“Les doy las gracias a todos. Ahora nos espera Chicago. Vamos a ganar ahí”, así terminaba su discurso Robert Bobby Kennedy, tras ganar las primarias del partido Demócrata en California. Lo que no sabía es que unos pasos más adelante, sería asesinado. Era la madrugada del 5 de julio de 1968.
El hermano de uno de los presidentes más populares de Estados Unidos -John F. Kennedy – había nacido el 20 de noviembre de 1925 en Brookline, Massachusetts. El séptimo de nueve hijos, manejó la campaña electoral que llevó a JFK a la presidencia y luego fue nombrado Fiscal General. Desde su cargo no solo fue la mano derecha de su hermano, sino que además tuvo un papel decisivo en la lucha contra el crimen organizado y la pelea por los derechos civiles en Estados Unidos.
Tras el asesinato de John en 1963, Robert fue elegido senador por el Estado de Nueva York.
A comienzos de 1968, Robert entró tarde a la contienda electoral de su partido.
La elección clave para su carrera a candidato presidencial sería en California, ya que demostraría que contaba con el apoyo necesario dentro y fuera del partido.
De esta manera, tras el discurso del triunfo, Robert se dirigió a otro salón del hotel Ambassador de Los Ángeles para encabezar una conferencia de prensa. En su paso por la cocina del edificio, mientras saludaba a partidarios y empleados, fue alcanzado por cuatro disparos. El tiro letal impactó en la cabeza de RFK por detrás de la oreja, atravesando su cerebro. Tras agonizar casi un día entero, Robert falleció a
primera hora de la mañana del 6 de junio en el Hospital El Buen Samaritano de la ciudad californiana. Tenía 42 años, cuatro menos que su hermano John cuando también fue asesinado.
Muchos interrogantes sin responder pesan aún hoy sobre el asesinato de Bobby. En el lugar de los hechos fue arrestado el palestino de nacionalidad jordana, SirhanSirhan, quien en la actualidad cumple su condena en California. Sin embargo, a pesar de parecer “un caso cerrado”, muchos analistas afirman que aunque Sirhan disparó esa noche, otra persona habría dado el tiro que terminó matando a Kennedy.
Una de las pruebas más contundentes que probaría la teoría de un segundo tirador sería la evidencia balística que ratifica que los disparos realizados superaban la capacidad de la pistola que Sirhan tenía en su poder. En 2011, los abogados del condenado aportaron nuevas pruebas al caso: una grabación del periodista de la CNN StanislawPruszynski en el que se pueden escuchar 13 disparos y una declaración
médica en la que jordano asegura que no recuerda nada de esa madrugada. No obstante, el jurado descartó estos avances en enero de 2015 y nuevamente negó la libertad condicional a Sirhan.
Cómo en otros aspectos de la vida del Clan Kennedy, el asesinato de Robert no se encuentra ajeno a polémicas. A medio siglo de su fallecimiento, quién mato a Bobby y por qué siguen siendo cuestiones a develar. Los servicios de inteligencia estadounidenses aún mantienen las investigaciones del caso con categoría clasificada y las dudas pesan más que las certezas.
Jessica E. Petrino
Colaboradora de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
Departamento de Historia
IRI – UNLP