esto se cumplió en el caso del ataque de Hamás a Israel, también se llevaron a cabo acciones contra uniformados del ejército, ya sea porque se haya atacado un objetivo militar, así como haya habido militares de civil al momento del ataque. Pero también es cierto como plantea Russell Howard hace algunos años, que es posible encontrar algunas distinciones entre el viejo terrorismo y el “nuevo” terrorismo, que aún se encuentran vigentes:
- El terrorismo nuevo es más violento y quiere atraer la atención con bajas masivas.
- El terrorismo actual es transnacional, con actores no estatales que operan globalmente.
- Los terroristas “nuevos” están mejor financiados y cuentan con un flujo continuo de ingresos de fuentes legales e ilegales, que pueden ser atribuidos a estados patrocinadores como no.
- Los terroristas de hoy están mejor adiestrados en la guerra y operaciones encubiertas.
- Los terroristas (extremistas religiosos) son más difíciles de penetrar que los terroristas de generaciones previas. No se puede penetrar con los mismos métodos tradicionales.
- El nuevo terrorismo tiene la disponibilidad de armas de destrucción masiva (ADM). (Russell Howard, 2008: p. 96).
A estos seis puntos, tendríamos que sumar un elemento más que en el caso reciente se presentó como un elemento que aun al momento de escribir estas líneas está siendo sujeta a negociación: la toma de rehenes. En el viejo terrorismo “los civiles que eran víctimas porque o bien quedaban atrapados en situaciones en toma de rehenes, porque se encontraban casualmente en el lugar o e instante equivocado. Los rehenes se tomaban por razones de atención a la causa, liberación de convictos asociados a la causa o para solicitar un beneficio económico” (Russell Howard, 2008: p. 97) pero en todo caso las víctimas eran bajas debido al descrédito del que podía gozar la organización y por ende se ponía en juego subsistencia misma. Pero como puede observarse en la actualidad, mayor es la búsqueda de víctimas, ya que se quiere una expansión del terror y su impacto psicológico en la población.
El conflicto suscitado por el ataque de Hamás a Israel, aún se encuentra en una dinámica que dista de resolverse. Las negociaciones por los rehenes continúan, aunque hay cierto optimismo por parte de Israel, donde se incluirían un cese del fuego y la entrega de palestinos detenidos, entre otras condiciones, con un rol de mediador llevado a cabo por Qatar. Es clave que la comunidad internacional busque construir un consenso en torno a esta amenaza transnacional, que ayuden a reforzar lazos solidarios entre las naciones en pos de un nuevo orden internacional.
[1] Doctor en Relaciones Internacionales (USAL). Estudios posdoctorales realizados en la Universidad di Reggio Calabria y en la Universidad Complutense de Madrid. Miembro del Consejo Asesor del Doctorado IRI-UNLP. Miembro del Departamento de Seguridad y Defensa del IRI-UNLP. Secretario del Observatorio de Terrorismo IRI-UNLP.