Antecedentes históricos, 1868-1945
El Japón moderno empezó a formarse en la época de la Restauración de Meiji o en los últimos 30 años del siglo pasado. Hasta entonces, Japón era un país agrícola aislado de otros países del mundo. Después de 1868, empezó el esfuerzo de industrializarse, recuperar la soberanía completa, y alcanzar una posición respetable en la comunidad internacional.
¿Por qué empezó la modernización en 1868?
Aquí se necesita recordar el hecho de que Japón es un país de tamaño reducido y con pocos recursos naturales. Japón tiene solo 380 mil kilómetros cuadrados, o sea una octava parte de Argentina. Además Japón está compuesto por varias islas que son potencialmente vulnerables a ataques desde afuera. Por esta razón geográfica, Japón es siempre susceptible a los impactos de las culturas extranjeras y los acontecimientos internacionales.
En la época antigua, Japón importó no solo los productos sino también las culturas de China y Corea. Los japoneses importaron, adaptaron y reformaron los caracteres chinos para escribir su idioma. También importaron el budismo que es la religión más importante hasta hoy día. En el siglo XVI, o el período de Gran Navegación, llegaron europeos con armas de acero y el catolicismo. El Shogunato de Tokugawa consideró que las armas eran útiles, pero el catolicismo era peligroso para su dominio, y declaró el aislamiento nacional en 1635. Se prohibió que los japoneses salieran de Japón; y el comercio fue permitido solo a los holandeses, chinos y coreanos y sólo en el puerto de Nagasaki. Durante los 220 años siguientes, Japón estuvo en un estado de aislamiento nacional casi completo. Ante la declaración del aislamiento nacional, los europeos salieron sin ocasionar problemas porque ellos en ese momento no tenían el poder de atacar y colonizar al Japón.
Cuando regresaron 2 siglos después, la situación era completamente diferente y difícil para Japón. Ahora los europeos y los estadounidenses eran capaces de atacar y colonizar los territorios asiáticos. En la segunda mitad del siglo XVIII, los ingleses empezaron la colonización de la India a la que anexaron en 1847. En 1857, se rebelaron los soldados indios y fueron reprimidos brutalmente. Los europeos también llegaron a China. Los ingleses vendieron opio a China. Un gobernador chino, furioso con la conducta de los ingleses, confiscó y quemó el opio. Los ingleses optaron por enviar barcos de guerra y atacar a los barcos chinos. Así empezó la Guerra de Opio en 1839. China, con tecnologías inferiores de guerra, perdió la batalla y debió abrir varios puertos para el libre comercio. En 1860 las fuerzas armadas de Inglaterra y Francia ocuparon Pekín forzando a los chinos a darles más concesiones.
Las noticias de todos estos incidentes llegaron a Japón a través de los holandeses y contribuyeron a aumentar el sentido de crisis nacional. Los barcos extranjeros habían llegado a cercanías de Japón en los últimos años del siglo XVIII. Aumentó el número de llegadas en la primera mitad del siguiente siglo. Al principio los extranjeros demandaron que los japoneses le vendieran alimentos y agua. Después exigieron un libre comercio (o abrir los puertos para el comercio).
En 1853 llegaron cuatro barcos de guerra estadounidenses a la entrada del golfo de Tokio. Esta es la famosa visita de "barcos negros". Los habitantes de Edo (hoy Tokio) así los calificaron porque fueron hechos con hierro negro y estaban emitiendo vapor gris. Los estadounidenses demandaron el establecimiento de relaciones comerciales. El gobierno del Shogunato rechazó la demanda de libre comercio y solo permitió que los estadounidenses compraran alimentos y agua en los puertos de Shimoda y Hakodate. Sin embargo, ante presiones repetidas de los países occidentales, el gobierno de Shogunato por fin aceptó el libre comercio y concluyó el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación con los EE.UU. en 1858. Tratados semejantes fueron concluidos con Holanda, Inglaterra, Francia y Rusia en el mismo año. Estos fueron tratados desiguales en el sentido de que Japón perdió la autonomía de determinar los derechos aduanales y el poder de juzgar a los extranjeros en las cortes japonesas.
Las concesiones del gobierno de Shogunato incendiaron el sentimiento nacionalista. Ocurrieron varios incidentes de ataques contra extranjeros por los samurais guerreros. Los samurais de baja posición, especialmente en las provincias del oeste de Japón como Choshu (Yamaguchi) y Satsuma (Kagoshima), perdieron confianza en el Shogunato y pidieron al Emperador, que vivía en Kyoto, reasumir el poder gubernamental que había perdido en 1192 cuando los samurais establecieron el primer Shogunato en Kamakura. Al mismo tiempo improvisaron el entrenamiento de los soldados a la manera occidental y atacaron a los barcos extranjeros en 1863. Fueron derrotados miserablemente, pero esta derrota solo sirvió para fortalecer su sentido de crisis nacional y su voluntad de sustituir al Shogunato de Tokugawa por el sistema imperial para comenzar la modernización del país. En 1864, empezaron la guerra civil entre las fuerzas de Shogunato y los rebeldes que terminó en 1868 con la victoria de los rebeldes. Así se estableció el gobierno del Emperador Meiji.
En conclusión, la amenaza internacional fue el motor principal de la Restauración de Meiji.
Aparte de la amenaza extranjera, el sistema de Shogunato mostraba signos de decadencia a principios del siglo XIX. Los 200 años de la paz aislada contribuyeron a cambiar varios aspectos del sistema de Shogunato.
Primero, aumentó la población en el país llegando a 30 millones a principios de la época de Meiji. Japón era ya uno de los países más densamente poblados en el mundo. Aunque la producción nacional también aumentó durante el período de Tokugawa, la economía nacional basada en la agricultura y el comercio estaba llegando al límite de desarrollo.
Segundo, la comercialización de la economía progresó tanto que el poder de los comerciantes subió y el poder de los señores feudales y sus súbditos samurais bajó relativamente. También ocurrió el dominio de la economía agrícola por los comerciantes. Los campesinos que vivían cerca de los centros urbanos fueron incorporados en la economía de mercado y perdieron la autosuficiencia. Cuando los señores feudales, carentes de los recursos financieros, trataron de aumentar los impuestos agrícolas en la primera mitad del siglo XIX, ocurrieron muchas rebeliones campesinas. El sistema del dominio del Shogunato y los señores feudales estaba llegando al límite.
Tercero, los 200 años de la paz cambiaron el carácter de los samurais. Al principio ellos eran guerreros, pero 200 años después, se convirtieron en administradores profesionales educados, aunque todavía llevaron espadas.
Cuarto, progresó la urbanización y la economía urbana. En las ciudades grandes y medianas, se establecieron muchas escuelas informales donde aprendieron los niños de los ciudadanos ordinarios cómo leer, escribir y calcular. Al comienzo de la época moderna de Meiji, Japón ya gozaba de un nivel bastante alto de educación.
La mayor parte del liderazgo del gobierno de Meiji provino de las provincias rebeldes, especialmente Satsuma y Choshu. Sin embargo, estableció un gobierno nacional integralista reclutando a hombres de otros lugares incluyendo a los ex-súbditos de Tokugawa. Para ellos, el propósito principal del nuevo gobierno era modernizar el país, renegociar los tratados con los países occidentales lo más pronto posible y recuperar la independencia completa.
En los primeros años de Meiji, los grandes comerciantes que habían acumulado recursos propios durante la época de Tokugawa no estaban dispuestos a invertirlos en un ambiente tan incierto. El sector público era el único que pudo tomar iniciativa para modernizar la nación. Necesitó construir la infraestructura como ferrocarriles, caminos, redes telegráficas, puertos. Necesitó importar las máquinas para fomentar las industrias manufactureras. Y necesitó fortalecer sus fuerzas armadas para defenderse y demostrar, frente a los occidentales, que Japón era un país fuerte que debía ser tratado como tal.
Sin embargo, el nuevo gobierno se enfrentaba a una seria dificultad financiera. Los recursos financieros de la nación fueron despilfarrados durante la guerra civil. Algunos líderes consideraron la posibilidad de emitir bonos nacionales para los extranjeros, pero la mayoría del liderazgo de Meiji optó por la autosuficiencia financiera y decidió aumentar el impuesto en los campos agrícolas en 1873.
En el primer año de Meiji, o sea en 1868, el impuesto en los campos agrícolas equivalía al 64% de todos los impuestos del gobierno central. En 1873, el año del incremento del impuesto en campos agrícolas, el porcentaje aumentó a 93%. Después, también aumentó el impuesto sobre la producción de sake, bebida alcohólica tradicional. En 1880, 77% de los impuestos era de campos agrícolas y 10% era de sake. En el mismo año, el ingreso por impuestos aduaneros era solo 5%. Japón, sin la autonomía de determinar los derechos aduaneros, no pudo depender del impuesto aduanero.
El aumento de los impuestos sobre los campos agrícolas y sake significa que los campesinos y los productores de sake que tenían bodegas en los pueblos locales y mantenían contacto con los productores de arroz tenían que soportar el sacrificio. Con los consecutivos aumentos de los impuestos, ocurrieron rebeliones en las áreas rurales que rodean Tokio en las décadas del 1870 y 1880.
Estas rebeliones fueron dirigidas por los ex-samurais que perdieron sus trabajos después de la Restauración de Meiji. El gobierno de Meiji tomó la política de abolir los estratos feudales como una parte del esfuerzo de modernización. Ex-samurais fueron despedidos con un pago limitado de retiro. Algunos encontraron trabajo en el nuevo gobierno, pero otros siguieron desempleados y descontentos. Cuando disminuyó la legitimidad del nuevo gobierno debido al aumento de los impuestos, algunos ex-samurais descontentos empezaron el movimiento de demandar el establecimiento del régimen constitucional y la libertad de formar partidos políticos. Los descontentos radicales se rebelaron con los campesinos y los residentes locales.
Para reducir al movimiento opositor, el gobierno declaró en 1881 su intención de escribir una Constitución y establecer un parlamento elegido por los ciudadanos. La Constitución del Gran Imperio de Japón fue promulgada en 1889 por el Emperador Meiji, y la primera elección para la Cámara de Diputados fue celebrada en el próximo año. Como el derecho de voto fue dado solo a las personas que pagaban una alta cantidad de impuestos, la gran mayoría de los elegidos fueron grandes terratenientes agrícolas y los grandes comerciantes o productores en las provincias. Los diputados elegidos con frecuencia molestaron al gobierno al rechazar la propuesta gubernamental de aumentar los impuestos. Para hacer frente a este problema, los líderes del gobierno se decidieron a penetrar en los partidos políticos. Así el sistema de los partidos se desarrolló paulatinamente.
A lo largo del tiempo se desarrolló la economía y el gobierno pudo reducir su dependencia en los impuestos sobre campos agrícolas. El impuesto sobre los campos agrícolas bajó a 52% de todos los impuestos en 1895 y siguió bajando al 35% en 1900. Mientras tanto, los impuestos sobre las rentas personales y empresariales vinieron a ocupar el 9% en 1900. En el mismo año, el impuesto aduanero llegó a ocupar 13% gracias a la renegociación gradual con los países occidentales.
Debido a la disminución del sacrificio fiscal y al aumento de la influencia política a través del parlamento, los terratenientes agrícolas dejaron de oponerse al gobierno y llegaron a ser un pilar del régimen imperial.
Mientras tanto, el gobierno dirigió la industrialización del país con plena vehemencia. Tomó iniciativa en construir infraestructuras como ferrocarriles, caminos, puertos, redes telegráficas, etc. También modernizó plantas manufactureras en la industria textil de seda, algodón y lana, industrias de construcción de barcos, cemento, vidrio y ladrillos. Con la industria de hierro y acero, el gobierno empezó a construir plantas para producir armas y barcos de guerra. En 1901 llegó a construir un gigante productor de acero e hierro que se llamaba Compañía Siderúrgica de Yawata.
El gobierno también tomó la iniciativa de trasladar las tecnologías occidentales al importar máquinas y emplear técnicos extranjeros. En 1873, o el sexto año de Meiji, el gobierno empleaba 500 extranjeros, 200 de ellos eran técnicos y 130 maestros escolares.
La mayoría de las empresas públicas arrojaban déficit. Afortunadamente, las actividades gubernamentales contribuyeron a reducir la incertidumbre del mercado hasta la década del 1880. Los grandes comerciantes -tradicionales y nuevos- estaban dispuestos a invertir sus recursos financieros en la industria. Entonces, el gobierno privatizó las fábricas excepto las relacionadas con la industria de defensa. Sin embargo, el gobierno siguió ayudando a las empresas privadas al prestar dinero para importar máquinas, enviar a técnicos gubernamentales para construir las plantas y los ferrocarriles y explotar las minas. A la sombra de las abundantes ayudas gubernamentales, crecieron los grupos empresariales que llegaron a llamarse zaibatsu. Por ejemplo, la casa Mitsubishi consolidó su base de desarrollo con 37 barcos comerciales que fueron concedidos gratis por el gobierno.
El gobierno también tomó iniciativas como introducir la enseñanza obligatoria de 6 años. Hacia principios del siglo presente, los analfabetos desaparecieron casi totalmente de Japón. El gobierno usó el sistema de las escuelas públicas primarias para entrenar a los niños para que sean diligentes, disciplinados y nacionalistas. El gobierno también estableció universidades. La Universidad de Tokio fue establecida en 1877. Otras universidades nacionales fueron establecidas después de 1886. Las universidades proveyeron al gobierno de burócratas y a las empresas privadas de técnicos y empleados de alta capacidad.
En esta forma, la industrialización de Japón progresó rápidamente. La industria dirigente era la textil de seda y algodón. En las décadas del 1880 y 1890, el hilo de seda ocupó la posición de liderazgo con más de 30% de todas las exportaciones de Japón. Sin embargo, la industria del hilo de algodón también se desarrolló rápidamente. La exportación del hilo de algodón excedió la importación del mismo producto en 1897. En 1909, la exportación de la tela de algodón excedió la importación. Y Japón llegó a ser el primer exportador de la tela de algodón en el mundo en 1933. Las industrias pesadas como hierro y máquinas también se desarrollaron, especialmente durante la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, Japón nunca llegó a ser exportador neto de estos productos. Japón siguió siendo un país en desarrollo antes de la Segunda Guerra Mundial.
El proceso de industrialización de Japón fue acompañado por su expansión imperialista. Ya en 1876, el gobierno japonés forzó al gobierno coreano a concluir un tratado desigual, del mismo tipo que Japón había concluido con los países occidentales. En 1894, Japón declaró la guerra contra China. Ambos países habían peleado en cuanto a la hegemonía en Corea y llegaron a una guerra fuerte que terminó con la victoria japonesa. Gracias a esta victoria, Japón estableció su dominio en Corea y llegó a anexarla en 1910. Además, Japón incorporó a Taiwan como su territorio. Japón también batalló con los rusos en 1904 y 1905 para establecer su hegemonía en el norte de China y ganó la guerra. En la década del 1930, Japón envió más fuerzas armadas a China y estableció en 1932 un gobierno títere en Manchuria, en el noreste de China. Después, las fuerzas japonesas avanzaron hacia el sur y entraron en una guerra total con las fuerzas chinas en 1937. Cuando los militares japoneses penetraron en Vietnam, los estadounidenses respondieron fuertemente. Así ocurrió el ataque sorpresivo japonés contra los barcos estadounidenses en Hawaii.
¿Por qué tomó Japón la política imperialista que finalmente lo llevó a una guerra temeraria contra los EE.UU., el país más poderoso del mundo? Hay varias razones.
Primero, el gobierno de Meiji trató de demostrar su poder militar fortalecido en el proceso de modernización del país. Así quería evidenciar frente a los occidentales que Japón era ya un país bastante moderno y fuerte como ellos y entonces renegociar los tratados desiguales. En verdad, Japón tuvo éxito en recuperar la autonomía de justicia en 1899 y la autonomía de determinar los derechos aduaneros en 1911.
Segundo, los territorios fuera de Japón eran también importantes económicamente. Japón necesitaba recursos naturales para sus industrias y mercado para sus productos manufacturados. Corea y China ofrecieron estas oportunidades a Japón.
Tercero, la expansión imperialista sirvió al gobierno para fortalecer su legitimidad frente a los ciudadanos. Aunque Japón tuvo éxito en el crecimiento económico, era todavía un país pobre en cuanto a la vida de los ciudadanos ordinarios. Por eso, el gobierno de Meiji realizó la política de enviar a los emigrantes a Asia y a las Américas. Los EE.UU. y los países latinoamericanos fueron considerados más apropiados para los inmigrantes japoneses por su prosperidad económica. Dentro del país, las condiciones pésimas en las fábricas y en los campos radicalizaron a los trabajadores y a los arrendatarios. El movimiento laboral y el movimiento de arrendatarios se agudizó en la década de 1930, debido al serio impacto de la Gran Depresión. La expansión imperialista sirvió para desviar la atención de los ciudadanos, satisfaciendo su sentimiento nacionalista.
Tomando en cuenta las teorías del desarrollo mencionadas en la sección anterior, podemos resumir las experiencias de la Restauración de Meiji como siguientes.
(i) Japón estaba bajo la amenaza de los poderes occidentales a mediados del siglo pasado. Los tratados de amistad, comercio y navegación con los países occidentales privaron a Japón de la autonomía de determinar los derechos de importación y juzgar a los ciudadanos extranjeros. En consecuencia, el sentido de crisis nacional llegó a ser tan fuerte que la burocracia estatal tomó la iniciativa de industrializar y modernizar el país.
(ii) Los líderes japoneses en aquel entonces consideraban que, para recuperar la soberanía completa, Japón debía demostrar su capacidad de alcanzar a los países occidentales en términos de desarrollo industrial y fortalecimiento militar. El sector privado en ningún modo estaba dispuesto a tomar iniciativa en el ambiente incierto de la etapa inicial de industrialización. Fueron las instituciones estatales las que al principio establecieron plantas manufactureras, importaron tecnologías y emplearon a los técnicos extranjeros.
(iii) Una de las razones de la alta competencia del gobierno japonés fue el hecho de que los ex-samurais que formaron el gobierno de Meiji habían acumulado experiencias administrativas. El reclutamiento de los burócratas fue formalizado en 1887 mediante la introducción de exámenes de entrada. Los mejores estudiantes universitarios, especialmente de la Universidad de Tokio, entraron en el servicio del gobierno central y dirigieron el proceso de modernización. Los líderes de la burocracia gubernamental fueron ayudados por empresarios activos y ciudadanos diligentes, bien educados y disciplinados.
(iv) A lo largo del tiempo, creció el sector privado que llegó a tomar iniciativa de industrialización. Las empresas privadas estaban organizadas en un número reducido de zaibatsu que sirvieron para coordinar los intereses de varias ramas de industrias, porque los zaibatsu fueron compuestos por bancos, empresas comerciales y empresas manufactureras de varias ramas.
(v) Sin embargo, la modernización apremiante trajo su propia contradicción. El ultranacionalismo y el militarismo que fueron fermentados en el proceso de modernización y la expansión imperialista por fin llevaron a Japón a la guerra temeraria y a la derrota incondicional frente a los estadounidenses. Así fracasó el primer intento japonés de alcanzar a los países avanzados occidentales.