Tras haber permanecido durante casi un siglo bajo el dominio británico, la República de Malta celebra su independencia. A pesar de haber sido una de las ocupaciones más extensas del territorio, no fue la única. Malta fue también gobernada por españoles y franceses a lo largo de su historia.
Por aquél archipielago pasaron sicilios, griegos, romanos y otomanos hasta que fue conquistada en 1282 por la corona de Aragón. A pesar de haber sido un enclave estrategico en el mar Mediterraneo, el rey de España, Carlos I, luego de dos siglos de ocupación, arrendó las islas a los caballeros hospitalarios -también conocidos como la Orden de Malta- una suerte de guerreros paladines de la cristiandad en epocas de enfrentamiento con el Imperio Bizantino. Ellos mantuvieron el control hasta 1799 cuando tropas francesas, lideradas por Napoleón Bonaparte, desembarcaron en sus costas mientras se dirigían a la aventura en Egipto.
Establecidos en aquél enclave, los franceses implementaron una serie de reformas: abolición de los derechos feudales, reformas en los monasterios, mismos derechos para cristianos, judíos y musulmanes, entre otros. A pesar de que la población se mostró pacifica en los inicios de la ocupación, fue creciendo paulatinamente la resistencia hacía los franceses. Con el auxilio de Gran Bretaña y del Reino de las dos Sicilias, los malteses comenzaron la rebelión. Una vez rendidos los franceses, los británicos tomaron posesión de las islas y las convirtieron en protectorado de la corona.Oficialmente el archipiélago fue incorporado al Imperio británico en 1814.
Durante el siglo XX la importancia de Malta fue grande en el escenario internacional. Por la gran proximidad y presencia de italianos, aquél territorio formaba parte de la “Italia irredenta” que reclamaría el líder fascista Benito Mussolini en la Segunda Guerra Mundial. De hecho, ya en el siglo XIX, durante la etapa del Risorgimento –unificación italiana- se anhelaba la unión a Italia de territorios poblados por mayoría italiana. En 1936, y ante el temor de perder el archipiélago, los británicos decidieron prohibir el italiano como lengua oficial e iniciaron un proceso de “anglicanización de las islas”.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Malta se convirtió en una posición clave para los británicos en el Mediterráneo y, por lo tanto, las potencias del Eje intentaron controlar el archipiélago. Esto debilitó seriamente a las islas; sin embargo, la población encabezó una feroz resistencia contra los nazis y los fascistas italianos que, más adelante, fue reconocida y condecorada por la corona británica con la cruz de Jorge -hoy símbolo de su bandera- y la promesa de independencia.
El 21 de septiembre de 1964 Malta se convirtió en una república, finalmente había conseguido su independencia del Reino Unido. No obstante, durante diez años más estuvo gobernada por un representante de Isabel II ya que en su Constitución aún figuraba ella como soberana del archipiélago. Será recién para 1974 cuando se incorporó a la Commonwealth (Mancomunidad de naciones dependientes de la corona)con un presidente maltés como Jefe de Estado. Los lazos con los británicos aún son muy fuertes, de hecho, los malteses adoptaron el sistema británico de administración, educación y legislación.
Augusto Gabriel Arnone
Colaboradorde la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
Departamento de Historia
IRI – UNLP