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Memoria, lucha, movilización y Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans en este 8 y 9M

“Quienes no se mueven
no notan sus cadenas”
Rosa Luxemburgo

 

A principios del siglo pasado, Simone de Beauvoir nos explicaba las dificultades que las mujeres enfrentábamos en las luchas contra el patriarcado y de reivindicación de nuestros derechos al señalar que, a diferencia de los judíos, los negros y los proletarios, las mujeres carecíamos de un pasado, de una historia y de una religión que nos fueran únicos y de los cuales pudiéramos sostenernos para formar un movimiento solidario y consistente. En este sentido, el sistema patriarcal, ha logrado evolucionar (si es que cabe el término) y conjugarse con un otro sistema enraizado con múltiples formas de violencia y que ha logrado expandirse vorazmente gracias a un proceso de globalización: el capitalismo.

Dicha estructura de poder, se ha beneficiado y aprovechado de la explotación de los cuerpos femeninos y feminizados, de la división sexual del trabajo, y de las violencias y desigualdades de género presentes en muchos ámbitos de nuestras vidas. Como consecuencia de ello, nosotras, víctimas de esta internacionalización de la violencia, hemos reaccionado. Luchamos por el derecho al voto, por estar y ser visibilizadas en el espacio público, por ver reconocidas –y subsanadas− las discriminaciones de género, clase, raza y elección sexual. Luchamos para que se conmemoren las mujeres y cuerpas disidentas del ayer, y se procuren a las del mañana, frente a un sistema que nos vulnera, nos violenta y nos asesina. Luchamos por hacer conocer nuestro pasado y escribir el futuro.

Ante tales circunstancias, el 8M se convierte en un día clave para seguir construyendo historia. Para seguir enarbolando las consignas de “¡Aborto legal ya!”, “Separación de la Iglesia y el Estado”, “Basta de femicidios, travesticidios y crímenes de odio”, “Desmantelamiento de las redes de trata”, entre otras.

Y hoy, 9 de marzo, estaremos llevando adelante el Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans. Sabemos que no todas pueden marchar. Sabemos que no todas pueden parar. Sin embargo, son días para alzar la voz por todas y todes, remarcando la necesidad de construir un mundo más empático, justo y libre de violencias, donde no quepan exclusiones de ningún tipo.

Hoy estamos asistiendo a un escenario sociocultural importante: crece el movimiento feminista y el conocimiento de la sororidad; es decir, de la importancia de la unión de las mujeres y otras corporalidades feminizadas. Nos mantenemos en pie de lucha ante las reacciones conservadoras y los discursos de odio contra la profundización de nuestras libertades y las de otros cuerpos no hegemónicos.

En línea con lo anterior, las posturas de ciertos líderes de nuestra región, son –como mínimo− repudiables. Así, podemos pensar en el gobierno brasileño de extrema derecha, que llegó al poder después de las elecciones de 2018 y trabaja a diario para que los derechos de las mal llamadas “minorías” sean vulnerados. Ejemplos sobre el caso, abundan: las mujeres son tratadas de modo estereotipado, vinculadas al espacio privado; la visibilidad y la manutención de los derechos de lesbianas y mujeres trans está en peligro con la tentativa de extinción del “Conselho Nacional LGBT”; la política de educación sexual defiende la abstinencia en vez de enseñar sobre la prevención de enfermedades, del acoso y de la violencia.

Asimismo, manifestamos nuestro rechazo hacia el desafortunado discurso del presidente Piñera, haciendo responsables a las víctimas de acoso de tal accionar machista días antes de que se lograra el hecho histórico de la paridad constituyente en Chile, −y en el marco de la Ley Gabriela, normativa que amplía el femicidio a todos los crímenes por motivos de género.

En este marco, destacamos la Delegación de Feministas Plurinacionales que este 8M irrumpió en Bolivia para construir colectivamente resistencia, en un contexto de represión y persecución llevadas a cabo por el gobierno de facto. Asimismo, reivindicamos la fuerza de las hermanas mexicanas, que desde estados femicidas y narcos, se pronuncian con furia para gritar “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”.

El 8 de marzo no es una fecha más. Hicimos historia y hoy vemos el intento de menospreciarla. Por eso, el Día Internacional de las Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans es siempre la oportunidad de reflexionar sobre nuestra trayectoria, así como también la invitación a continuar la lucha por la conquista de nuestra ciudadanía (todavía incompleta), y la manutención de nuestros derechos, en tiempos cada vez más inestables. El feminismo como movimiento sin fronteras tiene una responsabilidad política enorme, que implica denunciar todas aquellas opresiones que durante tantos años estuvieron naturalizadas por y para un sector preponderante de nuestras sociedades, donde –por supuesto- el espacio académico no fue la excepción. Desde el CeGRI apoyamos el derecho a la libertad de todas nuestras compañeras de Abya Yala y del mundo; pues, como dice el cantautor brasileño Caetano Veloso, es necesario estar atentas y fuertes. ¡Hoy más que nunca!


Dulce Daniela Chaves
Coordinadora

Centro de Estudios en Género(s) y Relaciones Internacionales
IRI – UNLP

Frida Karin Alvarado Rodríguez
Integrante del CeGRI (IRI-UNLP), desde México

Joyce Miranda Leão Martins
Integrante del CeGRI (IRI – UNLP), desde Brasil