La UCR y la política exterior. Análisis de cien años del discurso radical

 

 

 

Sobre nuestro trabajo

 

El análisis de las ideas de política exterior de un partido político parece ser sencillo. En realidad es un fenómeno complejo aunque sumamente atractivo. La complejidad está dada por la gran cantidad de actores que participan de él -personalidades, movimientos internos, etc. - y teniendo en cuenta nuestro caso, su extensión por más de una centuria en la vida Argentina, lo complica aún más.

Este trabajo no pretende ser una tesis partidaria o reivindicativa sino un análisis crítico. Por ello, reconocemos las ambigüedades de lo científico y lo político, y por eso sostenemos como lo hace Umberto Eco que:

... no hay oposición entre tesis científica y tesis política... puede decirse que todo trabajo científico... tiene siempre un valor político positivo; más por otra parte cabe decir con seguridad que toda empresa política con posibilidades de éxito ha de tener una base de seriedad científica.1

Esta ambigüedad, como dice Carlos Mayo, por otro lado, se expresa también en el hecho de que:

... El conocimiento del pasado de un determinado proceso sobre el cual el historiador tiene como ciudadano opinión formada debe enriquecer su juicio y afirmar su comprensión del mismo y no necesariamente inhibirlo.2

Es decir, esta ambigüedad, como sostienen los autores, son el refuerzo de nuestra pretensión.

Existe una multiplicidad de problemas a analizar aunque a primera vista, al limitarse el análisis solamente a un partido, parecen más homogéneos. El primer problema es la homogeneidad misma. A pesar que desde 1916 el radicalismo centra sus ideas de política exterior más o menos conscientemente en base a la filosofía krausiana, Paradiso señala la existencia previa de ideas realistas o de poder -en la crítica desde la oposición al Régimen3. Luego de estos desarrollos de ideas idealistas y realistas se puede suponer la preeminencia exclusiva de una -la idealista- o la coexistencia de corrientes que, como lo señala Acuña4, perviven a lo largo de su historia y que en la década del 20 se exteriorizan en los múltiples enfrentamientos entre Yrigoyen y Alvear.

Durante la década del 30 el grupo de Hechos e Ideas y el forjismo monopolizan nuestra atención. En estos años en el radicalismo convivieron liberales progresistas, nacionalistas democráticos, keynesianos, entre partidarios de otras ideologías.

Desde 1946, con la asunción del peronismo y la pérdida del lugar privilegiado en la política argentina, el radicalismo sufre transformaciones importantes con el Movimiento de Intransigencia y Renovación, anunciadas durante la década anterior, que no sólo moldea, estructura e ideologiza las posiciones políticas hacia el futuro sino que también construirá una propia historia oficial partidaria.

Tras la caída del peronismo y la división del radicalismo, la gestión de Illía merece un lugar especial ya que hemos excluido la administración de Frondizi. De este gobierno sólo existen trabajos esporádicos y aislados, existiendo un vacío de investigaciones en la historia del partido y más generalmente de la Argentina de esos años.

El período que va desde 1966 hasta 1983, está marcado por el surgimiento del Movimiento de Renovación y Cambio a principios de los 70, su renovación intelectual y política marcada por la presencia de una nueva dirigencia con Alfonsín y muchos otros hombres que intentan dar a aquel krausismo un nuevo sesgo.

Durante la gestión de Alfonsín se explicita la influencia krausista en su discurso sobre política exterior donde también observamos influencias implícitas como la socialdemócrata u otras -el pensamiento socialcristiano, el keynesianismo, etc. -, sobre todo en aquellos temas que clásicamente estaban desprovistos -como la economía- y que se renovaron por esta influencia. Esta conjunción le dio al discurso radical sobre política exterior en los ochenta, un relieve distinto.

Nuestra hipótesis es que nos parece inadecuada la caracterización de la política exterior del radicalismo como idealista exclusivamente, ya que también posee elementos realistas. Por eso en la primera parte de la tesis hicimos una interpretación teórica y luego procederemos al análisis.

La tesis es que proponemos una categoría más adecuada para caracterizar la política exterior del radicalismo, la de racionalismo pragmático, entendiéndolo como la búsqueda de una política basada en una percepción racional del mundo, lo que no quiere decir que el mundo lo sea, complementada por un pragmatismo que permite la adaptación de propuestas e intereses ante un mundo cambiante.

Para ello, haremos un seguimiento desde el punto de vista discursivo -entendiendo esto no en un sentido restringido sino amplio-. Intentaremos identificar en él variables, como por ejemplo el Mundo, América Latina, Estados Unidos, Inglaterra, etc. que nos indican las estrategias de autonomía e inserción.

Una aclaración necesaria es que los distintos conceptos empleados (idealismo, realismo, autonomía e inserción) no tienen una misma relevancia, ya que los dos primeros son sustanciales y los restantes intrumentales.

Sobre el tema específico de nuestra propuesta, no existe una bibliografía precisa. Por ello hemos compuesto la misma no sólo de la partidaria y la referida a política exterior argentina sino que incorporamos textos de filosofía, historia, semiótica y ciencia política.

En la bibliografía aparecen dos presidencias con una proliferación importante de análisis sobre la política exterior: la de Yrigoyen y la de Alfonsín, aunque tenemos que aclarar que existen diferencias entre ambas. En el primer caso, casi toda tiene un fin apologético de la gestión, y los estudios tienen un sentido juridicista, marcado por el despliegue de la discipina. En el segundo existe una mayor cantidad de análisis más rigurosos. Para el resto existe información aislada y por lo tanto tuvimos que reconstruirla casi en su totalidad.

Con respecto a la bibliografía partidaria, coincidimos con Alberto Ciria cuando dice:

Las historias del radicalismo se han caracterizado casi permanentemente por su frondosidad, su detallismo y su inevitable espíritu de parroquia. Han pecado en dos sentidos principales: confundir a sabiendas la trayectoria radical con la historia argentina (las famosas esencias); y creer que las convenciones, asambleas y reuniones partidarias dan la clave de los procesos internos del movimiento.5

Además también esta bibliografía estructuró la historia del radicalismo por oposiciones entre personalistas y antipersonalistas, unionistas e intransigentes, balbinistas y alfonsinistas que marcaron sus tendencias interpretativas.

Hemos dividido el trabajo en dos partes, una epistémica y otra con la investigación de los discursos, tomando esta estructura de la indicada por el historiador francés Marc Bloch6.

Para la primera utilizamos como herramienta de trabajo el modelo sugerido por el Prof. Miranda7, para analizar la política exterior -en lo ideológico, lo dicho y lo hecho-, efectuamos una interpretación propia.

Quisiéramos aclarar que nos referiremos a lo dicho, ya que lo ideológico, tiñe los otros dos aspectos -ya que los guía-, y además, es muy difícil desentramar a lo ideológico de lo dicho, dado que aquel siempre se expresa en palabras, y cualquier corte podría ser arbitrario. Un lugar importante ocupa la caracterización de los instrumentos de la política exterior como el idealismo, el realismo, la autonomía y la inserción, que nos ayudan a avanzar sobre nuestra hipótesis.

Una vez determinados los métodos e instrumentos pasamos a hacer un análisis del discurso radical sobre política exterior, investigamos las secuencias discursivas y su contexto que nos permitirán una mejor situación del problema, empezando por hacer un catastro de temas y una posible interpretación.

Optaremos por privilegiar las fuentes, clasificándolas: cuando la UCR fue gobierno, a través de los mensajes a las Cámaras (1916-1930, 1963-1966 y 1983-1989), siguiendo no sólo los contenidos temáticos sino también sus variaciones dentro del discurso; cuando la UCR no fue gobierno podemos seguirlo a través de las plataformas electorales -que aparecen en 1937-, debates parlamentarios sobre temas de política exterior y documentos partidarios y libros que también nos sirven como fuentes.

Existen como vemos dos vacíos: el primero entre 1890-1916, donde nos basaremos en proclamas del partido (1890, 1893 y 1905); y el segundo, entre 1930-1937 lo seguiremos a través del libro de Ricardo Rojas, El radicalismo del mañana, la publicación partidaria Hechos e Ideas y el libro de Scalabrini Ortíz Política Británica en el Río de la Plata, representando el pensamiento de FORJA.

También nos parece interesante poner en juego las plataformas con los discursos posteriores moldeados por la acción de gobierno.

Hemos dividido la segunda parte, "Dichos e Ideas", en ocho capítulos tomando dos ejes para poder tener capítulos más o menos homogéneos, el primero es la situación cuando fue gobierno y cuando no lo fue; el otro eje son los cambios en el marco internacional.

Las administraciones de Yrigoyen e Alvear, Illía y Alfonsín están tratadas en los capítulos segundo, quinto y séptimo.

El marco internacional en estos más de cien años lo hemos periodizando del siguiente modo: la hegemonía británica hasta 1930, la transición entre dos ordenes mundiales hasta 1945, la Guerra Fría hasta 1989 y finalmente una última etapa que definimos también como transicional. La combinación de estas dos variables -que en muchos casos coinciden - fue la que nos permitió hacer una división final de los capítulos.

Hemos incorporado un apéndice con una aproximación al desarrollo del krausismo, sus principios básicos y su desarrollo hasta la llegada de Yrigoyen al poder en 1916.

Para finalizar la presentación queremos aclarar que la presente tesis tiene un carácter fundamentalmente exploratorio de los contenidos más que una resolución acabada. Por ello nos parece atinente darle un carácter de aproximación al tema.