Podemos sistematizar en tres etapas las fases por la que atravesó la política de asentamiento del pueblo judío en la tierra de Israel/Palestina:
La primera etapa se extiende desde el surgimiento del movimiento nacionalista judío, el Sionismo, hasta la Partición de Palestina por Naciones Unidas en 1947. En esta etapa inicial, el objetivo fundamental de la política de tierras practicada por los inmigrantes judíos era obtener el mayor control de las tierras palestinas, mediante la compra, con el fin de lograr el prometido Estado independiente en Eretz-Israel.. 1
La segunda etapa se desarrolla desde 1948 hasta 1978. El objetivo del gobierno israelí en cuanto a su política de tierras fue el afianzamiento del Estado de Israel por medio de la expansión territorial sobre tierras árabes - palestinas. A partir de la Guerra de 1967, la expansión se materializó en los distintos proyectos, propuestas y planes de asentamientos en territorios palestinos ocupados. El supremo valor sionista de poblar las tierras bíblicas de Israel se mantiene como precepto rector en todo plan de asentamiento.
La tercera etapa comienza en 1978, con el Acuerdo de Camp David, hasta 1999. Con la mayor cantidad de tierras palestinas bajo control israelí, el Estado de Israel buscará ser reconocido como estado soberano en los territorios ocupados por la comunidad internacional y, especialmente, por el mundo árabe. De allí que Israel intenta tejer una red de relaciones económicas, sociales, diplomáticas y culturales en el ámbito geográfico inmediato, Medio Oriente. El gobierno israelí explota su rol de nexo entre la cultura árabe-islámica y el mundo occidental y busca la paz con sus vecinos árabes a través de las negociaciones directas basada en el principio de no entregar todos los territorios ocupados como prenda de cualquier tratativa de paz.
Con distintos matices pero siempre con el firme propósito de controlar las tierras de Eretz-Israel, la política de asentamiento del pueblo judío, desde la primera aliyah (inmigración), sigue fundándose en la creencia conferida por la legalidad histórica de la “tierra prometida”. Esta supuesta legalidad avala la exclusividad de la tierra en poder judío en perjuicio de la población nativa. La tierra hoy, como para los primeros inmigrantes judíos, se ha convertido en un compromiso nacional consciente y estratégicamente planificado. La inmigración fue esencial para forjar los cambios que permitirían erigir el Estado de Israel en Palestina; hoy, la inmigración, por medio de subvenciones gubernamentales, continua siendo el mecanismo que permite lograr el control de la tan ansiada tierra de Eretz-Israel.
Fue el gobierno Laborista de Levi Eshkol quien asentó los precedentes para una completa soberanía israelí sobre Jerusalén “unificada”. Inmediatamente finalizada la Guerra de 1967, la Knesset enmendó la ley de 1950 que proclamaba a Jerusalén como capital del Estado de Israel y redefinía las fronteras de la ciudad. Esta ley se extendía, a partir de ese momento, a la porción Oriental de Jerusalén. Es interesante comprender en este punto, la ideología del Partido Laborista que no considera a Israel como un estado ocupante. Para el gobierno de Levi Eshkol, la aplicación de la ley israelí sobre Jerusalén Oriental no difería de la aplicación de la ley en cualquier otro territorio israelí comprendido en la Partición de Naciones Unidas en 1947. A partir de la ocupación, varios programas de asentamiento se delinearon para los territorios ocupados.
El primer programa nacional de asentamiento fue elaborado por Yigal Allon perteneciente al Partido Laborista, quien presentó su proyecto ante el Gabinete el 26 de julio de 1967. El plan pasó a ser la clave activa de la política del gobierno cuando fue adoptado un año más tarde. El objetivo central del programa era maximizar la seguridad de Israel por medio de la minimización del número de habitantes árabes bajo gobierno israelí. El medio utilizado para la realización de tal objetivo era la anexión de territorios estratégicos como el Gran Jerusalén, el Valle del Río Jordán y la franja occidental que rodea el Mar Muerto de manera de crear un cinturón de seguridad (buffer) ante cualquier ataque terrorista proveniente de algún país árabe vecino. Los principales puntos del plan eran los siguientes:
ü El Río Jordán y el Mar Muerto serían la frontera oriental de Israel.
ü En beneficio de la defensa nacional, las siguientes regiones serían incorporadas al territorio israelí:
ü Una franja a lo largo del Valle del Río Jordán y del Valle Beit Sha’an al norte del Mar Muerto de aproximadamente de unos 10 a 15 kilómetros de ancho.
ü Un corredor, con un ancho no especificado, que uniría el Mar Muerto y Jerusalén.
ü La región íntegra del Monte Hebrón.
ü Pequeños reajustes de fronteras serían realizados al sur del Monte Hebrón.
En las áreas incorporadas, se construirían asentamientos militares y bases militares permanentes de acuerdo con las necesidades de seguridad.
Asentamientos judíos serían construidos en Jerusalén Oriental.
Las negociaciones se llevarían a cabo con los líderes y administradores de Cisjordania, sobre el establecimiento de distritos locales palestinos con autonomía referente solamente a la administración municipal; los distritos autónomos serían conectados a Israel por medio de acuerdos económicos, culturales y de seguridad y acuerdos para solucionar el problema de los refugiados.
El gobierno implementaría un plan, incluyendo una solución concreta al problema de los refugiados, sobre la base de la cooperación regional y de la asistencia internacional. El gobierno establecería un prototipo de asentamiento para refugiados en Cisjordania o en el Sinaí.
ü La Franja de Gaza, con su población, sería incorporada como parte integral al territorio de Israel. Gaza sería unida a Israel después de que el problema de los refugiados estuviera solucionado. El territorio de Gaza detentaría el estatuas de territorio ocupado.. 1
En síntesis, los dos aspectos fundamentales del Plan Allon eran retener el control de la ciudad de Jerusalén y la seguridad del Estado de Israel. Allon puede ser situado entre la posición “minimalista”, cuyo plan -el retiro de los territorios ocupados palestinos, excluyendo a Jerusalén- fue considerado por el mismo Allon como un riesgo para Israel, y la posición “maximalista”, cuyo concepto de anexión total se considera como demográficamente intolerable. (Véase, Anexo I. Mapa: Plan Allon.)
A mediados de 1968, el Ministro de Defensa Moshe Dayan propuso un plan dedicado a reajustar las fronteras y la política de asentamiento siguiendo las pautas adoptadas por el Plan Allon. Mientras que el Plan Allon buscaba maximizar la seguridad del territorio de Israel, la Propuesta Dayan favorecía al “problema demográfico” porque su intención era “interrumpir la concentración de asentamientos árabes a lo largo de la línea Hebron - Jerusalén - Nablus - Jenin”. Así lo destacaba Dayan en un periódico local, cuando aseguraba que “No hay un simple lugar construido que no tenga un precedente de población palestina”.. 2
Con respecto a la seguridad, Dayan proponía que el reborde occidental de Cisjordania fuera la línea de seguridad de Israel, mientras que el Plan Allon proponía el Valle del Río Jordán. Además designaba el establecimiento de cinco áreas fortificadas: Z’babida y Bezek, al sur de Jenin; Hoara y Horon, al sur de Nablus; Beit El, al norte de Ramallah; Gush Etzion; y Adurayim, al sur de Hebron. Cada una de estas áreas fueron incluidas a una o más bases militares con un asentamiento civil. Las áreas fortificadas serían unidas al territorio de Israel por medio de caminos y líneas de electricidad, agua y comunicaciones. A pesar de haber sido rechazada la propuesta por el Gabinete en 1968, fue implementado durante la Guerra de 1973 respecto al establecimiento de campos militares. La Propuesta Dayan fue completamente adoptada en la región de Gush Etzion y, parcialmente, en los alrededores de Hebrón. Después de 1973, esta Propuesta fue considerada como el doble del Plan Allon en cuanto a la construcción de asentamientos.
En agosto de 1973, el Gabinete Israelí aprobó un documento presentado por el Director del Comité Ministerial de Asentamientos, Yigal Galili, para dar una salida a la disputa suscitada dentro del Gobierno Laborista. El Documento Galili partía de las propuestas anunciadas por el Plan Allon pero sin rechazar los principios sostenidos por la Propuesta Dayan. El Documento Galili - Allon, como también fue conocido, fue la primer guía oficial de asentamientos adoptada por el gobierno israelí y significó el comienzo de los “cinturones de seguridad”, inicialmente en el Valle del Río Jordán, en el Golán, en torno a Jerusalén y en el área de Rafah (Gaza), territorios considerados como una “amenaza demográfica árabe” que excluía la posibilidad de anexión.
Después de octubre de ese mismo año y finalizada la Guerra, el documento sirvió a los distintos grupos de presión emergentes como el movimiento de colonos Gush Emunim.. 3 El documento se adaptó a los virajes políticos del momento como fue el cambio del liderazgo del Partido Laborista cuyo Primer Ministro, Yitzhak Rabin, y su Ministro de Defensa, Shimon Peres, simpatizaban con una política de asentamiento más consistente. A la vez, se debe mencionar los cambios en la esfera regional e internacional entre los cuales se puede mencionar la Cumbre de Rabat de 1974, en la cual los Estados Árabes expresaron su apoyo a la Organización de Liberación Palestina con la consiguiente transferencia de los territorios ocupados palestinos a manos de Yasser Arafat.. 4 Todos estos cambios, sumados a las voces de “la tierra de Israel históricamente indivisa”, encarnaron en una política de asentamiento que incrementó el número de colonos en el corazón de los territorios ocupados.
Toda la actividad en cuanto a política de asentamientos desde 1967 hasta 1977 reflejó los principios del Plan Allon, con la excepción de los asentamientos de Elon Moreh y Kiryat Arba. Estas dos excepciones fueron producto de presiones del movimiento Gush Emunim más que una estrategia gubernamental. Cuando el Likud llegó al poder en 1977, la población de colonos en Cisjordania rondaba los 5.000 pobladores, mientras que en Jerusalén Oriental era de 150.000. El Plan Allon demostró que Jerusalén, más específicamente el Gran Jerusalén, incluyendo la región de Etzion, es parte incuestionable de Israel desde la perspectiva del Partido Laborista. Los asentamientos del Gran Jerusalén fueron una prioridad establecida ante el ascenso del Gran Israel como ideología dominante.
Durante el gobierno Likud de Menachem Beguin (1977-1983) y de Yitzhak Shamir (1983-1984), la política de asentamiento se caracterizó por el establecimiento de una infraestructura legal y administrativa para la confiscación de la tierra. El gobierno de Beguin se distinguió de los gobiernos Laboristas precedentes por su voluntad de correr el riesgo de ser criticado duramente cuando decidió declarar que Jerusalén es la capital del Estado de Israel. Durante su gobierno muchas oficinas y actividades gubernamentales se trasladaron a Jerusalén Oriental. Una de las más importantes fue la Oficina Central de la Policía Nacional. Esta Oficina Central fue mudada a un edificio en Sheikh Jarrah, que el gobierno de Jordania lo había propuesto como posible hospital.. 5 Al tiempo que se llevaban a cabo las negociaciones de Camp David, el gobierno nacional repetidamente reafirmó que “Jerusalén es parte integral de Israel”.. 6 En 1980, el gobierno de Beguin ratificó la Ley Básica sobre Jerusalén declarándola “entera y unificada” y capital permanente de Israel, ejerciendo su total soberanía. También para consolidar su anexión física sobre los territorios ocupados en 1967, la Ley Básica obligó a otorgar a la ciudad un tratamiento especial en cuanto a la ubicación de recursos y capitales. Estas acciones le valieron la protesta internacional e inclusive la sanción de la Resolución 478 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que declara a la Ley Básica como nula e inválida.
La segunda fase del gobierno Likud, 1984-1992, por el contrario, estuvo dominada por la “Unidad Nacional” del gobierno. La construcción y suministro de vivienda permaneció bajo el control del gobierno nacional. La estrategia del partido fue suprimir la “Línea Verde” mediante la construcción de asentamientos urbanos a ambos lados de las áreas metropolitanas favoreciendo la cantonización de Cisjordania que, hasta el momento, persiste. La cantonización, vía la colocación estratégica de asentamientos judíos o la construcción de carreteras y puestos militares, significa la interrupción del crecimiento de las comunidades palestinas.
La política del Likud (1977 - 1992) operó a través de cuatro recursos principales:
a- La confiscación de la tierra para la construcción de asentamientos, campos militares y carreteras y la creación de una infraestructura legal para facilitar la ocupación de las mismas y su posterior construcción.
b- La construcción de asentamientos y toda infraestructura requerida para su mantenimiento.
c- La distribución de asentamientos para realizar una visión geo-política específica.
d- El establecimiento de condiciones favorables a la población israelí para facilitar el asentamiento de colonos ofreciendo generosos incentivos.
Estos procedimientos sirvieron para sentar las bases que permiten retener el control de la ciudad de Jerusalén Oriental y afianzar una política de asentamiento a pesar del proceso de paz abierto en 1991.
Las estrategias para el cumplimiento de los objetivos de Israel sobre Jerusalén Oriental han sido, desde un principio, desarrolladas y establecidas por el gobierno municipal. La Municipalidad de Jerusalén es el verdadero motor que posibilita incorporar a la ciudad al territorio israelí. El arquitecto principal para la confección del “Plan Maestro” para Jerusalén fue el Alcalde Teddy Kollek. Este plan fue preparado entre 1967 y 1968, con la cooperación de varios Ministros, con el propósito de orientar el desarrollo de la ciudad. Adoptando los principios del gobierno Laborista como un mandato, Kollek perpetuó políticas tendientes a cortar al Gran Jerusalén del resto de Cisjordania y facilitar la anexión completa al territorio de Israel. Según documentos oficiales de la Municipalidad, el desarrollo urbano de la ciudad estuvo dictado por consideraciones nacionales destinadas a fortalecer el control israelí en todas las partes de la ciudad.. 7 El crecimiento de la ciudad y la preservación del balance demográfico en favor de la comunidad judía, fueron dos objetivos primordiales de la administración de Kollek.
El alcalde, conforme al pensamiento de Dayan, se comprometió a implementar acciones que permitirían establecer una presencia judía mayoritaria en la ciudad santa. Para evitar una posible re-división de la ciudad, Kollek adoptó una serie de medidas para integrar irreversiblemente a Jerusalén Oriental bajo la completa soberanía israelí. En la noche del 10 de junio de 1967, después de la firma del armisticio, 619 habitantes árabes-palestinos fueron obligados a evacuar sus casas en el barrio Maghrebi. Este barrio histórico adyacente al Muro de los Lamentos fue demolido para crear una gran plaza y albergar allí a miles de peregrinos judíos.. 8 Con este primer acto de decisión, Kollek se aseguró el cargo de alcalde por un buen tiempo.
Kollek, también, supo ampararse ante posibles críticas a su accionar mediante la difusión de una Jerusalén indivisa pero “democrática y benevolente”. Desde comienzos de su función, acuño la filosofía sobre una Jerusalén como “mosaico de culturas” bajo el gobierno democrático de Israel. El término “mosaico” fue astutamente utilizado como mecanismo para disimular la discriminación, materializada en las órdenes de expropiación de tierras palestinas. La administración Kollek se distinguió por encubrir los métodos discriminatorios, ante los habitantes locales y del mundo entero, bajo pretextos comprensibles y razonables para el momento. Al mismo tiempo, las acciones municipales que atentaban contra la comunidad palestina eran impulsadas, según las autoridades, teniendo en cuenta los mejores intereses de los residentes palestinos. Por ejemplo, las expropiaciones o confiscaciones realizadas a tierras palestinas en Jerusalén Oriental se justificaban bajo la excusa de que pertenecían a propietarios absentistas, aún cuando la propiedad privada era reconocida; y, por ejemplo, con respecto a la construcción de viviendas desde 1967 hasta 1995, el 88% de las construcciones se realizaron para erigir nuevos asentamientos judíos y sólo un 12 % se dedicaron a vecindarios palestinos.. 9
A pesar de convertirse, la Municipalidad, en un mecanismo esencial de la política de asentamiento nacional, no siempre estuvo de acuerdo en consumar los objetivos nacionales. Con toda su energía luchó por asegurar la integridad territorial y la superioridad demográfica en Jerusalén, aún cuando esto repercutía en contra de los objetivos de los planes nacionales. Su posición quedó claramente expresada cuando el alcalde Kollek declaró que:
“Creo que es un error establecer esto [el asentamiento de Ma’ale Adumim] antes de haber colmado a Jerusalén. En cinco años colmaremos a Jerusalén, entonces sí iremos a Ma’ale Adumim...”.. 10
El cambio en la política municipal sucedió en 1992 con la sorpresiva victoria de Ehmud Olmert sobre Teddy Kollek. La elección de un alcalde perteneciente a la línea más dura de la derecha causó inquietud no sólo entre los palestinos residentes en Jerusalén, sino dentro de las filas de la izquierda israelí. Desde la inauguración de su mandato, Olmert expresó su deseo de expandir la ciudad “hacia el este y no hacia el oeste” y a realizar obras que permitan consolidar la ciudad bajo la soberanía israelí para la eternidad. Cabe aclarar que la política de Olmert sobre asentamientos es una continuación de los planes concebidos por su predecesor. Según Sara Kaminker, planificadora de la Municipalidad de Jerusalén, “no existe diferencia tangible entre Olmert y Kollek” en cuanto a los objetivos a desarrollar en Jerusalén; sin embargo, asegura que Olmert es más “sagaz” para llevar a cabo sus planes.. 11
La política israelí, nacional y municipal, sobre Jerusalén Oriental desde 1967 ha estado dominada por un único objetivo: asegurar la exclusiva soberanía israelí en toda la ciudad. La conquista de la misma en 1967 fue vista por la mayoría de la comunidad judía como la culminación final del progreso natural de su historia. Por la misma razón, se legitimó y se fomentó la expansión, territorial y demográfica, israelí. De la misma manera, la retención de la ciudad se convirtió en un obligación moral. Cualquier medida tomada por los políticos y planificadores no sería cuestionada duramente. Coherentemente con las raíces del sionismo, donde el reclamo moral sobre la tierra prometida se salda con la expropiación de tierras y la construcción de asentamientos, una serie de iniciativas fueron promulgadas para impedir la división de la ciudad. Los gobiernos nacionales, tanto el Laborismo como el Likud, declararon a Jerusalén como una responsabilidad nacional y otorgaron todos los recursos y apoyos necesarios para lograrlo. Este fuerte respaldo nacional le permitió a la Municipalidad forzar una nueva realidad geográfica y demográfica en Jerusalén Oriental. Alimentándose de la paranoia israelí de que cualquier negociación con los palestinos generará la división de Jerusalén, se está cercando con asentamientos judíos a Jerusalén Oriental.
En 1991, el Secretario de Estado norteamericano, James Baker, afirmaba que “la política de asentamiento israelí es el gran obstáculo al proceso de paz en Medio Oriente”.. 12 La victoria de Yitzhak Rabin en 1992 se basó en parte a sus promesas de alcanzar una política de asentamiento viable y conjunta con la O.L.P.. Buscando el voto de aquellos que simpatizaron con el punto de vista de Baker, Rabin declaró el “congelamiento de los asentamientos”.
No obstante, la política de asentamiento laborista a partir de 1992 se caracterizó por retener y acentuar la adquisición de territorios ante la transferencia de poder negociada en los Acuerdos de Oslo. A pesar de las esperanzas brindadas por la elección del Partido Laborista y los compromisos acordados en la Declaración de Principios (DOP) en setiembre de 1993, la construcción de asentamientos y las expropiaciones de tierras continuaron. Jerusalén Oriental se perpetuó como el objetivo primordial del gobierno y, por ende, de su política. El tema de Jerusalén disfrutó de una energía particular durante el Acuerdo de Oslo I que cedía la cuestión de su futuro y su estatus jurídico a las conversaciones finales. Rabin siempre fue claro a la hora de referirse a Jerusalén. El 18 de junio de 1993, declaró ante la Knesset y los Comités de Defensa que “la autonomía palestina no incluye a Jerusalén”.. 13
Poco después de asumir Netanyahu, The Jerusalem Post publicó una entrevista realizada a Ya’ir Hirschfeld, uno de los arquitectos de los Acuerdos de Oslo. En esta entrevista, afirmaba que existía entre ambas partes implicadas en los Acuerdos un consenso sobre Jerusalén. Israel mantendría su soberanía en Jerusalén Occidental y la soberanía de facto en Jerusalén Oriental y la Ciudad Vieja. La capital palestina, llamada Al-Quds, como oposición a Jerusalén, estaría localizada fuera de las fronteras municipales de Jerusalén en Abu Dis. Los palestinos en Jerusalén Oriental tendrían una autonomía limitada pero la soberanía efectiva estaría en manos de Israel.. 14 El reportaje demuestra claramente que el gobierno Laborista nunca tuvo intenciones de realizar concesiones reales y efectivas sobre Jerusalén a los palestinos durante el proceso de Oslo. Por el contrario, como sus estrategias de asentamiento lo testifican, estuvieron encaminadas a asegurar la condición jurídica de Jerusalén.
Otra prueba menos contundente pero significativa acerca de la protección de la ciudad, fue el crecimiento de la población judía residente en Jerusalén Oriental. El número de colonos israelíes creció de 148.000 habitantes a unos 200.000 durante los cuatros años de gobierno.. 15 En tanto que la población judía en Cisjordania y Gaza (excluida Jerusalén Oriental), creció a un ritmo no inferior al 4% desde 1993 hasta 1996.. 16
La orden 360, que abogaba por el congelamiento en la construcción de asentamientos, convenientemente excluía al “Gran Jerusalén”, un área que ocupa aproximadamente 30 kilómetros de Cisjordania. Esta orden también excluía 11.000 nuevas viviendas que habían sido aprobadas antes de las elecciones. Paralelamente, Rabin anunciaba la formación de un “Comité de Excepciones”, que evaluaría y aprobaría la construcción de nuevas viviendas, además de las 11.000 antes mencionadas. Según el diputado Dedi Zucker, el “Comité de Excepciones” aprobó, desde el anuncio del congelamiento hasta finalizar el mandato de Rabin, 417 planes de construcción y expansión de asentamientos.. 17 Esta salida ante los compromisos asumidos permitió la masiva construcción en los territorios ocupados y sirvió para proseguir con la expansión de los asentamientos. Por otro lado, el congelamiento, en principio, afectaba la construcción estatal pero no a la iniciativa privada. Por el contrario, alentaba a las empresas privadas por medio de la construcción de edificios públicos (clínicas, escuelas, clubes, centros culturales) que acompañaban el “crecimiento natural” de los asentamientos.
La política de construcción del gobierno laborista prosiguió con el espíritu del plan propuesto por Ariel Sharon en 1990 cuando era Ministro de Vivienda. La política de asentamiento de Rabin - Peres sólo se distinguió por tres particularidades: a) mantener el control de los asentamientos; b) la expropiación de territorios en forma más selectiva y; c) la separación y contención de la población palestina fuera de Jerusalén. En este sentido, la política de vivienda y construcción laborista se basó en la eliminación de cualquier posibilidad que atentara contra la soberanía israelí en el “Gran Jerusalén” llegada la hora de las conversaciones finales.
En la práctica, la estrategia de asentamiento durante el gobierno Rabin - Peres fue conocida como el Plan Sheeves. El plan tenía tres metas principales que respetaban los lineamientos del Plan Allon: la consolidación del control israelí en los territorios ocupados mediante la cantonización palestina, la anulación de la “Línea Verde” y la anexión de facto de Jerusalén. El Plan consideraba a Israel y a los territorios ocupados como una unidad y los fraccionaba en áreas de acuerdo con las prioridades del gobierno para su desarrollo económico. Esto sirvió para erosionar las distinciones políticas entre el propio Israel y los territorios ocupados; no obstante, se privilegió algunas zonas como Jerusalén, el Valle del Río Jordán y el sudeste de Cisjordania. Las zonas más beneficiadas por el Plan Sheeves se correspondían con el Área C ( control civil - administrativo y seguridad bajo Israel ), según el Acuerdo de Oslo II.
La cantonización palestina proyectaba cuatro jurisdicciones: Nablus - Jenin - Tulkarem al norte de Cisjordania, Ramallah al noreste de Jerusalén, Belén - Hebrón al sur de Cisjordania y Gaza. La intención era obstruir la posibilidad de erigir un Estado Palestino con continuidad territorial. El proyecto de cantonización se concretó con los Acuerdos de Oslo. El primer acuerdo, Oslo I (1993), entregó a la Autoridad Palestina las ciudades de Gaza y Jericó. El segundo acuerdo, Oslo II (1995), transfirió a la Autoridad Palestina las ciudades de Ramallah, Belén, Nablus, Jenin, Tulkarem y Qalqiliya. El último redespliegue israelí, conforme al acuerdo conocido como Oslo III (1997), cedió la ciudad de Hebrón.
Gran parte de la confiscación y construcción de viviendas israelíes se efectuó a lo largo de la “Línea Verde”. Los asentamientos ubicados en ella son conocidos como los «asentamientos de frontera» o «los asentamientos en la línea de conexión» entre Israel y Cisjordania. La finalidad de la estrategia laborista era doble: por un lado se buscaba extender el territorio del Gran Jerusalén y, por el otro, redefinir la frontera con Jordania. Solamente en el mes de diciembre de 1993, fueron confiscadas 36.490 dunam (36,49 kilómetros cuadrados) de los poblados de Cisjordania, perteneciendo 32.500 dunam (32,50 kilómetros cuadrados) a la zona lindante a la “Línea Verde”.. 18
Las distintas órdenes de confiscaciones elevadas durante el mandato Laborista permiten diagramar un plan de anexión de los territorios ocupados. Las áreas afectadas eran:
En la región de Samaria: los asentamientos de Salit y Tsufit fueron unidas a Kokavei-Yair, a Tsorei-Yigal y a Tsor Natan, los cuales se sitúan dentro de la “Línea Verde”.
Los asentamientos de Yarhiv, Nirit, Matan y Horshim, ubicados en la “Línea Verde”, fueron conectadas con Oranit y Sharei-Tikva, en Cisjordania. También, Alfe Menashe fue expandido.
Los asentamientos ultra-ortodoxos de Kiryat Sefer y Matityahu fueron incorporados al Consejo Regional de Modi’in, el cual se localiza al oeste de la “Línea Verde”, permitiendo la prolongación de la frontera.
En el Gran Jerusalén: el asentamiento de Har Adar fue “transferido” al territorio israelí, agregándose al cinturón de asentamientos que rodea a Jerusalén. Este cinturón queda conformado por los asentamientos de New Givon y Givat Ze’ev al norte de Jerusalén, Har Adar el oeste, Ma’ale Adumim al este y Tsur Hadassah y Beitar Illit al sur.. 19 Este plan de anexiones se completó dos años más tarde con el comienzo de la construcción en Har Homa.
Con el diagrama de construcciones presentado más arriba, el proyecto de cierre de Jerusalén se completa y, a la vez, se evita la expansión de los poblados palestinos y su re-conexión con la ciudad.
La estrategia de asentamiento laborista pretendió minimizar los efectos adversos de los redespliegues israelíes sobre la población de colonos en los territorios ocupados. A pesar de los intentos hechos por Rabin, los colonos más radicalizados no lo entendieron así. La explicación puede encontrarse en dos cualidades que acompañaron a toda la gestión, ellas son: la vaguedad y, la consiguiente, confusión de posturas. Por un lado, facultaron políticamente a la Autoridad Palestina en los territorios ocupados, pero abrazaron una política de asentamiento mucho más ofensiva que cualquier otro gobierno laborista. Declararon el congelamiento de los asentamientos, pero continuaron con las confiscaciones de tierras y la expansión y consolidación de los asentamientos existentes. Prometieron a la Autoridad Palestina frenar los excesos de los colonos en los territorios ocupados, pero siguieron otorgando grandes sumas de dinero al grupo Gush Emunim para construir otros asentamientos.. 20
Sin embargo, la era laborista 1992-1996 logró un crecimiento del 50% en el número de colonos en los territorios ocupados. El crecimiento de colonos superaba ampliamente las proyecciones hechas por Rabin en 1992, que proponía aumentar la población de colonos a 170.000 para el año 1995. Asimismo, el gobierno Laborista de Yitzhak Rabin y Shimon Peres ofrecieron al gobierno de Netanyahu una infraestructura de asentamientos mucho más segura y sustentable que la que recibieron Rabin y Peres en 1992.
Durante la gestión de Benjamin Netanyahu (1996-1999) se observó un aparente cambio en la política de asentamientos con respecto a la efectuada por sus predecesores laboristas. Así se manifestó cuando el Likud se opuso al lema “tierras por paz”, emblema que acompañó los comienzos del proceso de paz y que popularizó Shimon Peres con su obra, reemplazándolo por el lema “tierras por seguridad”. Durante la campaña electoral, Netanyahu combinó la política de asentamiento con la política de defensa nacional. La ola de atentados instaló en la sociedad israelí el problema de la seguridad nacional. Teniendo en cuenta los ataques sufridos en las ciudades de Ashkelon, Jerusalén y Tel Aviv, durante el mes de febrero y marzo de 1996, la protección de los asentamientos se convertía en un plan de “defensa regional”. La inseguridad se convertía en otro factor que demostraba la inviabilidad de los Acuerdos de Oslo y la debilidad del Partido Laborista.
En este sentido, el gobierno de Netanyahu desarrolló una política de asentamiento más ofensiva que la anterior porque su gestión debía, por cuestiones de tiempo, llevar a cabo las rondas de conversaciones conjuntas con los palestinos, conversaciones decisivas para definir el estatus final en los territorios ocupados inclusive Jerusalén. Sin embargo, el gobierno se caracterizó por la flexibilidad y el pragmatismo. Benjamin Netanyahu, nacido en el seno del Partido Likud, personalizó los preceptos máximos de su partido, a saber: que Israel tiene derecho a gobernar sobre el Gran Jerusalén, que tiene derecho a colonizarla con asentamientos exclusivamente judíos y, que la relación entre Israel y los Estados árabes debe fundarse en la superioridad militar israelí.
Los lineamientos que guiarían al gobierno de Netanyahu quedaron expuestos en su discurso inaugural del 2 de junio de 1996 cuando declaraba que, “Mantendremos a Jerusalén unida bajo la soberanía israelí. Lo declaro esta noche en Jerusalén, la eterna capital del pueblo judío, que nunca será dividida”.. 21
La política de asentamiento de Benjamin Netanyahu debe ser analizada como un complemento de la política de asentamiento Laborista. Mientras que la obsesión del Laborismo se centró en la preservación de la mayoría demográfica judía en los territorios que estaban bajo su poder, el Likud apuntó a crear una mayoría demográfica judía en aquellos territorios donde aún no existía. El procedimiento para lograr este objetivo fue la rápida expansión y construcción de nuevos asentamientos. Solamente en los diez primeros meses de 1997, se iniciaron entre 4.000 y 5.000 viviendas en los territorios ocupados; 5.000 viviendas se terminaron de edificar; el 80% de las viviendas terminadas fueron vendidas y el total de viviendas en distintas fases de construcción rondaban los 10.500 unidades.. 22
En tanto que la política de Rabin - Peres estuvo dirigida a “evitar absorber a muchos árabes” en su intento por adquirir nuevos territorios, el Likud prefirió la creación de una mayoría judía, en aquellas zonas donde aún no existía, como solución viable para conseguir más territorios. La estrategia del Likud fue facilitar la anexión de los territorios ocupados mediante la creación de una realidad geográfica y demográfica que modificara el status-quo en favor del Estado de Israel. Para el Likud, la apropiación de las tierras por medio de los asentamientos es una actividad que debe realizarse en todas las “tierras de Israel”.
Los factores que permitieron incrementar el número de viviendas en los asentamientos existentes o que favorecieron la construcción de nuevos asentamientos fueron:
a) la clasificación de varios asentamientos bajo el rótulo de “Prioridad A”. Las zonas beneficiadas recibían garantías y asistencia en calidad de subsidios e incentivos estatales que facilitaban la colonización y la compra de viviendas. De acuerdo con el análisis realizado en agosto de 1998 por Foundation for Middle East Peace, los asentamientos de los territorios ocupados recibieron más ayuda financiera que cualquier otra región de Israel. Además, se rebajaron un 50% los precios de venta de tierras y de viviendas.. 23
b) la existencia de códigos de construcción menos rígidos que los existentes en Israel;
c) la participación de consejos de asentamientos individuales u organizaciones de colonos auto-financiadas, tales como Amana (rama del Movimiento Gush Emunim) que comenzaron a construir viviendas a bajo costos sin subsidios del gobierno nacional, pero bajo su inspección.
d) la puesta en marcha del programa nacional “Construir su propia vivienda”. De las 5.000 viviendas iniciadas durante 1997, 2.000 fueron emprendidas como parte del programa.
Alrededor de 3.000 viviendas se edificaron a los largo de la “Línea Verde” sobre los territorios de Cisjordania; más de 7.000 unidades se construyeron en los asentamientos más pequeños o en regiones con mayoría palestina. Hasta pocos días antes de entregar el poder, el gobierno del Likud siguió aprobando planes de construcción en aquellas zonas con población judía minoritaria. De esta manera, Netanyahu violaba los compromisos asumidos frente a Bill Clinton de no incrementar el número de viviendas judías en los territorios ocupados después de la firma de Wye Plantation.. 24
De la misma manera que el Laborismo, el Primer Ministro Benjamin Netanyahu tampoco tuvo intenciones de evacuar alguno de los 140 asentamientos o uno de los 261.500 colonos (incluyendo Jerusalén Oriental). Por el contrario, se comprometió a entregar más dinero y tierras para la construcción de nuevos asentamientos y la expansión de los existentes. El interés de Netanyahu se centró en aplicar la soberanía israelí en el Área C (70% del territorio de Cisjordania y 10% de Gaza) y a evitar la entrega de más tierras a los palestinos. Para Netanyahu, las concesiones de territorios, bajo los redespliegues propuestos por el Acuerdo de Oslo II, no fueron un punto de partida en el proceso de paz sino que significó el final de la buena voluntad israelí hacia los palestinos.
El programa político para los asentamientos se exteriorizó con la publicación de distintos mapas, que suscitaron el debate entre el público israelí, palestino e internacional. Se presentaron en varios medios de comunicación los siguientes tres mapas: un mapa conocido como “Allon Plus”; un mapa de intereses de seguridad realizado por las Fuerzas de Defensa Israelíes y; un mapa ideado por Ariel Sharon.
El Plan Allon Plus mantiene fielmente los principios geo-estratégicos de Israel delineados ya en el Plan Allon de 1967. El Plan Allon Plus propone:
ü La soberanía israelí en una franja de 15 kilómetros, que incluye el Valle del Río Jordán, la cadena montañosa occidental, el desierto de Judea que corre al oeste del Mar Muerto (excepto una pequeña franja que corre al norte de la localidad de Ayn Fashka).
ü La expansión de un puente territorial entre Jerusalén y la costa mediterránea, ampliando la soberanía israelí al noroeste de la ciudad de Jerusalén, hacia los asentamientos de Beit Horon y hacia el sur a través de los asentamientos de Gush Etzion.
ü La expansión de “Jerusalén metropolitana”: hacia el norte con la anexión de los asentamientos de Givat Ze’ev y Beit El, hacia el este con la incorporación de la localidad de Ma’ale Adumim y el bloque de Etzion al sur.
ü La discontinuidad territorial de la entidad palestina en Cisjordania mediante la ubicación de asentamientos estratégicamente planificados y mediante la creación de cuatro corredores con un ancho indefinido en dirección este - oeste conectando Israel con el Valle del Río Jordán.
ü La discontinuidad territorial de las poblaciones palestinas a lo largo de la “Línea Verde”, especialmente en la región de Samaria. La implementación de este objetivo requiere la expansión de la soberanía israelí hacia el este, lo que significa la corrección de la “Línea Verde”.
El Plan Allon Plus reconoció que existían 140 asentamientos (con una población de 160.000 colonos) que quedarían bajo la soberanía israelí; pero otros asentamientos y colonos quedarían bajo territorio palestino. Estos asentamientos estarían próximos a Jenin y Nablus. El asentamiento de Kiryat Arba (5.000 colonos) también quedaría excluido. (Véase, Anexo Mapa II Propuesta Allon Plus.)
En 1997, la División de Planificación de las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) proyectaron un mapa de intereses israelíes en el territorio de Cisjordania. El mapa fue iniciado durante el gobierno del Primer Ministro Yitzhak Rabin al tiempo que se llevaban a cabo las conversaciones de Taba, conversaciones preliminares a la firma de Oslo II de setiembre de 1995.
De acuerdo con el mapa, la Autoridad Palestina controlaría entre un 40% a 45% de Cisjordania producto de los tres redespliegues previstos en Oslo. La Franja de Gaza sería excluida por Israel de cualquier redespliegue adicional. El control palestino se establecería en tres bloques discontinuos, separados entre sí por asentamientos y áreas controladas por las fuerzas de defensa israelíes.
En diciembre de 1997, el Ministro de Defensa Yitzhak Mordechai presentó al gabinete dos mapas autorizados por las fuerzas de defensa; un mapa de “intereses de seguridad” que dejaba 59 de los 144 asentamientos fuera de la soberanía israelí pero con un estatus jurídico de extraterritorialidad y un mapa de “intereses nacionales” que incluye a todos los asentamientos, pero no asegura la soberanía israelí exclusiva.
Las áreas con soberanía israelí que aparecen en el mapa son:
ü -Una franja de 10 a 15 kilómetros de ancho a lo largo del Río Jordán.
ü -Una franja de 3 a 7 kilómetros a lo largo de la “Línea Verde”.
ü -Dos corredores en dirección este -oeste a través de Cisjordania ubicados al norte y al sur de dicho territorio.
El mapa de Intereses de Seguridad presenta tres áreas palestinas separadas entre sí, como también lo prevé el mapa Allon Plus. Estos cantones están situados: uno al sur de Jerusalén, otro entre las ciudades de Ramallah y Jenin y un tercero en Jericó.
El mapa presentado por Ariel Sharon propone la anexión del 64% a 70 % de Cisjordania. Originariamente, el mapa había sido presentado al líder palestino Abu Mazen, al príncipe Hassan de Jordania y al Consejero Nacional de Seguridad de los Estados Unidos, Sandy Berger, a mediados de 1997. El Plan reconoce la necesidad de la soberanía palestina en una pequeña porción de Samaria - Judea (Cisjordania) dentro de un ambiente controlado militarmente por fuerzas israelíes y, a la vez, que no obstruya la expansión de los asentamientos. Según Sharon, el estado palestino puede fundarse en las áreas A y B según el acuerdo de Oslo, las cuales sólo comprenden el 28% de Cisjordania.
Las áreas bajo soberanía israelí propuestas por Ariel Sharon son:
ü Una franja de 20 kilómetros de ancho a lo largo del Valle del Río Jordán.
ü Una franja entre 7 y 10 kilómetros de ancho a lo largo de “Línea Verde”.
ü Tres corredores en dirección este-oeste distribuidos por Samaria y Judea.
ü El control total de la ciudad de Jerusalén.
ü El control de los asentamientos incluidos en una zona de seguridad israelí.
No existen grandes desigualdades en los tres mapas de seguridad respecto a las áreas que Israel debe mantener bajo su exclusivo control en los territorios ocupados. Sin embargo se observan ciertas discrepancias en cuanto a la extensión de las áreas de seguridad. Las zonas que Israel necesita controlar son tres: Valle del Río Jordán, la franja inmediata a la “Línea Verde” y el Gran Jerusalén. Estas demarcaciones estarían unidas al territorio de Israel por medio de carreteras de rápido acceso. Las tres propuestas plantean la cantonización del Estado Palestino. Según la proyección elaborada por Ariel Sharon, solo ofrecería a la Autoridad Palestina el 39% de los territorios ocupados. La propuesta Allon Plus, la opción más moderada, entregaría el 46% de Cisjordania. Por último, la sugerencia de las Fuerzas de Defensa Israelíes permitirían que el futuro Estado Palestino se instaure en el 53% de los territorios ocupados.
(Véase, Anexo Mapa III Comparación de planes de estatus final.)
Con la re-elección de Ehud Olmert, como Alcalde de Jerusalén, el espíritu de la política de asentamiento municipal no se modificó. Durante su primera gestión de gobierno, se dedicó a elaborar planes de construcción de nuevos asentamientos en la periferia de Jerusalén Oriental. La confección masiva de planes de viviendas fue conocido como el proceso de “creación de efectos sobre el terreno”. La finalidad era construir un cinturón protector para Jerusalén y evitar la expansión de los poblados palestinos.. 25
En su segunda gestión se consagró a expandir los asentamientos existentes hacia el este, uniendo Ma’ale Adunim y Pisgat Ze’ev con Jerusalén Oriental. No obstante la presión ejercida por Benjamin Netanyahu, Olmert consiguió llevar a adelante las metas propuestas al comienzo de su gobierno. En varias oportunidades, el Primer Ministro Israelí manifestó su desacuerdo en continuar con la construcción de viviendas en algunos barrios de Jerusalén Oriental con población exclusivamente palestina, como Ras Al-Amud, Sur Baher, Umm Tuba y el barrio musulmán, ante la presión ejercida por Estados Unidos. Sin embargo, Olmert se opuso a la decisión y continuó con las expropiaciones y la construcción de nuevas viviendas.. 26
El programa político de asentamiento presentado por Olmert contenía las siguientes medidas:
ü La aprobación de una nueva carretera que uniría la ciudad de Tel Aviv y el noreste de Jerusalén.
ü La aprobación y construcción de la carretera de circunvalación a Jerusalén.
ü Aprobación de un plan para “crear unidad territorial” entre Cisjordania y Jerusalén, por medio de la expansión de los asentamientos de Ma’ale Adunim, Pisgat Ze’ev y los asentamientos de Jerusalén Oriental.
ü Construcción del asentamiento de Har Homa.
En mayo de 1997, el Comité Local y el Comité del Distrito aprobaron el programa de planificación municipal para la expansión de Jerusalén Oriental, conocido como E-1. El programa de planificación fue aprobado una semana después del comienzo de la construcción de Har Homa. Las movilizaciones en contra de Har Homa, que significaron la ruptura de las negociaciones de Oslo, creó el ambiente favorable para la aprobación de un plan mucho más pretencioso como el Plan municipal E-1. Este plan tiene como finalidad integrar nuevas áreas localizadas en el Gran Jerusalén entre Jerusalén Oriental y el asentamiento de Ma’ale Adumim.
El programa excede el esquema de planificación para Har Homa no sólo en el área que cubre -cinco veces más grande- sino también en el impacto que esto genera para la población palestina jerosolimitana. El Plan E-1 es el primer programa para unir definitivamente el asentamiento más grande y numeroso -Ma’ale Adumim- con Jerusalén. La implementación de tal plan significa, por un lado, la imposición de Jerusalén indivisa como capital del Estado de Israel y; por el otro, la discontinuidad territorial palestina, convirtiéndose en un nuevo obstáculo en la lucha palestina por Jerusalén Oriental.
Según el Plan E-1, el área anexada al territorio israelí se extiende a lo largo de la planificada carretera 45, al norte del Gran Jerusalén. La carretera 45 nace en Tel Aviv cruza el aeropuerto de Ben Gurion hacia la región industrial de Modi’in hasta unir los asentamientos de Givat Ze’ev al norte de Jerusalén. Continua hacia la Tumba de Samuel uniendo el asentamiento de Ramot (Jerusalén Oriental). Esto permitiría expandir la zona industrial de Har Hotzvim y arribar a la proyectada “Puerta de Oriente” en Jerusalén Oriental. Desde allí, se prolonga hasta Ma’ale Adumim, donde se emplazará una zona industrial.
Según el plan E-1, son necesarias la conclusión de dos autopistas: la carretera 60 y carretera 80. Ambos accesos se ubicarían en las márgenes de la vía principal palestina que une las ciudades de Hebrón, Belén, Ramallah y Nablus vía Jerusalén Oriental que actualmente están siendo reconstruidas.
El plan E-1 no es solo un programa de expansión de asentamientos. Además, pretende controlar los principales ejes del desarrollo socio-económico de la región. El plan también contempla el emplazamiento de nuevos parques industriales y la expansión de los antiguos, lo que implica la contratación de nueva mano de obra exclusivamente judía que actúa, a su vez, como motor para la colonización.
(Véase, Anexo IV Mapa de Plan Municipal E-1.)
Tanto el gobierno nacional como la Municipalidad de Jerusalén han sido duramente criticados por la comunidad internacional y por parte de la sociedad israelí por cometer acciones provocativas para mantener el control de la ciudad de Jerusalén y poner en juego el proceso de paz.. 27 Sin embargo, aquellos que se opusieron al programa de asentamiento del Likud después de finalizado su mandato resaltaron los esfuerzos realizados para continuar con la construcción de viviendas en Jerusalén Oriental y, en especial, en Har Homa.. 28
El plan de asentamiento de Benjamin Netanyahu puede ser considerado como una ampliación del programa asentamiento Laborista del gobierno anterior. Fue fiel a los preceptos del Partido Likud y llevó la política de asentamiento a todos los territorios de Israel, en particular a aquellos que poseían una mayoría palestina. Las propuestas de estatus final presentados durante su gestión, analizados más arriba, son una versión ampliada del Plan Allon de 1970. Pero su logro principal fue retrasar las conversaciones finales y evitar un acuerdo con la Autoridad Palestina que pusiera en peligro el control israelí sobre Jerusalén.
Anexo I: Mapa
Allon.
Fuente: Peace Now, Council of Jewish Communities in Judea, Samaria and Israel. Settlement in the Occupied Territories, agosto, 1998.
Anexo II: Mapa Propuesta Allon Plus
Fuente: Foundation for Middle East Peace; Report on Israeli Settlements, Vol. 8, núm. 4, julio-agosto de 1998.
Anexo IV: Plan
Municipal E-1.
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