Departamento de Seguridad Internacional y Defensa

Presentación

Coordinador: Juan Alberto Rial

Secretario: Cristian Reyes

Integrantes: Gonzalo Salimena
Julio Spota
Sebastián Do Rosario
Gustavo Wajsman

Panorama de la Seguridad Internacional y Defensa

Este último año ha sido, lamentablemente, tormentoso. En su momento entendimos que, lentamente, el sistema internacional iba a decantarse por una disputa en la dimensión económica entre los dos colosos del mismo, perdiendo la dimensión estratégico militar^[1] el rol descollante que tuviera durante el siglo XX, relegándola a conflictos periféricos (aunque nos preguntábamos quién se encontraría legitimado, ante tal escenario, para gestionar legítimamente la fuerza en las relaciones internacionales). Como tantas veces, la realidad líquida que vivimos en este siglo XXI tiene su propia dinámica y da por tierra los más diversos pronósticos. Sobre todo, los temerarios, como los nuestros.
Al día de hoy, dos conflictos sistémicos se desarrollan en paralelo sin que puedan ser morigerados (mucho menos, erradicados) más que por las propias capacidades de las partes envueltos en el mismo.
Ya llevamos dos años y medio de conflicto armado en Ucrania, fruto de la invasión rusa del 24 de febrero de 2022^[2]. La situación se ha estabilizado en Ucrania, con una cierta evolución favorable a Moscú. Sin embargo, se produjo un giro notable que tomó a la comunidad internacional y a los analistas por sorpresa: Kiev ordenó la invasión de territorio ruso, en la región de Kursk^[3]. Así, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, la Federación Rusa tiene tropas extranjeras ocupando su territorio. Por otro lado, los analistas militares señalaban que Ucrania comenzaba a reforzar su posición en Kharkiv (Este de Ucrania), indicando que el contexto podía oficiar de aliciente moral para el alicaído ejército defensor, ya que pocas victorias podía exhibir y reforzar la posición de Kiev ante una posible negociación diplomática futura, ya que la que estaba prevista celebrarse en Doha se vio “dinamitada” en el mismo momento que los ucranianos pisaban territorio ruso^[4]. La aventura ucraniana implicó el cambio de manos de unos 28 asentamientos rusos y el traslado de más de 120.000 civiles. Aunque existen dudas de la relevancia militar de las acciones en territorio ruso y de la posibilidad de la permanencia de la ocupación^[5], también es cierto que se han sucedido los bombardeos y los ataques con drones a objetivos militares ahora ubicados en territorio ruso, llevando la guerra a la casa de Vladimir Putin y a su pueblo, el cual es testigo de primera mano de la falta de asepsia de la mentada “Operación Militar Especial”.
Por otro lado, el esfuerzo militar de Volodomir Zelensky y su pueblo es sostenido por la OTAN, que se ha comprometido a asistirlo por 43.000 millones de dólares a lo largo del año tras la Cumbre de Washington^[6], a la vez que la Alianza se comprometió a revisar las contribuciones futuras. De hecho, la propuesta de máxima hecha por el Secretario General de la OTAN consistía en la creación de un fondo quinquenal de unos 100.000 millones de dólares para Kiev^[7], a los efectos de sortear un posible resultado favorable para Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre en los Estados Unidos (no necesitamos recordarles la devoción que Trump tiene por su amigo Putin). Por otro lado, tras largas esperas, excusas y reproches cruzados, los F16 solicitados por Ucrania empezaron a arribar desde Dinamarca y Holanda, que se agregaron a los modernos sistemas de defensa antiáerea de fabricación americana. El mismo presidente Zelenzky celebró el arribo de los ansiados Lockheed Martin F-16 Fighting Falcon, al afirmar en sus redes sociales: los nuevos aviones “acercarán una paz justa y duradera, demostrando que el terror debe fracasar”^{^[8]}.
Por otro lado, en otra zona estratégica del convulsionado mundo de 2023/2024, Medio Oriente, la organización Hamas, que controla Gaza, lanzó un ataque terrorista invadiendo el sur de Israel el 7 de octubre^[9] en coincidencia con la celebración de los 50 años desde la Guerra del Yom Kippur, y en el contexto de negociaciones tendientes a normalizar las relaciones diplomáticas de Tel Aviv con Arabia Saudita (recordemos que ya se habían reanudado los vínculos de Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Sudán en base a los Acuerdos de Abraham), y de acercar a esta última con Irán.
La desproporcionada respuesta dada por Israel, acicateada por las urgencias domésticas del premier Benjamin Neyahu que lo ha llevado a formar un gobierno con un fuerte componente de derecha y ultraderecha en su gabinete, ha ido mucho más allá de la legítima defensa y llevando al país hebreo a perseguir el objetivo de dejar “tierra arrasada” en Gaza y expulsar a sus más de dos millones de habitantes hacia Egipto o hacia el mar, con el objetivo (no confesado) de anexar Gaza y darle una “Solución Final” al problema de Hamas. Mientras tanto, más de 40.000 víctimas fatales (prácticamente la totalidad de población civil, mayoritariamente mujeres y niños)^[10] y contando, más otras 10.000 (presumiblemente) bajo los escombros de lo que otrora fuera la infraestructura gazatí, convertida en una demolición a cielo abierto de 365 kms. cuadrados, con sobrevivientes^[11] (que mal sobreviven) desesperados al no tener acceso a ningún tipo de asistencia humanitaria, ante el empeño de Tel Aviv y de Hamas de no arribar a ningún punto intermedio que permite treguas humanitarias^[12].
Naturalmente, no dejamos de lado el hecho de que Hamás irrumpió en territorio israelí y mató a sangre fría a más de 1200 personas (mayoritariamente, civiles, numerosos niños y bebés entre ellos), y tomó de rehenes a cerca de 240 personas^[13], pero la respuesta no puede materializarse en una venganza libre y llana que busca erradicar de la faz de la tierra a un pueblo entero (eso, jurídicamente, describe el tipo penal del Genocidio) tras la excusa de la desarticulación de Hamas. Tan así es que una cosa no justifica la otra que la Corte Penal Internacional se encuentra investigando la responsabilidad de la conducción política y militar tanto de Israel como de Gaza^[14].
Mientras tanto, los remesones de la hoguera gazatí amenazan con sacudir aún más la ya inestable situación de Medio Oriente. Se suceden los ataques hutíes desde Yemen contra los intereses israelíes^[15], (lo que ha llevado a, en algunos casos, triplicar el costo del transporte vía marítima en Asia y Europa por su accionar en el mar Rojo y el Golfo de Adén^[16]), se suceden los ataques de Hezbollah desde el sur del Líbano al norte israelí^[17], a la vez que no cesan las provocaciones de Tel Aviv a Teherán, buscando regionalizar un conflicto que, sangriento y horrorosa y sin solución política a la vista, permanece relativamente focalizado, con el ataque a la representación persa en Damasco^[18] y atentados selectivos contra objetivos de Hamas en territorio de Irán^[19]. La cuerda se tensa de tal manera que el riesgo de que se corte es cada vez mayor, con un final difícil de prever, cual Caja de Pandora una vez abierta.
En otro lado caliente del mundo, el Mar Meridional de China y la disputa latente por Taiwán, no cesan las provocaciones entre los dos colosos del sistema internacional en ciernes. El constante temor de Washington^[20] a que Beijing se haga de la factoría global de microchips reunificando su integridad territorial lo obliga a llevar hasta el límite las condenas y las respuestas^[21] ante los constantes desafíos por parte del Imperio del Centro^[22]. Todo indica que la retórica americana de “una sola China”^[23] es poco más que palabras en un diario mojado, y ya con dos conflictos sistémicos en marcha, el mundo no puede permitirse la apertura de un tercer frente.
Por nuestras tierras, al pueblo hermano de Ecuador le tocó vivir, de manera tangible y visible ante todos los ojos, los horrores de la capilaridad de nuestras sociedades frente al flagelo del narcotráfico y del crimen organizado transnacional. A principios de 2024, un grupo de delincuentes encapuchados tomarían un estudio de un canal de televisión en Guayaquil en nombre de un cartel de narcotráfico^[24], lo que llevó al gobierno de Quito a declararle la guerra al narcotráfico. Recordemos la operación “Metástasis”, que resultó en la detención y procesamiento de funcionarios del Poder Judicial, del Ejecutivo y de las fuerzas de seguridad y penitenciarias arrestados, por su vínculo con los carteles^[25]. Esa “declaración de guerra” llevó a la gestión del presidente Daniel Noboa a la formalización del “Estado de Conflicto Armado Interno”, poniendo como blanco a 22 organizaciones criminales a las cuales se calificó como “terroristas”^[26]. Se han militarizado las cárceles (desde las cuales, los cabecillas de los carteles que resultaban arrestados seguían operando) y las calles, y se ha informado oficialmente una significativa baja en la tasa de homicidios (aunque los números no son del todo transparente) con una persistencia de los delitos de secuestro y extorsión^[27]. Recordemos que Ecuador vive asolado por el accionar de los carteles de narcotráfico, debido a encontrarse entre los dos principales productores de cocaína del mundo (Colombia y Perú^[28]) y contar con el puerto de Guayaquil^[29], que ha tenido poco o ningún control por parte de las autoridades aduaneras locales, generando las condiciones para la tormenta perfecta que le estalló al pueblo hermano (y que venía gestándose hace años).
Por otro lado, aún en la región, como siempre, la (mala) nota la ha dado Venezuela, que “resucitó” una seria disputa territorial con Guyana^[30] por el Esequivo, tras la decisión del presidente Nicolás Maduro de “Galtierizarse”, tratando de revitalizar su alicaído apoyo popular movilizando al pueblo tras una causa nacional, al reivindicar la soberanía venezolana sobre dos terceras partes del territorio guyanés, creando una gobernación militar y convocando a una parodia de consulta popular al respecto. Tal fue la pirotecnia discursiva que Brasil se vio obligado a movilizar fuerzas a la frontera con Venezuela, ante el riesgo de una “escalada” militar^[31] y a la realización de maniobras conjuntas entre las fuerzas armadas guyanesas y el Comando Sur Americano^[32].
La convocatoria al plebiscito del 3 de diciembre del 2023 sobre la posición del pueblo venezolano con respecto a la situación en Esequibo y cómo se manipularon los resultados para aparentar un fuerte apoyo popular^[33] fueron el “teaser” de lo que estaba por venir el 28 de julio del 2024, cuando se celebraron las elecciones presidenciales entre Nicolás Maduro y Edmundo González Urrutia (quien aglutinó el apoyo opositor tras las proscripciones amañadas, por parte del régimen de Maduro, de María Corina Machado y Corina Yoris^[34]). Con una amplia participación popular, las encuestas previas y las realizadas a boca de urna vaticinaban una clara victoria del candidato de la Plataforma Unitaria y “delfín2 de Machado». Sin embargo, tras denunciar una hackeo al Consejo Nacional Electoral y sin haber exhibido documentación probatoria alguna, tanto el Consejo previamente citado como el Tribunal Supremo de Venezuela consagraron a Nicolás Maduro como “Presidente” reelecto^[35]. Pocos han reconocido ese resultado: Irán, la Federación Rusa, Nicaragua, Cuba, y “democracias ejemplares” de ese calibre. Por otro lado, tras un trabajo arduo, la oposición se hizo de más del 80% de las actas, probando la victoria por 64% de Gonzales Urrutia frente al 31% de Maduro^[36], las cuales fueron reconocidas como legítimas por el Centro Carter (veedor in situ de las elecciones), Estados Unidos, la Unión Europea, la OEA^[37] y la abrumadora mayoría de los países de la región. Tras diversos titubeos, Brasil y Colombia^[38] demandaron a Maduro la exhibición de las actas, y el presidente brasileño, Luis Inacio Lula Da Silva se ha manifestado contrario a reconocer a Maduro como presidente^[39]. Tan así es que algunos medios de comunicación de Brasil ven en la figura de Maduro una “amenaza” para la región^[40]. Si nos ceñimos a la noción de Johan Galtung de “paz positiva”^[41] no podemos menos que concordar.
Este último año nos ha dejado más que indicios de que las posibilidades de que el mundo pueda vivir en paz. Inclusive está lejos la posibilidad de transitar un período de relativa estabilidad. Somos optimistas. Pero no podemos permitirnos ser ingenuos.

¡Hasta el año que viene!

Juan Alberto Rial
Coordinador

Actividades

En el transcurso del último año, el Departamento ha continuado con la publicación de sus Boletines Informativos, compartiendo ensayos temáticos o geográficos vinculados con nuestra área de trabajo de manera bimestral^[42].

Por otro lado, hemos hecho transferencia de nuestra producción en diversos espacios académicos, tales como en las Jornadas CeRPI – CenSud del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata, edición 2023^[43], el 22 de setiembre de 2023, en la Mesa 8 – Seguridad Internacional, integrada por Julio César Spota (CoNICET – UBA); Juan Alberto Rial (IRI – UNLP); Oscar Armanelli (Ejército Argentino); Adolfo Rossi (UBA – UM) y María Cristina Dominguez (UCA – UNDEF) como expositores Cristian Reyes (IRI – UNLP) como Moderador.

Por otro lado, también fuimos parte del XVI Congreso Nacional de Ciencia Política. La política en tensión, “Retos y desafíos de las democracias en un mundo inestable” La política de defensa nacional como componente de la política exterior, que tuviera lugar entre el 18 y el 23 de julio de 2023, Coordinada por María Cristina Domínguez (UCA – UNDEF), con Adolfo Rossi (UBA – UM) como Comentarista y Julio César Spota (CoNICET – UBA); Juan Alberto Rial (IRI – UNLP); Oscar Armanelli (Ejército Argentino); Adolfo Rossi (UBA – UM) y María Cristina Dominguez (UCA – UNDEF) como expositores. Por último, también se presentaron las conclusiones de ambas actividades en la I Jornada Nacional de Historia Militar y 1er Encuentro de Estrategia y Geopolítica el viernes 25 de agosto en la Escuela Superior de Guerra^[44], en el formato “Presentación de Trabajos Libres”, bajo el título “Influencia de la Geopolítica en la Defensa nacional y su correlato con la política exterior argentina”, con la participación de Oscar Armanelli (Ejército Argentino), María Cristina Dominguez (UCA – UNDEF), Juan Rial (IRI – UNLP), Adolfo Rossi (UBA – UM) y Julio Spota (CoNICET – UBA) como expositores.

Por otro lado, el 31 de diciembre de 2023 hemos finalizado nuestro proyecto de investigación, titulado “La agenda de seguridad internacional durante los primeros 25 años del siglo XXI: Perspectiva y prospectiva en América Latina y el mundo” dirigido por el coordinador del Departamento Juan Alberto Rial, Codirigido por nuestro querido Ángel Tello, cuyo equipo de investigación estuvo integrado por Mariano Bartolomé, Carolina Sampó, Bárbara Bavoleo, Gonzalo Salimena, Gabriel Tudda y Cristián Daniel Reyes.

Y a partir del 01 de enero de 2024, comenzó la ejecución de nuestro nuevo Proyecto cuatrianual, 11/J198 Construcción de una Política de Defensa para Argentina de cara al siglo XXI. Propuestas y Reflexiones desde la Universidad Pública, dirigido por el Coordinador del Departamento, Juan Alberto Rial, Codirigido por el Director del IRI, Norberto Consani, e integrado por Gonzalo Salimena, Julio Spota y Cristian Reyes (todos ellos miembros del Departamento) y Ángela Del Águila Hurtado y Noeli Scarpelli, miembros del IRI.

En la espera de seguir generando conocimiento para la Comunidad Académica en particular y para la Sociedad Argentina en general, nos despedimos con el mismo compromiso de siempre hasta 2025.

^[1] Ver https://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/115813/Documento_completo.pdf-PDFA.pdf?sequence=1&isAllowed=y

^[2] Ver Aniversario de la invasión rusa a Ucrania por Juan Alberto Rial – Instituto de Relaciones Internacionales (iri.edu.ar) y ¿Qué pasó y qué pasará en Rusia? por Juan Alberto Rial – Instituto de Relaciones Internacionales (iri.edu.ar)

^[3] Ver Ucrania recupera terreno en una región del este y reconfigura el campo de batalla contra Rusia – LA NACION y Ucrania afirma que domina 1000 kilómetros cuadrados de territorio ruso y Putin no oculta su furia – LA NACION

^[4] Ver Rusia descarta negociaciones con Ucrania debido a ofensiva en Kursk | La Nación (nacion.com)

^[5] Ver Por qué Ucrania lanzó ahora su mayor asalto en Rusia y cómo puede afectar al futuro de la guerra – LA NACION

^[6] Ver La OTAN anunció ayuda por USD 43.000 millones para Ucrania y dijo que China “facilita” el avance de Rusia – Infobae

^[7] Ver La OTAN propone fondo quinquenal de US$ 100.000 millones para ayudar a Ucrania | Perfil

^[8] Ver La OTAN anunció ayuda por USD 43.000 millones para Ucrania y dijo que China “facilita” el avance de Rusia – Infobae

^[9] Catalogado como el “Peor Día en la Historia Militar de Israel por parte del pueblo hebreo”. Ver Guerra de Israel y Gaza: «Con sus atentados, el grupo Hamas buscaba un efecto político y lo ha obtenido con creces» (fmlaredonda.com.ar) y Juan Rial, Sec. del IRI UNLP analiza los ataques de Hamas en Israel y los bombardeos en Gaza | RadioCut Argentina

^[10] Ver Gaza: En el Día de la Asistencia Humanitaria, la ONU urge nuevamente a un alto el fuego | Noticias ONU

^[11] Ver Médicos sin Fronteras denunció las “condiciones de vida inhumanas” en la zona segura estipulada por Israel en Gaza – Infobae

^[12] Ver Informe Mundial 2024: Israel y Palestina | Human Rights Watch (hrw.org)