En este momento, cruzando el Océano Atlántico y más allá, en la región norte de Etiopía, se llevan a cabo acciones aberrantes contra la integridad sexual de la población civil. Conocemos la nefasta historia de la humanidad en cuanto a este tipo de crímenes: la violencia sexual es utilizada como medio para someter, acabar con la dignidad y la moral de la persona y de su comunidad, en este caso en el marco de un conflicto armado. En situaciones como éstas, la impunidad es moneda corriente y las víctimas rara vez tienen acceso a atención psicológica y jurídica, y en lo relativo a la atención médica, llega luego de superar el estigma y, en ocasiones, cuando la gravedad del caso hace que no haya otra opción. Aun así, Médicos Sin Fronteras[i] ha denunciado ataques a las instalaciones de salud en el área de Tigray, la zona álgida de los enfrentamientos, lo que dificulta aún más el acceso a la salud.
¿En qué marco se llevan a cabo estos atentados contra civiles? En resumidas cuentas, el actual presidente etíope Abiy Ahmed ordenó el 4 de noviembre de 2020 a las Fuerzas de Defensa Nacional de Etiopía una avanzada en respuesta ante una acusación de un ataque lanzado por el Frente de Liberación Popular de Tigray, más conocido en sus siglas en inglés como TPLF, lo que inició cruentos combates en la región de Tigray por parte de ambas facciones. Ahora, lejos de enforcarnos en la mixtura de intereses que motivan a los actores a desplazar tropas de un lado a otro y en la vasta historia política y étnica de Etiopía, que merece un análisis más extendido, nos enfocaremos en los crímenes sexuales que son cometidos contra la población, ya que ningún análisis histórico, de situación y/o político exime a ninguna de las partes involucradas de la responsabilidad por la comisión de crímenes de guerra y lesa humanidad y, me atrevería a decir, de genocidio, contra la población civil que se están llevando a cabo actualmente en el norte de Etiopía. La información nos llega a cuenta gotas y, aun así, es devastadora. Desde Amnistía Internacional han llamado a las autoridades a que restablezcan las conexiones de telefonía e Internet[ii]; bien sabemos que estos son servicios esenciales a la hora de documentar violaciones a los Derechos Humanos, crímenes de guerra, etc.
Las autoridades de las Fuerzas de Defensa Nacional de Etiopía, leales al gobierno de Abiy Ahymed, y los actores implicados como TPLF, parecen hacer caso omiso a los reportes de Naciones Unidas y las denuncias de las organizaciones no gubernamentales[iii] acerca de la crisis que vive la población civil, en su mayoría de la etnia tigriña y la violencia que ejercen las partes involucradas. Los enfrentamientos han provocado desplazamientos[iv] de civiles en la región y con ello un incremento alarmante y devastador en el índice de crímenes sexuales. El Código Penal de Etiopía condena la violación en su artículo 620 con cinco a veinte años de prisión, pero a pesar de ello, los perpetradores rara vez llegan a los tribunales y, menos aún, en las condiciones actuales de conflicto que vive Tigray. Sumado a ello, el Ejército federal recibe el apoyo militar de Eritrea[v], país lindero, lo que coloca a más personal militarizado en la zona del conflicto y con ello un incremento en los crímenes contra la integridad sexual y dignidad humana, que solemos observar en zonas dónde se movilizan tropas.
Una de las armas de guerra utilizadas en este caso es la violencia sexual contra la población civil. Esclavitud sexual, violaciones en grupo, introducción de objetos cortopunzantes dentro del cuerpo de las víctimas, por nombrar alguna de las aberrantes formas por medio de la cual se atenta contra los habitantes de la zona, y más allá de lo que las autoridades aleguen en su defensa o las promesas que hagan, los informes y los testimonios de los médicos son irrefutables: la violencia sexual es utilizada como un arma de exterminio. Según una investigación de Reuters[vi], los casos registrados son menores a los que efectivamente se perpetran ya que en Etiopía, como en muchos lugares del mundo, las víctimas deben convivir con el estigma que las violaciones conllevan dentro de su comunidad, como la imposibilidad de matrimonio, cuestionamiento de la masculinidad, el apartamiento del hogar, entre otros. También, podemos encontrar casos de personas que fueron obligadas a violar a sus familiares,[vii] una práctica también implementada en el genocidio de Ruanda.
Hasta la guerra tiene sus límites. Lo preocupante es que pese a las sentencias contra cómplices y superiores de Tribunales Penales Internacionales[viii] en situaciones similares, no han logrado que la violencia sexual contra la población civil en conflictos armados se reduzca, y esta situación es preocupante.
En Tigray, la violencia sexual no discrimina género ni edad, y es ejercida con total impunidad. Las máximas autoridades de las facciones involucradas son responsables y deben ser juzgadas, pero lamentablemente, como es costumbre en los delitos sexuales, la justicia y la reparación de las víctimas, llega demasiado tarde, si es que alguna vez llega. Mientras tanto, la escalada de violencia actualmente es alarmante y por desgracia no se logra documentar en su totalidad por la escasez deliberada de acceso a la información. Esta crisis no ocupa los titulares de la prensa mundial debidamente, como no los ocupó la persecución al pueblo Rohinya o la crisis humanitaria en Yemen, hasta que, por supuesto, fue demasiado tarde. La justicia tardía no es justicia, y evidentemente la comunidad mide con una vara muy distinta a la del sentido común cuándo es momento de actuar. Es preciso preguntarnos y darnos una conversación seria acerca de los mecanismos que poseen las organizaciones internacionales para prevenir, sancionar y erradicar la violencia sexual durante los conflictos armados. Muchos de los mecanismos actuales se basan en meras intenciones o son deficientes. En definitiva, son un frasco de vistosos confites de colores en una estantería demasiado alta y poco práctica, para que podamos dar con ella.
Bibliografía:
[i] Health facilities targeted in Tigray region, Ethiopia. MSF. (Consultado 17/04/2021) https://www.msf.org/health-facilities-targeted-tigray-region-ethiopia
[ii] “We also call on the authorities to immediately restore telephone and internet communications in Tigray to allow people to communicate with one another in accordance with the right to freedom to expression, and to enable monitoring of the human rights situation there.” Amnesty International Consultado 17/04/2021 https://www.amnesty.org/en/latest/news/2020/11/ethiopia-authorities-must-ensure-human-rights-are-respected-in-tigray-military-operation/
[iii] Ethiopia: Investigation reveals evidence that scores of civilians were killed in massacre in Tigray state Amnesty Internacional. (Consultado 17/04/2021) https://www.amnesty.org/en/latest/news/2020/11/ethiopia-investigation-reveals-evidence-that-scores-of-civilians-were-killed-in-massacre-in-tigray-state/
Ethiopia: Authorities must ensure human rights are respected in Tigray military operation. Amnesty Internacional. Consultado 17/04/2021. https://www.amnesty.org/en/latest/news/2020/11/ethiopia-authorities-must-ensure-human-rights-are-respected-in-tigray-military-operation/
[iv] Emergencia en la región de Tigray en Etiopía, ACNUR,https://www.acnur.org/emergencia-en-la-region-de-tigray-en-etiopia.html Miles de personas están huyendo de Etiopía. ACNUR. https://www.acnur.org/noticias/videos/2020/11/5fb830844/miles-de-personas-estan-huyendo-de-etiopia.html
[v] Eritrea reconoce tener tropas en la región etíope. 17 abril 2021. Swiss Info. (Consultado 17/04/2021) https://www.swissinfo.ch/spa/eritrea-reconoce-tener-tropas-en-región-etíope-de-tigré-y-promete-retirarlas/46542594
[vi]Nichols M. Sexual violence being used as weapon of war in Ethiopia’s Tigray, U.N. says. Abril 16 del 2021. Reuters. (Consultado: 16/4/2021) https://www.reuters.com/world/africa/sexual-violence-being-used-weapon-war-ethiopias-tigray-un-says-2021-04-15/?utm_source=twitter&utm_medium=Social
[vii] Georgy M. ‘Choose – I kill you or rape you’: abuse accusations surge in Ethiopia’s war. Reuters (Consultado: 16/4/2021) https://www.reuters.com/article/uk-ethiopia-conflict-rape/choose-i-kill-you-or-rape-you-abuse-accusations-surge-in-ethiopias-war-idUSKBN29S0BG
[viii] Por mencionar algunos, Fiscalía Jean Paul Akayesu, 1 junio 2001. Fiscalía contra Alfred Musema, 27 enero 2000, Tribunal Internacional Penal para Ruanda. La Fiscal contra Dominic Ongwen, febrero 2021, Corte Penal Internacional.
Mayra A. Scaramutti
Integrante
Departamento de Derecho Internacional
IRI – UNLP