El 8 de agosto de 2021 se cumplieron 30 años del restablecimiento de las relaciones diplomáticas de Argentina con Sudáfrica.
Cabe recordar que durante el gobierno de Raúl Alfonsín, el 22 de mayo de 1986, se decidió la ruptura de relaciones diplomáticas con el gobierno sudafricano debido a su política de apartheid y discriminación racial. Esta medida complementaba el no mantenimiento de relaciones culturales y deportivas con ese gobierno, de acuerdo con una resolución de Naciones Unidas de 1977.
A pesar de la ruptura, las relaciones comerciales argentino-sudafricanas continuaron desarrollándose, por canales cuasi independientes, demostrando así la desarticulación entre actores privados que hacen el comercio exterior y los actores políticos.
Esta situación se mantuvo hasta el gobierno de Carlos Menem, cuando se restablecieron las relaciones diplomáticas, el 8 de agosto de 1991. Esta decisión se justificó por la existencia de importantes cambios en Sudáfrica tendientes a eliminar el sistema del apartheid, adelantándose a otros actores internacionales que vinculaban el mejoramiento de las relaciones a la adopción de una nueva constitución y un sistema de votación y representación que incluyera a los no blancos.
Finalmente, el cambio en Sudáfrica se produjo con las elecciones multirraciales de 1994 que le dieron el triunfo al Congreso Nacional Africano (ANC), asumiendo la presidencia Nelson Mandela el 10 de mayo de 1994. Carlos Menem viajó a Sudáfrica menos de un año después, convirtiéndose así en el primer presidente argentino y latinoamericano en ser recibido por su par sudafricano en democracia.
A partir de entonces, las relaciones intra sudatlánticas no dejaron de crecer, aunque siempre mostrando la existencia de mayores potencialidades. En este sentido, debemos reconocer la labor de los respectivos embajadores, promoviendo la cooperación bilateral en todos sus aspectos. Junto a los hombres de negocios aglutinados en la Cámara de Comercio Argentino-Sudafricana, nuestros funcionarios hicieron realidad la progresiva intensificación de los vínculos bilaterales.
Con el restablecimiento de la relación, Hugo Porta, Pedro Herrera, Carlos Sersale di Cerisano, Javier Figueroa, Alberto D’Alotto y ahora el recientemente nombrado Claudio Pérez Paladino, son los embajadores argentinos que promovieron desde nuestra Embajada en Sudáfrica la relación con las autoridades y el pueblo sudafricano. En tanto Johan Killian, Aubrey Xolile Nkomo, Mlungisi Washington Makalima, Peter Goosen, Anthony James Leon, Zenani Nosizwe Dlamini y Patience Phumelele Gwala nos dieron a conocer los intereses sudafricanos en Argentina.
En ese marco, cabe resaltar el valor fundacional de la sinergia establecida entre los embajadores Sersale y Goosen, quienes le dieron un fuerte impulso a la relación abarcando todas las áreas posibles de cooperación con beneficios mutuos. Durante esos años, se consiguió, al decir del embajador Sersale, “poner Sudáfrica y el África Austral, en el mapa de nuestra Cancillería”, demostrando cuánto importan y definen una agenda bilateral en expansión las iniciativas creativas de funcionarios a cargo de nuestras representaciones en el exterior.
Citando al embajador Sersale:
“nos reunimos, conscientes de las posibilidades de complementariedad entre ambos países, sus intereses y necesidades en lo político, comercial, económico, cultural, para a partir de ahí construir un mecanismo institucional como las comisiones binacionales, para que lo respaldara y se constituyera en un foro de encuentro de los respectivos cancilleres”.
De este modo, la construcción de una agenda con intereses comunes, se fue ampliando a medida que se iban desarrollando las Comisión Binacional Sudáfrica-Argentina (BICSAA). Esta agenda estratégica fue abarcando los ámbitos político, comercial, económico, de Inversiones, derechos humanos, académico, ciencia y tecnología cultural, deportivo, sanitario, legal, cine, a medida que la relación se profundizaba.
La reunión de la primera BICSAA, entre el 26 y 28 de febrero de 2007 en Pretoria (Sudáfrica),fue otro hito relevante en la construcción de puentes entre ambos países. Le siguieron la segunda BICSAA entre el 2 y 3 de diciembre de 2008 en Buenos Aires, la tercera, el 1 y 2 de noviembre de 20012, en Pretoria y la cuarta en Buenos Aires, el 1 de agosto de 2013. En este año se está organizando en Pretoria una quinta reunión para el segundo semestre.
Entre las múltiples áreas que han dinamizado la relación cabe mencionar la cooperación en el sector agrícola donde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la maquinaria agrícola y la siembra directa han sido los elementos clave. En cuanto a los derechos humanos, la cooperación en antropología forense contribuyó a mostrar la experiencia argentina en esa temática. Desde otra perspectiva no menos relevante, la cooperación deportiva, principalmente en el rugby, posibilitó a la Argentina su participación en Ligas para las cuales tenía la puerta cerrada.
La cooperación científico tecnológica y la cooperación agrícola se refleja en la variedad de convenios firmados entre ambos países con centros académicos y de investigación (Universidades, el Council for Scientific and Industrial Research), entre instituciones públicas y privadas (por ejemplo el Convenio de Cooperación Técnica entre GRAIN SOUTHAFRICA, INTA, CAFMA, CIDETER (2011-2014), así como los proyectos de Cooperación entre el MINCYT (Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovacion Productiva de Argentina) y el FOAR (Fondo Argentina de Cooperación Internacional) y actores sudafricanos.
Desde la perspectiva económica, es significativa la relación comercial favorable a la Argentina, siendo Sudáfrica el primer destino de las exportaciones argentinas al África Subsahariana. En ese contexto, es de lamentar los altos y bajos a los cuales fue sometido el Consulado argentino en Johannesburgo, que fue abierto y cerrado varias veces, desconociendo la importancia de esa oficina para los negocios, las inversiones, el arte y las relaciones culturales.
Argentina y Sudáfrica comparten principios y valores similares en sus políticas exteriores, tales como la defensa del multilateralismo, el respeto al derecho internacional y las instituciones internacionales, la promoción y protección de los derechos humanos, de un ambiente internacional seguro y la defensa de la cooperación Sur-Sur, entre otros.
Ambos países, situadas en los confines australes de los respectivos continentes, han estado lejos históricamente, aunque relativamente cerca geográficamente, y poseen un entramado de variadas vinculaciones que podría potenciarse aún más pero que nos permite aseverar que “es una relación con poco ruido y muchas nueces”.
Gladys Lechini
Coordinadora
Departamento de África
IRI – UNLP