Impacto del presupuesto nacional 2024 para ciencia y tecnología: la conae y el conicet

Renata Sato^[1]

Introducción

El presente trabajo se destina a analizar las políticas públicas presupuestarias implementadas en el año 2024 por el gobierno para la Ciencia, tecnología e innovación. Asimismo, parte de este presupuesto anual es destinado a la actividad espacial llevada a cabo por La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), el organismo del Estado Nacional con capacidad para actuar pública y privadamente en los órdenes científico, técnico, industrial, comercial, administrativo y financiero, así como competencia para proponer las políticas para la promoción y ejecución de las actividades en el área espacial con fines pacíficos en todo el ámbito de la República Argentina; y para El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), encargado de la promoción y ejecución de actividades científicas y tecnológicas en todo el territorio nacional y en las distintas áreas del conocimiento.

Ambos organismos son parte de la formación, instrucción, educación, desarrollo de profesionales científicos, como organizadores y financiadores de proyectos, planes, nacionales e internacionales, para el desarrollo tecnológico y científico argentino.

La CONAE dispone de información de origen espacial y sus aplicaciones sobre nuestro territorio continental y marítimo, a fin de mejorar la calidad de vida de la población. Otorga información adecuada y oportuna a los sectores económicos y productivos del país, para incrementar su productividad y competitividad a nivel nacional e internacional. Impulsa el desarrollo de la industria nacional, promoviendo el crecimiento y la creación de nuevas empresas creadoras de tecnologías innovativas, ampliando su ámbito de participación a nivel internacional con el aporte de alto valor agregado en su cadena productiva. Participar en el ámbito internacional en la exploración y utilización pacífica del espacio ultraterrestre. Aportar al ámbito científico-tecnológico nacional, tanto conocimientos de avanzada como nuevas oportunidades de educación y trabajo. Asimismo, debe proponer y ejecutar un Plan Espacial Nacional, para utilizar y aprovechar la ciencia y la tecnología espacial con fines pacíficos y aportar información al Estado Nacional de manera de colaborar en una eficaz gestión de gobierno.

Por su parte el CONICET, Fomenta y financia la investigación científica y tecnológica y las actividades de apoyo que apunten al avance científico y tecnológico en el país, al desarrollo de la economía nacional y al mejoramiento de la calidad de vida. Fomentar el intercambio y la cooperación científico-tecnológica dentro del país y con el extranjero. Otorgar subsidios a proyectos de investigación, pasantías y becas para la capacitación y perfeccionamiento de egresados universitarios. Organizar y financiar institutos, laboratorios y centros de investigación que funcionen en universidades y en instituciones oficiales o privadas, o bajo la dependencia directa del Conicet. Administrar las Carreras del Investigador Científico y del Personal de Apoyo a la Investigación y al Desarrollo. Brindar asesoramiento a entidades públicas y privadas en el ámbito de su competencia.

De igual forma, comentaré brevemente el impacto sobre el capital humano dependiente de dichos organismos.

Presupuesto nacional: implicancias para el año 2024

El Presupuesto Nacional es una ley anual que sanciona el Congreso, donde planifica los ingresos que recibirá el Gobierno y cómo se aplicarán para satisfacer las necesidades de la población: seguridad social, educación, salud, seguridad y justicia, entre otras. El Presupuesto financia el funcionamiento de todo el Estado Nacional; es decir de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Mediante este proceso el Poder Ejecutivo Nacional fija las prioridades y políticas públicas a desarrollar en el próximo año. Se estiman los recursos, las principales variables macroeconómicas y se calculan los gastos necesarios para cumplir con las políticas y prioridades de gobierno. Esta etapa culmina el 15 de septiembre cuando se envía el proyecto de Ley de Presupuesto al Congreso Nacional.

El Congreso Nacional recibe el proyecto de ley de presupuesto, lo discute, sugiere modificaciones al mismo y finalmente aprueba la Ley de Presupuesto para el año siguiente. La Cámara de Diputados resulta la iniciadora que recibe el proyecto de Ley, y luego de su media sanción actúa el Senado como cámara revisora. En dichas cámaras se trabaja en comisiones de presupuesto y hacienda, a los fines de entender, discutir y procesar la información del proyecto de Ley de Presupuesto que remite el Poder Ejecutivo.

Al comenzar el año empieza a regir la Ley de Presupuesto. Los organismos públicos comienzan a ejecutar los gastos previstos en la norma para su funcionamiento, en la medida que se perciben los recursos.

Sin embargo, debido que para la fecha del 26 de diciembre de 2023 no se encontraba aprobada la Ley de Presupuesto General de la Administración Nacional para el Ejercicio 2024, es que mediante el artículo 27 de la Ley de Administración Financiera y de los Sistemas de Control del Sector Público Nacional N° 24.156 y sus modificatorias se establece que en dicha situación regirá el Presupuesto que estuvo vigente el año anterior, con adecuaciones que deberá hacer el PODER EJECUTIVO NACIONAL. Para ello, se dictó el decreto 88/2023.

Repercusión para los organismos

El Presupuesto Nacional contempla los gastos gubernamentales para atender las distintas políticas públicas que lleva a cabo el Estado Nacional. Entre estás, se encuentran aquellas destinadas a la Ciencia, la Tecnología y la Innovación.

En año 2023, no logró aprobarse la ley destinada para el Presupuesto Nacional a ejecutarse en el 2024, por lo que el gobierno decidió prorrogar aquel dispuesto para el año anterior. Por esto, se consideró que esta política debía representar el 2,1% del Presupuesto, contemplando las acciones vinculadas a la promoción de actividades de ciencia, tecnología e innovación, a fin de contribuir a incrementar el valor agregado y el patrimonio cultural, educativo, social y económico de la Nación.

En 2024 se tuvo la intención de formar recursos humanos en desarrollo tecnológico e innovación, estimándose una cobertura de más de 12 mil becarios y 12 mil investigadores del Escalafón Científico Tecnológico a través del CONICET. Dentro de las labores de este organismo se propone el financiamiento de más de 2 mil proyectos nacionales, estimando la finalización de casi 3 mil otros proyectos. A su vez, se incluyen las acciones de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el Instituto de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto de Tecnología Industrial (INTI) y la CONAE.

En este sentido, se incorpora la ejecución de diversos proyectos de inversión, entre ellos, la construcción de la Central Nuclear CAREM, además de la ejecución de proyectos y obras relacionados con el desarrollo y construcción del segmento espacial y terreno de las misiones satelitales de la CONAE. Debe destacarse cumplimiento de la ley 27.614 de financiamiento del sector Ciencia, Tecnología e Innovación, asegurando una creciente asignación presupuestaria para estas acciones, totalizando el 0,39% del producto para 2024.

Sin embargo, para el mes de mayo de este año dicho presupuesto cayó un 24%, habiéndose ejecutado el 57,6% del crédito total presupuestario y el 69,46% del presupuesto destinado a salarios, en comparación con el mismo periodo de 2023, de acuerdo al último Análisis Presupuestario elaborado por el Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI).

En este sentido, el CIICTI consideró que, a la fecha, este valor debería rondar el 32,2%, teniendo en cuenta la inflación acumulada prevista a lo largo del año. Los casos más graves aparecen en organismos como CONAE, CONICET o CNEA, que se encuentran cercanos al 80% de ejecución.

Asimismo, el organismo entendió que “considerando que junio por sí solo representa más del 11% del gasto salarial del año, se vuelve evidente que tarde o temprano deberán concederse ampliaciones presupuestarias para poder pagar los retrasados incrementos concedidos en el marco de la paritaria del sector”.

En 2023 el 54,8% de la FCyT consistió en sueldos y remuneraciones del personal científico. Al año siguiente, los gastos en personal continúan incrementando su participación en el total y, a finales de mayo, suponen el 70,65% del total ejecutado, lo cual muestra el achicamiento de los otros rubros de inversión en Ciencia y Tecnología. En este sentido destaca la caída nominal respecto del año anterior en Bienes de Consumo (-22,65%). El inciso de Bienes de Consumo descendió un 57,12%, lo cual es particularmente grave ya que este objeto de gasto representa la compra de insumos críticos, reactivos y elementos fundamentales para el desarrollo de las actividades científicas y tecnológicas. En su conjunto la caída media del sector ronda el 42,66%. Los incisos más sobregirados son los de Gastos en personal y Servicios no personales (Becas y honorarios), que rondan el 70% de grado de ejecución.

Ante tal situación, el Gobierno envió refuerzos presupuestarios para el segundo semestre del año, recibiendo el área de ciencia y tecnología $257.992 millones, en razón de los reclamos por más fondos para sostener las actividades en centros y laboratorios. Cerca del 97% de ese dinero se destinó al Conicet. El resto, $8830 millones, se destinaron a la CONAE y el Banco Nacional de Datos Genéticos. A la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (I+D+i), le reservan $2616 “para sueldos”.

La CONAE confirmó la disponibilidad de los $7.996.417.466 publicados en el Boletín Oficial en el mes de Julio. “Se agrega al presupuesto del año 2023, lo que incrementa el monto originalmente asignado para este año que fue de $19.600 millones”. Aun así, indicó que para sostener las actividades durante 2024 “es necesario otro refuerzo”.

Como el resto de la administración pública nacional, en el área de ciencia y tecnología venían trabajando hasta esta modificación con el presupuesto de 2023 que el Poder Ejecutivo había prorrogado a partir de enero.

En el caso del Conicet, a los $199.560.966.647 iniciales, en marzo se sumó un primer refuerzo de $16.172.767.484, en junio otro de $23.568.699.206 y, en julio, un tercer refuerzo de $249.162.386.544. El último refuerzo alcanza las actividades centrales del organismo por $5.783.624.251 (el 97% se destina a pagos de personal de planta permanente y contratados), la formación de los recursos humanos por $234.598.216.627, las actividades científicas y académicas por $8.680.545.666 y las actividades de vinculación tecnológica y social por otros $100 millones. “El último refuerzo cubre sueldos, becas, proyectos, funcionamiento de institutos, obras, patentes y vinculación tecnológica”, detallaron desde el equipo de Daniel Salamone, presidente del Conicet.

Es así que, adaptándose al presupuesto establecido para el año 2023, se produjeron perjudiciales cambios en el área de Ciencia y Tecnología, especialmente para el desarrollo de las tareas llevadas a cabo por el CONICET y la CONAE. Requiriendo de paulatinos refuerzos para poder cumplir con sus obligaciones, como financiar los proyectos espaciales, o formar profesionales para que se desempeñen en el área, siendo el caso de la CONAE. La estabilidad fluctúa, el acceso a los insumos, infraestructura, y el pago del salario, como de las becas, de los actuales y futuros profesionales, es decisivo para concretar los proyectos propuestos y poder finalizarlos.

Impacto social

La necesidad de adaptarse a un Presupuesto reducido, diseñado para otro contexto inflacionario y social, generó tensiones en los distintos organismos, quienes debieron tomar decisiones sobre el gasto a realizar. El Gobierno no renovó una decena de contratos y los profesionales de la CONAE y el CONICET están en alerta ante eventuales nuevos despidos.

El ajuste en dependencias del Estado nacional provocó que más de 15 mil personas quedarán sin trabajo, ya que difícilmente pudieron sostenerse los salarios de los profesionales y el sustentamiento de los proyectos que se encontraban en ejecución.

La CONAE contaba hasta el mes de marzo con una planta de 279 profesionales repartidos casi por igual entre la sede central de la agencia en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Centro Espacial Teófilo Tabanera en Falda del Cañete, ubicado a 30 km al sudoeste de la ciudad de Córdoba. Parte de ese total de empleados altamente calificados están vinculados al Estado mediante contratos por prestación de servicios. Algunos de ellos, con tareas cotidianas desde hace más de una década, siempre con la expectativa de formar parte de la planta permanente. Habiendo 48 contratos vigentes con fecha de finalización del vínculo el 31 de marzo, se comunicó que solo 38 profesionales seguirán con contratos por un corto tiempo más.

La CONAE hasta dicha fecha “trabajaba con un presupuesto actualizado a diciembre 2023”, mientras “la permanente licuación de los salarios, con acuerdos paritarios a la baja” ponen en riesgo la continuidad de los servicios y las “tareas de desarrollo científico-tecnológico que se realizan desde el organismo”, como brindar información ante catástrofes naturales para mitigar sus efectos, alerta temprana de focos de incendios, detección de pesca ilegal, actividades vinculadas a la seguridad y control de nuestra soberanía, entre otras.

En el caso de los proyectos SAOCOM 1A y 1B, que ya están terminados, sus áreas se ven afectadas por la falta de recursos humanos. “Hay muchos trabajadores de VENG que se están yendo y hoy el futuro de la empresa está en riesgo porque, al tratarse de una sociedad estatal en donde la mayoría del capital lo tiene CONAE, al tener esta su presupuesto congelado, la proporción que se destinaba a contratos de proyectos disminuye cada vez más y se lo van comiendo los gastos cotidianos”, detalló Emiliano Baum, desarrollador de software en la oficina de Ingeniería del Segmento Terreno de CONAE, quien también realiza tareas en Soporte de Sistemas de Estaciones Terrenas. La situación es similar con el proyecto Satélite de Aplicaciones Basadas en la Información Ambiental del Mar (SABIA-MAR) que, con un 80% terminado, también está siendo afectado por el recorte.

«Con esta baja va a ser muy difícil que podamos seguir prestando los servicios que brindamos entre otras cosas incluyen el control la soberanía marítima, es decir la detección algo que afecta muy muy fuertemente la provisión de datos e información para el servicio meteorológico nacional, para Organización Mundial de Meteorología para la prevención o predicción de plagas o enfermedades inclusive por los cambios climáticos a través de las observaciones las imágenes la investigación el desarrollo y la conquista del espacio por parte de la Argentina» explicó Baum.

Asimismo, en este contexto de ajuste indiscriminado entran en juego los convenios internacionales con la Agencia Espacial Europea, NASA, Agencia Espacial Italiana, Noruega o japonesa, además de empresas de dichos países con quienes la CONAE tiene vínculos y compromisos de diferentes tipos”.

“No sabemos que va a pasar con nuestros contratos, nuestro trabajo y el desarrollo científico de la Argentina”, afirmó la científica riocuartense Carolina Bustos, quien es técnica de la Gerencia de Observación de la tierra de la CONAE. “Nosotros desarrollamos actividades con las misiones satelitales que lleva adelante el país. El año pasado lanzamos los satélites Saocom, que fueron desarrollados íntegramente por argentinos y que tienen, entre muchas misiones, el monitoreo de la tierra y mitigar las catástrofes naturales o provocadas por el hombre”, precisó. Según sus dichos trabajan con otros datos satélites de organismos como la NASA y en la elaboración de vehículos para lanzar nuestros propios satélites. “Brindamos en CONAE la soberanía especial”. “Estos desarrollos llevaron muchos años y si no tenemos presupuesto, perdemos oportunidades. Es muy importante aprovechar la masa crítica de quienes estamos aquí. Somos muchos los profesionales riocuartenses que estamos en CONAE y damos valor a todo el trabajo de las misiones satelitales”

Por otra parte, centenares de científicos, investigadores y becarios se congregaron en la explanada del Polo Científico para reclamar la continuidad de 1.600 becas del Conicet, que se encuentran en suspenso debido a la difícil situación presupuestaria. La protesta coincidió con la primera reunión del año del Directorio del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), presidido por Daniel Salamone. La Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (Raicyt) reclama que el directorio del Conicet publique los órdenes de mérito de las becas doctorales que deberían iniciar sus actividades el próximo 1° de abril y de las promociones en la Carrera del Investigador Científico y Tecnológico. También, solicitaron la reincorporación de personal despedido, actualizaciones salariales y el giro de fondos para garantizar el funcionamiento de la institución.

Conclusión

El Presupuesto Nacional para la Ciencia, Tecnología e Innovación para el año 2024, prórroga de aquel dispuesto para el año 2023, generó una necesidad de adaptación por parte de los organismos como la CONAE y el CONICET, para poder cumplir con todas sus obligaciones y proyectos.

La dificultad de continuar realizando las mismas tareas, o incluso más complejas, intentando sortear la creciente inflación de nuestro país, resultó en una caída del 24% del presupuesto asignado para el área, así como el agotamiento del 57% del crédito total antes de completar el primer semestre del año. Este mismo, debiendo ser destinado en gran porcentaje al pago de salarios de los profesionales que habían sido contratados con antigüedad.

Aún así, no resultando suficiente, requirieron de constantes refuerzos para lograr concretar con los proyectos ya encaminados con la mayor parte del personal con el que contaban. Asimismo, el inciso de Bienes de Consumo sufrió un descenso, lo que afecta gravemente a la CONAE y al CONICET, ya que representa la compra de insumos críticos, reactivos y elementos fundamentales para el desarrollo de las actividades científicas y tecnológicas.

Los organismos encuentran frustrados sus objetivos, imposibilitados a desempeñar ampliamente sus tareas, y perjudicando el avance tecnológico y científico, debiendo incluso frenarlo.

Esto impacta directamente en el ámbito social, generando descontento no solo en aquellos trabajadores y profesionales especializados, no pudiendo contar con un salario acorde a los aumentos inflacionarios o, en el mejor de los casos, percibiéndolo mucho más tarde, siendo el peor de los escenarios el despido. Sino que, debieron ponerse en suspenso muchísimas becas que le permitirían capacitación y desarrollo laboral a muchos otros.

Finalmente, es importante destacar que el Presupuesto para el desarrollo tecnológico y científico resulta imprescindible para poder resultar en un cambio económico estratégico, ya que como visualizamos a través del trabajo del CONICET y la CONAE, la actividad espacial, por ejemplo, podría resultar en una gran fuente de ingresos para la Argentina. El desarrollo de la misma depende, no sólo de contar con las herramientas e insumos suficientes, sino también con el capital humano especializado e instruido. Por lo que elaborar un presupuesto acorde a las necesidades de la misma impactaría positivamente en la economía, como en el avance tecnológico y científico argentino.