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La cooperación del MERCOSUR con la Unión Europea

Departamento de América Latina y el Caribe

La cooperación del MERCOSUR con la Unión Europea. Sus retos y desafíos

Andrea Mózesová[1]

Introducción

Casi 24 años de negociaciones entre la organización de MERCOSUR y la Unión Europea llevaron a cabo el Acuerdo oficial firmado en junio de 2019. Según Zelicovich (2022), este proceso de negociaciones se puede dividir en cuatro etapas, empezando en 1995 con la firma de un Acuerdo Marco Interregional de Cooperación, que tenía como objetivo establecer un acuerdo de libre comercio. Sin embargo, este objetivo resultó difícil de alcanzar. Para 1999, la UE aprobó el mandato negociador, y las conversaciones iniciales se llevaron a cabo entre abril de 2000 y octubre de 2004. Estas se estancaron debido a diferencias en temas clave como la ambición de las ofertas, el comercio agrícola, los servicios y la apertura de los mercados de contratación pública. Las negociaciones se reanudaron con poco éxito en 2010 durante la VI Cumbre ALCUE (América Latina y Caribe-UE) en Madrid, y nuevamente fueron relanzadas en 2016. Entre junio de 2016 y junio de 2019, se desarrolló la etapa final con 13 reuniones del Comité Birregional de Negociaciones, lo que permitió anunciar un acuerdo en principio el 28 de junio de 2019. El pilar comercial del acuerdo se complementaría posteriormente con un capítulo Político y de Cooperación alcanzado en junio de 2019.

El contenido del Acuerdo tiene tres ejes de la cooperación, o sea la económica, política y la social. La cooperación económica se centra en los aranceles y libre comercio. La cuestión del medio ambiente y el desarrollo sostenible abarcan la cooperación política. La propiedad intelectual representa la cooperación social. Asimismo, el Tratado reacciona a los problemas actuales relacionados con el cambio climático, la naturaleza y las cuestiones de la propiedad intelectual. No obstante, el contenido generó una cadena de disputas sobre si en verdad el objetivo del Acuerdo es el bien común, o solo el beneficio de un grupo pequeño.

En este trabajo vamos a introducir las organizaciones del MERCOSUR y la Unión Europea, sus orígenes, funcionamiento y el objetivo para entender bien las partes del Acuerdo. A continuación, pasaremos a la descripción del contenido del Acuerdo entre estas dos organizaciones, caracterizando más detalladamente los ejes de la cooperación. Seguiremos con la presentación de reacciones de varias personas y organizaciones a este Acuerdo, presentando así los retos y desafíos del Tratado. Encerramos este trabajo con una reflexión derivada de las reacciones presentadas.

Características y orígenes del MERCOSUR

Descripción general

Lucío de Lima (1996) define el MERCOSUR, acrónimo en español de Mercado Común del Cono Sur, compuesto por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay[2], como el resultado de un nuevo modelo de desarrollo adoptado por Argentina y Brasil durante la década de 1980, representando el cambio de un modelo económico basado en la sustitución de importaciones a una evolución industrial sostenida por la globalización económica.

El objetivo de la integración económica es aumentar la eficiencia económica mediante una mejor asignación de recursos económicos, economías de escala y competencia regional e internacional. El tratado estableció objetivos como la libre circulación de bienes, servicios y factores de producción mediante la eliminación de aranceles y restricciones no arancelarias entre los países miembros. También tenía como objetivo crear un Arancel Externo Común (AEC) y adoptar una política comercial común hacia los países no miembros. Además, el tratado pedía la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales y requería ajustes legislativos para apoyar el proceso de integración. Se lograron avances hacia la eliminación de aranceles, aunque algunos productos sensibles fueron excluidos. El AEC incluía la mayoría de los bienes, pero tenía excepciones, y se tomaron medidas para armonizar las políticas económicas y eliminar las barreras no arancelarias. (Lucío de Lima, 1996).

Zelicovich (2015) describe la dimensión externa de MERCOSUR como basada en la idea de que la acción conjunta de los países miembros fortalece su inserción internacional, aumentando su poder de negociación. Jurídicamente, se sustenta en el Tratado de Asunción[3], el Protocolo de Ouro Preto[4], y otras normativas internacionales. Económicamente, se fundamenta en el Arancel Externo Común. Desde 1991 a 2015, la expansión de la dimensión externa se refleja en cuatro sub agendas de negociaciones internacionales: el patrimonio histórico, las negociaciones Norte/Sur y Sur/Sur, y los acuerdos en organismos multilaterales. Sin embargo, la coordinación interna ha sido complicada y los éxitos han sido menores de lo esperado, con una cohesión del bloque débil, especialmente en tiempos de crisis. La crisis de finales de los años 90 reveló deficiencias en la estructura externa del MERCOSUR, lo que llevó a un «relanzamiento» del bloque y al desarrollo de nuevos órganos, como la Comisión de Representantes Permanentes y el Parlamento del MERCOSUR[5]. A pesar de estos esfuerzos, muchos de estos órganos carecieron de poder efectivo y generaron una estructura disfuncional. En la práctica, la efectividad de la coordinación externa del MERCOSUR ha sido limitada, destacando las dificultades en la implementación de un accionar conjunto real.

Orígenes del MERCOSUR

Lo que se respecta a los orígenes de esta organización, Bouzas et al. (2002) menciona que la mayoría de los países de América Latina han participado activamente en iniciativas de integración regional, pero estos esfuerzos han tenido a menudo un progreso limitado. Durante la era de la industrialización por sustitución de importaciones, la liberalización del comercio dentro de la región entró en conflicto con las estrategias nacionales de desarrollo. A medida que avanzaba la liberalización del comercio, los intereses competidores de importaciones bloquearon el progreso, lo que llevó a la disolución de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) y su reemplazo por la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) en 1981.

Argentina y Brasil fueron particularmente activos en el uso de los marcos de la ALALC y la ALADI para expandir el comercio. No obstante, las tensiones geopolíticas, las diferentes estrategias nacionales de desarrollo y las condiciones económicas internacionales adversas obstaculizaron la integración regional. La región sufrió dos grandes shocks externos en la década de 1980, lo que provocó un declive significativo en el comercio intrarregional y un aumento del proteccionismo. (Bouzas et al., 2002)

En respuesta a estos desafíos, Lomeu Campos (2016) afirma que Argentina y Brasil firmaron el Programa de Integración y Cooperación Económica (PICE) en 1986, que sentó la base para una mayor cooperación y llevó a la creación del MERCOSUR en 1991 tras el Tratado de Asunción. Este Tratado solidificó aún más el compromiso con la integración regional, aunque carecía de mecanismos de aplicación detallados. El cambio positivo en las relaciones argentino-brasileñas allanó el camino para esfuerzos de integración más ambiciosos.

– Características y orígenes de la unión europea

Descripción general

Archick (2024) define la Unión Europea[6] (UE) como una alianza política y económica que constituye una forma singular de colaboración entre naciones soberanas. La UE representa la fase más avanzada de un proceso de integración que comenzó tras la Segunda Guerra Mundial, inicialmente con seis países de Europa Occidental, con el objetivo de fomentar la interdependencia y evitar futuros conflictos en Europa. En la actualidad, la UE está formada por 27 Estados miembros que abarcan la mayoría de las naciones de Europa Central y Oriental. Asimismo, ha jugado un papel importante en la promoción de la paz, la estabilidad y el crecimiento económico en todo el continente europeo. Los miembros de la UE comparten una unión aduanera, un mercado único en el que el capital, los bienes, los servicios y las personas se mueven libremente, una política comercial común y una política agrícola común. 23 Estados miembros de la UE utilizan una moneda común (el euro), y 23 miembros participan en el área Schengen de libre circulación, en la cual se han eliminado los controles fronterizos internos. Además, la UE ha estado desarrollando una Política Exterior y de Seguridad Común (PESC), que incluye una Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD), y persiguiendo la cooperación en el ámbito de Justicia e Interior (JI) en desafíos comunes de la seguridad interna.

Archick (2024) caracteriza las instituciones gobernantes de la UE de la siguiente manera:

  • El Consejo Europeo, que establece las directrices estratégicas de las políticas de la UE y está compuesto por los Jefes de Estado o de Gobierno de los Estados miembros y el Presidente de la Comisión Europea.
  • La Comisión Europea, que actúa como el órgano ejecutivo de la UE y es responsable de implementar decisiones, políticas comunes y de tener la iniciativa legislativa en la mayoría de las áreas. Está formada por 27 comisarios, uno por cada Estado miembro.
  • El Consejo de la Unión Europea, que representa a los gobiernos de los Estados miembros y aprueba legislación en base a las propuestas de la Comisión Europea y en cooperación con el Parlamento Europeo. Su presidencia rota cada seis meses entre los Estados miembros.
  • El Parlamento Europeo, que representa a los ciudadanos de la UE y tiene el poder de aceptar, enmendar o rechazar propuestas legislativas junto con el Consejo de la UE. Sus miembros son elegidos directamente y se organizan según afiliaciones políticas.

Además, otras instituciones como el Tribunal de Justicia, el Tribunal de Cuentas y el Banco Central Europeo desempeñan roles cruciales en la interpretación de leyes, la supervisión financiera y la gestión de la política monetaria.

Orígenes de la UE

James (2006) caracteriza el proyecto de esta organización como un intento de superar los conflictos nacionalistas de la primera mitad del siglo XX, especialmente la rivalidad entre Alemania y Francia que había contribuido a ambas guerras mundiales. Después de 1945, existía una fuerte voluntad de asegurar que una guerra entre Alemania y Francia no pudiera volver a ocurrir. Esto llevó a una serie de iniciativas que culminaron con el establecimiento de la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1957[7]. Liderados en los primeros años de la década de 1950 por los franceses Robert Schuman y Jean Monnet, el plan inicial era para una Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) que haría que Francia, Alemania, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo cooperaran compartiendo sus recursos de carbón y acero en la reconstrucción de la Europa occidental después de la guerra. Esto creó el modelo organizativo de una Comisión, Consejo y Parlamento que fue adoptado por la CEE.

La CEE se creó en 1957 con el Tratado de Roma, buscando extender la cooperación económica de la CECA a través de una unión aduanera, y también promover la integración política europea. Mientras tanto, algunos países europeos optaron por el Área Europea de Libre Comercio (AELC), un modelo más flexible de libre comercio. En las décadas siguientes, la CEE se centró en desarrollar la unión aduanera y enfrentó desafíos como el rechazo de la adhesión del Reino Unido en 1963. En los años 70 y 80, el proyecto de integración se ralentizó, pero se aceleró nuevamente con el Acta Única Europea de 1986 y la caída del Muro de Berlín en 1989. El Tratado de Maastricht de 1992 transformó la CEE en la UE, introduciendo nuevos roles y fijando el camino hacia la creación del euro. Posteriormente, los tratados de Ámsterdam (1997) y Niza (2001) expandieron estos poderes. (James, 2006)

La cooperación entre MERCOSUR y la UE

Principios de la cooperación

Roberto de Almeida (2005) caracteriza los principios de la cooperación de manera siguiente: Después del Tratado de Asunción en 1991, la Unión Europea se limitó a asistir técnicamente en la construcción de una unión aduanera, y en 1992 firmó un acuerdo con MERCOSUR para establecer un diálogo y cooperación técnica. A pesar del apoyo presidencial, los objetivos del tratado no se lograron completamente; se avanzó hacia una zona de libre comercio con excepciones para algunos productos[8]. MERCOSUR, sin grandes cambios institucionales, obtuvo estatus de derecho internacional, y en diciembre de 1995 se firmó una declaración conjunta para promover la liberalización del comercio[9]. Bolivia, Chile y Perú se unieron como miembros asociados.

Sin embargo, las crisis económicas internacionales, como la insolvencia de México y las crisis financieras asiáticas, afectaron a MERCOSUR, especialmente a Brasil. Desde 1995, no se han logrado avances significativos en la integración comercial, y las negociaciones con la UE enfrentaron dificultades debido a diferencias en proteccionismo agrícola y resistencia en temas industriales y de propiedad intelectual. El Acuerdo de Libre Comercio birregional se descarriló en 2005 por conflictos similares. (Roberto de Almeida, 2005)

Cuadros et al. (2020) señala que entre los años 2000 y 2015, se llevaron a cabo numerosas negociaciones extraoficiales sin lograr avances significativos para alcanzar un acuerdo. Sin embargo, en 2016, se evidenció un nuevo impulso en las negociaciones, que comenzó con un intercambio de ofertas y puntos de vista entre las partes y continuó con una comunicación constante entre ellas. Esto agilizó el proceso del acuerdo, que finalmente culminó con la firma del Acuerdo de Asociación Estratégica entre MERCOSUR y la UE en junio de 2019.

 El acuerdo del junio de 2019

El caso de MERCOSUR y la Unión Europea se considera un acuerdo histórico debido a la amplia gama de temas tratados en sus negociaciones y al ambiente cooperativo que se logró establecer. Las distintas cuestiones se abordaron a lo largo de varias rondas de negociación, cada una con un nivel diferente de complejidad, en función de las expectativas y desacuerdos entre las partes. A continuación, se describen los ejes más relevantes según Cuadros et al. (2020) y su respectivo desarrollo:

Desarrollo sostenible y medio ambiente

El desarrollo sostenible, según la definición de las Naciones Unidas, es “la satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades[10]« (ONU, 1987 en: Cuadros et al., 2020). Este concepto busca lograr un equilibrio entre el desarrollo económico, social y la protección del medio ambiente. En cuanto a este tema, el acuerdo pretende garantizar que el desarrollo del comercio no perjudique el medio ambiente ni las condiciones laborales, sino que promueva el desarrollo sostenible.

Cuadros et al. (2020) afirman que las propuestas iniciales de la UE en materia de medio ambiente y desarrollo sostenible orientaron la negociación hacia un proteccionismo ambiental, centrándose en acuerdos ambientales multilaterales, gestión comercial y los efectos del cambio climático, la biodiversidad, el manejo sostenible de bosques y la agricultura, así como la responsabilidad de las cadenas de suministro. Se alcanzó un acuerdo mutuo mediante el cual ambas partes se comprometieron a:

    1. No reducir los estándares medioambientales ni laborales para atraer más inversión extranjera.
    2. Fomentar las relaciones comerciales en favor del desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente y la biodiversidad.
    3. Combatir conjuntamente la tala ilegal e indiscriminada de bosques.

Además, se incorporaron algunos puntos del Acuerdo de París[11] (2015) que involucraron a MERCOSUR en la cooperación climática, logrando así un compromiso bilateral. Brasil acordó reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2025 y tomar medidas contra la deforestación de la selva amazónica, mientras que la UE se comprometió a disminuir sus emisiones internas para 2030.

En el contexto de estas negociaciones, ambas partes acordaron proteger y garantizar los derechos laborales establecidos por la Organización Internacional del Trabajo y asumieron compromisos bilaterales en materia de salud, seguridad e inspección laboral. (Cuadros et al., 2020)

Aranceles y libre comercio

La economía de estas asociaciones se basa en diferentes estructuras productivas, lo que ha generado una relación asimétrica entre las partes. Por un lado, los países de la UE, siendo más industrializados, obtienen sus ingresos principalmente de las exportaciones de bienes con alto valor agregado y de las importaciones, que complementan sus estructuras productivas. Por otro lado, MERCOSUR se centra en la exportación de productos procesados basados en materias primas, como productos agrícolas y básicos, lo que resulta en un menor nivel de intercambio comercial. (Cuadros et al., 2020)

Este acuerdo busca reducir los aranceles aplicados por la UE y MERCOSUR a las exportaciones de distintos sectores productivos. Esto tendrá un impacto significativo en los países de MERCOSUR, ya que fomentará una nueva estructura en su modelo productivo, aumentando la participación no solo en el sector agrícola, sino también en la industria manufacturera, incluyendo el sector automotriz, textil y de calzado. Además, Cuadro et al. (2020) señalan que la implementación del acuerdo beneficiará a los sectores clave de la industria europea, que hasta ahora enfrentaban altos costos de distribución, reduciendo un 35% en automóviles y piezas, entre un 14% y 20% en maquinaria, un 18% en sustancias químicas y un 14% en productos farmacéuticos[12].

Estas medidas se implementarán de manera progresiva en cuatro fases. Al entrar en vigor el acuerdo, los aranceles se reducirán inmediatamente en un 85% para la UE y en un 60% para MERCOSUR, con el objetivo de que en 10 años se eliminen en un 92% y un 91%, respectivamente. Se espera que esta reducción de aranceles represente un ahorro de 4.000 millones para cada una de las partes[13].  (Cuadros et al., 2020)

Agricultura y servicios

Este sector representa uno de los principales puntos de conflicto en las negociaciones debido a las numerosas medidas proteccionistas implementadas, que según Cuadros et al. (2020) abarcan aproximadamente el 50% de las exportaciones totales de MERCOSUR, y a la insistencia de la UE en no realizar una reducción arancelaria gradual, sino en establecer cupos para los productos agropecuarios.

Para resolver esta situación, Cuadros et al. (2020) explica que ambos bloques acordaron en el tratado abrir contingentes arancelarios recíprocos en mercados de productos cárnicos (res, aves y cerdo), lácteos, licores, vinos, tabaco, legumbres, entre otros. A cambio de aceptar estas medidas, la UE solicitó mayores concesiones en servicios, compras gubernamentales e inversiones. El comercio de servicios representa aproximadamente el 20% del comercio total entre la UE y MERCOSUR[14]. Además, la firma de un acuerdo de liberalización comercial entre ambos bloques podría aumentar la demanda de servicios asociados al comercio, como el transporte marítimo, los seguros y los servicios profesionales.

Asimismo, la UE busca obtener preferencia en las licitaciones de compras gubernamentales, con reglas estables y sin discriminación hacia las empresas europeas que ya operan e invierten en los países de MERCOSUR.

Para cerrar esta sección del acuerdo bilateral, MERCOSUR acordó liberar el 93% de sus líneas arancelarias para las importaciones agroalimentarias provenientes de la UE. Por su parte, los países europeos liberarán el 82%[15] de sus importaciones, mientras que el resto estará sujeto a compromisos de liberalización progresiva, incluidos aranceles para productos más sensibles como carne de res, aves y cerdo, azúcar, etanol, arroz, miel y maíz dulce. (Cuadros et al., 2020)

Propiedad intelectual

Cuadros et al. (2020) define la propiedad intelectual como una rama del derecho que promueve la innovación y la creación de proyectos artísticos o científicos, otorgando protección a los derechos del creador. En el acuerdo entre MERCOSUR y la UE, las negociaciones se centraron en facilitar la elaboración de productos innovadores y en agilizar su comercialización, buscando alcanzar un nivel adecuado y beneficioso de protección.

Cuadros et al. (2020) afirma que esta parte de la agenda llevó a ciertas oscilaciones en las negociaciones del acuerdo. Los antecedentes de la UE en tratados de libre comercio los hacían optimistas sobre lo que podrían lograr en términos de protección de los derechos de propiedad intelectual, añadiendo demandas con estándares más altos respecto al plazo de las patentes, derechos exclusivos y datos de prueba, en comparación con lo estipulado en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC)[16].

Parte del acuerdo estableció ciertos estándares de protección, derechos y obligaciones. En otras palabras, se concedió un margen de maniobra que facilita la ejecución del acuerdo a nivel regional o nacional. Así, los países involucrados deben cumplir con una extensa lista de derechos, prohibiciones y obligaciones respecto a las patentes, de acuerdo con las legislaciones nacionales y los objetivos de política pública de cada país. No obstante, ambas partes acordaron hacer lo posible para ratificar el Tratado de Cooperación en materia de Patentes[17], lo que beneficiaría en mayor medida a MERCOSUR. (Cuadros et al., 2020)

Retos y desafíos

El Acuerdo MERCOSUR-UE llevó a cabo numerosas disputas. En este capítulo vamos a presentar diferentes reacciones de varias personas y organizaciones a este Acuerdo.

Treacy (2022) declara que algunos puntos de vista optimistas sostienen que la ratificación y puesta en marcha del Acuerdo impulsará la expansión de las exportaciones de Mercosur, reducirá los precios de las importaciones desde la Unión Europea, atraerá inversiones extranjeras y modernizará tecnológicamente nuestro sector productivo. No obstante, las posturas críticas advierten sobre los riesgos de los impactos socioambientales que podrían derivarse de su ratificación. Estos impactos podrían incluir una mayor desintegración del tejido industrial y una intensificación del perfil primario de nuestras exportaciones, lo que conllevaría efectos negativos sobre el empleo, el medio ambiente y la igualdad de género.

Gehring et al. (2024) en su investigación[18] describe el acuerdo comercial entre la UE y Mercosur como un promotor de flujos comerciales de bienes que son incompatibles con los objetivos de reducción de emisiones globales, disminución de la deforestación y protección de la biodiversidad. Relega a los países de Mercosur al rol de agroexportadores y proveedores de recursos mineros y energéticos, atrapándolos en un modelo extractivista que es destructivo para el medio ambiente y las poblaciones locales. Declara que el acuerdo fomenta las exportaciones de la UE en todos los sectores, sin considerar su impacto ambiental y social (por ejemplo, reduciendo los aranceles sobre automóviles, independientemente del tipo de motor, tamaño del vehículo o eficiencia energética, y sobre productos plásticos y pesticidas prohibidos en el mercado de la UE por razones de salud o medioambientales). Según Gehring et al. (2024), el acuerdo incentivaría la entrada de productos agrícolas en el mercado europeo, sujetos a estándares de producción mucho menos rigurosos que los estándares europeos. Menciona que casi el 30% de las sustancias activas de pesticidas autorizados en Brasil no están aprobadas en la UE debido a sus efectos nocivos para la salud y el medio ambiente. Asimismo, mientras que los países de MERCOSUR ya representan más del 50% de las importaciones de carne de res de Europa, el acuerdo podría aumentar las importaciones de carne de res de la UE desde MERCOSUR en un 23% adicional hasta un 52% para 2030 si el acuerdo de libre comercio se implementa completamente. Los ganaderos brasileños utilizan antibióticos como la monensina como promotores del crecimiento, una práctica estrictamente prohibida por la UE en la lucha contra la resistencia a los antibióticos. La industria de la carne también es una de las más afectadas por las formas de esclavitud moderna listadas en el Índice Global de Esclavitud, que afecta a más de 360,000 personas en Brasil. La implementación de este acuerdo podría también exacerbar la destrucción de ecosistemas y socavar los esfuerzos europeos para combatir la deforestación importada. A continuación, Gehring et al. (2024) señala que la regulación europea sobre la deforestación importada solo ofrecería una solución limitada, principalmente porque no cubre todos los productos sensibles ni todas las tierras forestales expuestas a la deforestación, como el Cerrado. Los derechos humanos de las comunidades indígenas están directamente amenazados por el acuerdo, ya que las áreas en riesgo de deforestación a menudo limitan con territorios indígenas.

El Partido Verde (2023) en una de sus publicaciones[19] describen el objetivo de este acuerdo como impulso del comercio de productos agrícolas como carne y soja, químicos como pesticidas, y automóviles y piezas de automóviles. Esto va en oposición directa a los objetivos del Pacto Verde Europeo. Según ellos, el problema no está solo en los detalles: todo el acuerdo está diseñado para retroceder en la acción climática y la protección de la naturaleza, en beneficio de las industrias automotriz y química europea y de grandes agro empresas sudamericanas. El acuerdo previsto sería devastador para el clima y las personas. La UE ya importa grandes cantidades de carne y soja como pienso animal desde la región comercial de Mercosur. Cada día, enormes áreas de selva amazónica y regiones vecinas deben ceder el paso a pastos para ganado y cultivos de soja. El corazón verde del planeta está sufriendo por la codicia de los consumidores europeos. El Partido Verde declara que acuerdo de libre comercio planeado aumentaría las exportaciones y agravaría aún más los problemas existentes. Si el tratado es ratificado en su forma actual, el mensaje claro es: el beneficio para unos pocos prevalece sobre todos.

Zelicovich (2022) identifica cuatro posibles escenarios para el Acuerdo Mercosur-UE[20]:

  1. Bilateralización. Es posible que el Acuerdo a nivel birregional no prospere debido al grado de politización y bloqueos existentes. Sin embargo, la presencia de sectores que ven en él una oportunidad estratégica y geopolítica podría impulsar la búsqueda de estrategias alternativas. En este contexto, tanto la Comisión Europea como algunos gobiernos del MERCOSUR podrían intentar reducir la influencia de los grupos opositores, limitando el alcance del Acuerdo y avanzando hacia enfoques de bilateralización. Un ejemplo previo de esto en el lado europeo es el acuerdo UE-ASEAN, que se transformó en un enfoque bilateral.
  2. Paraguas regional. Un segundo escenario posible es que el Acuerdo sea finalmente firmado y sometido a ratificación, pero que algunos miembros del MERCOSUR no lo ratifiquen o lo hagan con retraso. En tal caso, el Acuerdo entraría en vigor de manera bilateral dentro del MERCOSUR, lo que podría afectar la cohesión del proceso regional y debilitar el arancel externo común.
  3. Relanzamiento birregional. El tercer escenario es el que los protagonistas de 1995 o 2019 imaginaron que el Acuerdo sea firmado, ratificado y entre en vigor para fortalecer las relaciones económicas y de amistad entre las partes. Este escenario implica un nuevo equilibrio en el juego de intereses detrás del Acuerdo, ya sea por ajustes en lo consensuado, especialmente en la dimensión socioambiental, o por una reevaluación del texto debido a cambios políticos en las respectivas capitales. Alternativamente, podría surgir un nuevo contexto internacional que impulse el equilibrio necesario y favorezca su ratificación, dado el valor reforzado del acuerdo en el ámbito de las relaciones internacionales.
  4. Rara avis. El cuarto escenario es el del statu quo. En este caso, el Acuerdo no se firma, no se ratifica ni se bilateraliza. Se convierte en un tema más en la agenda bilateral, que eventualmente gobiernos y sociedad civil podrían abordar sin que tenga mayores consecuencias. Este escenario evidenciaría que el tiempo del Acuerdo en su concepción inicial ha pasado y daría paso a un nuevo enfoque sobre cómo y con qué instrumentos construir la relación bilateral.

De todos los argumentos presentados por personas vinculadas a las relaciones internacionales o las organizaciones relacionadas con el medio ambiente, podemos deducir que el Acuerdo de MERCOSUR-UE no parece ser tan inclinado por el bien de todos, sino que busca propios intereses de solo un pequeño grupo en perjuicio del bienestar global. Por dicha razón, es incierto el futuro del cumplimiento del Acuerdo de manera beneficiosa para no solo las partes del Acuerdo, sino para el bienestar global.

Conclusión

Este trabajo analiza la cooperación entre el MERCOSUR y la Unión Europea (UE), centrándose en los retos y desafíos relacionados con el Acuerdo firmado en junio de 2019 que fue resultado de un largo proceso de negociaciones a lo largo de casi 24 años. Proporciona una visión detallada de los orígenes y estructuras tanto del MERCOSUR como de la UE, seguida de un análisis de los aspectos centrales del Acuerdo de 2019 que incluyen el desarrollo sostenible, los aranceles, la agricultura, los servicios y la propiedad intelectual.

Este Acuerdo de MERCOSUR-UE generó reacciones mixtas e incertidumbres que rodean su contenido. Se trata especialmente de organizaciones ecológicas y climáticas que se preocupan por la eficiencia de los puntos en el Acuerdo relacionados con el medio ambiente. Mientras algunos ven el acuerdo como un posible catalizador para el crecimiento económico, otros lo critican por exacerbar los problemas ambientales y sociales. Podemos concluir que el futuro del Acuerdo sigue siendo incierto, con posibles resultados que van desde su implementación completa hasta un estancamiento total. Los escenarios presentados sugieren que el destino del Acuerdo depende de varios factores, incluyendo las dinámicas políticas, la cohesión regional y las consideraciones ambientales.

Referencias

Archick, K. (2024).  The European Union: Questions and Answers. 2

Bouzas, R. et al. (2002). In-Depth Analysis of Mercosur Integration, Its Prospectives and the effects Thereof on the Market Access of Eu Goods, Services and Investment. 10-12

Cuadros, C. et al. (2020). Acuerdo de asociación estratégica Mercosur-Unión Europea. 1, 3-7

Gehring, M. et al. (2024). Alternatives for a fair and sustainable partnership between the EU and Mercosur: scenarios and guidelines. 6

Greenpeace (2023). EU-Mercosur: A Nightmare for Nature. 4

James, W. (2005). Civitas: History of the European Union. 1-2

Lomeu Campos, G. (2016). From Success to Failure: Under What Conditions did Mercosur Integrate? 856

Lucío de Lima, J. (1996). The Development of Mercosur. 1, 5-13

Roberto de. Almeida, P. (2005). Effects of EU Activities and Cooperation with Mercosur on Regional Democracy Building. 5, 8-9

Zelicovich, J. (2015). Juntos, pero no tanto: un recorrido por la agenda de negociaciones comerciales externas del MERCOSUR (1991-2015). 17-19

Zelicovich, J., Treacy, M., et al. (2022). Los eventuales impactos del acuerdo entre MERCOSUR y la Unión Europea. Un abordaje crítico de los efectos económicos, ambientales y de género. 5,8,11

 

[1] Alumna de intercambio entre la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad de Economía de Bratislava, República Eslovaca (cursa el segundo semestre de la Maestría en Relaciones Internacionales, IRI-UNLP). El trabajo fue presentado para evaluar la asignatura: América Latina en las Relaciones Internacionales.

[2] Actualmente, hay siete estados de la región asociados: Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam

[3] 26 de marzo de 1991, ratificó la fundación del MERCOSUR

[4] 17 de diciembre 1994, complementario del Tratado de Asunción

[5] Según lo establecido en el Artículo 1° del “Protocolo de Ouro Preto” sobre la Estructura Institucional del MERCOSUR, los órganos con capacidad decisoria, de naturaleza intergubernamental del MERCOSUR son: el Consejo del Mercado Común, el Grupo Mercado Común y la Comisión de Comercio del MERCOSUR.

[6] Kristin Archick es especialista en Asuntos Europeos y en su Informe “The European Union: Questions and Answers” presta información básica sobre la Unión Europea

[7] Organización anterior a la Unión Europea

[8] Notablemente para el azúcar y los automóviles.

[9] Este asunto mejoró la relación con la Unión Europea.

[10] Las Naciones Unidas definieron el concepto de la sostenibilidad en la Comisión Bruntland, del que luego se formaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

[11] El Acuerdo de París es un tratado internacional sobre el cambio climático jurídicamente vinculante. Su objetivo es limitar el calentamiento mundial a muy por debajo de 2, preferiblemente a 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales.

[12] Datos tomados desde la publicación “Acuerdo de asociación estratégica Mercosur-Unión Europea” de Cuadros, C. et al. (2020)

[13] Datos tomados desde la publicación “Acuerdo de asociación estratégica Mercosur-Unión Europea” de Cuadros, C. et al. (2020)

[14] Datos tomados desde la publicación “Acuerdo de asociación estratégica Mercosur-Unión Europea” de Cuadros, C. et al. (2020)

[15] Datos tomados desde la publicación “Acuerdo de asociación estratégica Mercosur-Unión Europea” de Cuadros, C. et al. (2020)

[16] Las esferas de la propiedad intelectual que abarca son: derecho de autorderechos conexos (los artistas intérpretes o ejecutantes, los productores de fonogramas y los organismos de radiodifusión); marcas (incluye marcas de servicios); indicaciones geográficas (incluye indicaciones de origen); dibujos y modelos industrialespatentes (incluye la preservación de los vegetales); esquemas de trazado; e  información no divulgada (incluye secretos comerciales y datos de pruebas)

[17] permite buscar protección por patente para una invención en muchos países al mismo tiempo mediante la presentación de una solicitud «internacional» de patente

[18] Gehring junto con varias instituciones (CISDL, E3G, FTAO, IEEP, Veblen Institute) que pertenecen al Partido Verde en el Parlamento Europeo elaboraron una investigación llamada “Alternatives for a fair and sustainable partnership between the EU and Mercosur: scenarios and guidelines “

[19] “EU-Mercosur” A Nightmare for Nature” (2023), esta publicación sirve como reacción al Acuerdo que llevaron al Parlamento europeo

[20] Zelicovich escribió un artículo formando parte de la obra de “Los eventuales impactos del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea” (2022) donde describe los juegos estratégicos de este acuerdo