Hoy, 3 de enero de 2022, conmemoramos 189 años de la usurpación británica de nuestras Islas Malvinas.
Debemos recordar que a fines de 1831 un buque de guerra de los Estados Unidos de Norteamérica arrasó violentamente Puerto Soledad en represalia por la captura de buques loberos de esa misma nacionalidad, los cuales habían sido hallados en infracción a la legislación de pesca dictada años antes por las autoridades argentinas establecidas en las islas, a cargo del Gobernador Luis Vernet.
El gobierno argentino inició de inmediato las gestiones para obtener la reparación diplomática a tal agresión de los Estados Unidos enviando, a la vez, una goleta de la Armada para restablecer el orden en las islas, que había sido quebrado por la irrupción de la nave estadounidense.
En Puerto Soledad, el 3 de enero de 1833, una corbeta de la Marina Real británica, apoyada por otro buque de guerra que se encontraba en las cercanías, amenazó con el uso de fuerza superior y exigió la rendición y entrega de la plaza.
Tras la expulsión de las autoridades argentinas, el comandante de la nave británica dejó a uno de los pobladores de Puerto Soledad, de origen irlandés contratado por Vernet, a cargo del pabellón británico, zarpando de regreso a su base.
Es de destacar que en el año 1834, el gobierno inglés asignaría a un oficial de la Armada para que permaneciera en las islas y recién en el año 1841 adoptaría la decisión de «colonizar» nuestras Islas Malvinas, nombrando a un «gobernador».
El acto de fuerza de 1833, llevado a cabo en tiempo de paz, sin que mediara comunicación ni declaración previa alguna de parte de un gobierno amigo de la República Argentina –recordando el Tratado de Amistad de 1825-, fue inmediatamente rechazado y protestado.
El 16 de enero de 1833, al llegar a Buenos Aires las primeras noticias de lo ocurrido en las Islas Malvinas, el gobierno argentino pidió explicaciones al Encargado de Negocios británico, que no estaba al tanto de la acción de los buques de su país.
Es necesario señalar que, desde aquel fatídico día para nuestros derechos soberanos en el Atlántico Sur, ha sido un desafío complejo enfrentar a una potencia colonialista como es el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
También debemos deconstruir aquellos contextos de inicios de siglo XIX y posicionarnos ya en la tercera década del siglo XXI, en la que los escenarios internacionales, caracterizados tanto por su complejidad como por su carácter dinámico y evolutivo, nos condicionan e impelen a realizar procesos de abordajes inteligentes y formulación de política públicas dotadas de herramientas y actores, que logren desestructurar el status quo británico en el Atlántico Sur, como asimismo aquellas miradas y reflexiones ortodoxas en el escenario doméstico sobre la cuestión, las cuales solo son funcionales al status referido.
Una nueva conmemoración de la usurpación colonial británica de nuestras islas, en 1833, se da este 2022, un año muy particular.
Un año de conmemoraciones de años cero
El 16 de diciembre del año 2020 conmemoramos los 55 años de la Resolución 2065 (XX) de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta resolución se ha constituido, con el paso de los años, en la herramienta más poderosa en el ámbito diplomático para la propagación de nuestro reclamo soberano. Las resoluciones propias de las Naciones Unidas posteriores la toman como base y se proyectan desde la misma.
El 1 de julio de 2021 conmemoramos también los 50 años de la Declaración Conjunta argentino-británica de 1971, en la cual se proyectó la vía desde donde la presencia argentina en las islas sería finalmente una realidad materializada. Aquel acontecimiento, con la evacuación sanitaria del encargado del faro de las islas por un hidroavión de la Fuerza Aérea Argentina, sumado a nuevos escenarios en los cuales la dependencia y necesidad de los habitantes de las islas con relación a la argentina continental, gestaron dicha Declaración Conjunta, basada en la Resolución 2065.
A partir de allí, el tránsito aéreo entre las islas y el continente y el continente y las islas, era una realidad, a través de la presencia de la Fuerza Aérea Argentina al inicio y luego de LADE junto a la conocida “Tarjeta Blanca o White Card”. Sumado a esto, YPF con su planta Antares, Gas del Estado, maestras de español, turistas, vínculos profundos de la sociedad civil continental e isleña y múltiples experiencias enriquecerían por casi once años, al mayor proceso histórico-político, diplomático y socio-cultural en relación a la Cuestión Malvinas, previo a 1982.
Este año 2022, conmemoramos el 40° aniversario del Conflicto de Malvinas de 1982.
Como todo aniversario debemos enfocarnos académica e intelectualmente en aprender de lo vivido, para saber y concientizar que el diálogo y la paz son los únicos caminos para lograr nuestro objetivo soberano. Objetivo cuya consecución, será logrado mediante políticas públicas proyectadas sobre los dos escenarios referidos, el internacional y el doméstico, las cuales dotadas de herramientas inteligentes y con la integración e interacción de múltiples actores, políticos, diplomáticos e incluso la sociedad civil -en la cual el rol de las Universidad es estratégica- en pos no solo de dotar de nuevas miradas y reflexiones, generando redes de vinculación, sino de constituir, formar y proyectar sobre la nueva generación de ciudadanos argentinos cuáles son nuestros derechos soberanos sobre el Atlántico Sur.
Desde aquel día de 1833 hasta el día de hoy, el convencimiento de nuestros derechos sobre aquellas tierras y sus aguas circundantes nos incentiva, como ciudadanos y como académicos, a profundizar nuestros abordajes científicos en pos de fortalecerlos, divulgarlos en el escenario internacional en pos de acrecentar los respaldos y acompañamientos en nuestro reclamo soberano y por supuesto, el compromiso y la honestidad en desarrollar procesos intelectuales proyectadas sobre todas las aristas y dimensiones constitutivas hoy de la Cuestión Malvinas.
A 189 años de la invasión británica a nuestras islas nuestro compromiso académico se centra en sostener y reclamar nuestros derechos. A 40 años del conflicto de 1982 nuestro reconocimiento a quienes dieron todo por nuestra soberanía, incluso su propia vida.
Federico Martín Gómez
Secretario
Departamento del Atlántico Sur
IRI – UNLP