La Asamblea General de Naciones Unidas es el nuevo escenario de la vergüenza argentina frente al mundo. El órgano compuesto por 193 Estados, ha tenido en los últimos días dos votaciones importantes en las que Argentina fue la única que votó en contra, mientras que el resto de los países votaron a favor o (unos pocos) se abstuvieron.

El 4 de noviembre, el nuevo canciller, Gerardo Werthein, debutó en la AGNU con una votación en contra de una resolución que buscaba promover los derechos de los pueblos originarios[1], buscando conservar sus culturas y fomentar su inclusión en la vida social y política de los Estados. Dicha Resolución fue aprobada por 185 votos a favor.

Una semana después, el 11 de noviembre, nuevamente Argentina expresó su voto en contra frente a una Resolución sobre la prevención y eliminación de todas las formas de violencia contra mujeres y niñas en entornos digitales[2]. En este caso fue aprobada por 170 votos afirmativos.

Vale recordar que el presidente Javier Milei alineó su política exterior con la de Estados Unidos (prueba de ello fue la salida, el pasado 30 de octubre, de Diana Mondino de la Cancillería por haber votado a favor de la culminación del embargo de Estados Unidos a Cuba).

Sin embargo, en estas últimas dos votaciones se ha desviado incluso del camino de país del Norte: en ambas Estados Unidos votó a favor.

Mientras el mundo habla de la vergüenza del accionar argentino en la AGNU, el presidente se encuentra bailando en Estados Unidos festejando el triunfo de Donald Trump.

Departamento de Derechos Humanos
IRI-UNLP

Referencias

[1] Texto de la Resolución: https://documents.un.org/doc/undoc/ltd/n24/329/42/pdf/n2432942.pdf

[2] Texto de la Resolución: https://documents.un.org/doc/undoc/ltd/n24/340/36/pdf/n2434036.pdf