Esta ruta se delinea sobre un oleoducto parcialmente preexistente –que está en tareas de reconstrucción- y otra parte que debe ser construida. Es una opción favorecida por Azerbaiján, Turquía, Georgia y Estados Unidos. Sin embargo su reconstrucción y puesta a punto podría ser más costosa de lo esperado, si bien el terreno no es muy accidentado y la distancia es relativamente corta460 . El presidente de la compañía estatal petrolera de Azerbaiján, Ilham Aliev, declaró que las estimaciones del costo han sido erróneas y están por debajo de los costos reales y que la diferencia deberá ser pagada por el consorcio petrolero a cargo de las tareas, que a su vez adujo que esa diferencia debe provenir de la venta del producto transportado por el oleoducto Bakú-Novorossiysk461 .
Este conducto se dirige desde Bakú hasta el puerto Batumi en el mar Negro, pasando por la capital de Georgia, Tbilisi. Actualmente el petróleo llega hasta Tbilisi desde Bakú por tren. El oleoducto corre paralelo a la vía férrea pero no ha sido utilizado por años y se encuentra en reparación. Desde Tbilisi el petróleo se transportará por un conducto en construcción de 388 km hasta Batumi, donde será embarcado462 y transportado a través del mar Negro y por el estrecho del Bósforo hacia Europa. Pero Turquía insiste en que el estrecho es insuficiente para el creciente tráfico de petroleros y propuso a cambio el oleoducto Bakú-Ceyhan en la costa mediterránea de Turquía, que se desprendería de éste.
Las diversas fuentes consultadas mencionan alternativamente como terminales del oleoducto a los puertos Batumi, Poti o Supsa. Los dos primeros -como consecuencia de la guerra civil 1990-1995- redujeron su actividad de 44 a 10 millones de barriles (9 en 1996) y de 30 a 11 millones de barriles (10 en 1996) respectivamente. El primero está especializado en la exportación de petróleo y el segundo en la de minerales. Al estar Batumi emplazado en la República Autónoma de Adzharia, Tbilisi prefiere la opción Poti. El programa TACIS de la UE y la estadounidense Sea-Land están trabajando, en el marco del proyecto TRACECA o Corredor Europa-Cáucaso-Asia Central, en la construcción del puerto de Supsa que contará con una nueva terminal petrolera -y de contenedores- a 14 km de Poti463 .
El oleoducto transcaspiano enfrenta la crisis interna de Georgia -originada en 1991- y además los movimientos separatistas de Abjasia, iniciados en 1992. En 1995 Moscú intentó frustrar los planes del presidente Shevardnadze de construir el oleoducto desde Azerbaiján hacia el puerto georgiano Supsa en el mar Negro. La posición de Rusia respecto del conflicto en Abjasia es opuesta a la del gobierno georgiano, y persigue debilitar a este, fortalecer la influencia de Turquía y Occidente en la región y primordialmente controlar el acceso al petróleo. De hecho lo logró, pues controla toda la costa de Abjasia, además de los puertos Novorossiysk y Tuapse -rusos- y Poti, Supsa y Batumi -georgianos-. En agosto 1995 Shevardnadze aceptó la instalación de cuatro bases rusas en el país, asegurando así a Moscú el control sobre el paso de los hidrocarburos hacia el mar Negro. Por otra parte si el poder de Rusia se atenúa, Georgia podría correr el riesgo de un nuevo intento separatista de Abjasia, pues el presidente georgiano logró sofocar la rebelión con la ayuda de Rusia.
Los presidentes Heidar Aliyev de Azerbaiján y Edward Shevardnadze de Georgia están capitalizando su región como potencial fuente de energía para el siglo XXi. Especialmente Aliyev está reforzando sus contactos con Turquía, Europa Occidental y EE.UU. en un notable giro pues su nación se encontró entre las más leales a Moscú durante décadas. La posición de ambos países comenzó a cambiar a partir de 1994, cuando la influencia de Rusia decreció permitiendo a los presidentes ejercitar una nueva diplomacia con nuevos amigos y gente influyente en Londres, Washington y otras capitales. Este éxito los ayuda a sobrellevar la pérdida de control sobre parte de sus respectivos territorios. En el caso de Azerbaiján se trata del 16% en poder armenio y es la región de Nagorno Karabakh. En el caso de Georgia, el retiro de sus propias tropas de la región costera de Abjasia, bajo control de Rusia. Sin embargo la declinación del poder ruso en la ladera septentrional de los montes Cáucaso puede acentuar la frágil y difícilmente adquirida estabilidad464 .
Para los dos Estados la cuestión del oleoducto es una gran oportunidad en términos geopolíticos. Puede ser tentador para cualquiera de las dos contar con Rusia para asegurar su construcción, pero para Rusia las únicas vías confiables para exportar el producto de Bakú son Georgia o Turquía. Si esta opción se materializa, Rusia estará en una excelente posición para exigir a Georgia un precio político a cambio de la seguridad de la línea465 .
Mientras tanto, la Azerbaiján International Oil Co., un grupo de doce empresas estatales y privadas se está organizando para enviar al gobierno azerí una evaluación de la ruta propuesta por Washington. Se considera de gran peso la opción temporaria de la vía al puerto georgiano Supsa, con la mitad de la longitud del tramo a Ceyhan y la mitad del costo, si bien con la dificultad del paso por el estrecho del Bósforo o una más costosa opción para exportarlo desde el mar Negro. Azerbaiján está decidida, igual que Turquía por la ruta Bakú-Ceyhan, –y Georgia adhiere si el ramal se desprende del oleoducto transcaspiano en Tbilisi-. EE.UU. los respalda466 . Resulta evidente que no se desean utilizar las opciones a través de Irán o la que recorre la región caucásica rusa.
Aliev ha firmado al menos diez lucrativos negocios con compañías petroleras, permitiéndoles la exploración offshore en el mar Caspio y últimamente también en tierra firme y en aguas poco profundas. Los inversores han propuesto la inversión de 30 mil millones de dólares, si bien el petróleo no aparecerá, de acuerdo a lo previsto, hasta 2003. En el ínterin harán falta trabajos a gran velocidad y la inversión de gran parte de esos capitales467 para asegurar la exportación.
Por otra parte los derechos sobre el oleoducto en Georgia fueron cedidos a una firma greco-israelí, Tramex, complicando la posibilidad de envío de petróleo de Azerbaiján para abastecer al norte de Irán y la exportación equivalente a través de las terminales iraníes del golfo Pérsico a clientes de Azerbaiján468 .