Aunque parezca extraño, existe una gran contradicción entre el origen del tratado y su desarrollo, por la posición que tomó Estados Unidos con respecto al Tratado de Versalles.
El Tratado puso fin a la Primera Guerra Mundial y estableció la paz, temporalmente, entre los países beligerantes. El presidente de los EEUU, Woodrow Wilson, había intervenido decididamente en su elaboración y estaba muy comprometido con sus términos.
Lamentablemente para el presidente, la política aislacionista norteamericana y un accidente cerebrovascular que lo alejó de su puesto durante tres meses, impidió que los Estados Unidos finalmente participaran del mismo. Sobre la política aislacionista se puede decir que era el rechazo a participar en alianzas, o en este caso tratados, de forma permanente ya que consideraban que podía perjudicar los intereses nacionales. De hecho, este tipo de políticas se venían practicando desde los tiempos de George Washington.
Para que EEUU ratificara el Tratado y se adhiriera a la Sociedad de las Naciones, necesitaba una ratificación por una mayoría de dos tercios en el Senado. Por otra parte, en ese momento la mayoría parlamentaria era republicana mientras que Wilson, era demócrata. El accidente mencionado anteriormente hizo que el presidente no pueda participar de los debates y solo se encargó de rechazar las enmiendas propuestas, además este hecho lo hizo alejarse de la realidad norteamericana que le perjudicaría en un futuro.
Finalmente, la propuesta fue rechazada. Pero el presidente seguía teniendo esperanzas con las elecciones de 1920; esperaba ser reelegido y así ratificar los tratados. Esto no sucedió. En 1920 asumió Harding como presidente de los EEUU y rechazó definitivamente el Tratado de Versalles y el Pacto de la Sociedad de las Naciones.
Podemos concluir que la idea de que Estados Unidos fuese parte del Tratado, era una ilusión particular de Woodrow Wilson. Sin embargo, en ese momento, la política norteamericana quería enfocarse en sus propios problemas antes que involucrarse en los ajenos.
María Emilia Fregenal
Colaboradora de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
Departamento de Historia
IRI – UNLP