En el quincuagésimo período de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrada el lunes 10 de marzo de 2025 fue elegido por aclamación el nuevo secretario general de la organización, Albert Ramdin, para reemplazar al secretario actual, Luis Almagro, quien estuvo al frente de la Secretaría por dos períodos consecutivos desde mayo de 2015. Es importante destacar que Almagro ha sido cuestionado en varias oportunidades por algunas decisiones que no estuvieron exentas de contradicciones y polémicas[1].
Debemos resaltar que el nuevo secretario general de la OEA, electo para el período 2025-2030, es actualmente ministro de Relaciones Exteriores, Negocios Internacionales y Cooperación Internacional de Surinam. Ha sido durante diez años secretario adjunto de la OEA (2005-2015), entre otros cargos que dan cuenta de una amplia experiencia en negociaciones internacionales y diplomacia multilateral.
Entre las cuestiones a destacar del proceso electoral del nuevo Secretario General mencionamos las siguientes particularidades:
- En primer lugar, la candidatura de Albert Ramdin compitió con la del actual canciller paraguayo, Rubén Ramírez Lezcano, quien retiró su candidatura una semana antes de la votación. Esta acción dejó en evidencia la desacertada lectura de Paraguay sobre los apoyos que recibiría la misma. Más aún, teniendo en cuenta que el presidente de Paraguay había realizado varios viajes en la región para negociar la candidatura de Ramírez Lezcano. Entre los viajes realizados por el presidente Santiago Peña Palacios, recordamos la visita a Estados Unidos, donde recibió el apoyo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a partir del cual quedó identificado como el candidato “trumpista”, alejándolo de los apoyos necesarios de los países latinoamericanos. Otro error importante de Paraguay fue presuponer que todos los países sudamericanos apoyarían su candidatura. Por último, desde Paraguay, se minimizó el hecho de que Ramdin fuera un diplomático que formó parte de la propia estructura de la OEA durante varios años, lo cual le proporcionó un profundo conocimiento del sistema internacional, posicionándolo en un lugar de privilegio con respecto a Ramírez Lezcano[2].
- En segundo lugar, es probable que en los próximos tiempos la relación de Paraguay con sus vecinos -en especial con sus socios del Mercosur- se vea resentida, tras haberse apartado del tradicional alineamiento del bloque en el apoyo a las candidaturas internacionales. Sobre todo, luego de conocerse el comunicado conjunto de cinco países sudamericanos (Bolivia, Brasil, Chile, Colombia y Uruguay[3]), ratificando el apoyo a la candidatura de Ramdin a la secretaría de la OEA, cuando -según manifestaciones del gobierno paraguayo- se habían recibido señales de apoyo al candidato de este país.
- En tercer lugar, llama la atención el silencio de los Estados Unidos en todo el proceso de elección. Como se adelantó anteriormente, Paraguay había tenido acercamientos con el país del Norte con el fin de lograr el apoyo a su candidatura, lo cual dio cuenta, una vez más, de la “inestabilidad” del interlocutor y de la errónea lectura política de la cancillería paraguaya.
- Por otro lado, es importante mencionar que la candidatura de Ramdin fue impulsada por el Caricom (Comunidad del Caribe, por sus siglas en inglés), lo cual le aseguró un número importante de apoyos, a la vez que generó un impacto positivo en la “unidad caribeña”. A estos apoyos se le sumó el de Costa Rica, Ecuador y República Dominicana, quienes emitieron un comunicado conjunto en respaldo al surinamés. En el mismo manifestaron que: “Ramdin cuenta con la experiencia y el conocimiento necesario para liderar una nueva etapa en la OEA, promoviendo la cooperación y solidaridad entre los Estados miembros, a fin de facilitar el diálogo y la solución de problemas comunes de manera conjunta”… ”Esta podría ser la primera vez que un representante del Caribe lidere la OEA, aportando una visión renovada y diferente para afrontar los desafíos hemisféricos de manera más amplia, inclusiva y efectiva”. Cabe recordar que Surinam apoyó a Guyana en un reclamo histórico que este país tiene con Venezuela por el Esequibo[4], lo que impactó también en un nuevo apoyo a su candidatura.
- Otra de las cuestiones a enfatizar tiene relación con las diferencias en los perfiles de ambos candidatos y en sus propuestas. Uno de los temas que circularon en las presentaciones de las candidaturas tuvo que ver con las posturas encontradas que ambos tienen sobre la crisis de Venezuela y el rol que tomará la OEA. Por su parte Ramdin, en sus declaraciones, opinó que “la única forma de atender la situación en Venezuela es mediante un diálogo con el régimen de Nicolás Maduro”; en tanto Ramírez Lezcano afirmó que la OEA debe “trabajar intensamente para que Venezuela, Cuba y Nicaragua vuelvan al sistema democrático y tengan gobiernos respetados y respetables”. En este sentido, destacamos que varios de los países latinoamericanos, han intentado -sin éxito- acercamientos con Venezuela, lo que ha demostrado a lo largo del tiempo una gran “incapacidad diplomática” para idear soluciones a la crisis.
En síntesis, es posible que la elección del nuevo Secretario General de la OEA haya renovado -al menos en el discurso- la apuesta a la región y al multilateralismo, en un momento de gran incertidumbre a nivel internacional. Esta coyuntura, enmarcada en una “competencia hegemónica” entre Estados Unidos y la República Popular China, tiene implicancias directas en la región, que se suma a otras crisis tales como: la existencia de situaciones de inseguridad interna, el crimen organizado, el narcotráfico, las abultadas deudas externas, el creciente desempleo, las limitaciones a la libre movilidad humana y las vulneraciones de los derechos humanos, entre otras, que afectan seriamente la vida de los pueblos y sobre todo debilitan los sistemas democráticos.
En definitiva, los cambios propuestos por el nuevo Secretario para el futuro de la Organización tienen que ver con el fortalecimiento institucional de la OEA; la atención de los temas migratorios que han afectado y siguen afectando a la región latinoamericana; reforzar la seguridad regional y atender los problemas financieros que aquejan al sistema regional debido a la escasez de los recursos. Es de esperar también un incremento de la relevancia de la OEA en los asuntos regionales e internacionales, que, como consecuencia, refuerce la unidad interna, el compromiso con el multilateralismo y con la democracia.
Laura Bogado Bordazar
Coordinadora
Departamento de América Latina y el Caribe
IRI – UNLP
Referencias
[1] Citamos a modo de ejemplo la participación de Almagro en la destitución de Evo Morales en 2019. Para interiorizarse ver: Opiniones IRI: “Bolivia, bocas del tiempo: la memoria quemada”, por Emiliano Dreón. Disponible en: https://www.iri.edu.ar/index.php/2019/12/16/bocas-del-tiempo-la-memoria-quemada-2/
[2] Es necesario mencionar algunas particularidades de la política interna de Paraguay, que, con ciertos rasgos de conservadurismo, impactaron negativamente en la relación con sus vecinos sudamericanos. Nos referimos a retrocesos en materia de protección de los Derechos Humanos, denunciados oportunamente en los ámbitos interamericanos.
[3] https://www.minrel.gob.cl/noticias-anteriores/comunicado-conjunto-en-apoyo-a-la-candidatura-de-albert-ramdin-a. Según fuentes oficiosas, este acuerdo se habría negociado en oportunidad de la visita de los presidentes de los países mencionados a la ceremonia de asunción del mandatario de Uruguay, Yamandú Orsi, el 1 de marzo de 2025.
[4] Opiniones IRI. “El referendo consultivo en Venezuela por el Esequibo”, por Paula Zaragoza. Disponible en: https://www.iri.edu.ar/index.php/2023/12/06/el-referendo-consultivo-en-venezuela-por-el-esequibo/.