Los viceministros de Asuntos Extranjeros del Grupo “seis más dos”, compuesto por los Estados limítrofes de Afganistán: República Popular de China, República Islámica de Irán, República Islámica de Pakistán, República de Tadjikistán, Turkmenistán y la República de Uzbekistán, así como la Federación de Rusia y los Estados Unidos, reunidos en Tashkent del 19 al 20 de diciembre de 1999, con la participación de M. Lakhdar Brahimi, enviado especial del Secretario General de la ONU en Afganistán, luego de examinar la situación en Afganistán y puesto que el pueblo afgano desea la paz y prosperidad de Afganistán han reafirmado los siguientes principios:
Exteriorizamos la viva inquietud de nuestros gobiernos frente a la persistente confrontación militar en Afganistán que representa una grave y creciente amenaza a la paz y seguridad regional e internacional.
Adherimos a un reglamento pacífico del conflicto afgano, conforme a las disposiciones pertinentes de las resoluciones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad de la ONU y nos remitimos a los “puntos de discusión” y a los “puntos de acuerdo” adoptados precedentemente por los países del Grupo “seis más dos”.
Reafirmamos que la ONU, en tanto intermediario universalmente reconocido, debe continuar jugando un rol central e imparcial en los esfuerzos desplegados a nivel internacional para proveer un reglamento pacífico del conflicto afgano y reafirmamos nuestro pleno apoyo a los esfuerzos del enviado especial del Secretario General de la ONU en Afganistán y las actividades de la Misión de la ONU en Afganistán.
Reiteramos nuestra firme adhesión a la soberanía, independencia, integridad territorial y unidad nacional de Afganistán.
Expresamos nuestra profunda inquietud ante las violaciones a los Derechos del Hombre, especialmente los de las minorías étnicas, mujeres y niños, así como las violaciones al derecho humanitario internacional cometidas en Afganistán.
Estamos crecientemente preocupados por el crecimiento constante del cultivo, producción y tráfico ilícito de estupefacientes y de la venta ilegal de armas, que tienen grandes repercusiones negativas no solo en la región sino más allá de ella.
Estamos igualmente preocupados por el uso del territorio afgano, especialmente las zonas controladas por los talibanes, como campos de entrenamiento terrorista, y de las consecuencias peligrosas de estas actividades constatadas en Afganistán, en los países vecinos y más allá de ellos.
Teniendo en cuenta lo que precede llegamos a las siguientes conclusiones:
Estamos convencidos que no existe solución militar al conflicto afgano, que debe hallarse una solución política pacífica a fin de establecer un gobierno de construcción multiétnica y plenamente representativo.
En consecuencia, exhortamos a los partidos afganos a emprender negociaciones políticas en vistas a realizar este objetivo.
A fin de contribuir al cese de hostilidades, que consideramos esencial, hemos convenido en suspender la ayuda militar a cualquier parte que la solicite e impedir que nuestros territorios sean utilizados a este fin. Comprometemos a la comunidad internacional a tomar medidas similares para prevenir la proliferación de armas en Afganistán
Promovemos las negociación directa entre los partidos afganos bajo los auspicios de la ONU, conforme a las resoluciones pertinentes de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad y de esta declaración, a fin de arribar a un acuerdo interafgano para la puesta en marcha del párrafo 1 de la presente. En calidad de miembros del Grupo “seis más dos”, estamos enteramente determinados a aportar nuestro sostén individual y colectivo a este proceso.
Estimamos que el proceso de negociación bajo los auspicios de la ONU debe consistir en dos fases:
El principal objetivo de la primera fase es adoptar medidas de confianza. Serán las siguientes:
La firma de un acuerdo de cese del fuego inmediato y sin condiciones,
Las negociaciones directas entre delegados plenipotenciarios de los dos principales partidos en conflicto –el Frente Unido y el Movimiento de los Talibanes- a fin de establecer:
- intercambio de prisioneros de guerra
-
eliminación de barreras interiores y apertura de rutas para los intercambios
comerciales y el arribo de ayuda humanitaria en los territorios controlados
por las diversas facciones afganas.
el principal objetivo de la segunda fase es que los afganos elaboren los principios de base relativos a la estructura estatal futura de Afganistán y la puesta en marcha de un gobierno de edificación pluriétnica y plenamente representativo.
En nuestra condición de Estados limítrofes y a fin de luchar contra el tráfico ilícito de estupefacientes, convenimos, sobre una base bilateral y multilateral, reforzar nuestras medidas de control fronterizo. A esos efectos, apelamos y reforzamos el importante rol jugado por el programa de las Naciones Unidas para el control de drogas en este proceso.
Solicitamos enfáticamente a los talibanes que informan a la República Islámica de Irán y las Naciones Unidas los resultados de las investigaciones sobre las muertes de miembros del personal diplomático y consular del Consulado General de la República Islámica de Irán en Masar-e-Sharif y del correspondiente de la agencia de prensa de la República Islámica y demandamos instantáneamente a los talibanes cooperar plenamente con la investigación internacional sobre esas muertes a fin de castigar a los culpables.
Exhortamos a los partidos afganos, en particular a los talibanes, cesar de refugiar y entrenar a terroristas internacionales y a sus organizaciones e a contribuir en los esfuerzos de entregar a los terroristas a la justicia.
Estamos plenamente determinados a hacer todo lo que esté en nuestro poder para comprometer a los partidos afganos a respetar plenamente los derechos del hombre y las libertades fundamentales de todos los afganos, conforme a las normas esenciales del derecho internacional.
Estamos prestos a cooperar con el nuevo gobierno afgano conforme a lo establecido en el parágrafo 1, a fin de reforzar la seguridad y estabilidad en Afganistán y en la región, de favorecer el retorno de los refugiados afganos y de asegurar la reconstrucción de Afganistán, de todas las formas posibles, con el soporte de agencias y programas de la ONU, de organizaciones financieras internacionales o de países donantes.
Apelamos a la comunidad internacional a responder a la apelación a instituciones consolidadas para enviar ayuda humanitaria de urgencia a Afganistán, realizada por el Secretario General para el período 1 de enero al 31 de diciembre de 1999 y conformar el Fondo de afectación especial de urgencia para Afganistán. Este apoyo tendrá una importancia particular.
Comprometemos a la comunidad internacional a sostener estas propuestas y tomar medidas coordinadas para favorecer un reglamento rápido del conflicto en Afganistán y demandamos a todas las fuerzas presentes en Afganistán dar prueba de voluntad y de decisión política, superar sus divergencias y hostilidad mutua y no desaprovechar la oportunidad histórica de lograr una paz estable y duradera.
La presente declaración se establece en dos idiomas, inglés y ruso, ambas igualmente legítimas.