Según los resultados finales de las elecciones del 26 de septiembre al Bundestag, se presentan como posibles al menos cinco variantes diferentes de coalición, luego de que el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) lograra el primer puesto con un 25,7%.
La sorpresa, luego de los resultados que arrojara la jornada electoral, no es que haya ganado el SPD -que lideraba todas las encuestas-, sino que el Partido Democrático Libre (FDP) y la Alianza 90/Los Verdes (Die Grünen, “Grüne”) visualizaran, por primera vez, sus opciones de gobernar juntos, una novedad en Alemania.
Después de 16 años al mando del gobierno de la mano de Ángela Merkel, la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) podría dejar de estar a la cabeza del país. No obstante, todavía a raíz de que las negociaciones no se han cerrado, la CDU y su partido hermano de la religión de Bavaria, la Unión Social Cristiana (CSU), aún podrían formar una alianza.
Aunque existen al menos cinco variantes diferentes de coalición, las más importantes hasta el momento son la coalición “semáforo” (SPD, FDP, Grüne) y “Jamaica” (CDU/CSU, FDP, Grüne), teniendo en cuenta a los colores que identifican a los diferentes partidos.
A pesar de la victoria electoral del SPD, la CDU/CSU no parece querer resignarse al gobierno de una coalición semáforo. El líder de la CDU, Armin Laschet, declaró, tras la reunión del grupo parlamentario CDU/CSU, que hablarían con el FDP y con los Verdes en los próximos días, para lograr un acuerdo. No obstante, el líder de la CSU, Markus Söder, había manifestado, incluso antes de la reunión del caucus, su pretensión de que la CDU/CSU esperase a que el SPD formase una nueva coalición de gobierno, respetando el voto de los alemanes.
La CDU/CSU, fuerza dominante en la política alemana desde la Segunda Guerra Mundial, obtuvo el domingo pasado su peor resultado electoral en décadas con un 24,1% (es pertinente señalar que nunca había obtenido menos del 30% en unas elecciones generales).
Las cifras oficiales hablan por sí mismas al demostrar que en esta elección muchos de los antiguos votantes de la CDU decidieron abandonar al partido en masa, sobre todo en favor del SPD y los Verdes.
El ministro de Economía, Peter Altmaier, calificó los resultados de “derrota aplastante” para la CDU, admitiendo que el partido también había “perdido muchos votantes indecisos”, o votantes “de centro” que, dependiendo la buena o mala gestión de un partido, alternan entre la CDU y el SPD. Mientras tanto, Michael Kretschmer, primer ministro de Sajonia, declaró que no veía un mandato claro para que la CDU intentara formar gobierno.
No solamente podría tratarse de una mala gestión (2017-2021) luego de la última elección (o, en el caso de Merkel, reelección), sino también de un fuerte descontento que tienen los alemanes con el candidato a canciller de la CDU, Armin Laschet. En una encuesta realizada el lunes pasado por el grupo mediático Funke, el 70% de los encuestados opinó que Laschet debía dimitir (incluso entre los partidarios de la CDU, la cifra era del 51%).
Laschet fue elegido jefe de la CDU en enero, pero su popularidad (dentro y fuera de su partido) empezó a descender rápidamente luego de un par de actitudes desafortunadas, entre las que se incluye haber sido captado por las cámaras riéndose durante un solemne homenaje a las víctimas de las inundaciones de julio pasado. En tal sentido, se presenta la posibilidad de su dimisión, tras la presión que emitiría la opinión pública, especialmente luego de los resultados electorales y de varias encuestas en su contra.
Por otro lado, en la antigua Alemania del Este se ha observado un avance del partido populista de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD). Aunque en muchas regiones sus votos han disminuido, se convirtió por primera vez en el partido más elegido en Turingia, con un 24% de los votos. Allí, el SPD obtuvo el segundo puesto con 23,4% y la CDU únicamente un 16,9%. El avance regional de AfD preocupa a la CDU, y probablemente debería preocupar aún más la fuerza con la que parece anclarse a la política alemana.
Por su parte, expectantes, los líderes de los Verdes y del FDP mantuvieron conversaciones preliminares el martes 28 sobre una participación conjunta en el gobierno. Los líderes del Partido Verde, Annalena Baerbock y Robert Habeck, se reunieron con el líder del FDP, Christian Lindner, y el secretario general, Volker Wissing, y publicaron una foto del cuarteto en Instagram, conmemorando estos tiempos emocionantes para sus partidos.
A nivel federal, no hay experiencias “Jamaica” en el país, pero se ha visto replicada la fórmula en varios gobiernos estatales. Actualmente, a modo de ejemplo podemos referirnos al norte, en Schleswig-Holstein. Parecería imposible lograr una koalition que no incluyese a los Verdes y al FDP, pero llegado el caso, la CDU/CSU manifestó estar preparada para negociar con otras fuerzas.
No hay un límite oficial que determine cuándo deberían terminar las negociaciones, cuándo debería estar resuelta la próxima coalición y, por ende, llevarse a cabo la elección del canciller. La negociación más larga tuvo lugar en la elección pasada de 2017 ya que, debido a diferencias y expectativas de cada partido, el tiempo de 30 días luego de las elecciones generales se prolongó hasta los 171 días, cuando fue reelegida Ángela Merkel, luego de más de cinco meses de debates.
Ante el escenario actual, la formación de un nuevo gobierno podría también llevar su tiempo: no es seguro que se concrete el plan de tener un acuerdo de coalición a finales de año ni tampoco existe una garantía de que el nuevo gobierno federal en el poder pueda funcionar sin rispideces entre los líderes y los partidos.
Sólo el tiempo lo dirá, aunque parece que ha llegado el momento de alternar el mando hacia el candidato del SPD, Olaf Scholz.
Micaela Delfino
Integrante
Departamento de Europa
IRI – UNLP