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A2022 Europa Presentación

Departamento de Europa

Presentación

Coordinador: Juan Carlos Pérsico
Secretarias: María Paz Poggio
Celina Soledad Manso
Integrantes: Guillermo Pomini
Francisco Castro Liptak
Franco Quinziano
Estefanía Kuhn
Gabriel Sartori
Ignacio Portela
Piero Albanesi
Federico Larsen
Federico Rodríguez Erneta
Micaela María Delfino
Magdalena Ponce
Alberto Macía Martín
(España)
Oronzo Daloiso (Italia)
María Francesca Staiano (Italia)
Daniel Ryf (Suiza)

La guerra en Ucrania y la “Nueva” Unión Europea

La invasión por parte de la Federación Rusa a Ucrania ocurrida el pasado 24 de febrero se ha convertido, ciertamente, en una “prueba de fuego” para el bloque comunitario, un hecho de una extrema gravedad que ha refutado los principios y valores que sostiene, desde sus orígenes, el proceso de integración europeo.

Tal vez el gobierno ruso estimó que la reacción de la Unión Europea sería de una gran tibieza, sólo con altisonantes declaraciones de condena, acompañadas de algunas sanciones económicas y comerciales que no fueran significativas y determinantes en razón que el bloque regional era “rehén” del aprovisionamiento energético por parte de Rusia, en especial del gas, y que los socios comunitarios no iban a poner en juego su bienestar y tranquilidad por Ucrania, un Estado vecino que, si bien tiene con la Unión un Acuerdo de Asociación suscripto en el año 2014, aún no había formalizado su solicitud de incorporación.

Sin embargo, dicha apreciación resultó ser un tremendo error de cálculo por parte del Kremlin. La guerra en Ucrania se erigió por cierto en un “hecho bisagra” que aceleró los planes de “autonomía estratégica” que desde hace algunos años atrás venían desarrollando las principales autoridades comunitarias.

La reacción de la Unión Europea fue robusta, contundente y unida. El mismo día, señalado anteriormente, se realizó una reunión extraordinaria en lka que el Consejo Europeo condenó con la máxima firmeza la agresión militar no provocada e injustificada llevada a cabo por la Federación de Rusia contra Ucrania, violando gravemente el Derecho Internacional y los principios de la Carta de Naciones Unidas y, a su vez, socavando la seguridad y estabilidad europea y global. Asimismo, se le reclamó a Rusia que ponga fin inmediatamente a sus acciones militares y retire incondicionalmente todas sus fuerzas armadas, que respete plenamente la integridad territorial, la soberanía e independencia de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas, y que permita un acceso y asistencia humanitaria segura para todas las personas que lo necesiten. Asimismo, se condenó a Bielorrusia por su participación en la agresión contra Ucrania, y se la instó para que se abstenga de tales acciones y cumpla con sus obligaciones internacionales. Además, se adoptaron nuevas sanciones adicionales contra Rusia, que abarcan al sector financiero, a los de energía y transporte, al control y la financiación de las exportaciones, a la política de visados, y a determinadas personas de nacionalidad rusa. Del mismo modo, se reiteró el apoyo inquebrantable de la Unión Europea a la independencia, soberanía e integridad territorial de Ucrania, haciendo también un llamamiento a todos los demás países del mundo para que no reconozcan ni apoyen a las dos autoproclamadas entidades separatistas prorrusas (Donetsk y Lugansk). De igual modo, se expresó la solidaridad y apoyo de la Unión Europea a Ucrania, a la que se proporcionará ayuda política, financiera, humanitaria y logística, reconociendo las aspiraciones y la opción europea de Ucrania, tal como se estableciera oportunamente en el Acuerdo de Asociación entre ambas partes. Por otra parte, se reiteró el apoyo incondicional de la Unión Europea a la soberanía e integridad territorial de Georgia y de la República de Moldavia.

El 10 y 11 de marzo se realizó en Francia una reunión informal de Jefes de Estado o de Gobierno de la Unión Europea adoptándose la “Declaración de Versalles”. En la misma se reiteran conceptos ya vertidos en la reunión extraordinaria del Consejo Europeo citada: se señala que toda la responsabilidad de esta guerra de agresión contra Ucrania recae en Rusia, y su cómplice, Bielorrusia, y que los responsables deberán rendir cuentas por sus crímenes de guerra; se ofrece protección temporal a todos los refugiados de guerra procedentes de Ucrania a quienes se les proporcionará ayuda humanitaria, médica y financiera; se señala que el 28 de febrero el Presidente de Ucrania presentó formalmente la solicitud de incorporación de su país a la Unión Europea, y que el Consejo ha solicitado a la Comisión Europea que presente su dictamen sobre la misma, destacando que Ucrania pertenece a la familia europea; y se puntualiza que el Consejo ha pedido a la Comisión que presente sus dictámenes sobre las solicitudes de ingreso a la Unión realizadas por Georgia y la República de Moldavia.

Pero eso no es todo, la “Declaración de Versalles” es de una importancia extraordinaria porque, a través de ella, los líderes del bloque regional europeo ante el inestable y peligroso escenario internacional actual, y en particular teniendo en cuenta el accionar ruso en Ucrania, deciden asumir mayores responsabilidades en conjunto y tomar medidas decisivas para la construcción de la soberanía europea reduciendo sus actuales dependencias externas. Para lograr ello ponen el foco en tres dimensiones clave: el refuerzo de la capacidad de defensa y seguridad común, la reducción de la dependencia energética y el desarrollo de una economía común sobre bases más sólidas.

En cuanto al refuerzo de la capacidad de defensa y seguridad común, en dicha Declaración se afirma que una Unión Europea más fuerte y con mayores capacidades en tales materias va a contribuir positivamente a la seguridad transatlántica y mundial, complementando a la OTAN que aún sigue siendo el pilar de su defensa colectiva. Destacan lo establecido en el artículo 42 apartado 7 del actual Tratado de la Unión Europea que dice:

“Si un Estado miembro es objeto de una agresión armada en su territorio, los demás Estados miembros le deberán ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance de conformidad con el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Ello se entiende sin perjuicio del carácter específico de la política de seguridad y defensa de determinados Estados miembros.”

Con el fin brindar protección a sus ciudadanos frente a las amenazas externas reconocen que deben invertir más, mejor y de manera más decidida, habiendo resuelto por ello aumentar sustancialmente el gasto en defensa, estimular en ésta área la participación de los Estados miembros en proyectos conjuntos, invertir en ciberseguridad, en conectividad espacial, en tecnologías emergentes y en desarrollar su propia industria de defensa. En este sentido, reconocen que para estar preparados frente a los nuevos desafíos que enfrentan deben proteger sus infraestructuras críticas y mejorar la movilidad militar en todo el territorio de la Unión. Además, señalan la importancia del documento denominado “Una Brújula Estratégica para la seguridad y la defensa” donde se encuentran las orientaciones para la actuación del bloque regional en todas las dimensiones de los referidos ámbitos.
Con relación a la reducción de la dependencia energética de la Unión, acuerdan eliminar gradualmente y lo antes posible las importaciones de gas, petróleo y carbón rusos. Para ello, proponen implementar diversas medidas, tales como: acelerar la reducción de su dependencia general de los combustibles fósiles, diversificar su abastecimiento especialmente mediante el uso de gas natural licuado (GNL) y el desarrollo de biogás, profundizar el desenvolvimiento del mercado del hidrógeno en Europa, agilizar el desarrollo de las energías renovables, completar y mejorar la interconexión de las redes europeas de gas y electricidad, garantizar niveles suficientes de almacenamiento de gas, poner en marcha operaciones de reabastecimiento coordinadas, y canalizar la inversión conjunta en su sistema energético.Con respecto al desarrollo de una economía común más sólida, establecen una serie de sectores que se consideran sensibles para evitar ser dependientes, haciendo mención a las materias primas fundamentales cuyo abastecimiento deberá ser garantizado por la Unión a través de asociaciones estratégicas y a la vez promoviendo la economía circular. También, apuntan a incrementar su capacidad de producción de semiconductores con el objetivo de asegurarse una cuota del 20 % del mercado mundial en los próximos años. De igual manera, deciden apoyar la producción europea sostenible de medicamentos y de productos esenciales para responder a futuras crisis sanitarias, proponiéndose convertir a Europa en líder mundial en el campo de los medicamentos biológicos. Asimismo, hacen alusión a las tecnologías digitales, en las que se invertirá fuertemente en inteligencia artificial y en el desarrollo de redes 5G dentro y fuera de Europa, promoviendo la creación de asociaciones digitales. Además, se comprometen a mejorar su seguridad alimentaria mediante la reducción de su dependencia de productos agrícolas e insumos fundamentales importados, procurando también aumentar la producción de proteínas vegetales en todo el territorio de la Unión.El 24 y 25 de marzo se llevó a cabo otra reunión del Consejo Europeo. En la misma se señaló que la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania constituye una violación flagrante del Derecho Internacional, y que el país agresor está atacando en forma directa a la población y a establecimientos de carácter civil, cometiendo crímenes de guerra que deben cesar de inmediato. Asimismo, instó a Rusia a que permita salir a los civiles que quedaron atrapados en zonas de guerra y a que establezca corredores humanitarios, exigiéndole que detenga su agresión militar contra Ucrania y retire inmediata e incondicionalmente todas sus fuerzas militares. De igual manera, establecieron que la Unión Europea apoya a Ucrania y que le seguirá proporcionando apoyo político, financiero, material y humanitario en forma coordinada. Se recordó que el bloque regional adoptó importantes sanciones contra Rusia y Bielorrusia, y que tomará más sanciones contundentes contra dichos países. Así también, se destacó que millones de ucranianos que huyen de la guerra han encontrado refugio y seguridad en la Unión Europea gracias al mecanismo de protección temporal, puntualizando que ello representa un desafío considerable para la infraestructura y los servicios públicos de los Estados miembros de acogida, en particular los que tienen fronteras con Ucrania, esperando que se puedan movilizar con rapidez los recursos financieros comunitarios destinados a los refugiados y a los países que los están recibiendo. Además, expresaron que la Unión Europea está dispuesta a garantizar un suministro continuo e ininterrumpido de electricidad y gas a Ucrania, y que es necesario garantizar la seguridad de las instalaciones nucleares ucranianas con el apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). De igual modo, se comprometieron a apoyar a Ucrania en sus necesidades inmediatas, y también, una vez cesado el ataque ruso, a la reconstrucción del país, por lo que acordaron establecer un “Fondo Fiduciario de Solidaridad con Ucrania”. Por otra parte, reafirmaron su compromiso de apoyar a la República de Moldavia. Debido a la nueva situación en materia de seguridad en Europa, la que constituye un cambio profundo en su entorno, han decidido refrendar la “Brújula Estratégica”, en la que se establecen orientaciones en dicho ámbito para los próximos diez años y se definen actuaciones, procedimientos y recursos dirigidos a permitir que la Unión Europea actúe con mayor celeridad y contundencia ante las crisis, le permita anticiparse a las amenazas y mitigarlas, se desarrollen conjuntamente las capacidades y tecnologías necesarias, y se estreche la cooperación entre los socios comunitarios para alcanzar los objetivos propuestos. Igualmente, expresan que se debe reforzar la base industrial y tecnológica europea para incrementar sus capacidades de seguridad y defensa, aprovechando los instrumentos de financiación, en especial al Fondo Europeo de Defensa. En cuanto al tema energía, acordaron que la Unión Europea eliminará gradualmente y lo antes posible su dependencia de las importaciones de gas, petróleo y carbón rusos, pero debido a los elevados precios de la energía que afectan la economía de los ciudadanos se proporcionará asistencia a los consumidores más vulnerables. Asimismo, expresan que se deberá almacenar y reconstituir las reservas de gas en toda la Unión estableciéndose los mecanismos de solidaridad que fueren necesarios, y que también se realizarán compras comunes de gas, gas natural licuado (GNL) e hidrógeno haciendo uso de la importancia y volumen del mercado comunitario. Adicionalmente, se comprometen a finalizar y mejorar las interconexiones de gas y electricidad en toda la Unión Europea, garantizando a la vez el abastecimiento para todos los Estados miembros. Así también, requieren que se acelere la construcción de una base económica más abierta y sólida, reduciendo la dependencia del bloque regional en los sectores más críticos, como son las materias primas fundamentales, los semiconductores, la sanidad, el ámbito digital y los alimentos, ello mediante la aplicación de una política comercial firme y ambiciosa, y también a través del fomento de la inversión.

El 30 y 31 de mayo se realizó otra reunión extraordinaria del Consejo Europeo. En ella, se condenó nuevamente la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, y se instó a la potencia agresora a que ponga fin de inmediato a sus ataques contra civiles e infraestructuras civiles y que retire en forma completa, inmediata e incondicional a sus fuerzas militares de todo el territorio de Ucrania. Asimismo, se solicitó a Rusia que permita un acceso humanitario inmediato y un paso seguro a todos los civiles afectados, que deje retornar de manera segura a los ciudadanos ucranianos traslados por la fuerza fuera de su país y que respete plenamente el Derecho Internacional Humanitario, especialmente el Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros de guerra. También afirmaron que la Unión Europea mantiene inquebrantable su compromiso de ayudar a Ucrania a ejercer su derecho inalienable a defenderse de la agresión rusa. Por otra parte, celebró las tareas que están desarrollando el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), la fiscal general de Ucrania, el equipo de investigación coordinado por Eurojust, y la Europol para reunir pruebas e investigar crímenes de guerra. Además, se acordó la aplicación de un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, que incluirá al petróleo crudo y productos petrolíferos suministrados desde Rusia a los Estados miembros de la Unión, con la excepción temporal del petróleo crudo que se suministra por oleoducto. De igual modo, se decidió que la Unión Europea le seguirá prestando ayuda a Ucrania para que pueda afrontar sus necesidades humanitarias, de liquidez y de reconstrucción, por tal motivo el bloque regional europeo le proporcionará una nueva ayuda macrofinanciera excepcional de hasta 9.000 millones de euros en el transcurso del año 2022. Asimismo, se creará una plataforma para la reconstrucción de Ucrania, la que reunirá al gobierno ucraniano, a la Unión Europea y sus Estados miembros, al Banco Europeo de Inversiones, como así también a socios, instituciones financieras, organizaciones y expertos internacionales, contemplándose además la posibilidad de utilizar los activos rusos inmovilizados en la Unión para la reconstrucción de Ucrania. También resolvieron que la Unión Europea seguirá reforzando la capacidad de Ucrania para defender su integridad territorial y soberanía, por lo que se incrementará el apoyo militar a dicho país a través del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz. Con relación a la República de Moldavia, el Consejo Europeo resolvió que se le prestará a dicho país todo el apoyo que fuera necesario, puesto que está enfrentando una crisis económica y energética, además de la presión migratoria derivada de la guerra. Con respecto a la seguridad alimentaria, el Consejo Europeo condenó firmemente la destrucción y apropiación ilegal de la producción agrícola de Ucrania por parte de Rusia. También señala que la guerra en Ucrania está teniendo un efecto directo en la seguridad alimentaria y en el acceso a los alimentos en el mundo, por lo que pide a Rusia que ponga fin a sus ataques a las infraestructuras de transporte de Ucrania y al bloqueo de los puertos ucranianos del mar Negro, permitiendo las exportaciones de alimentos. Además, se contempla la posibilidad de que se facilite la exportación de alimentos desde Ucrania a través de diferentes rutas terrestres y de los puertos de la Unión. Por otra parte, han ratificado que la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania ha puesto en evidencia la necesidad que la Unión Europea sea más fuerte y con mayores capacidades en el ámbito de la seguridad y la defensa, reconociendo a la vez que ello servirá para complementar a la OTAN, la que sigue siendo la base de la defensa colectiva de sus miembros. Para fortalecerse proponen realizar adquisiciones conjuntas para reconstituir sus reservas, concretar proyectos de infraestructuras de movilidad militar, reforzar el papel del Banco Europeo de Inversiones en estas materias, y llevar a la práctica un Programa Europeo de Inversión en Defensa conjunta. Con la finalidad de reducir rápidamente la dependencia de los combustibles fósiles procedentes de Rusia el Consejo Europeo propone seguir diversificando las fuentes y rutas de abastecimiento de energía, utilizar la plataforma de la Unión de compra de energía, implementar medidas para frenar el aumento de los precios de la energía, acelerar el desarrollo de energías renovables, mejorar la eficiencia energética promoviendo el ahorro de energía, y completar y mejorar la interconexión de las redes europeas de gas y electricidad. De igual manera, recuerdan que debe primar la solidaridad europea en esta materia, y que debe acelerarse el proceso para llenar las instalaciones de almacenamiento antes del próximo invierno.

El 23 y 24 de junio se celebró otra reunión del Consejo Europeo en la que se reiteró que la Unión Europea seguirá apoyando firmemente la resiliencia económica, militar, social y financiera de Ucrania. También se condenaron con determinación los ataques indiscriminados de Rusia contra civiles e infraestructuras civiles, y se instó nuevamente a que el país agresor retire por completo, y de modo inmediato e incondicional sus tropas y equipos militares de todo el territorio ucraniano. Asimismo, recordó que se debe respetar el Derecho Internacional Humanitario, en particular el trato debido a los prisioneros de guerra, y que los ucranianos que han sido trasladados por la fuerza a Rusia deben poder regresar de inmediato y de forma segura a su país.

Además, reiteraron que mantienen firme su compromiso de seguir prestando apoyo militar para ayudar a Ucrania a ejercer su derecho inmanente de legítima defensa contra la agresión de Rusia. Así también, responsabilizan a Rusia de utilizar los alimentos como arma en su guerra contra Ucrania, y la insta a que deje inmediatamente de atacar instalaciones agrícolas, de sustraer cereales y a que desbloquee el mar Negro, en particular el puerto de Odesa, a fin de permitir la exportación del cereal y las operaciones de transporte marítimo comercial, señalando que las sanciones que la Unión ha aplicado a Rusia permiten la libre circulación de productos agrícolas y alimentos, como así también la prestación de ayuda humanitaria. Del mismo modo, se apoya firmemente a los corredores solidarios para facilitar las exportaciones de alimentos desde Ucrania a través de diferentes rutas terrestres y puertos de la Unión Europea. Por otra parte el Consejo Europeo reconoce la perspectiva europea de Ucrania, la República de Moldavia y Georgia, y concede a los dos primeros el estatuto de país candidato para ingresar al bloque regional europeo.

Desde hace unos años, el escenario internacional se presenta con grandes complejidades y múltiples crisis, entre las que se puede mencionar a la crisis de la globalización, la crisis del sistema multilateral, la crisis del orden internacional liberal, las crisis migratorias, la crisis multidimensional a escala mundial provocada por la pandemia COVID-19, el creciente nacionalismo económico y proteccionismo comercial, la competencia a escala global entre los Estados Unidos de América y la República Popular China, lo que marca una bipolaridad emergente, y la posición asertiva y revisionista de otras potencias, como lo es el caso de Rusia.

En los últimos tiempos, Europa ha sido afectada, especialmente, por tres sucesos: el debilitamiento del compromiso estadounidense con la defensa y seguridad europea, ya que los Estados Unidos luego de la presidencia de Donald Trump, quien consideró a la OTAN “obsoleta”, han dejado de ser fiables debido a su profunda división interna y por el hecho que no está descartado el retorno del trumpismo al poder en el año 2024; la salida del Gran Bretaña del bloque regional, suceso que le generó una debilidad estratégico militar, ya que se retiraba una potencia de primer orden en esta materia, pero que a la vez le abría a la Unión Europea la posibilidad de lograr una unión política mucho más estrecha entre sus miembros a lo que siempre le había puesto freno el Reino Unido; y la experiencia europea en los primeros meses de la pandemia Covid-19 en los que la Unión se encontró indefensa frente al virus, ya que para poder enfrentarlo dependía de la llegada de los suministros sanitarios manufacturados y proporcionados por China.

La invasión rusa a Ucrania, ha provocado que por primera vez luego del fin de la guerra fría, la Unión Europea se sienta realmente amenazada por Rusia, ya que el accionar bélico de este país ha puesto en peligro a toda Europa, por lo ha decido dar un giro trascendente en su política de defensa y seguridad.

También por ello, ha sucedido un acontecimiento muy significativo: por primera vez la Unión Europea ha intervenido en un conflicto armado haciéndose responsable de coordinar y financiar el envío armamento tanto defensivo como ofensivo a Ucrania, verdaderamente se trata de una decisión política histórica.

Evidentemente, ante el escenario que presenta el mundo y en particular el continente europeo, la Unión Europea no puede actuar más como una potencia “principista”, “idealista”, que confíe que finalmente todas las potencias obrarán “respetando el ordenamiento jurídico internacional”. Ha llegado el momento decisivo en que Europa dio un salto cualitativo y empezó a cambiar su manera de actuar, buscando su “autonomía estratégica” adoptó la “Declaración de Versalles”, y en particular para lograr su defensa y seguridad propia sigue la hoja de ruta trazada por la “Brújula Estratégica”. Europa está comenzando a utilizar el lenguaje del poder y a ejercitar a éste en todas sus dimensiones. Ha llegado la hora de la “nueva” Europa: la “Europa geopolítica”.

Otra de las consecuencias de la invasión rusa a Ucrania, ha sido que llevó a Suecia y Finlandia a abandonar su histórica y tradicional neutralidad para solicitar su incorporación a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para protegerse de un futuro y eventual ataque ruso. Al respecto, se debe puntualizar que Finlandia comparte una larga frontera terrestre con Rusia, por lo que si fuera atacada, de acuerdo con los tratados de la mencionada organización esa acción sería considerada como un ataque contra todos sus miembros y desataría la respuesta militar de toda la alianza. En la Cumbre de la OTAN celebrada en Madrid a fines de junio de 2022, Turquía aceptó dejar de oponerse a la entrada de ambos países nórdicos, los que decidieron cambiar su postura con respecto a los grupos rebeldes kurdos, a los que el gobierno de Ankara considera terroristas. También, Suecia y Finlandia se comprometieron a levantar el embargo de armas a Turquía, y como contrapartida este país levantó su veto al ingreso de ambos, ya que la OTAN opera por consenso. En consecuencia, la alianza militar de 30 naciones cursó una invitación formal para que se sumen los mencionados dos países. Turquía había bloqueado el ingreso de Suecia y Finlandia a la OTAN porque consideraba que ambos países apoyaban a organizaciones terroristas kurdas, como el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). Una vez que cesó la oposición de Turquía, los líderes aliados acordaron suscribir los protocolos de adhesión de Suecia y Finlandia a la organización militar, pero dichos acuerdos deben ser todavía ratificados a nivel nacional por los 30 aliados, con los que, ambos países nórdicos recién quedarán cubiertos por el principio de defensa colectiva de la OTAN una vez que se haya concluido con dicho proceso. Además, en la referida Cumbre de Madrid, los líderes de la OTAN definieron a Rusia como “la más significativa y directa amenaza” para su seguridad, ya que su accionar en Ucrania ha hecho añicos la paz en Europa, por lo que ha cambiado su condición de socio estratégico del que gozaba y mantenía dicho país desde el año 2010. Al respecto, la OTAN decidió reforzar su presencia en el este de Europa, comprometiéndose a ampliar a 300.000 los efectivos que mantiene en estado de alerta en dicha región. En cuanto a China, la consideraron por primera vez como un “desafío”, ya que se ha posicionado alineándose con Moscú, y afirmaron que la alianza debe estar preparada para responder a un mundo más peligroso.

También cabe mencionar que en esta etapa, la Comisión Europea presentó dos iniciativas que se consideran de gran importancia para el futuro de la Unión, la “Pasarela Mundial” y “REPowerEU”.

El 1º de diciembre de 2021 la Comisión Europea y el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad pusieron en marcha una nueva estrategia europea denominada “Pasarela Mundial” (“Global Gateway”) con el objeto de impulsar enlaces inteligentes, limpios y seguros en los ámbitos digital, de la energía y del transporte, reforzando a la vez los sistemas de salud, educación e investigación en todo el mundo. Se busca que dichos enlaces sostenibles y fiables funcionen para las personas y el planeta a fin de hacer frente a los retos mundiales más importantes y acuciantes, desde el cambio climático y la protección del medio ambiente hasta la mejora de la seguridad sanitaria y el fomento de la competitividad y las cadenas de suministro a nivel global. La iniciativa de la “Pasarela mundial” pretende movilizar una suma de casi 300.000 millones de euros en inversiones entre los años 2021 y 2027 con la finalidad de sostener una recuperación mundial duradera, teniendo en cuenta los intereses propios de la Unión Europea y las necesidades de sus socios en todo el orbe. La mencionada estrategia pretende lograr el incremento de las inversiones que promuevan los valores democráticos y elevadas normas internacionalmente aceptadas, la buena gobernanza, asociaciones igualitarias e infraestructuras seguras. Dicha iniciativa aunará los esfuerzos de la Unión Europea y los Estados miembros con sus instituciones financieras y de desarrollo, tales como el Banco Europeo de Inversiones, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, y tratará de movilizar del mismo modo inversiones del sector privado. Las delegaciones de la Unión Europea en todo el mundo desempeñarán un papel clave a la hora de detectar y coordinar proyectos correspondientes a la “Pasarela mundial” en los países socios del bloque regional europeo. La aludida estrategia se basa en los aportes del Fondo Europeo de Desarrollo Sostenible+ (FEDS+), que es el componente financiero del Instrumento de Vecindad, Cooperación al Desarrollo y Cooperación Internacional – una Europa Global, el que facilitará unos 135.000 millones de euros para proyectos de infraestructura entre 2021 y 2027, las instituciones financieras y de desarrollo europeas suministrarán unos 145.000 millones de euros para inversiones, y aproximadamente unos 18.000 millones de euros serán facilitados en forma de subvenciones del presupuesto de la Unión. La Unión Europea no sólo ofrecerá condiciones financieras sólidas a sus socios, aportando subvenciones, préstamos favorables y garantías presupuestarias para reducir el riesgo de las inversiones y mejorar la sostenibilidad de la deuda, sino que también fomentará los estándares más altos en materia de gestión medioambiental, social y estratégica. La “Pasarela mundial” representa la contribución de la Unión Europea para la reducción del déficit de inversión mundial, lo que requiere un esfuerzo concertado para cumplir con el compromiso asumido en junio de 2021 por los líderes del G-7 de poner en marcha una asociación de infraestructuras basada en valores, de alto nivel y transparente para satisfacer las necesidades mundiales en dicha materia, señalándose que la referida estrategia y la iniciativa estadounidense “Reconstruir un mundo mejor” (“Build Back Better World”) se refuerzan mutuamente. Asimismo, la “Pasarela Mundial” está plenamente en consonancia con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de París sobre Cambio Climático.

Así también, el 18 de mayo de 2022 la Comisión Europea presentó el Plan “REPowerEU” cuyo objetivo es poner fin a la dependencia de la Unión Europea con respecto a los combustibles fósiles rusos, los que son utilizados por Moscú como arma económica y política, y cuestan a los contribuyentes europeos casi 100.000 millones de euros anuales, y adicionalmente a ello hacer frente a la crisis climática. Para alcanzar tales fines, las medidas que integran el Plan apuntan al ahorro de energía, la diversificación de su suministro y la implementación acelerada de las energías renovables para sustituir a los combustibles fósiles en los hogares, la industria y la producción de electricidad. Además, la transformación ecológica que se pretende alcanzar con dicho Plan reforzará el crecimiento económico, la seguridad y la lucha contra el cambio climático en favor de los europeos y sus socios. Ocupa un lugar central en dicho Plan el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) ya que el mismo apoya la planificación y la financiación coordinadas de las infraestructuras transfronterizas y nacionales, así como de los proyectos y reformas en el ámbito de la energía. Al respecto, el ahorro de la energía es la forma más rápida y barata para hacer frente a la actual crisis energética y de reducir las facturas que se deben abonar, impulsando a los Estados miembros del bloque regional a que utilicen medidas fiscales para fomentar dicho ahorro, tales como tipos reducidos de IVA para los sistemas de calefacción energéticamente eficientes, y el uso de determinados aparatos y productos. Del mismo modo, la Unión debe trabajar con sus socios internacionales para diversificar los suministros de energía y garantizar niveles sin precedentes de importaciones de GNL y mayores entregas de gas por gasoducto. A tal efecto, se ha creado la Plataforma Europea para el Abastecimiento de Energía, la que siendo apoyada por grupos de trabajo regionales, permitirá la adquisición conjunta y voluntaria de gas, GNL e hidrógeno mediante la puesta en común de la demanda, la optimización del uso de las infraestructuras y la coordinación de las negociaciones con los proveedores. Por su parte, la estrategia exterior de la Unión en materia de energía facilitará la diversificación de proveedores y la creación de asociaciones a largo plazo con los mismos, incluida la cooperación en materia de hidrógeno y otras tecnologías ecológicas. De igual manera, la expansión y rápida implementación de las energías renovables en la producción de electricidad, la industria, los edificios y el transporte acelerarán la independencia energética de la Unión, impulsarán la transición ecológica y reducirán los precios a largo plazo. Para alcanzar los objetivos del Plan “REPowerEU” se invertirán 210.000 millones de euros hasta el año 2027, pero debe igualmente tenerse presente que por la reducción de las importaciones de combustibles fósiles procedentes de Rusia el bloque regional europeo también ahorrará sumas de dinero muy significativas. Las aludidas inversiones deben ser realizadas por los sectores público y privado, así como a escala nacional, transfronteriza y de la Unión Europea.

Además, en este período se celebraron actos eleccionarios en las dos mayores potencias políticas y económicas de la Unión Europea, en el año 2021 en Alemania y en el año 2022 en Francia.

El 26 de septiembre de 2021 se llevaron a cabo las elecciones legislativas federales alemanas, por primera vez en 16 años sin la candidatura de Ángela Merkel. En las mismas triunfó el partido socialdemócrata (SPD) que obtuvo una ajustada victoria con el 25,7 % de los votos con el liderazgo del ministro de Finanzas y vicecanciller saliente Olaf Scholz, quien resultó ser el gran ganador de la jornada ya que su partido había obtenido en las anteriores elecciones generales de 2017 sólo el 20,5 % de las preferencias. En segundo lugar con el 24,1 % de los sufragios se ubicó el partido Unión, la alianza de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Ángela Merkel con la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), siendo Unión liderado en esta oportunidad por Armin Laschet, gobernador del Estado más poblado de Alemania, Renania del Norte-Westfalia. En tercer lugar se posicionaron los Verdes (GRUNE) que lograron el 14,8 % de los sufragios, liderados por Robert Habeck y Annalena Baerbock. El cuarto puesto con el 11,5 % de los votos le correspondió a los Demócratas Libres (FDP) liderados por Christian Lindner, en tanto que la quinta posición fue para la ultraderechista Alternativa para Alemania que logró el 10,3 % de las preferencias. Los escaños del Bundestag se repartieron de la siguiente manera: el partido socialdemócrata (SPD) 206, Unión (CDU-CSU) 197, los Verdes (GRUNE) 118, los Demócratas Libres (FDP) 92, el partido Alternativa para Alemania (AfD) 83 y la Izquierda (DIE LINKE) 39. Ciertamente, los comicios celebrados arrojaron resultados muy repartidos, por lo que ambas formaciones mayoritarias, los socialdemócratas y los conservadores de Unión buscaron el apoyo de otros dos partidos para lograr una coalición que pudiera gobernar, siendo que un ejercicio tripartito del poder a nivel federal no se había dado desde la década de los años 50. La única opción alternativa a ello que podría tener mayoría parlamentaria sería una reiteración de la “gran coalición” entre los socialdemócratas y la Unión, siendo que ésta es la combinación que ha gobernado en Alemania 12 de los 16 años en que Ángela Merkel estuvo en el poder, aunque esta vez debería estar comandada por Olaf Scholz y con los conservadores como socios menores ya que el partido socialdemócrata fue el más votado. La elección significó una gran derrota para la alianza conservadora (CDU-CSU) ya que nunca había caído por debajo del 30 % de los votos, habiendo obtenido en las elecciones del año 2017 el 32,8 % de los sufragios. Quienes ganaron posiciones en esta elección fueron los Verdes que progresaron seis puntos con respecto a los resultados que habían obtenido en las elecciones de 2017, y los liberales del FDP que obtuvieron más del 10% de las preferencias. Al contrario, la ultraderechista Alternativa para Alemania, cuya entrada en el Bundestag en las elecciones de 2017 habiendo obtenido el 12,6 % causó gran polémica, en esta ocasión, debilitado por sus problemas internos, sufrió un leve retroceso. Para concluir, el partido más pequeño en el nuevo parlamento es La Izquierda (DIE LINKE) que obtuvo sólo el 4,9 % de los votos. Dichas elecciones significaron el fin de la “era Merkel”, quien durante sus 16 años en el poder era vista en el exterior no sólo como la líder de Alemania sino también como la líder de Europa, al haber guiado a la Unión Europea a través de una serie de crisis políticas y financieras. Para formar un nuevo gobierno de coalición, en primer lugar se reunieron los líderes de los Verdes (GRUNE) y los Demócratas Libres (FDP) para identificar sus posibles puntos de acuerdo con vistas a negociar después con el ganador de la elección, el partido socialdemócrata, o en su defecto con los conservadores (CDU-CSU).

Finalmente, luego de una serie de negociaciones se logró formar un nuevo gobierno de coalición (llamada “coalición semáforo” por los colores de los partidos que la conforman) integrado por el partido socialdemócrata (SPD), el partido de los Verdes (GRUNE) y el partido Demócrata Libre (FDP), siendo electo canciller por el Bundestag el 8 de diciembre de 2021 con 395 votos a favor el socialista moderado Olaf Scholz, quien gobernará secundado por los Verdes Robert Habeck, que fue designado como Ministro de Economía y Protección Climática, y Annalena Baerbock, que fue nombrada como Ministra de Relaciones Exteriores, en tanto que Christian Lindner del FDP se hizo cargo del Ministerio de Finanzas.

Por su parte, en abril de 2022 se celebraron las elecciones presidenciales francesas. La primera vuelta electoral se llevó a cabo el 10 de abril. Emmanuel Macron obtuvo el primer lugar con el 27,6 % de los votos, ubicándose en el segundo Marine Le Pen quien cosechó el 23,4 % de las preferencias y en la tercera posición quedó el candidato populista de izquierda Jean-Luc Mélenchon con el 21,9 % de los sufragios emitidos. En consecuencia, los dos más votados, Macron y Le Pen, se clasificaron para competir en la segunda vuelta electoral. La misma tuvo lugar el 24 de abril, imponiéndose con el 58,5 % de los votos el candidato centrista Emmanuel Macron, quien de ese modo consiguió ser Presidente de Francia por cinco años más. La candidata derrotada, la ultraderechista Marine Le Pen obtuvo el 41,4 % de los sufragios emitidos, logrando no obstante el mejor resultado de su historia en las elecciones presidenciales. En la referida segunda vuelta la abstención alcanzó el 28%, la más alta desde el año 1969, lo que evidencia el desinterés de una parte del electorado y el rechazo de otra parte para elegir a uno de los dos candidatos finalistas. Con su victoria, Macron se convirtió en el primer presidente de la República en ser reelegido desde que en el año 2002 se recortó el mandato presidencial de siete a cinco años. El actual jefe de Estado, que cuenta con una base de votantes sólida de aproximadamente un tercio del electorado, ha resultado para la mayoría el más fiable para gestionar al país en un mundo en crisis, y ha contado con el apoyo de buena parte de los electores que habían votado por la izquierda en la primera vuelta. A pesar de ello, la victoria del presidente Macron no ha sido similar al que logró en su primer mandato para el que fue electo con el 66 % de los sufragios. Además, en el mes de junio de 2022 se desarrollaron las elecciones legislativas para renovar los 577 escaños de la Asamblea Nacional francesa. El 12 de junio tuvo lugar la primera vuelta, en la que Ensemble (la coalición macronista) sacó el 25,7 % de los votos, seguida muy de cerca por la Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES) liderada por Jean-Luc Mélenchon que logró el 25,6 % de los sufragios. El 19 de junio se llevó a cabo la segunda vuelta de las elecciones legislativas, logrando la coalición Ensemble de Macron 244 escaños, seguido por NUPES de Mélenchon que obtuvo 127 lugares, y en tercer lugar se ubicó el Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen que logró 89 diputados (en la anterior Asamblea sólo contaba con 8). Indudablemente, arrancó una nueva época política en Francia, después de pasar un quinquenio en el que, con una mayoría absoluta de 345 escaños, el presidente Macron pudo gobernar con las manos libres y la Asamblea Nacional se limitaba en la mayoría de los casos a dar el visto bueno a las iniciativas enviadas por el primer mandatario. Si bien el partido de Macron fue el que obtuvo la mayor cantidad de diputados no alcanzó a la mayoría absoluta, por lo que se verá obligado a pactar con otras fuerzas políticas para poder gobernar, ya que en la Asamblea Nacional se enfrentará con una poderosa oposición tanto de la izquierda de Mélenchon como la extrema derecha de Le Pen. Los ciudadanos franceses le han enviado un claro mensaje al presidente Macron, quieren imponerle límites a su poder. De este modo, la Asamblea Nacional refleja con mayor fidelidad el esquema tripartito (centro, alianza de izquierdas y extrema derecha) que ha dominado la política francesa desde que Macron conquistó el poder por primera vez en el año 2017.

En otro orden de cuestiones, cabe mencionar la participación del Coordinador del Departamento de Europa del IRI junto con el Director del IRI en el XVI Coloquio Internacional “La integración iberoamericana (SICA y MERCOSUR) y europea (UE) ante el caso de la Alianza del Pacífico”, celebrado del 23 al 25 de noviembre de 2021, en forma presencial y virtual en el campus Viña del Mar de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, ocasión en la que se expuso la ponencia: “Hacia la nueva Asociación Estratégica Unión Europea-América Latina en el mundo de la post-pandemia: la otra relación transatlántica”. De igual modo, el Departamento de Europa, conjuntamente con la Cátedra de la Unión Europea, organizó la Mesa Nº 1 del V Congreso del Consejo Federal de Estudios Internacionales (CoFEI) denominado “Los desafíos de la agenda internacional post-pandémica” realizado bajo la modalidad presencial y virtual en la Universidad Católica de Santiago del Estero los días 23 y 24 de junio de 2022. La referida mesa abordó el tema “Europa y la “nueva” Unión Europea” habiendo participado en la misma distinguidos profesores de universidades europeas: Guillermo Pérez Sánchez (de la Universidad de Valladolid, España), Sara Núñez de Prado Clavell (de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, España), e István Szilágyi (de la Universidad de Pécs, Hungría), siendo moderada dicha actividad por el Coordinador del Departamento de Europa del IRI.

Para concluir, deseo agradecer a Celina Manso y Guillermo Pomini por la confección de la sección cronología, así como a todos los miembros del Departamento, quienes colaboran desinteresadamente en el desarrollo de las distintas actividades que se realizan.

Juan Carlos Pérsico
Coordinador