Naciones Unidas autoriza una misión para Haití: una más y van… ¡siete!
En orden cronológico, con diversa complejidad y diferentes mandatos y, en alguna oportunidad, superponiéndose en el tiempo, hemos tenido a UNMIH (Misión de Naciones Unidas en Haití, entre setiembre de 1993 y junio de 1996); UNSMIH (Misión de Apoyo de Naciones Unidas en Haití, entre junio de 1996 y julio de 1997); UNTMIH (Misión de Transición de Naciones Unidas en Haití, de agosto a noviembre de 1997); MIPONUH (Misión de Policía Civil de Naciones Unidas en Haití, de diciembre de 1997 a marzo de 2000); MINUSTAH (Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití, desde junio de 2004 hasta octubre de 2017) y MINUJUSTH (Misión Naciones Unidas de Apoyo a la Justicia en Haití, desde octubre de 2017 a octubre de 2019)[1]. Pero el atribulado país caribeño no logra estabilizarse y despegar. Sin embargo, en este caso no se tratará de una operación de la ONU, sino una operación basada en el capítulo VII de la Carta “autorizada” por el Consejo de Seguridad[2].
La enorme inestabilidad política, institucional y socioeconómica ha generado vacíos de poder que han sido llenados por organizaciones criminales, las cuales han utilizado la violencia urbana para imponer su voluntad y disuadir a las autoridades estatales, en sus diversos niveles, de que el orden es una quimera[3]. Incluso, es pertinente recordar, fue asesinado el presidente Jovenel Moïse.[4] Así, las Naciones Unidas han tomado nota de los enormes desafíos a los que se enfrenta: el aumento de la violencia, las actividades delictivas y los abusos y violaciones de los derechos humanos que socavan la paz, la estabilidad y la seguridad de Haití y la región, incluidos los secuestros, la violencia sexual y de género, la trata de personas y el tráfico de migrantes, los homicidios, los asesinatos extrajudiciales y el contrabando de armas, la gravedad y el número de violaciones y abusos cometidos contra los niños.[5] Para graficar el desolador contexto, cabe mencionar que entre el 1 de enero y el 9 de septiembre de este año se reportaron 3000 homicidios. También hubo más de 1500 víctimas de secuestros para pedir rescate. Según Naciones Unidas, unas 200.000 personas (la mitad de ellas, niños) se han visto obligadas a huir de sus hogares porque es demasiado peligroso quedarse. Los informes de los medios dan cuenta de que las pandillas ejercen cierto control sobre alrededor del 80% de la capital y Ariel Henry, primer ministro haitiano dijo que había 162 grupos armados con 3000 “soldados” en todo el país[6].
Esta vez, la Comunidad Internacional responde al llamado hecho por Haití el 6 de octubre de 2022, a través del Consejo de Ministros, el cual solicitó que se desplegara una fuerza internacional especializada, junto con asistencia técnica, a fin de ayudar a la Policía Nacional de Haití (PNH) a hacer frente a los altos niveles de violencia de las bandas y restablecer la seguridad e inclusive a un pedido expreso del primer ministro, quien reiteró su llamado a una fuerza multinacional en su discurso ante la Asamblea General de la ONU el viernes 22 de septiembre. Por su lado, Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, manifestó en julio, durante una visita a Puerto Príncipe que:
“… La gravedad de la situación exige nuestra atención urgente y sostenida. Debemos poner a las víctimas y a la población civil en el centro de nuestras preocupaciones y prioridades… si no actuamos ahora, la inestabilidad y la violencia tendrán un impacto duradero en generaciones de haitianos. Reitero mi llamamiento a todos los socios para que aumenten su apoyo a la policía nacional, ya sea en forma de financiación, formación o equipamiento”[7].
En coincidencia con estos llamados, el presidente americano Joe Biden dijo que: “el pueblo de Haití no puede esperar mucho más”, y el presidente de la República Dominicana, Luis Rodolfo Abinader Corona, compartiendo la isla de La Española con Haití, pidió “un resurgimiento de nuestra determinación colectiva de forjar un futuro más seguro, inclusivo y sostenible para Haití”[8].
Es por ello que este 2 de octubre el Consejo de Seguridad autorizó a través de la resolución 2699[9] el establecimiento y despliegue de una Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS) en Haití, por un período inicial de doce meses. La resolución autoriza a los Estados Miembros a prestar apoyo operacional a la PNH, incluida la creación de capacidad mediante la planificación y realización de operaciones conjuntas de apoyo a la seguridad, ya que trabaja para combatir a las pandillas y mejorar la situación de seguridad en el país, donde abundan los secuestros. la violencia sexual y de género, la trata de personas, el tráfico ilícito de migrantes, el contrabando de armas, los asesinatos, las ejecuciones extrajudiciales y el reclutamiento de niños por grupos armados y redes delictivas. El texto autoriza además a la MMAS a prestar apoyo a la PNH para garantizar la seguridad de la infraestructura crítica y los puntos de tránsito, como el aeropuerto, los puertos, las escuelas, los hospitales y los principales puntos de intersección[10].
La misión, ampliamente esperada, terminó de tomar forma cuando, a fines de julio, Kenia hizo saber que se encontraba evaluando la posibilidad de liderar el esfuerzo multinacional de apoyo a la seguridad[11]. Se efectuaron visitas de funcionarios kenianos a Haití y se abrieron múltiples instancias de diálogo con líderes nacionales y regionales, a los efectos de delinear el mandato y el alcance de dicha operación.
Se presenta como clave la respuesta regional, la que encontró a las naciones caribeñas y miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM), incluidas Jamaica, las Bahamas y Antigua y Barbuda, con disposición a apoyar la misión.
No cabe más que elogiar el compromiso de Kenia y de quienes harán parte de la respuesta a este desafío, de Naciones Unidas que actúa como vaso comunicante entre el clamor haitiano y las manos solidarias tendidas por algunos de los actores del escenario global, pero cabe hacerse eco de la magnitud del problema, y de la proporcionalidad lógica que la respuesta ha de tener: es imprescindible un flujo de cooperación internacional de una gran dimensión, que permita consolidar la actividad de los actores con legitimidad política, que devuelva al pueblo haitiano la esperanza de que su país sea viable, y que comprometa a las elites locales a actuar dentro del marco de la ley y preservando la institucionalidad.
Y para ello, el acompañamiento sostenido y sin prejuicios de ninguna naturaleza por parte de los actores centrales es ineludible. Hablamos, claro está, de asistencia “contante y sonante”, no sólo apoyo moral o diplomático… Todo aquello que se presenta como imprescindible para construir una paz positiva, para garantizar que aquella lejana independencia que proclamara este país caribeño en 1804 (la primera de las colonias de América Latina y el Caribe) se convierta en realidad, y que de una vez por todas Haití abandone el sombrío listado de los “Estados Fallidos”.
Juan Alberto Rial
Coordinador
Departamento de Seguridad Internacional y Defensa
IRI – UNLP
Referencias
[1] Ver Pastpeaceoperations | UnitedNationsPeacekeeping
[2] Ver Capítulo VII: Acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión (Artículos 39-51) | Naciones Unidas
[3] Ver https://elpais.com/opinion/2023-02-23/tragico-haiti.html?rel=buscador_noticias
[4] Hay indicios de que el asesinato está vinculado al Crimen Organizado, ya que se trataría de la colaboración con EE.UU. en materia de narcotráfico. JovenelMoïse: El presidente de Haití fue asesinado por intentar enviar a EE UU una lista de personas vinculadas al narcotráfico | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)
[6] Ver https://news.un.org/es/story/2023/09/1524482
[7] Ver Cinco razones que debes saber sobre la Misión multinacional para Haití | Noticias ONU (un.org)
[8] Ver Cinco razones que debes saber sobre la Misión multinacional para Haití | Noticias ONU (un.org)
[10] Ver Haití: El Consejo de Seguridad autoriza el despliegue por doce meses de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, una fuerza policial ajena a la ONU | Prensa de las Naciones Unidas
[11] Cabe señalar que Kenia ha manifestado que pudiera enviar hasta 1.000 efectivos a Haití.