Acción racional, conflicto y seguridad colectiva en la posguerra fría

 

 

Resumen de conclusiones de la primera parte.

 

1) La racionalidad se predica del discurso y de la acción. Hablar de racionalidad, del discurso o de la acción racionales, supone contar con un criterio de racionalidad, normativo, a partir del cual distinguir el discurso y la acción "buenos", fundados, correctos, adecuados, de la acción o el discurso "malos", infundados, incorrectos, inadecuados.

2) En el terreno del discurso, el criterio normativo de racionalidad está dado por el respeto de las leyes de la lógica. En el terreno de la acción resulta más complicado establecer un criterio, por lo que la filosofía de la acción se ha ocupado de elaborar distintas teorías al respecto.

3) La teoría de la elección racional ha propuesto un criterio, la maximización de la utilidad esperada por el agente, que sintetiza distintas perspectivas constituyéndose en la interpretación más sofisticada y abarcativa de la acción racional.

4) Los enfoques más actualizados de la teoría de las relaciones internacionales suelen tomar de manera acrítica a la teoría de la elección racional. Sin embargo, ésta es susceptible de recibir al menos dos críticas principales:

a) En el plano estratégico: en la vida cotidiana, en situaciones de incertidumbre en las que el agente no puede cuantificar utilidades o probabilidades, o bien en problemas de gran complejidad de cálculos, el agente procede según criterios de racionalidad más simples.

b) En el plano moral: rechazo a la extensión del criterio de la teoría a la interpretación de la acción moral.

5) En base a los aportes de la teoría de la elección racional, a las críticas a ésta y a distintos elementos tomados tanto del método hipotético- deductivo popperiano como del silogismo práctico aristotélico, es posible construir el siguiente modelo interpretativo de la acción y su racionalidad:

(1) Todo individuo (a) es un individuo en situación (S).

(2) La situación de un individuo queda caracterizada a partir de una serie de elementos que la componen a saber, un conjunto C de creencias, un conjunto P de preferencias, un conjunto M de medios materiales disponibles, y un conjunto A de acciones alternativas posibles (S (C.P.M.A.)).

(3) Todo individuo (a) en una situación S definida por ciertos parámetros C, P, M y A, delibera acerca de la acción más adecuada, correcta, apropiada a esa situación. En ese sentido, elabora permanentemente hipótesis de acción que vinculan condicionalmente su situación con las acciones elegidas como adecuadas a ella.

(4) La deliberación y elección de la acción adecuada a la situación del agente, es decir, la conformación de su hipótesis de acción, se efectúan en relación a un criterio normativo de racionalidad, tanto en el terreno estratégico como en el moral.

(5) La forma lógica que permite describir la variante más compleja de una hipótesis de acción es la que sigue:

CE + CM

Ss (C.P.M.A) a -----> A1 a

Léase: "Si a es un agente en una situación subjetiva de elección Ss, definida por los parámetros C, P, M y A, entonces, según el criterio estratégico CE y el criterio moral CM, resulta correcto que a efectúe la acción A1".

(6) En el terreno estratégico, el criterio de maximización de la utilidad esperada propuesto por la teoría de la elección racional es el más refinado y abarcativo, pero diversas circunstancias conducen al agente a adoptar otros criterios menos amplios, pero más inseguros, como el de racionalidad limitada.

(7) La elección de la acción de un agente en una dada situación se puede dar de dos maneras:

a) Si el agente cuenta con información completa, éste simplemente delibera a partir de algún criterio estratégico, moral o de ambos y obtiene la acción adecuada según el o los criterios adoptados.

b) Si la información del agente es incompleta, éste la completa de manera subjetiva mediante la asignación de probabilidades objetivas (riesgo) o subjetivas (incertidumbre) a los estados de cosas de los que se carece de información. Una vez hecho esto, pueden darse dos circunstancias:

b1) Si la situación subjetivamente considerada por el agente (Ss) es nueva, el individuo delibera racionalmente a partir de sus criterios normativos estratégico y moral y obtiene una acción adecuada a su Ss (distinta de su real situación objetiva So desconocida por el agente).

b2) Si Ss no es nueva, sino que puede asimilarse a una situación Sc considerada en el pasado, incluida en una hipótesis de acción ya deliberada y que forma parte del conjunto de creencias del agente, el individuo simplemente deduce directamente su acción a partir de tal asimilación (sin volver a deliberar).

(8) En cualquiera de los casos incluidos en 7b), una vez efectuada la acción por el agente puede ocurrir que ésta sea de hecho adecuada o inadecuada a su situación objetiva So, en el terreno moral, en el estratégico o en ambos. En particular pueden darse cuatro circunstancias:

a) La acción resulta estratégica y moralmente adecuada.

b) La acción resulta moralmente adecuada pero estratégicamente inadecuada.

c) La acción resulta estratégicamente adecuada pero moralmente inadecuada.

d) La acción resulta estratégica y moralmente inadecuada.

(9) Si en cierto terreno (estratégico o moral), la acción es adecuada, entonces la hipótesis queda corroborada en ese terreno y pasa a formar parte del conjunto de creencias del agente.

(10) Si en cierto terreno (estratégico o moral), la acción es inadecuada, entonces el individuo puede revisar y eventualmente refutar su acción en ese terreno de la misma manera que en ciencia se refutan aquellas hipótesis que no resisten la contrastación empírica.

(11) La incorrección o inadecuación de una acción puede provenir de una mala deliberación (cuando no se aplica algún criterio de racionalidad pudiéndose aplicar o bien por falta de información) o de una deficiente caracterización de los elementos de la situación (los conjuntos C, P, M y A).

(12) En base a premisa anterior pueden definirse tres tipos de acciones: irracionales (subjetivamente incorrectas), racionales imperfectas (subjetivamente correctas pero objetivamente incorrectas) y racionales perfectas (subjetiva y objetivamente correctas).

(13) La explicación de una acción puede hacerse suponiendo heurísticamente que el individuo actúa de acuerdo a este modelo, examinando los criterios y la situación subjetiva de elección que lo condujeron a esa acción.

7) Ni el modelo presentado en este trabajo ni el de la teoría de la elección racional afirman que el individuo se comporta o debe comportarse permanentemente de manera racional. Se trata de simples modelos heurísticos de la acción intencional conciente y racionalizable, a partir de los cuales se procura también interpretar la acción irracional.