- Para todos aquellos que sienten curiosidad por Rusia, les comparto algunas de mis vivencias sobre el viaje de estudio organizado por Cursos Oficiales de Ruso del 23/10 al 08/11 de 2023.
Mi nombre es David Gonzalez, tengo 51 años y comencé a estudiar este año idioma Ruso en la modalidad de clases no presenciales a través de Zoom.
Tuve la suerte de poder hacer el viaje y vivir una experiencia única ya que no sólo se trató de aprender todo lo más que se pueda, sino que fue hábilmente diseñado para que tengamos la experiencia como si residiéramos ahí. Para lograr esto nos entregaron tarjetas para el transporte público, y los primeros días nos vinieron a buscar al hall del hotel y nos acompañaron al mismo tiempo que nos describían los edificios importantes, monumentos, etc, que había camino al instituto donde teníamos las clases de idioma por la mañana. Al mediodía almorzábamos en el comedor del instituto comidas y bebidas típicas. En San Petersburgo, hicimos excursiones al Museo Hermitage y al Museo Estatal Ruso, asistimos a la Obra de Ballet “La Sílfide” en la imponente e histórica sala del Teatro Mariinski, a la 3ra y 2da Sinfonía de Brahms interpretada por la Orquesta Sinfónica del Norte en la nueva sala de conciertos del mismo teatro, al espectáculo de patinaje artístico sobre hielo del tres veces campeón mundial Evgeny Plushenko y su escuela en el estadio “Palacio de hielo” (Ledovy Dvorets). Hicimos una excursión en autobús con guía descriptiva por la ciudad, fuimos a la Catedral de San Isaac, al Palacio Mijailovsky, etc.
Salíamos a restaurantes y paseos de compras cercanos, aprovechando que los hoteles se encontraban en zonas céntricas, lo que también maximizó el contacto con la gente del lugar.
Uno de los días fuimos de excursión a Pushkin en donde además del paisaje visitamos el Palacio de Catalina.
En Moscú hicimos varios recorridos por el centro en minibús con guía explicativo visitamos el “Museo de la Victoria”, El Kremlin, la Plaza Roja, la Catedral de “San Basilio”, de “La Dormición” y del “Arcángel”, estaciones del Metro y paseo por la peatonal Arbat.
En contraste con la ansiedad inicial debida a un viaje tan largo, a un lugar tan lejano y cargado de tabúes por la extensa propaganda de la guerra fría y ahora nuevamente reeditada con el conflicto en Ucrania, debo decir que me asombró la calidez con que nos trataron; la gente del instituto, como si fuéramos familia y en los lugares adonde íbamos, una vez que notaban que éramos extranjeros, la disposición a ayudarnos a superar la lógica barrera idiomática y cultural y que podamos desenvolvernos como uno más de ellos. Por citar una anécdota, en uno de los viajes, debido a la gran cantidad de gente que transita el metro de Moscú, perdimos de vista a una de las compañeras; mientras en grupo esperábamos al guía que fue a buscarla, la gente que transitaba nos ofreció ayuda e incluso a pagarnos el pasaje porque pensaron que no teníamos para hacerlo. Es de destacar lo educados y respetuosos de las normas de tránsito y convivencia y lo limpias y bien cuidadas de calles, veredas, edificios que tienen tantos años de historia, pero restaurados como si se hubieran construido recientemente. La puntualidad y eficiencia del transporte público y la seguridad con que se puede andar por la calle a cualquier hora.
Le estaré eternamente agradecido a Tamara Yevtushenko, coordinadora de la Catedra de Rusia IRI UNLP, a todo el equipo del Instituto Nevsky de San Petersburgo, a mis compañeros de viaje y a todos los que hicieron posible que este sueño se haya hecho realidad.David Gonzalez