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El rol de las mujeres en el chamanismo coreano: evolución histórica y características contemporáneas

Departamento de Asia y el Pacífico
Centro de Estudios Coreanos

Artículos

El rol de las mujeres en el chamanismo coreano: evolución histórica y características contemporáneas

Matías Benítez[1]

Introducción

Según información estadística oficial disponible para el año 2015 un 44% de los surcoreanos profesa alguna religión. De este grupo un 45% son cristianos protestantes, 35% son budistas, un 18% católicos y un 2% de otras creencias[2]. Si consideramos la importancia del confucianismo y del chamanismo en la conformación de la identidad coreana (Selingson,2017) es razonable que emerja la inquietud con respecto a su representatividad entre la población. Tan solo un 0,15% se declara como confuciana y aquellos guarismos referidos a religiones de base chamánicas son aún menores[3]. Por sus características es difícil de registrar la cantidad de chamanes. Las estimaciones son muy disímiles y arrojan entre 300 mil y un millón en toda Corea del Sur[4]. Para que no se desprenden conclusiones apresuradas (y sesgadas) sobre estas cifras debemos tener en cuenta que por un lado Corea del Sur en la actualidad es una sociedad plurireligiosa en donde distintos cultos conviven de forma pacífica. Por otro lado, en el Este de Asia no se posee la misma concepción de religión que en Occidente orientada a una doctrina de extensión universal (monoteístas y omniabarcativas). En este sentido,

“no es tan necesario como a menudo se piensa relacionar la idea de religión con la idea de unas creencias, formuladas más o menos intelectualmente en la forma de artículos de fe, sino que la religión, incluso en Occidente, se puede definir por medio de la práctica de unos ritos o ceremonias donde los individuos encuentran un elemento de orden o de sentido para su vida, incidiendo también en la aglutinación y ordenación de la vida de la comunidad” (Prevosti Monclús, 2005:20).

A partir de este planteo podemos enfocar el estudio de estos fenómenos en Asia desde la perspectiva de la cultura y las tradiciones espirituales (Prevosti Monclús,2005: 22). Estás tradiciones tendrán un foco en aspectos específicos de la vida humana según su ámbito de desenvolvimiento. Ya sean la estructuración de relaciones sociales para el confucianismo, la búsqueda de la trascendencia para el budismo o la salud y buena fortuna para el chamanismo.

A lo largo de este escrito nos centraremos en el análisis del chamanismo como tradición espiritual autóctona de Corea caracterizada entre otras cuestiones por su capacidad para absorber elementos de otras religiones. Abordaremos a partir de su evolución histórica cómo ha logrado mutar y adaptarse a contextos adversos atravesados por restricciones y persecuciones. Planteamos que ha sido fundamental el rol de las chamanas mujeres para la supervivencia del chamanismo cuando comenzó a ser marginado debido a que otras tradiciones espirituales se volvieron hegemónicas en la Península luego del período de Silla Unificado. Proceso que se profundizaría durante Goryeo y especialmente con la confucianización de la sociedad durante la dinastía Joseon, que también tendría sus episodios destacados durante el siglo XX. A pesar de estas dificultades el chamanismo ha sobrevivido y actualmente condensa en su ritualidad un componente intrínseco de la idiosincrasia del pueblo coreano.

El musok y las mujeres

El musok, muismo o chamamismo, es la tradición espiritual originaria de Corea. Esta significa “práctica popular del Mu”, término del que deriva la denominación de los chamanes coreanos mudang (Selingson,2017:83) y posee similitudes con el practicado en Siberia, “si bien a través del tiempo fue evolucionando como resultado de su transmisión oral y de la integración de elementos de varias creencias religiosas provenientes del Este de Asia, principalmente taoístas, budistas y confucianas” (Selingson,2009:9). Esta práctica religiosa está vinculada a la figura del chamán, quién se encarga de “poner en comunicación al cielo y la tierra mediante unos ritos que incluyen muchos elementos relacionados con el baile” (Doménech,2005:259). Si bien el género no es un impedimento para ser mudang, en la Corea contemporánea la gran mayoría son mujeres. Esto obedece a una serie de causas históricas que abordaremos a continuación luego de desarrollar primeramente algunas características generales del muísmo.

Doménech destaca 3 aspectos significativos de esta tradición espiritual. En primer lugar, la relevancia de la experiencia personal del chamán con los dioses y su papel de puente entre ambos mundos. En segundo lugar, el fin último del chamanismo es la satisfacción de necesidades prácticas. Es decir que posee un enfoque funcional en donde se combinan elementos tanto místicos como mundanos. En tercer lugar, es central la unión de los opuestos (este mundo y el más allá) producto de la práctica extática del chamán, que posee elementos de armonía, pero también de conflicto y dolor (2005:260).

Con respecto a los/as mudang León García identifica dos tipos centrales según el proceso de iniciación: aquellos que son elegidos por los espíritus (kangsin mudang) y los que heredan la vocación a partir de sus ancestros (seseup mudang) (2003:54). A este origen se le suma otra distinción ligada a la proclamación del kongsu (el mensaje de los espíritus transmitido por medio de la mudang) que es exclusiva de las kagnsin mudang. Asimismo, hay una diferencia regional ya que las kangsing mudang se encuentran en el centro-norte de la península y las seseup mudang se distribuyen en el sur (Doménech,2005:269).

La práctica ritual constituye el núcleo de esta tradición espiritual y se subdivide en tres grupos según su complejidad. El primero es para proteger a los miembros de la familia, en donde la mudang realiza una breve oración frotando sus manos (pison). El segundo se subdivide en koseo (ritual para pedir protección del hogar) y pudakkeori (para solicitar salud familiar). Finalmente, está el kut que es la ceremonia central del chamanismo coreano. En este rito la mudang a través de “danzas, canciones, profecías, historias…, entra en comunicación con el otro mundo y se deja poseer por los espíritus de los antepasados y por los dioses entrando en estado de éxtasis. La chamana comunica los deseos de los humanos a los dioses y revela las intenciones de los dioses a los humanos. Por medio de los kuts la chamana intenta resolver los problemas de mala fortuna, especialmente enfermedades y muerte, y de esta forma, restaurar la armonía, felicidad y la buena fortuna” (Doménech,2001:23).

Los kuts se dividen en 12 partes o kori y pueden ser de 4 tipos: “los dedicados a los muertos, los kuts para la curación de enfermedades, los dedicados a rezar para conseguir buena fortuna y los dedicados a las mudangs, como, por ejemplo, el kut de iniciación o naerim kut” (Doménech,2001:23). Un aspecto que nos interesa destacar del kut es el empleo de los cantos (muga) por parte de la chamana. Estos tienen un ritmo caótico y van dirigidos a los dioses contando diferentes historias según el motivo del rito con diferentes entonaciones, ritmos y duración. El acompañamiento instrumental se da por medio del janggu, el tambor tradicional coreano con forma de reloj de arena, a la que se le pueden sumar otros según las necesidades del rito y las capacidades económicas de los dangol (clientes). “A través de las muga se expresa la visión que tiene el chamanismo coreano de los dioses, el universo, los espíritus, antepasados, el otro mundo, y todas sus creencias. Se les puede considerar como los textos orales del chamanismo coreano” (Doménech,2021:49).

Sobre esta última referencia si nos aproximamos a la historia del chamanismo se destaca que al no haber un canon escrito (dado que la transmisión de esta tradición espiritual era de forma predominantemente oral) las producciones académicas son más escasas que aquellas dedicadas a las prácticas chamánicas en la actualidad. En este sentido Doménech sostiene que el musok “fue relegado a una posición periférica en la sociedad coreana tras el auge de las religiones y modelos de pensamiento procedentes del exterior (…) Esto hizo que los documentos oficiales e históricos que han llegado hasta nosotros hagan sólo breves referencias al chamanismo, mientras que la mayor parte de ellos hablan más extensamente de otras tradiciones” (2021:43).

Existe evidencia documental de que en la antigüedad coreana los chamanes eran centralmente hombres que ejercían dentro de sus estados tribales el poder político y judicial junto con el ritual y religioso. Esta situación se va a modificar entre el período de los Tres Reinos y el de Silla Unificado ya que con la formación de un Estado con autoridad real jerarquizada las labores religiosas y de gobierno van separándose. Asimismo, se produjo la introducción a partir del siglo IV del confucianismo, el taoísmo y el budismo, que fueron adoptadas por la corte. De forma paulatina “la figura del chamán fue tomando la posición del líder religioso al servicio del rey y quedó en una posición rival con respecto a los líderes religiosos de las otras religiones” (Doménech,2008:4). El primer efecto de esto va a consistir en la incorporación de divinidades budistas al panteón chamánico y viceversa. Lo cual se observa en la presencia de altares al Dios del Cielo o de la Montaña en templos budistas.

Ya durante Goryeo (918-1392) comienzan a extenderse las persecuciones que se van a profundizar durante Joseon (1392-1910). Con la adopción del neoconfucianismo como ortodoxia estatal se relegaron a otros sistemas de creencias a posiciones secundarias. Como resultado, el budismo perdió su dominio sobre la vida religiosa coreana. Otras prácticas religiosas, como el chamanismo y finalmente el cristianismo, fueron proscritas y perseguidas por el gobierno (Lew,2000:15). Los chamanes fueron considerados como personas de las clases más bajas en la rígida estructura social del reino.

La estructuración patriarcal de la sociedad de Joseon impactó en la vida religiosa generando un dualismo en donde los hombres se encargaban de los ritos confucianos a los antepasados (chaesa) y las mujeres de ritos más flexibles e informales asociados a la protección y bienestar de la familia. Durante el proceso de marginalización y persecución del muísmo, este que es paso a convertirse en una tradición religiosa practicada y sostenida por las mujeres, quienes pasaron a tener un papel fundamental en los ritos y ceremonias. “El chamanismo se convirtió en una práctica que ofrecía un espacio donde salir por un tiempo del ambiente patriarcal y opresivo que las mantenía excluidas de las actividades sociales y educativas de los hombres” (Doménech,2008:7). Durante el siglo XX tanto bajo la colonización como bajo las dictaduras la estigmatización del chamanismo no cesó. En este marco la práctica del chamanismo pudo ser reapropiada como un elemento de resistencia y defensa de la coreanidad.

Esta dinámica permitió una redefinición de la identidad de las mudang, que se encuentra en constante construcción y adaptación a los cambios sociales y culturales que se fueron produciendo en Corea (Doménech,2014:2). Con respecto a esto no sólo aludimos a la propia transformación individual de la chamana luego de pasar por el naerim kut sino además por el rol actual que poseen las mudang como protectoras de las tradiciones y de la cultura «tradicional» coreana (Doménech,2014).

Conclusiones

A lo largo de este breve escrito nos aproximamos al chamanismo coreano considerando su importancia tanto como práctica espiritual popular, así como para la definición de la identidad de las mujeres coreanas, particularmente de las mudang. Si bien sus practicantes declarados son escasos (así como los del confucianismo), no debemos aplicar para el chamanismo los parámetros de una religión monoteísta occidental. En su finalidad práctica asociada a una ritualidad particular el muísmo se encuentra impregnado en la cultura coreana. A partir de estas premisas abordamos algunas dimensiones clave de esta tradición espiritual: su ritualidad y evolución histórica.

En primer lugar, caracterizamos al chamanismo porque posee una gran versatilidad para adaptar otras creencias y agregarlas a su propio panteón. Esta facilidad para el sincretismo religioso explica el panorama actual en Corea donde hay una pacífica convivencia entre distintos credos. En segundo lugar, desarrollamos los principales aspectos de la ritualidad chamánica en Corea, con especial foco en la figura de la mudang y del kut. En esta ceremonia realizada con ofrendas, bailes, cantos, atavíos e instrumentos la chamana a través del gongsu transmite “las palabras que los dioses y espíritus quieren comunicar a sus participantes” (Doménech,2021:50). En tercer lugar, analizamos cómo se resignificó el rol social y en consecuencia la identidad de las mujeres chamanas con la preeminencia del neoconfucianismo en Joseon. En una sociedad vertical donde las mujeres quedaban relegadas a tareas de cuidado de la familia el kut “ha sido un lugar donde la mujer coreana ha encontrado, a lo largo de su historia, refugio y libertad, donde ha podido expresar sus sentimientos e ilusiones dentro de una sociedad fuertemente marcada por el modelo patriarcal” (Doménech,2005:278).

Si bien esto otorga un elemento emancipador al chamanismo, al dar voz y cauce expresivo a los sectores subalternos (clases bajas y mujeres), también refuerzan un orden establecido basado en una jerarquización patriarcal. Por lo tanto, compartimos con Doménech que los ritos chamánicos, en términos realistas, deben entenderse como “una compleja interrelación de significados” (Doménech,2014:18).

Bibliografía

Doménech, António. “Una introducción al pensamiento coreano: tradición, religión y filosofía”. En: Segundo Simposio Internacional sobre Corea. Madrid, 21 y 22 de noviembre de 2001.

Doménech, A.J. (2008). Evolución Histórica del Muísmo. Universidad de Málaga.

Doménech del Río, Antonio J. (2014). “El chamanismo y las chamanas coreanas: identidades en construcción”. En Chamanismos en el mundo actual, editado por Sierra H., C. H. y Bernal Z., H. , Plaza y Valdés.

Doménech, Antonio. (2021). Chamanes y funcionarios confucianos: religión y reconocimiento social en Corea. ‘Ilu. Revista de Ciencias de Las Religiones 24:41-57.

León García, M. A. (2003). “El chamanismo coreano”. México y la cuenca del Pacífico, Vol. 6, N° 19. DOI: https://doi.org/10.32870/mycp.v6i19.202

León Manríquez, José Luis. (2009) Historia mínima de Corea. Colmex. México

Lew, Young-ick. (2000). Brief history of Korea, A Bird’seye view. The Korea Society. New York.

Prevosti, Antonio, Doménech del río, Antonio José y Prats, Ramón (2005). Pensamiento y religión en Asia Oriental. Barcelona. Editorial UOC.

Selingson, Silvia. (2017). “Chamanismo coreano e identidad nacional: continuidad y cambio”. En León-Manríquez (compilador) Corea, ayer y hoy: aportaciones latinoamericanas. Korea Foundation DCSH-UAM-X.

[1] Secretario Centro de Estudios Coreano (IRI-UNLP).

[2]  Fuente: https://spanish.korea.net/AboutKorea/Korean-Life/Religion

[3] Fuente: https://gsis.kwdi.re.kr/statHtml/statHtml.do?orgId=338&tblId=DT_1LGG011

[4] Fuente: https://www.britannica.com/video/179724/shamanism-South-Korea y https://www.koreatimes.co.kr/www/nation/2023/08/113_239999.html