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Presentación

Presentación

Coordinadora: Ornela Fabani

Secretario: Said Chaya

Integrantes: Cecilia Civallero
Camila Farias
Mariano Criscenti
Lucía Miravelli

El Anuario del Departamento de Medio Oriente nuclea los aportes de los integrantes de este espacio que se han dedicado a estudiar no sólo distintos escenarios de conflicto, sino también la política exterior de diversos actores de la región, incluso el juego de alianzas vigente entre los mismos.

En el caso de Said Chaya, secretario del Departamento, su aporte versa sobre Hezbolá y la guerra en Gaza. En este marco, su trabajo subraya que el peligro de una regionalización del conflicto en la región de Medio Oriente fue y sigue siendo palpable, especialmente en la frontera israelo-libanesa y en la triple frontera con Siria, donde opera Hezbolá. A lo que el autor agrega que el ataque del 7 de octubre y los eventos que le sucedieron complejizan el escenario libanés, impidiendo un consenso regional que empuje un acuerdo doméstico que permita elegir a las autoridades del país. En dicho contexto, el texto profundiza en la posición de vulnerabilidad en la que quedó Hezbolá, tanto en el plano interno como externo, tras los referidos sucesos.

Por su parte, Cecilia Civarello y Camila Farias examinan el papel de Egipto en el conflicto entre Hamas e Israel. En dicho marco dan cuenta de que la posición estratégica de este país en Medio Oriente, su proximidad a Gaza y su trayectoria de participación activa en los asuntos regionales, han llevado a El Cairo a no claudicar en su rol como mediador. De esta forma, analizan sus esfuerzos diplomáticos, las medidas de seguridad adoptadas y gestiones humanitarias realizadas por esta nación. Así, el estudio intenta aportar una visión integral de la posición de Egipto en el actual escenario y de sus implicancias en la dinámica del conflicto palestino-israelí.

Mariano Criscenti analiza el complejo escenario yemení y el involucramiento hutí en la guerra en Gaza. El autor parte de la idea de que la guerra en Yemen, iniciada en 2014, se ha convertido en un conflicto regional complejo sin un claro vencedor, para luego postular que los hutíes han aprovechado el cese de hostilidades y la retirada de Arabia Saudita para atacar a Israel, proyectando su poder a nivel internacional y reafirmando sus principios fundacionales.

En tanto, Gilberto Aranda también se introduce en el deterioro de la situación en Medio Oriente tras el ataque de Hamas sobre Israel, que derivó en una situación hasta entonces sin precedente, un enfrentamiento directo entre el Estado de Israel y la República Islámica de Irán, que por estos días mantiene en vilo a la comunidad internacional.

En su trabajo, Zidane Zeraoui, busca entender las hegemonías que han dominado el espectro de poder en Medio Oriente. Partiendo de dicho enfoque el autor divide el proceso histórico en varias etapas para enfocar en cada una de ellas las fuerzas hegemónicas que han dominado ese período. Esto le permite abarcar el conflicto actual entre Hamas y Fatah desde una perspectiva más amplia.

Por último, Lucía Miravelli propone realizar un breve repaso en torno a cómo ha evolucionado la posición de Turquía frente al conflicto sirio, para luego proceder a analizar el devenir del vínculo entre Ankara y Damasco durante los últimos doce meses. Ello con miras a exponer los cambios de orientación adoptados por el gobierno de Recep Tayyip Erdoğan frente a la conflictividad latente en el país vecino.

Ornela Fabani
Coordinadora

Panorama
Medio Oriente entre 2023 y 2024

Hace meses la región de Medio Oriente atraviesa una etapa de fuerte inestabilidad que se desencadenó en octubre del año pasado cuando la organización radical Hamas llevó adelante un ataque aéreo, marítimo y terrestre sobre el Estado de Israel que no encuentra precedentes.

Entonces dicho ataque se juzgó como sorpresivo en tanto los servicios de inteligencia del propio país fallaron a la hora de prevenir el gran golpe que se estaba gestando. No obstante, el mismo difícilmente podría juzgarse como sorpresivo si consideramos que tuvo lugar en el marco de un conflicto histórico, que ya lleva décadas, por no hablar de siglos, si tenemos en cuenta que no existe un consenso entre los diversos expertos en el tema respecto a los orígenes de la disputa entre palestinos e israelíes.

Lo cierto es que, como correlato de dicho ataque, que dejó por saldo unos 1200 muertos y la toma de alrededor de 240 cautivos, se inició una guerra entre Hamas e Israel que ya lleva diez meses. La respuesta de Tel Aviv, en un primer momento restringida a un ataque aéreo, para luego dar paso a una incursión terrestre, ha resultado devastadora y arroja por saldo tremendas consecuencias humanitarias. Entre ellas más de 39.000 palestinos muertos -en gran proporción mujeres y niños-, una Franja de Gaza devastada y el pequeño enclave al borde de la hambruna. Este accionar ha redundado en que se acuse a Israel de violar el derecho humanitario, incurrir en crímenes de guerra, incluso, de ser responsable de un genocidio.

Por otra parte, es necesario mencionar que, pese a los constantes intentos de mediación de diversos actores, tanto regionales como extra-regionales, a la fecha no se ha logrado poner fin a la contienda ni tampoco la liberación de los rehenes.

Ahora bien, Hamas e Israel no son los únicos actores involucrados en el incremento de la conflictividad en la zona. En este sentido, es importante señalar que la guerra en Gaza ha jalonado otros choques en la región. Prácticamente desde el inicio de la contienda puede darse cuenta de la vigencia de fuego cruzado en la frontera entre Siria e Israel y entre Israel y el Líbano, donde Tel Aviv encuentra otro gran enemigo: Hezbollah.

Desde el momento mismo del ataque de Hamas sobre Israel mucho se ha debatido sobre el rol que ha jugado la República Islámica de Irán, uno de los principales aliados de Hamas en la región. Un actor que, a través del tiempo, le ha provisto de financiamiento, apoyo logístico, información de inteligencia y entrenamiento a los miembros de la organización radical.

Dicho esto, no puede pasarse por alto que para el Estado de Israel Irán emerge como su principal enemigo. Sin ir más lejos, Teherán no reconoce al Estado de Israel, desconoce los Acuerdos de Oslo, incluso, en reiteradas oportunidades, altos funcionarios iraníes se han referido a Israel como un tumor canceroso que es necesario extirpar de la región, llegando incluso a negar el Holocausto.

Mientras tanto, Ansar Allah, movimiento que mantiene el control de una vasta porción de territorio en Yemen, y que también sostiene vínculos con Irán, ha llevado a cabo ataques contra buques cargueros en el Mar Rojo, según alegan, vinculados con intereses israelíes y en solidaridad con el pueblo palestino. Ello ha conllevado la necesidad de buscar vías de navegación alternativas, redundando en un aumento del costo de los fletes y de los seguros sobre las cargas.

En tanto, el ataque de Irán con misiles y drones sobre Israel, que precede al bombardeo israelí sobre el consulado iraní en Damasco que dicho país, por otra parte, no ha reconocido, se convirtió en otro hecho sin precedentes que tomó lugar en los últimos meses. Ello, en tanto, hasta el momento no había mediado un enfrentamiento directo entre ambos actores que, por el contrario, se habían decantado por la guerra en las sombras.

Pese a la intensa labor diplomática y las presiones de distintos actores occidentales que intentaron contener a Israel, la respuesta de Tel Aviv no se hizo esperar. Al respecto, si bien se trató de una acción contra objetivos militares en la provincia de Isfahan, que alberga no sólo bases militares, sino también centros de producción de misiles y las instalaciones nucleares de Natanz, la misma puede ser calificada como medida, en tanto consistió en un ataque con drones, de menor envergadura. Por estos días, la crisis en la Franja de Gaza parece no tener fin con el cruento ataque a la ciudad de Rafah, que ha supuesto que, una vez más, miles de palestinos se vean ante la necesidad de huir tras las recientes órdenes de evacuación israelíes. Es en virtud de la situación que se vive en el pequeño enclave que emerge como imperiosa la necesidad de alcanzar un acuerdo que estipule un alto el fuego inmediato, que ponga fin a tanta muerte y dolor, que garantice el ingreso de ayuda humanitaria a la Franja, la libertad de movimiento de los palestinos y la liberación de los cautivos aún en manos de Hamas. Un acuerdo que por el momento aún resulta esquivo.