En la madrugada del 2 de julio de 2008 un grupo de soldados del Ejército Colombiano concretó el rescate de quince ciudadanos secuestrados por las FARC por medio de un minucioso operativo de infiltración, engaño y ataque estratégico. La misión se denominó Operación Jaque.
El operativo de inteligencia militar inició a mediados de 2007 tras conocerse información sobre la ubicación de Keith Stansell, Marc Gonsalves y Thomas Howes, tres contratistas estadounidenses que habían sido secuestrados en el año 2003. En aquel entonces, el Ejército colombiano decidió crear tácticas para infiltrar a sus miembros en las FARC.
La clave estuvo en el engaño electrónico y la interrupción de las comunicaciones entre el frente oriental, que daba las instrucciones de “Alfonso Cano”, reciente comandante de las FARC, y el frente que tenía a los secuestrados. De este modo recibieron indicaciones cruzadas elaboradas por el Ejército.
El grupo guerrillero que mantenía a los norteamericanos y a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt en las selvas de Guaviare, fue informado sobre una Operación Humanitaria que trasladaría a los rehenes al campamento de Cano. Para ello, el Ejército debió montar una ONG con una página web, una oficina y una matrícula.
Durante los meses posteriores se intercambió información con el grupo guerrillero completamente engañado y se acordó el traslado. Paralelamente, los agentes que se encargarían de la operación fueron cuidadosamente seleccionados y recibieron clases de teatro, se pintaron dos helicópteros militares y se planificaron dos estrategias de rescate por si la primera fallaba.
El operativo fue un éxito y duró 22 minutos. Ya en el terreno acordado, ante más de 300 efectivos de las FARC, los miembros de la supuesta ONG, los jefes guerrilleros Gerardo Antonio Aguilar Ramírez, alias ‘Cesar’; y Alexander Farfán, alias ‘Gafas’ y quince ciudadanos cautivos abordaron los helicópteros. Ya en la aeronave los guerrilleros fueron inmovilizados.
La operación de inteligencia fue planeada estratégicamente y lejos del conocimiento público, pero con el beneplácito del entonces presidente Álvaro Uribe y del ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.
Tras el rescate y la emoción pública por la liberación de Ingrid Betancourt, los norteamericanos y once oficiales de la fuerza policial y del ejército, se desataron algunas críticas y se cuestionó el nivel de engaño de la operación. El uso del Emblema de la Cruz Roja Internacional y la utilización de datos de una ONG real con fines humanitarios fue el principal foco de la discusión ya que, según la opinión pública, esto
comprometería la veracidad de la labor de estos organismos en el proceso de paz. Sin embargo, hoy, muchos aseguran que la Operación Jaque fue determinante para las negociaciones de Paz que derivaron en el Acuerdo para la Terminación Definitiva del Conflicto firmado en 2016.
María Laura Brito
Colaboradora de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
Departamento de Historia
IRI – UNLP