Reflexiones sobre el fallecimiento de Alexéi Navalny
Juan Alberto Rial[1]
Vladimir Putin debe estar satisfecho, nada que un mejor contexto de cara a las elecciones que dentro de un mes se llevarán a cabo en la Federación Rusa: en Ucrania, sus fuerzas armadas han recuperado la iniciativa en este conflicto que lleva casi dos años, y contando, tras un largo período de estancamiento[2]. Kiev anda mendigando por Occidente asistencia económica que le permitan mantener abierto el flujo de armas que le dé alguna esperanza de escapar de las garras del Oso ruso, mientras que en Estados Unidos, los republicanos se las han ingeniado para cerrar el grifo que le permitiera a la administración demócrata mantener la resistencia del pueblo ucraniano[3]. Por otro lado, el proceso de primarias que se encuentran en marcha por aquellas tierras, indica que su gran amigo, Donald Trump, se encamina (sin mayores resistencias) a ser el candidato republicano para disputar la presidencia en noviembre de este año, mientras puertas adentro (y también puertas afuera) todos los analistas estiman que terminará convirtiéndose en el nuevo inquilino de la Casa Blanca. En cierto aspecto, también disfruta del hecho de que su invasión a su atribulado vecino occidental ha dejado de estar en los primeros planos de los medios de comunicación… flaco favor a recibido de parte de Hamas que, con su brutal ataque al sur de Israel del 7 de octubre del último año, más la criminal respuesta del Estado hebreo, ha llevado a que las cadenas occidentales estuvieran más ocupadas de lo que sucede en Medio Oriente. Por último, el principal de sus opositores en el escenario doméstico, ha desaparecido físicamente: el 16 de febrero falleció Alexéi Navalny tras, según las autoridades rusas, no recuperarse de una descompensación que habría sufrido después de una caminata[4].
Navalny llega al conocimiento del público por un blog y después una web (Rospil) desde los cuales denunciaba casos de corrupción que no llegaban a los medios masivos. Desde ellos señaló a la petrolera Rosneft por un caso de corrupción que implicaba más de 3.000 millones de dólares que debían servir para construir un oleoducto en Siberia. En 2009, el diario económico Vodomosti lo declara personalidad del año. En diciembre de 2011 llega a la prisión por primera vez debido tras una manifestación contra un supuesto fraude electoral, tras lo cual crea la Fundación Anti-Corrupción. En 2018 se le prohíbe presentarse a las elecciones presidenciales.
En agosto de 2020 es hospitalizado en Siberia, al caer en coma mientras volaba hacia a Moscú. Días después, tras arduas gestiones de la entonces Canciller alemana, Angela Merkel, llega, aún en coma, en un avión a Berlín. A pesar de las permanentes negativas de las autoridades rusas, los médicos alemanes, laboratorios suecos y franceses y la Organización para el Control de Armas Químicas encuentran rastros de envenenamiento con el agente neurotóxico novitchok, ampliamente utilizado por las agencias de inteligencia soviéticas y, ahora, rusas[5].
Tras meses de convalecencia, regresa a Moscú aun sabiendo que iba a ser detenido. Al aterrizar en enero de 2021 es enviado a prisión y condenado a tres años y medio de reclusión por haber violado las condiciones de su libertad condicional.
En febrero el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (organismo judicial especializado del Consejo de Europa, del cual Rusia es parte[6]) exige su liberación inmediata. Moscú hace oídos sordos. El 20 de octubre de 2021 el Parlamento Europeo le concede su Premio Sájarov[7] a la libertad de conciencia[8].
Navalny se encontraba detenido bajo la jurisdicción de la Federación Rusa. Estaba condenado. Se encontraba cumpliendo diversas condenas, una de ellas a 9 años en marzo de 2022 “por fraude” (los fiscales lo acusaron de robar unos 4,36 millones de euros en donaciones entregadas a sus organizaciones, que ahora han sido prohibidas por el Gobierno ruso, incluida su fundación Plataforma contra la Corrupción, FBK[9]), y otra en agosto del 2023 a 19 años[10] por apoyar al “extremismo”, pena que se sumó a la anterior y a otra de dos años y medio emitida en 2021 por el desvío de fondos en el denominado caso Kirovles, que se remonta a 2013.
En diciembre, durante 3 semanas, nada se supo sobre él, hasta que el día 25 se informó que se encontraba en la colonia penal IK-3 de Jarp, en la región de Yamal-Nenets, a unos 1.900 kilómetros al noreste de Moscú, al norte del círculo polar ártico. La prisión es conocida como Colonia Lobo Polar, y en ella son alojados los condenados por los delitos más graves. La cárcel se fundó en la década de 1960 como parte del sistema de gulag de campos de trabajos forzados soviéticos[11].
Las democracias del mundo, inmediatamente de conocida la noticia del fallecimiento, hicieron oír su voz: el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, declaró que “Navalny luchó por los valores de libertad y democracia. Por esos valores hizo el sacrificio último”, a la vez que agregó que la Unión Europea (UE) considera al “régimen ruso” como “único responsable” de esta desaparición física. Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, dijo que “El mundo perdió a un combatiente cuyo coraje resonará a través de generaciones. Rusia le quitó su libertad y su vida, pero no su dignidad. Su combate por la democracia perdurará”[12]. En igual sentido se manifestó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al declarar que la muerte de Navalny demostraba que “Putin no le teme más que la disidencia de su propio pueblo” y lo llamó “un sombrío recordatorio de lo que son Putin y su sombrío régimen”, añadiendo que deberíamos “unirnos en nuestra lucha para salvaguardar la libertad y la seguridad de aquellos que se atreven a enfrentarse a la autocracia”[13].
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, acusó a Rusia de “condenar a muerte” a los espíritus libres. “En la Rusia actual, se meten a los espíritus libres en el gulag y se los condena a muerte”. En Alemania, el canciller Olaf Scholz lamentó que, en Rusia, “aquel que se compromete con la democracia debe temer por su vida”.
En tanto, la ONU, exigió el “fin de las persecuciones” en Rusia. A través de un comunicado del Alto Comisionado para los Derechos Humanos enfatizó que “Todos los detenidos o condenados a penas diversas de prisión a causa del ejercicio legítimo de sus derechos, sobre todo del derecho de libertad de reunión y de expresión pacíficas, deben ser liberados de inmediato y todas las acusaciones contra ellos deben abandonarse”[14]. Por su parte, Joe Biden, declaró: “No se equivoquen. Putin es responsable de la muerte de Navalny. Lo que le ha ocurrido a Navalny es una prueba más de la brutalidad de Putin. Nadie debe dejarse engañar”[15].
Mientras tanto, Putin se relame en este juego de póker amañado, con cartas marcadas, sabiendo que siempre que apuesta gana, sin medir los medios que utiliza para no perder partida alguna, preparado para juntar todas las fichas de la mesa, aunque para ello deba eliminar a todos los jugadores…
Sin embargo es pertinente recordar la frase “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud” atribuida falsamente al escritor José Zorrilla supuestamente expresada en el escenario por Don Juan, el personaje central de esa obra clásica del teatro español “Don Juan Tenorio[16]”… Quizás ahora la voz de Navalny se escuche con más potencia que antes, señalando que el rey está desnudo.
En el documental sobre su vida, Navalni, de Daniel Roher (2022), dejaba este premonitorio párrafo: “Mi mensaje, si me matan, es muy simple: no se rindan… Si esto pasa, significa que somos inusualmente fuertes en ese momento, ya que decidieron matarme, y esa fuerza debe usarse. No os rindáis, somos una fuerza enorme oprimida por los malos porque no podemos darnos cuenta de lo fuertes que somos en realidad. Todo lo que se necesita para el triunfo del mal es la inacción de la gente buena”[17]
Su sacrificio nos obliga a alzar la voz. Mientras los genuflexos o los cínicos lo adulan o lo admiran, es nuestro deber alzar la voz. Recordemos, sin ir más lejos, cuando ofrecían nuestras tierras como puerta de entrada de la Rusia de Putin a América Latina (en algún extraño ejercicio de autonomía contestataria al Norte mundial)[18], días antes de que la Federación invadiera a Ucrania, para no reincidir en la admiración que le prodiga Donald Trump[19] a este Zar del Siglo XXI. No podemos normalizar a las dictaduras. NO DEBEMOS.
Por ello, insisto. Quienes amamos la Democracia, quienes entendemos que su efectivo ejercicio implica el respeto irrestricto de los Derechos Humanos, tenemos que alzar la voz y señalar a los autócratas, sea que ellos se encontraran en Rusia, en Hungría, en Venezuela, en Cuba, en Nicaragua, en El Salvador, en Corea del Norte, en Irán, en Arabia Saudita, en Israel, donde fuere. Porque no sabemos cuándo nos tocará volver a hacerlo en nuestro país. Porque el silencio nos convierte en cómplices. Porque ya no lo tenemos a Navalny para hacerlo. Y, porque también nos queda una certeza: tal como decía Charly García: “…los dinosaurios van a desaparecerer…”
[1] Juan Alberto Rial es Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Nacional de La Plata; Magister en Relaciones Internacionales, Instituto de Relaciones Internacionales, UNLP; Coordinador del Departamento de Seguridad Internacional y Defensa, IRI-UNLP; Secretario del IRI – UNLP.
[2] Ver https://elpais.com/internacional/2024-02-17/ucrania-se-retira-de-avdiivka-en-la-mayor-victoria-rusa-en-un-ano.html
[3] Ver https://elpais.com/internacional/2024-02-13/la-ayuda-a-ucrania-afronta-un-futuro-incierto-en-ee-uu-pese-al-visto-bueno-del-senado.html
[4] Ver Murió en prisión el principal opositor de Putin en Rusia, Alexei Navalny – LA NACION
[5] Ver Novichok: qué es y cómo actúa el agente nervioso de origen soviético que Alemania dice que se usó contra Alexei Navalny – BBC News Mundo
[6] Ver TEDH – Página web del Tribunal Europeo de Derechos Humanos – TEDH – TEDH / CEDH (coe.int)
[7] Ver Preguntas frecuentes | El Premio | Premio Sájarov | Parlamento Europeo (europa.eu)
[8] Ver Quién era Alexei Navalny, el último disidente en una larga lista de enemigos de Putin muertos (clarin.com)
[9] Ver Muere en prisión el opositor ruso Alexéi Navalni | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)
[10] Ver https://elpais.com/internacional/2023-08-04/el-opositor-ruso-navalni-condenado-a-otros-19-anos-de-prision-tras-ser-acusado-de-apoyar-el-extremismo.html
[11] Ver Muere en prisión el opositor ruso Alexéi Navalni | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)
[12] Ver Murió en prisión el principal opositor de Putin en Rusia, Alexei Navalny – LA NACION
[13] Diario Clarín, 17 de febrero de 2024, página 32.
[14] Ver Murió en prisión el principal opositor de Putin en Rusia, Alexei Navalny – LA NACION
[15] Diario Clarín, 17 de febrero de 2024, página 32.
[16] Ver Los muertos que vos matáis… | 90 Millas | Blogs | elmundo.es
[17] Ver Muere en prisión el opositor ruso Alexéi Navalni | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)
[18] Ver Alberto Fernández con Vladimir Putin: «Argentina tiene que dejar de tener esa dependencia tan grande con el FMI y EE.UU.» | Encuentro bilateral en el Kremlin | Página|12 (pagina12.com.ar)
[19] Ver Donald Trump y Vladimir Putin, una amistad alarmante | Internacional Home Tags | EL MUNDO