Conferencia Internacional
4º Conferencia sobre las democracias nuevas o reestablecidas
Declaración de Cotonou: “Paz, seguridad, democracia y desarrollo”
Cotonou, Benin; 4 al 6 de diciembre de 2000
Nosotros, ministros y representantes de las democracias nuevas o reestablecidas, reunidos en el marco de la 4º Conferencia Internacional de las democracias nuevas o reestablecidas sobre la paz, la seguridad, la democracia y el desarrollo celebrada en Cotonou, en Benin, desde el 4 al 6 de diciembre del 2000,
Reiterando nuestra común adhesión a los objetivos y principios de la Carta de Naciones Unidas y de la Declaración Universal por los derechos humanos,
Considerando los grandes cambios que se han producido en la escena internacional y la aspiración de todos los pueblos a un orden internacional fundado sobre los principios consagrados por la Carta de Naciones Unidas, particularmente, el fortalecimiento y el fomento del respeto de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales de todos,
Reafirmando que la paz y la seguridad, la democracia, el desarrollo y el respeto de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales son independientes y se fortalecen mutuamente de una parte y que la democracia esta fundada sobre la voluntad libremente expresada de los pueblos que determina el sistema político, económico, social y cultural que será el suyo y sobre su plena participación en todos los aspectos de la vida de la sociedad por otra parte,
Reafirmando igualmente que todos los derechos del hombre – civiles, políticos, económicos, sociales y culturales – deben ser promovidos y protegidos conforme a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y a otros instrumentos internacionales relativos a los derechos del hombre, de conformidad con la Declaración Universal sobre la democracia adoptada por el Consejo Interparlamentario de la Unión Interparlamentaria en septiembre de 1997 según la cual la democracia es un ideal universalmente reconocido y un objetivo fundado sobre los valores comunes a todos los pueblos que componen la comunidad mundial, independientemente de las diferencias culturales, políticas, sociales y económicas.
Recordando la declaración y el Programa de Acción de Viena de junio de 1993 adoptados por la Conferencia Mundial sobre los derechos del hombre.
Recordando la resolución 53/243 del 13 de septiembre de 1999 de la Asamblea General de Naciones Unidas que contiene la Declaración y el Programa de Acción sobre una cultura de la paz que estipule que la plenitud y la expansión de una cultura de la paz está ligada de manera intrínseca a la promoción de la democracia del desarrollo y del respeto universal de todos los derechos del hombre y de las libertades fundamentales,
Recordando:
· La Declaración de Manila adoptada en junio de 1988 por la primera Conferencia Internacional de las democracias nuevas o reestablecidas que afirmó el lazo indisoluble existente entre la paz, la democracia y el desarrollo,
· La Declaración y el Plan de Acción de Managua adoptados en julio de 1994 por la segunda Conferencia Internacional de las democracias nuevas o reestablecidas que reiteran la decisión de sostener y promover el derecho universal a la democracia y al desarrollo,
· El documento final de Bucarest titulado “Examen de la situación y recomendaciones” adoptado en septiembre de 1997 por la tercera Conferencia Internacional de las democracias nuevas o reestablecidas que subrayó las relaciones de interdependencia entre la democracia, el desarrollo y el bueno gobierno,
· Las actas de la Conferencia sobre el balance de las Conferencias nacionales y otros procesos de transición democrática en África de Cotonou en febrero de 2000 referidos a las transiciones democráticas donde se constatan los avances y los retrocesos de la democracia en África,
· La Declaración de Varsovia adoptada en junio de 2000 por la Comunidad de las democracias que releva las relaciones de interdependencia existentes entre la paz, el desarrollo, los derechos del hombre y la democracia,
· La Declaración del Milenio adoptada en septiembre de 2000 por la Asamblea General de Naciones Unidas que reafirma los principios y valores universales de la democracia, de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales y formula los objetivos precisos por la paz, la seguridad, el desarme, el desarrollo, la eliminación de la pobreza y la protección del medio ambiente común,
· La Declaración de Bamako adoptada en noviembre de 2000 por los estados miembros de la Organización Internacional de la Francofonía y Democracia y define las estrategias para la consolidación del estado de derecho y la continuación de las prácticas de la democracia en el espacio francófono,
Tomando nota de las decisiones 141 y 142 adoptadas en julio de 1999 por la Conferencia de los Jefes de Estado y de Gobierno de la Organización de la Unidad Africana relativos, de una parte, a los principios del buen gobierno, de la transparencia y de los derechos del hombre que son esenciales para garantizar los gobiernos representativos y estables y para contribuir a la prevención de los conflictos y, de otra parte, a la necesidad de restaurar la legalidad constitucional entre los estados miembros cuyos gobiernos accedieron al poder por medios anticonstitucionales,
Adoptamos la
presente declaración
1. Reafirmamos nuestro apego a los principios de la soberanía, de la integridad territorial y de la independencia política de los estados y de la no intervención en las cuestiones que dependen esencialmente de la jurisdicción nacional de cualquier estado que esté conforme a la Carta de Naciones Unidas y al derecho internacional.
2. Reafirmamos nuestro compromiso de solucionar pacíficamente los conflictos.
3. Reafirmamos igualmente la responsabilidad principal de la Organización de Naciones Unidas en el mantenimiento de la paz y de la seguridad internacionales e invitamos a los estados miembros a poner a disposición de la organización los medios necesarios para reforzar su capacidad en los terrenos de la diplomacia preventiva, del mantenimiento y del reestablecimiento de la paz así como la consolidación de la paz luego de los conflictos y para acrecentar su eficacia.
4. Invitamos insistentemente a los estados miembros de las Naciones Unidas a recurrir a las organizaciones, acuerdos y organismos regionales para resolver las cuestiones relativas al mantenimiento de la paz y de la seguridad internacionales conforme a la Carta de Naciones Unidas.
5. Exhortamos a las organizaciones y a los organismos regionales a promover y reforzar una cooperación y una coordinación más estrecha con la Organización de Naciones Unidas para contribuir al mantenimiento de la paz y seguridad internacionales.
6. Reafirmamos que el desarme, el control y la no proliferación de las armas de destrucción masiva, igual que la no proliferación de las armas ligeras pueden contribuir de manera significativa al mantenimiento de la paz y a la seguridad internacionales.
7. Invitamos a todos los estados a adherir a las convenciones internacionales relativas al desarme y al control de los armamentos y a ponerlos en marcha.
8. Condenamos enérgicamente todas las formas de terrorismo internacional así como la criminalidad transnacional en todas sus manifestaciones y nosotros nos comprometemos a tomar individualmente y colectivamente las medidas apropiadas conforme a las disposiciones del derecho internacional incluyendo los derechos del hombre para prevenirlos y combatirlos.
9. Respaldamos firmemente a la sociedad civil y a las organizaciones no gubernamentales que obran por la paz, la seguridad, la democracia, el desarrollo y los derechos del hombre.
10. Nos comprometemos a promover y a reforzar en nuestros países respectivos, a nivel regional e internacional, una cultura de la paz, conforme a la resolución 53/243 del 13 de septiembre de 1999 de la Asamblea General de Naciones Unidas: “Declaración y programa de acción sobre una cultura de la paz”, frente al decenio internacional de la promoción de una cultura de la no violencia y de la paz en beneficio de los niños del mundo (2001-2010) conforme a la resolución 55/23 de la Asamblea General.
11. Reconocemos que la democracia, los derechos del hombre y las libertades fundamentales han conocido en el mundo, en el transcurso de éstos 10 últimos años, de avances innegables a pesar de algunos fracasos. Importa pues proseguir nuestros esfuerzos para promover una cultura democrática, reforzar el estado de derecho y el respeto de todos los derechos del hombre y libertades fundamentales consagradas por el derecho internacional. En consecuencia, nosotros reconocemos la relación existente entre la democracia y los derechos del hombre, tales como los mencionados en la resolución “Promoción y consolidación de la democracia”, adoptada por la Comisión de los derechos del hombre de Naciones Unidas el 25 de abril del 2000 y por la Asamblea General de Naciones Unidas el 4 de diciembre del 2000.
12. Reafirmamos solemnemente que la voluntad del pueblo es el fundamento de la autoridad de los poderes públicos. Esta voluntad debe libremente expresarse por elecciones periódicas honestas, pluralistas y sin intimidaciones, sufragio universal e igualitario, escrutinio secreto y bajo el control de una institución independiente.
13. Nos comprometemos a :
· Consolidar y a profundizar la democracia a través de la promoción del pluralismo político, la protección de los derechos y de las libertades fundamentales, la participación cada vez más grande de los ciudadanos, incluso de las minorías en el procesos de toma de decisión,
· Promover una participación mayor de los ciudadanos, en particular, de las mujeres, incluso de las minorías en el proceso de toma de decisión,
· Garantizar la primacía del derecho, la separación de los poderes constitucionales,
· Promover el buen gobierno y luchar contra la corrupción en nuestros países,
· Asegurar el derecho a la información, la independencia y la libertad de los medios en el respeto de las otras libertades,
· Desarrollar y reforzar la educación cívica para hacer que los ciudadanos sean más conscientes de sus derechos, de sus deberes y de las responsabilidades de las instituciones gubernamentales,
· Contribuir a la emergencia y a la consolidación de una sociedad bien organizada, fuerte y libre la cual constituye el elemento esencial de la democracia.
14. Condenamos enérgicamente todo los golpes de estado militares, todas las formas de terrorismo y de violencia contra los gobiernos democráticos y libremente elegidos, todas las formas antidemocráticas de acceso, de gestión y de mantenimiento en el poder así como todo cambio anticonstitucional de gobierno.
15. Nosotros reafirmamos la obligación que se impone a los poderes públicos de rendir cuenta de sus actos.
16. Nosotros nos comprometemos a promover una cultura de democracia en todas sus dimensiones y en el pleno respeto de los derechos del hombre.
17. Nosotros reafirmamos solemnemente que:
· Los derechos del hombre y las libertades fundamentales son inherentes a todos los seres humanos,
· Todos los derechos del hombre incluso el derecho al desarrollo son universales, indisociables, interdependientes y están íntimamente ligados,
· Todos los derechos del hombre deben ser promovidos y protegidos conforme a la Declaración Universal de los derechos del hombre y a los principales instrumentos internacionales relativos a los derechos del hombre.
18. Nosotros nos comprometemos a:
· Ejercer nuestras obligaciones derivados de los instrumentos internacionales relativos a los derechos del hombre, particularmente aquellos relativos a los mecanismos de control instituidos por esos instrumentos en vista de su puesta en marcha,
· Promover y facilitar la ratificación de todos los tratados y protocolos relativos a los Derechos Humanos adoptados en el marco de Naciones Unidas y de los organismos regionales,
· Promover entre nuestros estados la educación en materia de derechos humanos y de cultura de la paz como está previsto en los instrumentos internacionales y regionales relativos a los Derechos Humanos,
· Promover en cada estado la adopción de programas nacionales de Derechos Humanos para mejorar su promoción y protección,
· Acordar un tratamiento adecuado a las personas desplazadas conforme a las disposiciones pertinentes del Derecho Internacional Humanitario.
19. Nosotros reconocemos que el proceso de democratización no se limita solo a los estados, sino que concierne igualmente a la esfera de las relaciones internacionales y los mecanismos de toma de decisión en las organizaciones e instrumentos internacionales a fin de asegurar un orden internacionalmente justo y equitativo.
20. Nosotros pedimos insistentemente la prosecución y la expansión de las actividades dirigidas por el sistema de Naciones Unidas, de otras organizaciones intergubernamentales, los estados miembros y las organizaciones no gubernamentales a fin de promover y consolidar la democracia en el marco de la cooperación internacional así como instaurar una cultura política democrática para la promoción y el respeto de los Derechos Humanos y de las libertades fundamentales, la movilización de la sociedad civil y de otros medios apropiados de sostenimiento de un modo de gobierno democrático.
21. Reconocemos que el derecho al desarrollo, tal como está establecido por el derecho internacional, es un derecho universal e inalienable que forma parte integrante de los derechos fundamentales de la persona humana y que la persona humana es el sujeto central del desarrollo.
22. Reconocemos igualmente que cada país tiene el derecho inalienable de determinar libremente la forma y las vías de su desarrollo.
23. Reconocemos, en fin, que nuestros países se confrontan a grandes dificultades para asegurar un desarrollo durable y eliminar la pobreza y que las inigualdades internacionales traban los esfuerzos de los países menos avanzados y de los países á revenu intermediario para realizar su desarrollo.
24. En consecuencia, nosotros nos comprometemos entre otros a:
· Crear en el plano nacional e internacional las condiciones propicias para un desarrollo durable promoviendo particularmente la buena gobernabilidad, el estado de derecho, la lucha contra la corrupción bajo todas sus formas y la reforma del sistema financiero internacional,
· Conjugar nuestros esfuerzos para asegurar el desarrollo económico y social, particularmente la eliminación de la pobreza que constituye un factor de promoción y de preservación de un desarrollo democrático. La eliminación de la pobreza, en tanto que objetivo primordial, se inscribe en una perspectiva multisectorial que engloba el desarrollo social. Ella puede ser mejorada en los sectores prioritarios como la educación, la salud, la seguridad alimenticia, el aprovisionamiento de agua potable y la vivienda,
· Promover la igualdad de sexos en vista de asegurar una plena igualdad entre hombres y mujeres, un desarrollo equitativo, durable, libre de toda violencia, respetuoso de los derechos del hombre favoreciendo un desarrollo completo y armonioso de la persona humana teniendo en cuenta las especificaciones culturales de cada país,
· Promover la independencia económica de las mujeres y garantizar el pleno ejercicio de sus derechos y de sus responsabilidades económicas, políticos y sociales,
· Prevenir y eliminar todas las formas de violencia con respecto a las mujeres, los hijos y los niños,
· Acordar una alta prioridad a los derechos del niño, a su protección, desarrollo y supervivencia, particularmente en la prevención y eliminación de todas las formas de explotación de los niños, para poner término a su reclutamiento como soldados y eliminar progresiva y efectivamente las formas de trabajo de los niños contrarias a las normas internacionales,
· Acordar un lugar preferente a la formación y la participación de los jóvenes en la vida democrática.
25. Invitamos insistentemente a los estados y las organizaciones internacionales a acompañar de manera significativa nuestros esfuerzos en este sentido.
26. Nos comprometemos a obrar por la erradicación de las enfermedades endémicas tales como el HIV/Sida, el paludismo las cuales constituyen no solamente un problema de salud pública, sino una grave amenaza para el desarrollo.
27. Sostenemos todas las iniciativas tendientes a la disminución o a la anulación de la deuda externa y fomentamos que se encuentren soluciones durables a la carga de la deuda de las democracias nuevas o reestablecidas.
28. Invitamos a los estados y a las instituciones financieras internacionales a aportar a nuestros países una ayuda para un desarrollo más sostenible en función de nuestras prioridades y nuestras necesidades reales.
29. Nos comprometemos a:
· Cooperar para resolver los problemas del medio ambiente poniendo el acento sobre una aproximación participativa para la integración de los objetivos de la Agenda 21 a las políticas y estrategias nacionales a favor de un desarrollo durable,
· Poner en lugar y reforzar los dispositivos de alerta y de intervención rápida en materia de catástrofes naturales, con el acuerdo de los gobiernos de los países concernientes,