El viernes 11 de octubre, los distintos medios de prensa anunciaron que el Premio Nobel de la Paz 2024 había sido otorgado a la organización japonesa contra las armas nucleares Nihon Hidankyo.
Como señala la información de prensa, se trata de un movimiento de base que nuclea a supervivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Le fue otorgado por sus esfuerzos para lograr un mundo libre de armas nucleares y por demostrar con sus testimonios que las armas nucleares no deben volver a utilizarse nunca más. Reúne a todos los sobrevivientes, residentes hoy en las 47 prefecturas de Japón. Surgió como resultado de una gran convención realizada por ellos, en 1956.
En ese momento declararon:
“Estamos aquí hoy para hacer un fuerte llamamiento al mundo entero. La humanidad nunca debe repetir nuestros sacrificios y dificultades. Nuestro único deseo mientras vivamos es redirigir la energía nuclear, que tiene el potencial de conducir a la destrucción y la extinción, hacia la felicidad y la prosperidad de la humanidad.”
Desde esa fecha vienen ofreciendo testimonio de su terrible experiencia para que nadie más tenga que sufrirla, para lo cual apelan al cumplimiento de los acuerdos de desarme, prohibición de su producción y tenencia.
En los considerandos del Comité que otorga el premio, precisamente destaca que estos testimonios históricos han ayudado a generar y consolidar una amplia oposición a las armas nucleares alrededor del mundo, presentando sus propias historias, creando campañas educativas basadas en sus propias experiencias y lanzando urgentes alertas contra la difusión y el uso de las armas nucleares. Los “hibakushas” (personas que han recibido radiación) nos ayudan a describir lo indescriptible, pensar lo impensable y, de alguna manera, a comprender el incomprensible dolor y sufrimiento causado por las armas nucleares.
El año próximo se cumplirán ochenta años de ese trágico acontecimiento Todos los años, para los días 6 y 9 de agosto las asociaciones de inmigrantes japoneses oriundos de Hiroshima y Nagasaki, se unen para realizar un acto conmemorativo en nuestro país. La Asociación Japonesa en la Argentina presta sus espacios para esta exposición y, este año, para el aniversario número 79, se invitaron a niños de tres escuelas primarias a participar.
Semanas atrás recibí una invitación de la Embajada del Japón en Argentina, para asistir a la inauguración, el día 1 de octubre, de una muestra en el Centro Cultural, ubicado en Sarmiento 151, con posters que muestran la dimensión del horror. El acto contó con la presencia en nuestro país, del Director del Museo Memorial de la Paz de Hiroshima, Yoshifumi Ishida y la presentación de una hibakusha, la señora Teruko Yahata, quien compartió sus vívidos recuerdos del horror con todos los presentes, para que nunca más, nadie tenga que pasar por esa experiencia.
Esta visita y exposición, fuera de la fecha conmemorativa y que por ese motivo debe haber llamado la atención de no pocos, se vio complementada, una semana después por la visita del Dr Nobumasa Akiyama, profesor de la Facultad de Políticas Públicas e Internacionales de la Universidad de Hitotsubashi, quien disertó sobre el tema “Reducción del riesgo nuclear ante el deterioro del entorno estratégico en Asia Oriental: la búsqueda del Japón del control de las armas nucleares y el desarme”.
Como premonitorios, hoy vemos estos otros eventos, estrechamente vinculados con el otorgamiento del Premio Nóbel de la Paz, a esta agrupación de personas que tienen la fuerza y valentía de seguir manteniendo vivo el calvario por el que tuvieron que pasar 80 años atrás, para que nadie, nunca más tenga que pasar por ello.
Cecilia Onaha
Coordinadora
Departamento de Asia y el Pacifico
IRI-UNLP
