En 1991, hace 20 años atrás, hubo un intento fallido de golpe de Estado en la Unión Soviética por parte de los conservadores del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), fieles a la tradición y críticos con las reformas del Secretario General Mijaíl Gorbachov, aprovechando su ausencia de la capital para tomar el poder.
La situación económica de la Unión Soviética seguía siendo difícil, mientras que varias repúblicas habían declarado o estaban a punto de declarar su independencia. En agosto, miembros influyentes y conservadores del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética) intentaron dar un golpe de Estado contra el Secretario General Mijail Gorbachov, a cuya política culpaban de dicha situación, justificando el mismo “por razones de salud…”. Se reunieron en un Comité Estatal para el Estado de Emergencia, que incluía a políticos de alto nivel: el jefe del KGB (el servicio de inteligencia soviético), el Ministro de Defensa y el Ministro de Asuntos Exteriores.
El objetivo era evitar que Gorbachov firmara un tratado que confiriera una cantidad significativa de poder del gobierno central a las repúblicas federadas. De vacaciones en Crimea, fue encarcelado en la mañana del 19 de agosto de 1991. La emisora moscovita utilizó los problemas de salud como pretexto para legitimar el traspaso de poderes al vicepresidente Gennadi Yanayev, que estaba al frente de un comité de emergencia. A continuación se declaró el estado de excepción en «toda la Unión por un periodo de seis meses». Este golpe de Estado provocó rápidamente la resistencia. Apoyados por fuerzas especiales, los conservadores intentaron en vano derrotar a Boris Yeltsin, entonces presidente de Rusia, que convocó una huelga general. El golpe de Estado fracasó el 21 de agosto.
El fracaso se debió a varias razones: la negativa de Gorbachov a cooperar, la oposición de la opinión pública, la condena internacional, la incapacidad de unir a los militares a su causa, etc. Gorbachov recuperó sus poderes y regresó a Moscú. Aunque sólo hubo unos pocos muertos, el golpe tuvo importantes consecuencias. A los ojos de muchos, Gorbachov parecía incapaz de controlar las distintas facciones de su propio partido: prometió una limpieza contra los conservadores y luego dimitió como Secretario General. Después, el PCUS, que había gobernado el país desde 1917, fue disuelto y prohibido. En los días siguientes, varias repúblicas proclamarían su independencia. La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas fue finalmente desmantelada en diciembre de 1991.
Liz Guyot
Colaboradora de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales (CoFEI)
Departamento de Historia
IRI – UNLP