La Triple Entente fue una alianza militar establecida entre Francia, Rusia y Gran Bretaña, los cuales, influenciados por las tensiones continentales y las crisis balcánicas de fines del siglo XIX, decidieron formar esta coalición para garantizar su seguridad ante posibles agresiones de otros Estados.
Este bloque se conformó durante la Paz Armada, un período de graves tensiones que se gestó en Europa después del denominado, sistema Bismarckiano. Dicho sistema fue el resultado de un proyecto político-diplomático del canciller alemán -Otto von Bismarck– para dominar las relaciones internacionales de su época, por medio de un complejo entramado de tratados, tanto públicos como privados, que buscaban favorecer la posición de su país en el escenario europeo y aislar a su principal adversaria, Francia. Este proyecto comenzó a tomar forma cuando, en 1882, Alemania y Austria firmaron junto con Italia, la Triple Alianza.
Cuando Bismarck fue depuesto por el nuevo káiser, Guillermo II, Francia realizó importantes esfuerzos para salir de su aislamiento. En 1894, Rusia, ya alejada de Alemania por su conducta diplomática y por no haber logrado que Berlín concretara los préstamos que requería para su requipamiento militar, se lanzó a la búsqueda de nuevos vínculos para fortalecer su posición. Esto facilitó la concreción de un acuerdo franco-ruso, permitiéndole a París, no sólo alcanzar su primer objetivo, sino además, otorgándole el lugar que antes había ocupado Alemania. Se iniciaba así, una mundialización de las estrategias.
Dentro de su bloque, Alemania– guiada ahora por la weltpolitik – buscaba intensamente compensar su llegada tarde al reparto colonial, y ejercía presión sobre el Imperio Otomano, potenciando las capacidades de su flota y fortaleciendo su ejército.
Esta conducta estimuló al ministro francés Delcassé, a consolidar una alianza que pudiera neutralizar a Alemania. Así nació, en 1904, la Entente Cordial franco-inglesa que, si bien fue menos formal, contribuyó notablemente a ampliar y fortalecer sus capacidades. Finalmente, en agosto de 1907, Francia alcanzó una victoria diplomática casi imposible: lograr que Rusia e Inglaterra, firmaran el tratado de la Triple Entente, mediante el cual se cerraba el círculo anti-germano.
En 1912, Francia y Rusia ratificaron su alianza a través de un protocolo, en el que se establecía que ambas potencias apoyaban los objetivos político-estratégicos de la otra y ambas se comprometían a intervenir si alguna de ellas era atacada. Por su parte, Gran Bretaña que había entrado a la alianza con una motivación diferente (estaba preocupada por mantener su dominio de los mares y el poderío de su Imperio)
consideró adecuado fortalecer su posición en el Mar del Norte frente a los avances alemanes. Asimismo, y en caso de un enfrentamiento bélico directo, Gran Bretaña se comprometía a “concertar” con el gobierno francés. En cuanto a la Entente anglo-rusa, solo se trataba de una colaboración “de facto” que los comprometía como aliados ante un ataque específico.
Ambos bloques fueron los protagonistas de la Gran Guerra; la contienda armada más violenta y destructiva hasta ese momento histórico.
María Sol Aldonate
Colaborador de la Red Federal de Historia de las Relaciones
Internacionales
Departamento de Historia
IRI – UNLP