Este año se celebra nuevamente el “Día de Europa”, fecha en que se conmemora la célebre “Declaración Schuman” emitida el 9 de mayo del año 1950, hecho trascendental a partir del cual se originó la actual Unión Europea. Dicha celebración por segundo año consecutivo se ve empañada por la existencia de un conflicto armado en territorio europeo motivado por la invasión de la Federación Rusa a Ucrania ocurrida el 24 de febrero de 2022.
Desde ese momento, y como no podía ser de otro modo, basándose en sus principios y valores esenciales, como lo son la paz, la democracia, el diálogo, el respeto a las normas internacionales, la protección de los derechos humanos, el multilateralismo y la solidaridad, la Unión Europea ha respaldado de una manera firme, contundente y total a Ucrania, prestándole un fuerte apoyo político, económico, financiero, militar y humanitario, y a la vez ha declarado que esta posición la va a mantener durante todo el tiempo que sea necesario, es decir hasta que las tropas rusas se retiren de la totalidad del territorio ucraniano.
La situación por la que atraviesa actualmente el continente europeo nos lleva a recordar algunas ideas expresadas hace más de setenta y seis años atrás por una personalidad emblemática del siglo XX, que fue militar, corresponsal de guerra, pintor, escritor, político y ex Primer Ministro británico en dos ocasiones (1940-1945) y (1951-1955), Winston Churchill, un estadista a escala planetaria, quien en su “Discurso para la juventud académica» pronunciado en la Universidad de Zurich el 19 de septiembre de 1946 propició la creación de los Estados Unidos de Europa para eliminar definitivamente los terribles males del nacionalismo y el belicismo que tantas tragedias habían provocado en el viejo continente a lo largo de su historia.
Al hablar sobre la solución para erradicar los aludidos males, Winston Churchill en la referida ocasión expresó: “¿Cuál es ese eficaz remedio? Es volver a crear la familia europea, o al menos todo lo que se pueda de ella, y dotarla de una estructura bajo la cual pueda vivir en paz, seguridad y libertad. Tenemos que construir una especie de Estados Unidos de Europa, y sólo de esa manera cientos de millones de trabajadores serán capaces de recuperar las sencillas alegrías y esperanzas que hacen que la vida merezca la pena. El proceso es sencillo. Todo lo que se necesita es el propósito de cientos de millones de hombres y mujeres, de hacer el bien en lugar de hacer el mal y obtener como recompensa bendiciones en lugar de maldiciones”.
Este pensamiento lo ha tenido muy presente la “Nueva” Unión Europea, que naciera luego de la invasión rusa a Ucrania a fines de febrero del año pasado, ya que a través de la “Declaración de Versalles” adoptada el 11 de marzo de 2022, los Estados que integran el bloque comunitario decidieron asumir mayores responsabilidades en conjunto y tomar medidas decisivas para construir la soberanía europea, lo que implica una unión cada vez más estrecha entre ellos, con los objetivos de reforzar su capacidad de defensa y seguridad común, reducir su dependencia energética de Rusia (a la vez para no financiar el esfuerzo bélico ruso en Ucrania), y crear una economía europea sobre bases mucho más sólidas desarrollando en común diversos sectores que se consideran sensibles y estratégicos para evitar cualquier tipo de dependencia externa.
En otra parte de su discurso, el ex Primer Ministro británico – refiriéndose a la historia del siglo XX – dijo:
“La Sociedad de las Naciones no fracasó debido a sus principios o concepciones, falló porque éstos principios no fueron acatados por los mismos Estados que los habían creado. Fracasó porque los gobiernos de aquellos días temieron enfrentarse a los hechos y no se atrevieron a actuar cuando aún era tiempo. Este desastre no debe repetirse.”
La “Nueva” Unión Europea desde el 24 de febrero de 2022 ha adoptado numerosos paquetes de duras sanciones contra Rusia, y desde esa fecha ha asistido a Ucrania con casi 50.000 millones de euros, con todo tipo de ayuda – incluyendo el suministro de armas y municiones – lo que, por cierto, ha constituido un cambio de paradigma con respecto a su conducta anterior, aceptando que ello es necesario que lo haga para mantener sus principios y valores esenciales a los que ya se ha hecho mención.
También, en dicho discurso, Winston Churchill, conocedor de la historia universal, manifestó:
“Pero tengo que hacerles una advertencia, el tiempo se nos puede echar encima. Actualmente contamos sólo con un espacio de respiro. Los cañones han dejado de disparar, la lucha ha cesado, pero no se han detenido los peligros. Si queremos construir los Estados Unidos de Europa, cualquiera que sea el nombre y la forma que tomen, debemos empezar ahora”.
A partir del acontecimiento disruptivo de enorme gravedad que significó para el bloque comunitario la invasión rusa a Ucrania, los Estados que componen la “Nueva” Unión Europea con el fin de brindar protección a sus ciudadanos han resuelto aumentar sustancialmente su gasto en defensa, estimular en ésta área su participación en proyectos conjuntos, invertir en ciberseguridad, en conectividad espacial, en tecnologías emergentes y en desarrollar su propia industria de defensa. Además, han reconocido que para estar mejor preparados frente a los nuevos desafíos que enfrentan deben proteger sus infraestructuras críticas y mejorar la movilidad militar en todo el territorio de la Unión. Por tales motivos, adoptaron un documento denominado “Una Brújula Estratégica para la seguridad y la defensa” donde se encuentran las orientaciones para la actuación del bloque regional en tales materias, sirviendo dichas acciones para complementar la labor de la OTAN, a la que reconocen como el pilar de su defensa colectiva.
Al final de su aludido discurso, Churchill expresa:
“Debo ahora resumir las propuestas que tienen ante ustedes. Nuestro constante propósito debe ser fortificar a la Organización de Naciones Unidas. Bajo, y en el seno de este concepto del mundo, debemos volver a crear la familia europea con una estructura regional, llamada, quizás, los Estados Unidos de Europa. El primer paso es crear un Consejo de Europa. Si al principio todos los Estados de Europa no están dispuestos o capacitados para integrarse en la Unión, debemos proceder, no obstante, a unir y combinar a aquellos que quieren y pueden. La salvación de la gente normal de cada raza y de cada país, del peligro de la guerra o la esclavitud, tiene que establecerse sobre sólidos fundamentos que deben estar protegidos por la voluntad de todos los hombres y mujeres de morir, antes que someterse a la tiranía.”
Por cierto la Unión Europea siempre ha apoyado a la Organización Naciones Unidas, a los organismos internacionales y al multilateralismo, esto no ha cambiado ni cambiará, por ello la “Nueva” Unión Europea propicia la fórmula de una paz justa para Ucrania basada en la Carta de las Naciones Unidas y en el respeto del Derecho Internacional. Por otra parte, está dispuesta a seguir pagando el precio de sostener el esfuerzo bélico ucraniano, que se traduce no sólo en los millones de euros aportados a Ucrania, sino también por ejemplo en el déficit comercial de la Unión Europea en materia de energía (por reemplazar a su proveedor ruso) que en el año 2022 fue alrededor del 4 % del PBI del bloque regional. Al respecto, cabe recordar lo que dijo la Presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, en su Discurso sobre el estado de la Unión del año 2022: “Gloria a una patria de héroes europeos. Slava Ukraini! La solidaridad de Europa con Ucrania seguirá siendo inquebrantable”.
De lo expuesto se puede concluir que la “Nueva” Unión Europea ha tenido muy en cuenta el pensamiento de ese gran estadista del siglo pasado que fue Winston Churchill. Por el contrario y, lamentablemente, sus consejos y enseñanzas no han sido tenidos en consideración por gran parte de la dirigencia política británica, y ello los llevó a consumar un error garrafal como ha sido el “Brexit”, puntualizando que actualmente según agencias encuestadoras del Reino Unido el 65 % de los ciudadanos británicos desean que se realice un nuevo referéndum sobre dicho tema, y el 56 % de ellos están convencidos que la salida de Gran Bretaña del bloque comunitario ha perjudicado en gran medida a la economía de su país.
Juan Carlos Pérsico
Coordinador
Departamento de Europa
IRI – UNLP