La península coreana asistió hoy a un acontecimiento histórico después de años de división y conflictos. Los atletas de ambas Coreas desfilaron juntos en el inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno que se desarrollan en Pyeongchang, 126 kilómetros al este de Seúl, capital de Corea del Sur.
Luego de un año cargado de tensión y signado por el enfrentamiento entre Kim Jong- un, líder de Corea del Norte, y Donald Trump, principal aliado de Corea del Sur, que incluyó amenazas bélicas y sanciones de variado tipo, la propuesta de retomar el diálogo entre las dos Coreas, que Kim manifestó en su discurso de Fin de Año y que se materializó hoy, señala un avance diplomático tímido, pero también importante en la medida en que permite reabrir una comunicación que por dos años había estado vedada.
Si bien, por ahora y pese a los intentos del Presidente surcoreano Moon Jae-in, las conversaciones se han limitado a la esfera de lo deportivo, debe destacarse el impacto simbólico que posee la presencia de Kim Yo-jong, hermana del líder norcoreano, y de Kim Yong-nam, Presidente de la Asamblea Suprema del Pueblo y representante del país del norte en las visitas internacionales, junto al Presidente de Corea del Sur.
A pesar de que son pocas las expectativas de que este acercamiento deportivo conlleve de por sí a una etapa de diálogo integral, es innegable que constituye un aporte a la convivencia pacífica, aunque más no sea, momentánea.
Bárbara Bavoleo
Coordinadora
Centro de Estudios Coreanos