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Nueva ola de violencia en Jerusalén

Los eventos recientes en Medio Oriente son expuestos por los medios de comunicación como un “espectáculo” de luces en el cielo, paralelamente a las imágenes de edificios derrumbándose en la Franja de Gaza.

Esta región es escenario de un conflicto continuo desde hace ochenta años. Sin embargo, como si fuesen olas en este mar de acontecimientos, aparecen eventos que marcan mayores niveles de tensión, haciendo las hostilidades mas patentes. Ejemplo de ello son los hechos sucedidos en las últimas semanas, causa inmediata de una escalada de violencia sobre la cual vemos el comienzo, pero es difícil de predecir su trayectoria.

Los musulmanes del mundo se encuentran atravesando el mes más sagrado del calendario islámico, el mes de Ramadán, en el que fue revelado el Corán, y durante el cual hacen ayuno diario desde el amanecer hasta la puesta del sol. Es un contexto festivo, pero al mismo tiempo de alta sensibilidad, por lo cual una serie de provocaciones que se dieron en este marco pasaron menos desapercibidas que de costumbre. Cualquier musulmán del mundo podría sentirse identificado con aquellos palestinos que se encontraban rezando el viernes en la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén, momento en el que fueron atacados por las fuerzas de seguridad israelíes dentro de la misma, violando la sacralidad de un templo fundamental para la religión islámica. Por otro lado, semanas atrás se dio el desalojo de familias árabes musulmanas de sus casas situadas en el barrio Sheikh Jarrah en Jerusalén Este. El último viernes de Ramadán, día del Quds, o de Jerusalén, fue escenario de manifestaciones por parte de grupos ultra ortodoxos judíos, quienes bailaban en el templo mientras la imagen de fondo mostraba fuego en la explanada de la mezquita. Una a una, provocaciones que despertaron la ira de los palestinos, “fuerzas profundas” en términos de Duroselle, que salen a la luz en estos momentos de alta tensión. Los choques en las calles aun persisten ya no solo en Jerusalén, pues se han extendido a otras áreas aledañas.

Seguramente, hay análisis históricos y políticos por realizar; de hecho, los políticos israelíes no logran aun un acuerdo para formar gobierno luego de cuatro elecciones, y, al mismo tiempo, las rivalidades entre Fatah y Hamas, deja a los palestinos sin la posibilidad de una representación robusta. Sin embargo, es importante contextualizar las noticias que hoy nos invaden, entendiendo que esto es parte de un largo y doloroso proceso que se ha cobrado la vida de civiles inocentes y generado millones de refugiados. Habrá que seguir atentos al desarrollo de los eventos en esta región tan convulsionada del planeta.


Leila A. Mohanna
Integrante
Departamento de Medio Oriente
IRI – UNLP