El Gobierno argentino tomó conocimiento de una medida del gobierno de Chile, publicada el 27 de agosto en el Diario Oficial de ese país, relativa a sus espacios marítimos por la cual pretende proyectar su plataforma continental al Este del meridiano 67° 16’ 0 en contradicción con lo establecido en el Tratado de Paz y Amistad argentino-chileno de 1984.
Desde el Departamento del Atlántico Sur (IRI-UNLP) apoyamos la reacción del Gobierno Nacional y resaltamos la importancia de que esta nueva disputa se resuelva de acuerdo al Derecho Internacional, sin afectar los lazos de amistad y cooperación logrados a partir de 1984, lo que ha significado un paso muy importante para la consolidación de la paz y el progreso del Cono Sur de América y la integración de ambas naciones en el marco del MERCOSUR, del cual Chile es Estado Asociado.
Recordemos que la Argentina y Chile comparten una de las fronteras más extensas del mundo y que durante toda su historia los grandes centros financieros internacionales alentaron permanentemente hipótesis de conflicto entre ambos países con el objetivo de lucrar con el financiamiento de la compra de armamentos, lo que contribuyó a su crónico endeudamiento exterior y conspiró contra el desarrollo económico integrado y sostenido en el tiempo de toda la región. No obstante ello, Chile y Argentina son un ejemplo para el mundo ya que pese a estas influencias exógenas terminaron siempre resolviendo sus problemas limítrofes a través de medios pacíficos de solución de controversias, generalmente recurriendo al arbitraje internacional.
Hoy el Reino Unido ha establecido en el archipiélago de las Islas Malvinas su Comando Naval del Atlántico Sur y desde el mismo aspira a controlar las riquezas naturales, no solo del mar y el subsuelo marino sino también de la Patagonia Austral, así como su proyección hacia la Antártida, y su estrategia de siempre es dividir a los distintos países del sur del continente fomentando falsos nacionalismos comarcales para mantener su influencia y supremacía sobre los mismos. El MERCOSUR y todo proceso de integración suramericano es un impedimento para estos designios. Por lo tanto, tenemos que actuar con suma prudencia tratando de no destruir los logros obtenidos a partir de la firma del Tratado de Paz y Amistad de 1984 y solucionar este nuevo diferendo exclusivamente mediante los instrumentos que nos provee el Derecho Internacional, ya que fomentar las diferencias solo contribuirá a consolidar la influencia británica en la región.
Por lo tanto, reiteramos la propuesta que venimos promoviendo desde el Departamento del Atlántico Sur del IRI en forma sistemática desde hace más de 30 años, puesto que Argentina y Chile se han reconocido mutuamente derechos de soberanía sobre una porción del cuadrante antártico suramericano: promover la defensa conjunta de la misma dentro del Sistema del Tratado Antártico, ya que los actores extrarregionales que operan hoy en la Antártida dificultarán al extremo una acción individual exitosa de cada uno de estos países.
Concluyendo, lo importante es no ser funcional al juego de todos aquellos interesados en dividirnos, solucionando este nuevo diferendo dentro del amplio marco que nos ofrecen hoy las nuevas herramientas del Derecho Internacional (Tratado de Paz y Amistad de 1984, Comisión del Límite Exterior de la Plataforma Continental de la CONVEMAR, etc.) y promover la defensa conjunta del cuadrante antártico suramericano reclamado por ambos países, partiendo de la base del mutuo reconocimiento de la soberanía sobre el mismo.