Tomás Estrada Palma se constituyó como el primer presidente electo de la República de Cuba luego de que finalizara la guerra hispano-estadounidense. Desde el inicio, se mostró muy cercano al gobierno de Estados unidos y, convencido de que el gigante del norte sería un aliado para la isla, expresó su conformidad a la famosa y polémica enmienda Platt .Se trataba de un apéndice del proyecto de la Ley de los Presupuestos del Ejército, en el que se aprobaba un impuesto como parte de la primera Constitución de Cuba. Pero además, la enmienda Platt representó una limitación a la soberanía cubana puesto que con ella se realizaron concesiones económicas y territoriales a favor de EE.UU. Un ejemplo claro fue el posicionamiento de Washington en la Bahía de Guantánamo donde se procedió a establecer una base naval norteamericana sin la expresa voluntad del pueblo cubano; una base que se mantiene hasta nuestros días y cuya importancia reside en su valor geoestratégico ya que es clave para controlar el área del Caribe, América Central y del Sur. En 1903 se firmó un tratado de “reciprocidad comercial”, que tuvo muy poco de “recíproco” debido a que, en términos porcentuales, favoreció con amplísimo margen a los productos norteamericanos frente a los cubanos.
La gestión de Estrada Palma se caracterizó por la progresiva penetración estadounidense en la isla y, a nivel económico, por el desarrollo de las distintas industrias y la retracción del aparato agrícola. Este último elemento fue muy significativo ya que significó el incremento de la brecha social y el descontento de gran parte de la población. Dicho descontento se transformó en huelgas, protestas y levantamientos armados en contra del presidente cubano. Principalmente los obreros, se mostraban impacientes por generar modificaciones en el tratado de reciprocidad económica y en lograr un mínimo de apoyo del gobierno nacional. Al pedido obrero por mejores condiciones laborales, se sumó una huelga en contra de la discriminación ejercida por los patronos, pero como era de esperar, no fueron escuchados y en su lugar, la represión fue muy dura. En el último tramo de la gestión,
Estrada Palma hizo pública su intención de candidatearse nuevamente para un segundo período, lo que sin duda contribuyó a generar más descontento y caos a la ya dramática situación.
El 23 de Septiembre de 1905 se convocó a elecciones; en ellas se enfrentó el Partido Moderado liderado por Estrada Palma y el Partido Liberal encabezado por José Miguel Gómez. La oferta no fue alentadora para el electorado, puesto que prácticamente no se contemplaba la solución a las demandas obreras. De todas maneras la campaña se empañó con rapidez, ya que se sabía quelas elecciones no serían libres. El Partido Moderado utilizó todos los instrumentos que poseía para coartar al Partido Liberal, que en vistas de la situación, optó por abandonar la contienda. Así fue como Estrada Palma fue el único candidato y se consagró nuevamente como presidente de la República.
Durante el segundo mandato de Estrada Palma, la oposición adoptó un espíritu más combativo que, poco a poco, ganó la fuerza necesaria para desestabilizar su proyecto de gobierno. El recién reelecto presidente, enredado y atemorizado por la situación y siempre convencido del vigor norteamericano, solicitó una vez más la intervención de Estados Unidos en Cuba.
Esta intervención tuvo dos momentos: el primero estuvo dedicado a absorber las funciones legislativas y a neutralizar a las milicias; y el segundo, tuvo por objetivo abrirle camino a Charles E.Magón, encargado de la gobernación mientras durase la intervención. Esta intervención fue muy negativa pues estuvo plagada de escándalos y actos de corrupción que incluían, desde sobornos y malversación de fondos públicos, hasta atropellos, abusos y reiteradas y violentas represiones al sector obrero.
El objetivo de Estados Unidos era pacificar la Isla para luego celebrar elecciones. Cuando llegó el momento, se volvieron a enfrentar los mismos partidos, aunque en esta oportunidad el triunfo correspondió a los liberales. El 28 de enero de 1909 José Miguel Gómez se convirtió en el nuevo presidente y se dio por finalizada la segunda intervención militar de Estados Unidos en Cuba.
María Guadalupe Pereyra
Colaboradora de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
Departamento de Historia
IRI – UNLP