Las recientes declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump realizadas en la Casa Blanca el 5 de febrero, en presencia del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, constituyen un nuevo desafío a la vigencia del derecho internacional humanitario que debería inspirar a líderes internacionales de su envergadura. La destrucción de la Franja de Gaza, con más del 80% de su infraestructura reducida a polvo, desde sus hospitales hasta sus escuelas y bibliotecas, no se debe a una cuestión de “mala suerte” como afirmó el presidente, sino a la campaña sistemática de bombardeos indiscriminados llevada adelante por el ejército israelí, que arrojó más de cuarenta mil muertos. Tampoco resulta sensato hablar de traslado de los palestinos a países vecinos, en tanto el desplazamiento forzado constituye un delito.
Es en virtud de ello que el Departamento de Medio Oriente del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata (IRI-UNLP) repudia estas declaraciones, consciente de que estas expresiones, lejos de contribuir a la paz y la seguridad de la región y sostener los débiles acuerdos que enmarcan el intercambio de rehenes y detenidos, son una forma de alentar el conflicto y el enfrentamiento a través de la provocación.