* La gobernanza del Cartel de Sinaloa: aportes desde la criminología
David Martínez[1]*
Los investigadores del Departamento de Criminología de la Universidad de Montreal, Valentín Pereda y David Décary-Hétu, han publicado el estudio Gobernanza de los mercados ilegales y grupos del crimen organizado: un estudio del Cartel de Sinaloa, en la célebre revista de la Universidad de Oxford, British Journal of Criminology[2]. El artículo enmarca el auge del Cártel de Sinaloa como algo excepcional.
Para ellos, el ciclo de disolución de los grandes grupos criminales de México es predecible. Uno tras otro, han surgido grupos que desempeñan importantes papeles en la compleja dinámica del narcotráfico del país, pero que luego se dividen, producto de las luchas internas. Las razones de estos casos son diversas: la captura o muerte de importantes líderes, la evidente ambición de sus subordinados o la invasión de un enemigo más fuerte. Pero los Zetas, la Organización Beltrán Leyva, los Caballeros Templarios, la Familia Michoacana, todos tuvieron su propio ascenso y caída. Incluso el temido Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha tenido sus vaivenes. Todos excepto el Cartel de Sinaloa.
A pesar de que ha habido informes de luchas internas entre Los Chapitos y la vieja guardia del cartel, el grupo muestra pocas señales de disolverse. Es momento de preguntarse por qué. Los autores dan 9 respuestas:
- En lo que va del siglo XXI, la criminalidad de México ha atravesado por una etapa sin precedentes de inestabilidad y fluctuación. Los grupos del crimen organizado que dominaron los mercados ilícitos a principios de la década de 2000 se han dividido en numerosas facciones más pequeñas, transformándose, disolviéndose, reensamblándose y reemergiendo constantemente con nuevas identidades, miembros y lealtades. El Cartel de Sinaloa sobresale como una excepción de este patrón constante. A pesar de que en las últimas tres décadas ha enfrentado grandes reveses debido a las operaciones de las fuerzas del orden, la intensa competencia y los conflictos internos, el grupo ha mostrado la capacidad de expandir sus empresas ilícitas dentro y fuera de México. Fuentes oficiales del gobierno de Estados Unidos indican que, en 2019, el Cartel de Sinaloa mantuvo su control sobre el 40-60 por ciento del comercio ilícito de drogas de México, acumulando ganancias anuales que se estiman en la asombrosa cifra de US$3 mil millones.
- Benjamin Lessing habla de la imposición de reglas y restricciones al comportamiento, por parte de una entidad organizada. Si bien los partidos políticos son un excelente ejemplo de esas entidades que buscan establecer reglas y vigilar la conducta, es importante tener en cuenta que no son el único tipo de organización que muestra este tipo de comportamiento. Muchas otras organizaciones, como los gremios comerciales, los sindicatos y las asociaciones transnacionales, también buscan establecer reglas entre sus socios e imponer normas sobre el comportamiento de sus miembros. En muchos sentidos, el Cartel de Sinaloa comparte más semejanzas con las sociedades de gremios de comerciantes del pasado que con los partidos políticos contemporáneos.
- Las transcripciones del juicio de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, dejaron ver que hay cuatro formas de gobierno —judicial, financiera, regulatoria y política— que han desempeñado un papel fundamental en la capacidad del Cartel de Sinaloa para superar las adversidades.
La gobernanza judicial se refiere a actividades como la resolución de conflictos y el cumplimiento de acuerdos contractuales.
La gobernanza financiera implica tareas como la recaudación de impuestos y la prestación de asistencia financiera.
Las prácticas regulatorias implican la imposición de restricciones a ciertos delitos o comportamientos.
Por último, la gobernabilidad política se refiere a la participación en la política comunitaria y electoral. El Cartel de Sinaloa utiliza estos cuatro tipos de gobernanza para establecer normas y regular el comportamiento entre los participantes en mercados ilícitos particulares, como los mercados transnacionales de cocaína.
- Las reglas, códigos de conducta y mecanismos de resolución de conflictos empleados por el Cártel de Sinaloa son distintas a las utilizadas por los demás cárteles.
- Es evidente que para saber en qué se diferencian las reglas y códigos del Cártel de Sínaloa sobre los otros es necesario un estudio comparativo, utilizando datos confiables obtenidos de los adversarios del Cártel de Sinaloa, cosa que de momento es imposible tener a mano.
A falta de estos datos, una hipótesis especulativa podría ser que el Cártel de Sinaloa ha logrado consolidar su reputación como una red de empresarios pragmáticos, profesionales y orientados a los negocios. Esta reputación fomenta un sentido de confianza y confiabilidad entre los socios del Cártel de Sinaloa. En cambio, los carteles rivales no han logrado hacer lo mismo. Para mostrar su poder, grupos como el CJNG recurren a ostentosas muestras de violencia e intimidación que, si bien pueden ayudar a sustentar la percepción del grupo como una organización grande y despiadada, también pueden infundir desconfianza e incertidumbre entre posibles socios comerciales y aliados, quienes estarían menos dispuestos a participar en alianzas mutuamente beneficiosas.
- Los testimonios ofrecidos por los ex socios de El Chapo arrojan luz sobre lo prioritario que ha sido para el cartel la creación de consenso entre sus líderes al tomar decisiones importantes. Esta unidad les ha permitido conformar un frente unificado al tomar decisiones importantes, como iniciar un conflicto o emprender una empresa comercial significativa. Por ejemplo, las transcripciones del juicio indican que los dirigentes del Cartel de Sinaloa buscaron un consenso colectivo antes de perpetrar el asesinato de Rodolfo Carrillo Fuentes o establecer una alianza comercial con el Cartel del Norte del Valle. Las transcripciones del juicio de El Chapo también revelan que las responsabilidades diarias de gestión y toma de decisiones se delegan sobre todo a los jefes de plaza, que poseen un alto nivel de autonomía en sus actividades. Sin embargo, incluso estos jefes regionales están sujetos a reglas fundamentales, orientadas a promover la cooperación y prevenir conflictos tanto al interior del cartel como en las relaciones con sus socios comerciales.
- El concepto clave para entender el cártel es “derechos y obligaciones contractuales”, que hace un paralelismo el ámbito legal, las empresas pueden celebrar contratos que describan explícitamente los derechos y obligaciones. Si una de las partes no cumple con sus obligaciones, la parte agraviada puede presentar una demanda contra la parte que ha incumplido. Sin embargo, dentro del ámbito de las actividades criminales, no hay ninguna vía para que los delincuentes litiguen contra los cómplices que no cumplen con sus obligaciones contractuales. Por lo tanto, las organizaciones criminales deben contar con mecanismos alternativos para garantizar el cumplimiento de los acuerdos entre las diversas partes. El Cartel de Sinaloa ha logrado diseñar un sistema de transacciones comerciales basado en la confianza y la expectativa de que los socios comerciales cumplirán sus compromisos. Este sistema le ha permitido al cartel establecer intrincados acuerdos comerciales transnacionales.
- Otro concepto importante tiene que ver con la gobernanza política y la corrupción. El Cartel de Sinaloa ha establecido un sistema de corrupción relativamente estable y predecible, fomentando interacciones continuas con las instituciones públicas de México. Al parecer, este sistema cumplió cierto papel en la consolidación de un entorno operativo propicio para la longevidad del cartel. Dentro de este sistema, los jefes de plaza asumen la responsabilidad de supervisar los pagos ilícitos a las autoridades locales. Según el testimonio de Jesús Reynaldo Zambada (hermano de Ismael Zambada García, alias «El Mayo», capo del cartel), los ejecutivos del cartel delegan el manejo de los sobornos rutinarios a contadores profesionales, quienes facilitan las transferencias de dinero habituales a los funcionarios de los niveles municipal y estatal. Por el contrario, los líderes de alto rango del Cartel de Sinaloa supervisan personalmente los tratos del grupo con funcionarios de alto nivel. Sin embargo, las declaraciones de Zambada indican que incluso estas relaciones sensibles con funcionarios de alto rango se han vuelto algo rutinarias. Por ejemplo, los líderes del cartel han adoptado nombres en clave, como “Yankee” para designar a los delegados regionales de la Procuraduría General de la República, o “Puma” para referirse al comandante de la ya disuelta Policía Federal en el estado de Sinaloa. Así, los líderes del Cartel de Sinaloa manejan directamente las relaciones con individuos identificados como “Yankees” y “Pumas”.
- La pregunta en torno al futuro del Cártel de Sinaloa es innegablemente intrincada y difícil de pronosticar. Los conflictos internos existentes entre las diferentes facciones indican una posible pérdida de cohesión dentro de la organización. Además, la eventual captura o fallecimiento de Ismael Zambada García, alias “El Mayo”, quien recientemente cumplió 75 años, podría asestar un duro golpe a las perspectivas del cartel. En última instancia, la resistencia de este cartel también depende de la definición particular que los analistas elijan aplicar al grupo. En nuestro estudio, optamos por definir al Cártel de Sinaloa como un sindicato criminal que se originó a partir de la colaboración entre cuatro co-conspiradores: Ismael Zambada García, Joaquín Guzmán Loera, Juan José Esparragoza Moreno y Héctor Luis Palma Salazar.
[1]* Mg. en Estudios Hispánicos y Latinoamericanos (Universidad Ortega y Gasset). Red de Investigaciones y Estudios Avanzados en Trabajo Social (UNAM). Asesor en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
[2] El estudio está disponible en el sitio https://academic.oup.com/bjc/advance-article/doi/10.1093/bjc/azad027/7208647?utm_source=authortollfreelink&utm_campaign=bjc&utm_medium=email&guestAccessKey=9efde526-524e-45db-9095-284b27f5a7ad&login=false