La UCR y la política exterior. Análisis de cien años del discurso radical
Creemos que la utilización del análisis de discurso es sumamente pertinente para la investigación de las ideas de política exterior o relaciones internacionales. Un primer paso fue dado por Roberto Miranda con su trabajo "El análisis de la política exterior desde la perspectiva de las relaciones internacionales"26. Con éste se ha dado el paso inicial, ya que a partir del mismo pudimos pensar en un ordenamiento y las categorías que finalmente utilizamos para el presente trabajo, aunque quisiéramos aclarar que la clasificación propuesta nos deja algunas zonas oscuras. Por eso pretendemos hacer algunas aclaraciones.
Miranda establece varias dimensiones para analizar las política exterior en lo pensando, lo dicho y lo hecho. La primera es la ideológica basada en el hecho de que "se plantee un pensamiento sobre lo que es el mundo y cual es el `deber ser' de un país en materia internacional. "27 Este pensamiento "implica los valores y los modelos que emplea para juzgar ese mundo y para recibir el mismo. "28
El otro plano es el del discurso explícito. Este se basa en aquello "que los representantes de la sociedad política dicen que sostienen como política exterior; que es bien distinto de lo que piensan acerca de la misma"29. Aquí se encuentran los mensajes, los informes oficiales, etc.
El último plano es el de las acciones, donde el análisis se realiza sobre "lo que hace la sociedad política". Esta dimensión es "eminentemente empírica... es decir en aquello que es posible de ser singularizado, situado y datado. "30
Si bien la clasificación a priori parece clara -en lo ideológico, lo dicho y lo hecho-, desde el punto de vista teórico y de la práctica no nos ha parecido así.
Algunas dificultades teóricas, y de gran peso para nosotros, se refieren al modelo de análisis discursivo que pretendemos seguir. Nos parece importante que en las relaciones internacionales se busque un marco epistémico en el plano de la semiótica y la filosofía, siguiendo el derrotero de las "ciencias sociales" en los años setenta y ochenta. Por otro lado, pretendemos que nuestro ámbito de investigación pueda seguir un camino en donde la reflexión ocupe un lugar privilegiado31.
Pretendemos hacer un análisis de lo discursivo, porque encontramos elementos interesantes para que las Relaciones Internacionales se comuniquen de una manera fluida con lo histórico, lo sociológico, lo filosófico y a la vez reafirme su pertenencia32.
Por ello haremos una breve digresión sobre las relaciones del discurso consigo mismo, con el poder y con la ideología, porque en definitiva de ello se trata la cuestión principal del problema.
Como primera medida queremos hacer notar que el lenguaje tiene un doble poder: el de descifrar y de disfrazar, y esto no es un juego de palabras, sino que se trata de que éste "no sólo dice y oculta, sino que también traiciona. Esto es, el lenguaje revela lo que no pone de manifiesto, lo que se oculta detrás de lo que se dice y no se dice. "33
Esta no es la única complicación, ya que también existe una relación entre lo discursivo y lo ideológico. Todo discurso, ya sea científico o político, es ideológico porque "un discurso científico puede perfectamente vehicular `contenidos ideológicos' determinados, lo cual no afecta en nada su cientificidad. "34 Entonces lo que los diferencia no es su dimensión ideológica, ya que todo discurso la posee, sino las condiciones en que son producidos "tanto el discurso político como el discurso científico son producidos bajo condiciones sociales determinadas. "35 Pero además, obviamente, el discurso político es ideológico también "en la medida que sirve a relaciones de legitimación que se apoyan a su vez en fuerzas reales y organizadas"36.
Tras esta determinación social del discurso queremos profundizar sobre sus características. Aquí en las más recientes lineas de interpretación encontramos que algunos, como Umberto Eco, consideran al discurso como constituyente del poder, por poseer poder de la convicción o persuasión, es decir la forma "a la cual compete transigir persuasivamente para que un argumento sea aceptable"37. Como lo aclara más en su obra Signo, éstos "son una fuerza social, y no simplemente instrumentos que reflejan las fuerzas sociales. "38 Para Ricoeur los términos de esta relación son más absolutos:
... <el> lenguaje ya no aparece como la mediación entre mentes y cosas. Constituye un mundo en sí mismo, dentro del cual cada elemento sólo se refiere a elementos del mismo sistema, gracias a la interacción de oposiciones y diferencias constitutivas del sistema.39
Estas formas llevan a un imperio discursivo, típico de las posiciones posmodernas, llegando a la virtualización misma del saber. No creemos que como sostienen Eliseo Verón y Silvia Sigal, el discurso sirva sólo para develar "significantes que estructuran el comportamiento social. "40 Sin lugar a dudas hay algo más que la recreación de una situación social, interpretarlo así sería demasiado ingenuo.
Hasta aquí hemos dejado planteada la tensión existente entre los que piensan que el discurso es una manifestación de la estructura social y los que piensan que expresa también un poder propio.
De acuerdo a lo expuesto por las corrientes representativas de la actual epistemología, creemos que hemos dado los motivos teóricos por los cuales no es tan sencillo dividir lo dicho de lo pensado.
Por ello, y para no caer en una convención tradicional, creemos necesario rescatar del discurso algo más que una herramienta política. Dice Michel Foucault que éste "no es simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de dominación sino aquello por lo que, y por medio de lo cual, se lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse"41. Ubicarnos en una posición intermedia, como la de Foucault tiene sus ventajas, fundamentalmente la de saber reconocer los peligros extremos que acechan a las otras posiciones.
Intentaremos dar paso a la descripción del análisis discursivo. Existen dos puntos en los que nos basamos: el primero que el discurso político "no sólo forma parte de la acción política: también la crea"; en segundo lugar, la acción política "será imperfectamente comprendida sino se tienen en cuenta los mecanismos imaginarios y simbólicos asociados a su sentido. "42
Estos dos elementos nos conducen a la interpretación que como la de nuestro trabajo "se completa como apropiación cuando la lectura proporciona algo como un acontecimiento, un acontecimiento del discurso, que lo es en el momento presente. "43
Aquí aparece el otro postulado, el de los hechos, en donde el discurso, por lo que se señala, los produce. Nuestra tarea en el análisis del discurso es "una especie de trabajo de sentido, gracias al cual la expresión comienza a tener significado. "44
En cómo se realiza esta búsqueda del sentido está la diferencia entre la tarea de un historiador o investigador de las relaciones internacionales y la del lingüista, ya que su trabajo no se limita:
... al estudio de los contenidos semánticos de los enunciados; tampoco se confunde con el objeto lingüistico que no remite el cuestionamiento de los enunciados a sus condiciones de producción socio-históricas.45
Y siguiendo con esta lógica:
... la posición del historiador diferirá de la del lingüista puesto que para el historiador la materialidad discursiva sólo podrá ser descubierta y estudiada en el espacio del archivo histórico.46
¿Cómo componemos esto? A través de "materialidades discursivas" compuestas por un conjunto irreductible "de palabras escuchadas, referidas o transcriptas, un hormiguero de relatos, descripciones o declaraciones. "47 Este conjunto para nuestro caso está formado por proclamas, mensajes, discursos parlamentarios y de campaña, libros, con los cuales hemos intentado construir un corpus, entendido éste como "una colección finita de materiales predeterminada por el analista en base a una cierta arbitrariedad (inevitable) y sobre la cual se trabajará. "48
A partir de estos enunciados intentaremos componer nuestra tarea en la que, por tratarse de un trabajo de exploración, rastrearemos solamente lo dicho y lo que se oculta a través del discurso, construyendo los aspectos sustanciales de la política exterior radical.